Solo el 16% de las PyMEs argentinas tiene un plan de transición: una alarma sobre el futuro de miles de empresas

Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) representan el 99,3% del total de firmas empleadoras en la Argentina, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Sin embargo, un reciente informe liderado por el consultor en Exit Planning Gustavo Schutt revela que solo el 16% de los dueños ha documentado un plan de transición empresarial.
El estudio, basado en encuestas a 224 dueños de empresas argentinas y de otros países de América Latina y España, muestra que el 91% de los empresarios reconoce la necesidad de un plan de transición, pero el 60% no ha iniciado ningún tipo de planificación y el 77% no ha realizado procesos clave como el incremento de valor empresarial o auditorías previas (pre due diligence) en los últimos dos años.
Transiciones involuntarias y el riesgo de no estar preparados
El 50% de las transiciones empresariales son involuntarias, según datos del Exit Planning Institute (EPI). “La mayoría de los dueños no está preparada para las transiciones inesperadas. Es como navegar sin brújula: los riesgos son enormes y las consecuencias, devastadoras para el dueño, la compañía y su entorno”, advierte Schutt.
En términos de gobernanza, el 62% de las PyMEs encuestadas son empresas familiares. Un dato crítico del informe es que el 30% de los dueños afirma que ningún miembro de su familia está preparado para asumir roles clave, y un 24% nunca ha discutido la continuidad del negocio con su entorno familiar.
Exit Planning: un modelo estratégico
El Exit Planning es una metodología que busca preparar a los dueños de empresas para una transición planificada, ya sea mediante la venta, el traspaso familiar o la desvinculación. “Las transiciones empresariales no son una opción, son una certeza que debe enfrentarse con planificación y estrategia. No se trata solo de planificar para vender; se trata de garantizar que la empresa trascienda y continúe generando valor”, subraya Schutt.
“En Estados Unidos, y en países desarrollados, los emprendedores suelen comenzar siempre con el final en mente. Esto significa que, para atraer inversores, las empresas deben no solo explicar por qué invertir, que son atractivas y tienen potencial de crecimiento rápido, sino que, además, es fundamental que puedan detallar cómo planean ‘salir’ en un plazo de 7 a 8 años. Por ello, la mayoría de las startups elaboran estrategias de salida y las presentan a los posibles inversores”, explica Schutt.
El impacto económico y la necesidad de planificación
“Un dueño que no conoce el valor de su empresa ni ha trabajado en su profesionalización está dejando el futuro al azar. Esto no solo afecta la empresa, sino también el bienestar de su familia y la estabilidad económica de sus empleados”, sostiene Schutt.
Para revertir esta situación, el informe recomienda a los empresarios adoptar una estrategia que contemple tres pilares fundamentales:
- Valuación y fortalecimiento del negocio: realizar auditorías periódicas (due diligence) y optimizar el modelo de gestión para incrementar el valor de la empresa.
- Gobernanza y planificación sucesoria: definir claramente quiénes pueden liderar la empresa en caso de una transición y preparar a la próxima generación.
- Planificación financiera personal: asegurarse de que el dueño cuente con una estrategia para monetizar su participación sin comprometer la continuidad del negocio.
Conclusión
El estudio liderado por Schutt deja en claro que la planificación de transición no es un lujo, sino una necesidad crítica para la supervivencia de las PyMEs en la Argentina.
Las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) representan el 99,3% del total de firmas empleadoras en la Argentina, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). Sin embargo, un reciente informe liderado por el consultor en Exit Planning Gustavo Schutt revela que solo el 16% de los dueños ha documentado un plan de transición empresarial.
El estudio, basado en encuestas a 224 dueños de empresas argentinas y de otros países de América Latina y España, muestra que el 91% de los empresarios reconoce la necesidad de un plan de transición, pero el 60% no ha iniciado ningún tipo de planificación y el 77% no ha realizado procesos clave como el incremento de valor empresarial o auditorías previas (pre due diligence) en los últimos dos años.
Transiciones involuntarias y el riesgo de no estar preparados
El 50% de las transiciones empresariales son involuntarias, según datos del Exit Planning Institute (EPI). “La mayoría de los dueños no está preparada para las transiciones inesperadas. Es como navegar sin brújula: los riesgos son enormes y las consecuencias, devastadoras para el dueño, la compañía y su entorno”, advierte Schutt.
En términos de gobernanza, el 62% de las PyMEs encuestadas son empresas familiares. Un dato crítico del informe es que el 30% de los dueños afirma que ningún miembro de su familia está preparado para asumir roles clave, y un 24% nunca ha discutido la continuidad del negocio con su entorno familiar.
Exit Planning: un modelo estratégico
El Exit Planning es una metodología que busca preparar a los dueños de empresas para una transición planificada, ya sea mediante la venta, el traspaso familiar o la desvinculación. “Las transiciones empresariales no son una opción, son una certeza que debe enfrentarse con planificación y estrategia. No se trata solo de planificar para vender; se trata de garantizar que la empresa trascienda y continúe generando valor”, subraya Schutt.
“En Estados Unidos, y en países desarrollados, los emprendedores suelen comenzar siempre con el final en mente. Esto significa que, para atraer inversores, las empresas deben no solo explicar por qué invertir, que son atractivas y tienen potencial de crecimiento rápido, sino que, además, es fundamental que puedan detallar cómo planean ‘salir’ en un plazo de 7 a 8 años. Por ello, la mayoría de las startups elaboran estrategias de salida y las presentan a los posibles inversores”, explica Schutt.
El impacto económico y la necesidad de planificación
“Un dueño que no conoce el valor de su empresa ni ha trabajado en su profesionalización está dejando el futuro al azar. Esto no solo afecta la empresa, sino también el bienestar de su familia y la estabilidad económica de sus empleados”, sostiene Schutt.
Para revertir esta situación, el informe recomienda a los empresarios adoptar una estrategia que contemple tres pilares fundamentales:
- Valuación y fortalecimiento del negocio: realizar auditorías periódicas (due diligence) y optimizar el modelo de gestión para incrementar el valor de la empresa.
- Gobernanza y planificación sucesoria: definir claramente quiénes pueden liderar la empresa en caso de una transición y preparar a la próxima generación.
- Planificación financiera personal: asegurarse de que el dueño cuente con una estrategia para monetizar su participación sin comprometer la continuidad del negocio.
Conclusión
El estudio liderado por Schutt deja en claro que la planificación de transición no es un lujo, sino una necesidad crítica para la supervivencia de las PyMEs en la Argentina.
La falta de planificación estratégica compromete la continuidad de los negocios y el patrimonio de sus dueños LA NACION