Esto es lo que dice la Enmienda 14 de la Constitución sobre la ciudadanía por nacimiento en EE.UU.

Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se puso un fuerte énfasis en endurecer las políticas migratorias. Dentro de las propuestas más controvertidas que el republicano hizo durante su campaña, apareció la posibilidad de eliminar la ciudadanía por nacimiento, un derecho consagrado en la 14ª Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que el presidente intentó imponer a través de una orden ejecutiva que derivó en un bloqueo impuesto por un juez federal.
Lo cierto es que para que esto se vuelva una realidad serán necesarios dos tercios de los votos de la Cámara de Representantes y del Senado y la aprobación de tres cuartas partes de los estados de EE.UU.
¿Qué es la 14ª Enmienda?
La 14ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos fue ratificada en 1868 como respuesta a una necesidad de justicia social tras la Guerra Civil. Durante este periodo, millones de afroamericanos liberados de la esclavitud enfrentaban un panorama incierto, sin derechos reconocidos ni protecciones legales claras.
La abolición de la esclavitud, concretada con la 13ª Enmienda en 1865, marcó un hito, pero no resolvió el estatus de los antiguos esclavos en términos de ciudadanía y derechos civiles. En este contexto, surgió la 14ª Enmienda como una herramienta para corregir las injusticias históricas y garantizar derechos igualitarios para todos, al establecer que toda persona nacida o naturalizada en Estados Unidos es ciudadana.
Modificar o eliminar la ciudadanía por nacimiento tendría consecuencias legales, sociales y económicas. Si este principio fuera cambiado o modificado a pedido de Trump, millones de personas nacidas en Estados Unidos podrían quedar en un limbo legal, sin acceso a derechos fundamentales como la educación, la salud y el empleo.
La cláusula de ciudadanía y su interpretación en los tribunales
La primera sección de la 14ª Enmienda consagra el principio de ciudadanía por nacimiento al declarar que todas las personas nacidas en territorio estadounidense son ciudadanos, independientemente de su origen o el estatus migratorio de sus padres. Este principio, conocido como “jus soli” (derecho del suelo), fue objeto de numerosos debates legales y casos judiciales que lo moldearon con el tiempo.
Uno de los casos más relevantes fue “Estados Unidos vs. Wong Kim Ark” en 1898, donde la Corte Suprema reafirmó este derecho. Wong Kim Ark, nacido en San Francisco de padres chinos, fue considerado ciudadano pese a que sus padres eran inmigrantes no elegibles para la naturalización.
La decisión de este caso sentó un precedente importante que reafirmó la inclusión y la universalidad de la ciudadanía por nacimiento. A lo largo de los años, esta cláusula fue interpretada como una protección contra discriminaciones basadas en raza, origen o estatus migratorio. A pesar de los desafíos, la cláusula sigue siendo una pieza clave del marco legal estadounidense, asegurando que la ciudadanía no pueda ser negada de manera arbitraria.
Controversias en torno a la ciudadanía por nacimiento
En las últimas décadas, el principio de ciudadanía por nacimiento fue objeto de intensos debates políticos, especialmente en el contexto de la inmigración. Algunos sectores argumentan que este derecho incentivó la inmigración ilegal, al permitir que los hijos de inmigrantes indocumentados obtengan automáticamente la ciudadanía y posteriormente puedan pedir a sus padres para la naturalización. Críticos del sistema consideran que esto crea incentivos para el “turismo de nacimiento”, un fenómeno en el que personas viajan a Estados Unidos para dar a luz y garantizar la ciudadanía de sus hijos.
Los defensores de la ciudadanía por nacimiento, en tanto, argumentan que limitar este derecho podría generar desigualdades y exclusiones legales, afectando principalmente a niños que no tendrían control sobre las circunstancias de su nacimiento.
