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Decepción en el Río Open por la caída de João Fonseca: “Sabía que tendría que enfrentar el miedo”

RÍO DE JANEIRO.- Si revalidar los logros de un día para el otro en el exigente mundo de las raquetas no es una tarea sencilla para los tenistas más veteranos, se podía sospechar, quizás, que mucho menos lo sería para un adolescente de 18 años que en pocas semanas cobró una notoriedad descomunal, bien ganada pero sumamente desgastante. Apenas dos días después de jugar su primera final de ATP Tour y, encima, ganarla, en Buenos Aires, João Fonseca descubrió en primera persona y en su ciudad lo que están generando sus avances. El Río Open, único certamen sudamericano de categoría 500, lo recibió con los brazos abiertos y el público le demostró su fanatismo a cada momento. Por ello la frustración de los 6000 espectadores que poblaron el court central en la noche del martes para verlo en vivo y vitorearlo: el francés Alexandre Muller (60° del ranking) se disfrazó de aguafiestas, jugó un partido sólido de principio a fin y se impuso, en la primera ronda, por 6-1 y 7-6 (7-4).

João Fonseca perdió con Muller: nunca halló buenas sensaciones y cometió más de 30 errores no forzados

“Físicamente estuve al 100%. Logré dormir bien dos noches y descansar bien. Hoy no tuvo nada que ver con lo físico: fue la parte mental”, reconoció Fonseca, que durante el lunes y el martes se movió por el Jockey Club Brasileiro -el complejo que cobija el ATP de Río- cual si fuera una estrella de rock, custodiado con recelo. Y no porque él quisiera distanciarse del público o tener mayor privacidad, sino porque la efervescencia -a veces, histeria- que genera es tan grande que se necesitó tomar recaudos. Sus dos ensayos en los courts auxiliares fueron seguidos por decenas de personas apiñadas contra los alambrados. El partido, finalmente, fue un subibaja de emociones. Un puñado de espectadores, impacientes porque Muller no cedía terreno, hasta se excedieron, insultando al europeo, lo que provocó la reacción y el pedido de respeto por parte del umpire, el ecuatoriano Jimmy Pinoargote.

Muller y una celebración especial... congelando al público brasileño tras eliminar a Fonseca en la primera ronda del Río Open

“Sabía que me pondría nervioso, que tendría que enfrentar el miedo de jugar con tanta gente. Intenté con todas mis fuerzas enfrentar el momento, pero no pude; es parte del deporte. Se trata de aprender de estas experiencias para volverse más fuerte”, reconoció Fonseca. La versión tenística que derramó sobre el court central Guga Kuerten no tuvo nada que ver con la ostentada en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, la semana pasada. Errático, tenso, impreciso, fastidioso… Fonseca no halló soluciones nunca y, a medida que pasaban los games, cada vez giraba más la mirada a su coach, Guilherme Teixeira, con preocupación, buscando una respuesta que nunca llegó. En una hora y 32 minutos, fueron 34 los errores no forzados del joven carioca. Muller, además, le generó diez chances de quiebre, logrando el rompimiento en ocho. Si en Buenos Aires Fonseca se mostró encendido, con fiereza y tiros fulminantes desde los dos costados, aquí fue todo lo contrario, una versión debilitada.

El court central del Río Open estuvo poblado durante el partido entre João Fonseca Alexandre Muller, por la primera ronda

Muller, de 28 años, logró su primera victoria desde que obtuvo su primer título ATP en la primera semana de la temporada, en Hong Kong. Desde entonces había perdido en Australia, en el Challenger de Rosario y en el Argentina Open. “Fue difícil jugar contra un rival tan bueno y contra miles de espectadores, pero estoy muy feliz de haber logrado la victoria. Me sentí tranquilo. No aproveché mis oportunidades de conseguir un quiebre en el segundo set y luego él mejoró, pero jugué un gran tie-break para terminar el partido”, expresó Muller, que en los octavos de final se medirá con el platense Tomás Etcheverry, que derrotó al díscolo francés Corentin Moutet por 6-3 y 7-6 (7-1).

Y añadió: “Lo siento por el torneo y por los aficionados. Fonseca es una superestrella aquí, pero yo quería ganar. João ganará durante muchos, muchos años. Algún día les podré decir a mis hijos que le gané a Fonseca en su casa. Estoy seguro de que João en el futuro será una leyenda”.

“Así es el tenis, en general se pierde más de lo que se gana. Quiero mejorar como deportista y como persona”, sentenció Fonseca, consciente de la decepción que sintió el público local que pobló el Río Open especialmente por él, pero así es el deporte. El garoto maravilhoso convivirá con estos cimbronazos. Pero muestra talento y pasta de campeón para sobreponerse y seguir escribiendo su propia historia; ni la del “sustituto de Kuerten” ni la de otro jugador. Su propia historia, como dijo.

