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El objeto más peligroso de la historia fue creado en 1945 y mató por accidente a sus creadores

En la Segunda Guerra Mundial, el Proyecto Manhattan reunió a los científicos más brillantes de Estados Unidos con un único objetivo: desarrollar la primera bomba atómica. El resultado fue un avance sin precedentes en la ciencia, pero también la creación de uno de los objetos más letales jamás fabricados, el “núcleo demoníaco”.

Este núcleo, una esfera de plutonio de poco más de seis kilogramos, estaba destinado a ser utilizado en una tercera bomba atómica después de Hiroshima y Nagasaki. Sin embargo, antes de que pudiera cumplir su objetivo bélico, el núcleo cobró la vida de dos científicos en trágicos accidentes de laboratorio, lo que consolidó su reputación como el objeto más peligroso jamás creado.

El 21 de agosto de 1945, apenas días después del final oficial de la Segunda Guerra Mundial, el científico Harry Daghlian trabajaba solo en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, mientras violaba los protocolos de seguridad establecidos. La tarea que se había propuesto así mismo era sencilla: construir una pila reflectora de neutrones alrededor del núcleo de plutonio y usar ladrillos de carburo de tungsteno.

Harry Daghlian murió por envenenamiento radiactivo causado por una pequeña explosión en el laboratorio (imagen ilustrativa)

Pero, en un momento, Daghlian dejó caer por accidente uno de los ladrillos sobre el núcleo, lo que cerró la pila reflectora e hizo que el plutonio alcanzara la condición de “supercriticidad”. Una luz azul brillante, resultado de la radiación, iluminó la sala, y Daghlian, consciente del desastre, rápidamente retiró el ladrillo. Sin embargo, la exposición ya había sido letal. El hombre murió 25 días después debido a un severo envenenamiento por radiación.

Menos de un año después, el 21 de mayo de 1946, otro accidente sacudió Los Álamos. Louis Slotin, conocido por sus arriesgados métodos de trabajo y apodado el “científico vaquero”, realizaba una demostración del núcleo para colegas. Con un destornillador en lugar de herramientas seguras, Slotin manipulaba dos semiesferas de berilio alrededor del núcleo para estudiar el punto en que se volvería supercrítico.

Las continuas explosiones del núcleo demoníaco hicieron que se crearan protocolos internacionales para el uso de estos materiales radiactivos (imagen ilustrativa)

El destornillador resbaló, lo que permitió que las semiesferas se cerraran completamente sobre el núcleo. Una vez más, un destello azul llenó la habitación mientras la radiación inundaba el laboratorio. Slotin reaccionó rápidamente, separó las esferas y detuvo la reacción, pero había absorbido una dosis letal de radiación. Falleció nueve días después, convirtiéndose en la segunda víctima directa del núcleo demoníaco.

Estos accidentes resaltaron los peligros de la manipulación indebida de materiales nucleares y provocaron importantes cambios en los protocolos de seguridad en los laboratorios. El núcleo demoníaco, tras estos incidentes, fue retirado de los experimentos y fundido para fabricar otros núcleos destinados al arsenal nuclear estadounidense.

En nuestro país, la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) es el organismo nacional argentino dedicado a la regulación y fiscalización en áreas de seguridad radiológica y nuclear, según los estándares mundiales. A través del Sistema Nacional de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares audita los registros de contabilidad nuclear, efectúa la verificación física de los materiales nucleares de cada instalación y revisa que las instalaciones y sus procesos estén de acuerdo a su descripción técnica, mientras analiza el propósito y las capacidades productivas asociadas, con el objetivo de validar el enfoque de control adoptado para cada instalación.

En la Segunda Guerra Mundial, el Proyecto Manhattan reunió a los científicos más brillantes de Estados Unidos con un único objetivo: desarrollar la primera bomba atómica. El resultado fue un avance sin precedentes en la ciencia, pero también la creación de uno de los objetos más letales jamás fabricados, el “núcleo demoníaco”.

Este núcleo, una esfera de plutonio de poco más de seis kilogramos, estaba destinado a ser utilizado en una tercera bomba atómica después de Hiroshima y Nagasaki. Sin embargo, antes de que pudiera cumplir su objetivo bélico, el núcleo cobró la vida de dos científicos en trágicos accidentes de laboratorio, lo que consolidó su reputación como el objeto más peligroso jamás creado.

El 21 de agosto de 1945, apenas días después del final oficial de la Segunda Guerra Mundial, el científico Harry Daghlian trabajaba solo en el Laboratorio Nacional de Los Álamos, mientras violaba los protocolos de seguridad establecidos. La tarea que se había propuesto así mismo era sencilla: construir una pila reflectora de neutrones alrededor del núcleo de plutonio y usar ladrillos de carburo de tungsteno.

Harry Daghlian murió por envenenamiento radiactivo causado por una pequeña explosión en el laboratorio (imagen ilustrativa)

Pero, en un momento, Daghlian dejó caer por accidente uno de los ladrillos sobre el núcleo, lo que cerró la pila reflectora e hizo que el plutonio alcanzara la condición de “supercriticidad”. Una luz azul brillante, resultado de la radiación, iluminó la sala, y Daghlian, consciente del desastre, rápidamente retiró el ladrillo. Sin embargo, la exposición ya había sido letal. El hombre murió 25 días después debido a un severo envenenamiento por radiación.

Menos de un año después, el 21 de mayo de 1946, otro accidente sacudió Los Álamos. Louis Slotin, conocido por sus arriesgados métodos de trabajo y apodado el “científico vaquero”, realizaba una demostración del núcleo para colegas. Con un destornillador en lugar de herramientas seguras, Slotin manipulaba dos semiesferas de berilio alrededor del núcleo para estudiar el punto en que se volvería supercrítico.

Las continuas explosiones del núcleo demoníaco hicieron que se crearan protocolos internacionales para el uso de estos materiales radiactivos (imagen ilustrativa)

El destornillador resbaló, lo que permitió que las semiesferas se cerraran completamente sobre el núcleo. Una vez más, un destello azul llenó la habitación mientras la radiación inundaba el laboratorio. Slotin reaccionó rápidamente, separó las esferas y detuvo la reacción, pero había absorbido una dosis letal de radiación. Falleció nueve días después, convirtiéndose en la segunda víctima directa del núcleo demoníaco.

Estos accidentes resaltaron los peligros de la manipulación indebida de materiales nucleares y provocaron importantes cambios en los protocolos de seguridad en los laboratorios. El núcleo demoníaco, tras estos incidentes, fue retirado de los experimentos y fundido para fabricar otros núcleos destinados al arsenal nuclear estadounidense.

En nuestro país, la Autoridad Regulatoria Nuclear (ARN) es el organismo nacional argentino dedicado a la regulación y fiscalización en áreas de seguridad radiológica y nuclear, según los estándares mundiales. A través del Sistema Nacional de Contabilidad y Control de Materiales Nucleares audita los registros de contabilidad nuclear, efectúa la verificación física de los materiales nucleares de cada instalación y revisa que las instalaciones y sus procesos estén de acuerdo a su descripción técnica, mientras analiza el propósito y las capacidades productivas asociadas, con el objetivo de validar el enfoque de control adoptado para cada instalación.

 La bomba atómica es considerada un arma mortal; además de quitarle la vida a más de 146 mil personas en su primera detonación en Hiroshima, a lo largo de distintas pruebas que se realizaron en su fabricación mató a varios de sus creadores  LA NACION

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