Tiene 97 años, vive en Belgrano y revela su secreto de la longevidad para “estar regia”: “Me siento de 30”

“Vale la pena vivir la vida”, dice Laura Dotro desde el sillón de su casa mientras relata sus secretos, aquellos que la llevaron a cumplir 97 años y estar “regia”, como muchos la señalan en la calle y en las redes sociales. Más de nueve décadas pesan sobre su espalda, pero sin regaños. Su imagen se volvió viral después de una entrevista para un canal de YouTube y, en diálogo con LA NACION, puntualizó en cuál es su fórmula efectiva para vivir tantos años.
Nació el 24 de agosto de 1927 en la Ciudad de Buenos Aires. Su papá era inmigrante italiano, por lo que considera que parte de la genética del esfuerzo, el trabajo y la vitalidad lo lleva consigo en la sangre.
Cuando sale a hacer los mandados, Laura no aparenta la edad que tiene. Incluso ella misma reconoció que se siente “de 30 años”. Va, viene, viaja a visitar a uno de sus hijos a un pueblo del interior bonaerense y se refugia en la fe. Esa de la que todos aseguran que mueve montañas y que para Dotro la llevó a superar cómodamente los 90 años.
Entre risas, Laura bromea que es “más vieja que la capital”, porque su número de documento tiene tres cifras. Incluso en el supermercado y a cada lugar al que va se asombran porque no llega a 1000.
La mujer proviene de una familia trabajadora que siempre “se ganó el mango”. Cabe recordar que su nacimiento sucedió en un momento histórico para nuestro país, con la llegada de millones de inmigrantes que arribaban al puerto de la capital o de Rosario, con el fin de hallar un futuro seguro y digno.
En esa Buenos Aires de cambios se crió Laura, quien solo terminó el colegio primario y luego tuvo que ir a trabajar para ayudar en su casa. Este contexto codificó a una mujer firme, aunque “charlatana”, según la definieron sus hijos.
“No es mérito de uno, sino que es indudablemente de Dios”
Uno de sus primeros trabajos fue en un local de moda y de allí pasó a otro con mayor presencia. Mientras oficiaba de vendedora comercial conoció a Roberto, quien fue su esposo y con quien tuvo cinco hijos. Su marido murió hace siete años y dejó un gran vacío, no solo en su casa, sino en su propia cotidianidad.
Durante toda su vida se dedicó a su familia y a la religión. Fiel católica, Laura participó siempre que pudo en las cuestiones de la iglesia, a tal punto de que llegó a ser integrante de Cáritas, la asociación benéfica que asiste a personas en situación económica vulnerable. Hace 25 años que es voluntaria y, allí, recae su secreto de la longevidad.
Mantener la mente ocupada en servir al otro es lo que funciona en ella, es la fórmula que hace más de dos décadas repitió y aún lo hace, en particular los martes y jueves cuando viaja en colectivo hacia la sede de la congregación. “Desde ya, no es mérito de uno, sino que es indudablemente de Dios, que no ve terminado lo que viniste a hacer”, reconoció Laura, que puso su fe divina como respuesta de por qué llegó a vivir tantos años. “Yo estoy en paz. Cuando me tenga que ir me voy. Yo estoy lista para verlo a Roberto”, pronunció.
Una familia numerosa y una rutina simple y saludable
La mujer tiene 11 nietos, tres bisnietos y todavía hace las tareas del hogar, con paciencia y con la creencia firme de que hay algo más allá. Además de la fe, el amor por su esposo y su familia es lo que la mantiene a flote.
La rutina diaria de Laura: “Me levanto a las 8.00 de la mañana, desayuno, me baño, hago las cosas de la casa. Si tengo que hacer mandados los hago. Cocino el almuerzo, limpio la cocina, me acuesto un ratito. Después leo en la compu, veo alguna novela. A la tarde hago el rosario. Veo una misa por televisión y bueno… Después hago la cena, me acuesto y se terminó“.
“En mi vida tuve mis altos y bajos. Pero feliz, re contra feliz, con un hombre que sé que me amó y que yo lo amé con toda el alma. Antes y después de la eternidad. Formamos una linda familia que mis hijos me quieren a pesar de todo”, cuenta y suma: “La vida es digna de vivir, sobre todo teniendo fe. Ya sea en lo que vos creas, pero tener algo, porque si todo es tal cual, no hay por qué hacer las cosas en la vida”.
Después de una charla formidable, le agradeció a toda la gente que la reconoce en la calle. No se esperaba que se volviera famosa a sus 97 años y pronunció: “Espero con esto motivar a otras personas”.