Alegrías argentinas al por mayor

Toda la frustración que absorbieron los brasileños por la rápida eliminación de Fonseca, tuvo un destino opuesto para los argentinos. En la jornada de ayer, cinco singlistas nacionales celebraron en el ATP 500 carioca. Francisco Cerúndolo (cuarto preclasificado y finalista el último domingo en el Argentina Open), debió cambiar el chip interno rápidamente y ponerse a competir: debutó en Río y venció al francés Hugo Gastón por 7-6 (11-9) y 6-0; este jueves, por los 8vos de final, su rival será el argentino nacionalizado italiano Luciano Darderi. Etcheverry, como ya quedó citado, también avanzó a los octavos de final. Fran y Tommy, muy amigos en el tour, jugaron en dobles en el cierre de la jornada, por los 8vos de final, pero perdieron ante Darderi y Mariano Navone por 1-6, 7-6 (7-4) y 11-9.

Tomás Etcheverry y Francisco Cerúndolo ganaron sus respectivos singles en el Río Open, pero luego cayeron juntos en dobles

Otro de los argentinos que actuó ayer fue Sebastián Báez, vigente campeón del Río Open. En la cancha central, en el primer turno de la calurosa tarde, el quinto preclasificado tenía programado actuar ante Sumit Nagal, pero el jugador de la India se bajó y lo reemplazó Román Burruchaga, como perdedor afortunado. Después de una hora y 37 minutos, Báez se impuso por 6-3 y 7-5. Este miércoles, no antes de las 18.30, Báez se enfrentará con Navone, precisamente el duelo final del año pasado. Ayer, el jugador de Nueve de Julio superó al español Roberto Carballes Baena por 6-4 y 6-3.

Quien construyó una tarea formidable hasta lograr una de las mejores victorias de su carrera fue Camilo Ugo Carabelli, que entró como perdedor afortunado al torneo brasileño. Actual 91° del tour, el porteño derrotó al español Pedro Martínez, 37° del mundo y reciente semifinalista del Argentina Open: fue por 4-6, 6-3 y 6-3, en 2h23m. Su próximo rival será Damir Dzumhur (Bosnia, 97°).

Camilo Ugo Carabelli ganó uno de los partidos más valiosos de su carrera y avanzó a los 8vos de final del ATP 500 de Río

Este miércoles, además, desde las 16.30, por los 8vos de final, se enfrentarán el marplatense Francisco Comesaña y el chileno Nicolás Jarry. A continuación, el máximo favorito y número 2 del mundo, el alemán Alexander Zverev, contra Alexander Shevchenko, de Kazajistán.

RÍO DE JANEIRO.- Si revalidar los logros de un día para el otro en el exigente mundo de las raquetas no es una tarea sencilla para los tenistas más veteranos, se podía sospechar, quizás, que mucho menos lo sería para un adolescente de 18 años que en pocas semanas cobró una notoriedad descomunal, bien ganada pero sumamente desgastante. Apenas dos días después de jugar su primera final de ATP Tour y, encima, ganarla, en Buenos Aires, João Fonseca descubrió en primera persona y en su ciudad lo que están generando sus avances. El Río Open, único certamen sudamericano de categoría 500, lo recibió con los brazos abiertos y el público le demostró su fanatismo a cada momento. Por ello la frustración de los 6000 espectadores que poblaron el court central en la noche del martes para verlo en vivo y vitorearlo: el francés Alexandre Muller (60° del ranking) se disfrazó de aguafiestas, jugó un partido sólido de principio a fin y se impuso, en la primera ronda, por 6-1 y 7-6 (7-4).

João Fonseca perdió con Muller: nunca halló buenas sensaciones y cometió más de 30 errores no forzados

“Físicamente estuve al 100%. Logré dormir bien dos noches y descansar bien. Hoy no tuvo nada que ver con lo físico: fue la parte mental”, reconoció Fonseca, que durante el lunes y el martes se movió por el Jockey Club Brasileiro -el complejo que cobija el ATP de Río- cual si fuera una estrella de rock, custodiado con recelo. Y no porque él quisiera distanciarse del público o tener mayor privacidad, sino porque la efervescencia -a veces, histeria- que genera es tan grande que se necesitó tomar recaudos. Sus dos ensayos en los courts auxiliares fueron seguidos por decenas de personas apiñadas contra los alambrados. El partido, finalmente, fue un subibaja de emociones. Un puñado de espectadores, impacientes porque Muller no cedía terreno, hasta se excedieron, insultando al europeo, lo que provocó la reacción y el pedido de respeto por parte del umpire, el ecuatoriano Jimmy Pinoargote.

