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Rescate en el mar

La intensidad del haz de luz, la profundidad de la oscuridad a su alrededor, el dramatismo. Es una foto estrictamente periodística –¿qué más ligado con la adrenalina de lo noticioso que la cobertura de un rescate en el mar?–, pero tiene una textura, incluso una cualidad escenográfica, que recuerda a cierta pintura clásica. Un barco pesquero con diez personas a bordo naufraga frente a la isla surcoreana de Jeju. Algunos sobrevivientes logran aferrarse a los restos de la embarcación y resisten, solos en el medio de la nada. Mientras tanto, la guardia costera organiza un operativo de rescate que se desarrolla con un alerta por posibles ráfagas de viento de 18 a 20 metros por segundo y olas de 3 metros de altura respirando en la nuca de todos. Lo que aquí se nos muestra con la belleza quieta de la plástica es un mudo apretar de dientes; una espiral de vértigo contenido.

La intensidad del haz de luz, la profundidad de la oscuridad a su alrededor, el dramatismo. Es una foto estrictamente periodística –¿qué más ligado con la adrenalina de lo noticioso que la cobertura de un rescate en el mar?–, pero tiene una textura, incluso una cualidad escenográfica, que recuerda a cierta pintura clásica. Un barco pesquero con diez personas a bordo naufraga frente a la isla surcoreana de Jeju. Algunos sobrevivientes logran aferrarse a los restos de la embarcación y resisten, solos en el medio de la nada. Mientras tanto, la guardia costera organiza un operativo de rescate que se desarrolla con un alerta por posibles ráfagas de viento de 18 a 20 metros por segundo y olas de 3 metros de altura respirando en la nuca de todos. Lo que aquí se nos muestra con la belleza quieta de la plástica es un mudo apretar de dientes; una espiral de vértigo contenido.

 La intensidad del haz de luz, la profundidad de la oscuridad a su alrededor, el dramatismo. Es una foto estrictamente periodística –¿qué más ligado con la adrenalina de lo noticioso que la cobertura de un rescate en el mar?–, pero tiene una textura, incluso una cualidad escenográfica, que recuerda a cierta pintura clásica. Un barco pesquero con diez personas a bordo naufraga frente a la isla surcoreana de Jeju. Algunos sobrevivientes logran aferrarse a los restos de la embarcación y resisten, solos en el medio de la nada. Mientras tanto, la guardia costera organiza un operativo de rescate que se desarrolla con un alerta por posibles ráfagas de viento de 18 a 20 metros por segundo y olas de 3 metros de altura respirando en la nuca de todos. Lo que aquí se nos muestra con la belleza quieta de la plástica es un mudo apretar de dientes; una espiral de vértigo contenido.  LA NACION

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