“Vale la pena vivir la vida”, dice Laura Dotro desde el sillón de su casa mientras relata sus secretos, aquellos que la llevaron a cumplir 97 años y estar “regia”, como muchos la señalan en la calle y en las redes sociales. Más de nueve décadas pesan sobre su espalda, pero sin regaños. Su imagen se volvió viral después de una entrevista para un canal de YouTube y, en diálogo con LA NACION, puntualizó en cuál es su fórmula efectiva para vivir tantos años.
Nació el 24 de agosto de 1927 en la Ciudad de Buenos Aires. Su papá era inmigrante italiano, por lo que considera que parte de la genética del esfuerzo, el trabajo y la vitalidad lo lleva consigo en la sangre.
Cuando sale a hacer los mandados, Laura no aparenta la edad que tiene. Incluso ella misma reconoció que se siente “de 30 años”. Va, viene, viaja a visitar a uno de sus hijos a un pueblo del interior bonaerense y se refugia en la fe. Esa de la que todos aseguran que mueve montañas y que para Dotro la llevó a superar cómodamente los 90 años.
Entre risas, Laura bromea que es “más vieja que la capital”, porque su número de documento tiene tres cifras. Incluso en el supermercado y a cada lugar al que va se asombran porque no llega a 1000.
La mujer proviene de una familia trabajadora que siempre “se ganó el mango”. Cabe recordar que su nacimiento sucedió en un momento histórico para nuestro país, con la llegada de millones de inmigrantes que arribaban al puerto de la capital o de Rosario, con el fin de hallar un futuro seguro y digno.
En esa Buenos Aires de cambios se crió Laura, quien solo terminó el colegio primario y luego tuvo que ir a trabajar para ayudar en su casa. Este contexto codificó a una mujer firme, aunque “charlatana”, según la definieron sus hijos.
“No es mérito de uno, sino que es indudablemente de Dios”
Uno de sus primeros trabajos fue en un local de moda y de allí pasó a otro con mayor presencia. Mientras oficiaba de vendedora comercial conoció a Roberto, quien fue su esposo y con quien tuvo cinco hijos. Su marido murió hace siete años y dejó un gran vacío, no solo en su casa, sino en su propia cotidianidad.
Durante toda su vida se dedicó a su familia y a la religión. Fiel católica, Laura participó siempre que pudo en las cuestiones de la iglesia, a tal punto de que llegó a ser integrante de Cáritas, la asociación benéfica que asiste a personas en situación económica vulnerable. Hace 25 años que es voluntaria y, allí, recae su secreto de la longevidad.
Mantener la mente ocupada en servir al otro es lo que funciona en ella, es la fórmula que hace más de dos décadas repitió y aún lo hace, en particular los martes y jueves cuando viaja en colectivo hacia la sede de la congregación. “Desde ya, no es mérito de uno, sino que es indudablemente de Dios, que no ve terminado lo que viniste a hacer”, reconoció Laura, que puso su fe divina como respuesta de por qué llegó a vivir tantos años. “Yo estoy en paz. Cuando me tenga que ir me voy. Yo estoy lista para verlo a Roberto”, pronunció.
Una familia numerosa y una rutina simple y saludable
La mujer tiene 11 nietos, tres bisnietos y todavía hace las tareas del hogar, con paciencia y con la creencia firme de que hay algo más allá. Además de la fe, el amor por su esposo y su familia es lo que la mantiene a flote.
La rutina diaria de Laura: “Me levanto a las 8.00 de la mañana, desayuno, me baño, hago las cosas de la casa. Si tengo que hacer mandados los hago. Cocino el almuerzo, limpio la cocina, me acuesto un ratito. Después leo en la compu, veo alguna novela. A la tarde hago el rosario. Veo una misa por televisión y bueno… Después hago la cena, me acuesto y se terminó“.
“En mi vida tuve mis altos y bajos. Pero feliz, re contra feliz, con un hombre que sé que me amó y que yo lo amé con toda el alma. Antes y después de la eternidad. Formamos una linda familia que mis hijos me quieren a pesar de todo”, cuenta y suma: “La vida es digna de vivir, sobre todo teniendo fe. Ya sea en lo que vos creas, pero tener algo, porque si todo es tal cual, no hay por qué hacer las cosas en la vida”.
Después de una charla formidable, le agradeció a toda la gente que la reconoce en la calle. No se esperaba que se volviera famosa a sus 97 años y pronunció: “Espero con esto motivar a otras personas”.
Nació en 1927 y se volvió famosa por un video viral; en diálogo con LA NACION, se ríe de que su DNI no llegue a las cuatro cifras; “Llegar hasta acá no es mérito de uno, sino de Dios”, asegura LA NACION