Muller y una celebración especial... congelando al público brasileño tras eliminar a Fonseca en la primera ronda del Río Open

“Sabía que me pondría nervioso, que tendría que enfrentar el miedo de jugar con tanta gente. Intenté con todas mis fuerzas enfrentar el momento, pero no pude; es parte del deporte. Se trata de aprender de estas experiencias para volverse más fuerte”, reconoció Fonseca. La versión tenística que derramó sobre el court central Guga Kuerten no tuvo nada que ver con la ostentada en el Buenos Aires Lawn Tennis Club, la semana pasada. Errático, tenso, impreciso, fastidioso… Fonseca no halló soluciones nunca y, a medida que pasaban los games, cada vez giraba más la mirada a su coach, Guilherme Teixeira, con preocupación, buscando una respuesta que nunca llegó. En una hora y 32 minutos, fueron 34 los errores no forzados del joven carioca. Muller, además, le generó diez chances de quiebre, logrando el rompimiento en ocho. Si en Buenos Aires Fonseca se mostró encendido, con fiereza y tiros fulminantes desde los dos costados, aquí fue todo lo contrario, una versión debilitada.

El court central del Río Open estuvo poblado durante el partido entre João Fonseca Alexandre Muller, por la primera ronda

Muller, de 28 años, logró su primera victoria desde que obtuvo su primer título ATP en la primera semana de la temporada, en Hong Kong. Desde entonces había perdido en Australia, en el Challenger de Rosario y en el Argentina Open. “Fue difícil jugar contra un rival tan bueno y contra miles de espectadores, pero estoy muy feliz de haber logrado la victoria. Me sentí tranquilo. No aproveché mis oportunidades de conseguir un quiebre en el segundo set y luego él mejoró, pero jugué un gran tie-break para terminar el partido”, expresó Muller, que en los octavos de final se medirá con el platense Tomás Etcheverry, que derrotó al díscolo francés Corentin Moutet por 6-3 y 7-6 (7-1).

Y añadió: “Lo siento por el torneo y por los aficionados. Fonseca es una superestrella aquí, pero yo quería ganar. João ganará durante muchos, muchos años. Algún día les podré decir a mis hijos que le gané a Fonseca en su casa. Estoy seguro de que João en el futuro será una leyenda”.

“Así es el tenis, en general se pierde más de lo que se gana. Quiero mejorar como deportista y como persona”, sentenció Fonseca, consciente de la decepción que sintió el público local que pobló el Río Open especialmente por él, pero así es el deporte. El garoto maravilhoso convivirá con estos cimbronazos. Pero muestra talento y pasta de campeón para sobreponerse y seguir escribiendo su propia historia; ni la del “sustituto de Kuerten” ni la de otro jugador. Su propia historia, como dijo.

Alegrías argentinas al por mayor

Toda la frustración que absorbieron los brasileños por la rápida eliminación de Fonseca, tuvo un destino opuesto para los argentinos. En la jornada de ayer, cinco singlistas nacionales celebraron en el ATP 500 carioca. Francisco Cerúndolo (cuarto preclasificado y finalista el último domingo en el Argentina Open), debió cambiar el chip interno rápidamente y ponerse a competir: debutó en Río y venció al francés Hugo Gastón por 7-6 (11-9) y 6-0; este jueves, por los 8vos de final, su rival será el argentino nacionalizado italiano Luciano Darderi. Etcheverry, como ya quedó citado, también avanzó a los octavos de final. Fran y Tommy, muy amigos en el tour, jugaron en dobles en el cierre de la jornada, por los 8vos de final, pero perdieron ante Darderi y Mariano Navone por 1-6, 7-6 (7-4) y 11-9.

Tomás Etcheverry y Francisco Cerúndolo ganaron sus respectivos singles en el Río Open, pero luego cayeron juntos en dobles

Otro de los argentinos que actuó ayer fue Sebastián Báez, vigente campeón del Río Open. En la cancha central, en el primer turno de la calurosa tarde, el quinto preclasificado tenía programado actuar ante Sumit Nagal, pero el jugador de la India se bajó y lo reemplazó Román Burruchaga, como perdedor afortunado. Después de una hora y 37 minutos, Báez se impuso por 6-3 y 7-5. Este miércoles, no antes de las 18.30, Báez se enfrentará con Navone, precisamente el duelo final del año pasado. Ayer, el jugador de Nueve de Julio superó al español Roberto Carballes Baena por 6-4 y 6-3.

Quien construyó una tarea formidable hasta lograr una de las mejores victorias de su carrera fue Camilo Ugo Carabelli, que entró como perdedor afortunado al torneo brasileño. Actual 91° del tour, el porteño derrotó al español Pedro Martínez, 37° del mundo y reciente semifinalista del Argentina Open: fue por 4-6, 6-3 y 6-3, en 2h23m. Su próximo rival será Damir Dzumhur (Bosnia, 97°).

Camilo Ugo Carabelli ganó uno de los partidos más valiosos de su carrera y avanzó a los 8vos de final del ATP 500 de Río

Este miércoles, además, desde las 16.30, por los 8vos de final, se enfrentarán el marplatense Francisco Comesaña y el chileno Nicolás Jarry. A continuación, el máximo favorito y número 2 del mundo, el alemán Alexander Zverev, contra Alexander Shevchenko, de Kazajistán.

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