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se puso un fuerte énfasis en endurecer las políticas migratorias. Dentro de las propuestas más controvertidas que el republicano hizo durante su campaña, apareció la posibilidad de eliminar la ciudadanía por nacimiento, un derecho consagrado en la 14ª Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, que el presidente intentó imponer a través de una orden ejecutiva que derivó en un bloqueo impuesto por un juez federal.
Lo cierto es que para que esto se vuelva una realidad serán necesarios dos tercios de los votos de la Cámara de Representantes y del Senado y la aprobación de tres cuartas partes de los estados de EE.UU.
¿Qué es la 14ª Enmienda?
La 14ª Enmienda de la Constitución de Estados Unidos fue ratificada en 1868 como respuesta a una necesidad de justicia social tras la Guerra Civil. Durante este periodo, millones de afroamericanos liberados de la esclavitud enfrentaban un panorama incierto, sin derechos reconocidos ni protecciones legales claras.
La abolición de la esclavitud, concretada con la 13ª Enmienda en 1865, marcó un hito, pero no resolvió el estatus de los antiguos esclavos en términos de ciudadanía y derechos civiles. En este contexto, surgió la 14ª Enmienda como una herramienta para corregir las injusticias históricas y garantizar derechos igualitarios para todos, al establecer que toda persona nacida o naturalizada en Estados Unidos es ciudadana.
Modificar o eliminar la ciudadanía por nacimiento tendría consecuencias legales, sociales y económicas. Si este principio fuera cambiado o modificado a pedido de Trump, millones de personas nacidas en Estados Unidos podrían quedar en un limbo legal, sin acceso a derechos fundamentales como la educación, la salud y el empleo.
La cláusula de ciudadanía y su interpretación en los tribunales
La primera sección de la 14ª Enmienda consagra el principio de ciudadanía por nacimiento al declarar que todas las personas nacidas en territorio estadounidense son ciudadanos, independientemente de su origen o el estatus migratorio de sus padres. Este principio, conocido como “jus soli” (derecho del suelo), fue objeto de numerosos debates legales y casos judiciales que lo moldearon con el tiempo.
Uno de los casos más relevantes fue “Estados Unidos vs. Wong Kim Ark” en 1898, donde la Corte Suprema reafirmó este derecho. Wong Kim Ark, nacido en San Francisco de padres chinos, fue considerado ciudadano pese a que sus padres eran inmigrantes no elegibles para la naturalización.
La decisión de este caso sentó un precedente importante que reafirmó la inclusión y la universalidad de la ciudadanía por nacimiento. A lo largo de los años, esta cláusula fue interpretada como una protección contra discriminaciones basadas en raza, origen o estatus migratorio. A pesar de los desafíos, la cláusula sigue siendo una pieza clave del marco legal estadounidense, asegurando que la ciudadanía no pueda ser negada de manera arbitraria.
Controversias en torno a la ciudadanía por nacimiento
En las últimas décadas, el principio de ciudadanía por nacimiento fue objeto de intensos debates políticos, especialmente en el contexto de la inmigración. Algunos sectores argumentan que este derecho incentivó la inmigración ilegal, al permitir que los hijos de inmigrantes indocumentados obtengan automáticamente la ciudadanía y posteriormente puedan pedir a sus padres para la naturalización. Críticos del sistema consideran que esto crea incentivos para el “turismo de nacimiento”, un fenómeno en el que personas viajan a Estados Unidos para dar a luz y garantizar la ciudadanía de sus hijos.
Los defensores de la ciudadanía por nacimiento, en tanto, argumentan que limitar este derecho podría generar desigualdades y exclusiones legales, afectando principalmente a niños que no tendrían control sobre las circunstancias de su nacimiento.
Explora lo que dice la Enmienda 14 de la Constitución de EE.UU. sobre la ciudadanía por nacimiento, en el contexto de las polémicas propuestas de Donald Trump para modificar políticas migratorias. Descubre cómo esta enmienda ha sido un pilar fundamental del derecho a la ciudadanía en el país. LA NACION