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Siria vive sus enfrentamientos más violentos desde la caída de Al-Assad: más de 130 muertos en dos días

DAMASCO.- Luego de tres meses de relativa calma, la violencia volvió a adueñarse de Siria con enfrentamientos entre las nuevas fuerzas de seguridad y combatientes leales al presidente derrocado Bashar al-Assad, que dejaron más de 130 muertos en una provincia costera del noroeste del país.

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, una organización con sede en Londres que cuenta con una red de informantes en todo el país, informó que más de 130 personas habían muerto en dos días de violencia en la región costera del oeste de Siria, densamente poblada por miembros de la minoría alauita, a la que pertenecen los Al-Assad.

El Observatorio señaló que estos enfrentamientos en la ciudad de Jableh y localidades cercanas son “los más violentos contra las nuevas autoridades desde la caída de Al-Assad”, hace tres meses.

Según las autoridades sirias, la violencia comenzó cuando los leales a Al-Assad lanzaron el jueves un ataque letal y bien planificado contra sus fuerzas.

El expresidente, que huyó a Rusia tras gobernar el país con puño de hierro durante 24 años, fue derrocado el 8 de diciembre por una alianza de grupos rebeldes islamistas encabezados por la agrupación extremista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que lideró una avanzada relámpago desde el norte del país hasta la capital, Damasco.

Fuerzas de seguridad patrullan la ciudad de Latakia

Las nuevas autoridades, desde entonces, afrontan el desafío de restablecer la seguridad en el país, escenario de una cruenta guerra civil que empezó en 2011 y en la que murieron más de medio millón de personas.

Desde hace unos días se libran combates en la provincia de Latakia, bastión de la minoría alauita del depuesto presidente en la costa mediterránea.

En “un ataque bien planificado y premeditado, varios grupos de milicianos de Al-Assad atacaron nuestras posiciones y nuestros puntos de control, golpeando un gran número de nuestras patrullas en el área de Jableh”, dijo Mustafa Kneifati, responsable de seguridad en Latakia.

Estas acciones causaron numerosos muertos y heridos entre sus tropas, añadió sin dar un balance, luego establecido en más de 70 por el Observatorio.

Las fuerzas de seguridad “van a restablecer la estabilidad en la región y protegerán los bienes de nuestro pueblo”, aseguró Kneifati.

Fuerzas sirias patrullan la ciudad de Baniyas

Las autoridades impusieron ayer toques de queda tanto en Latakia como en las provincias de Tartus (oeste) y Homs (centro).

Durante la operación en Latakia, las fuerzas de seguridad detuvieron en la ciudad de Jableh a un antiguo responsable de los servicios de seguridad de la Fuerza Aérea, una de las agencias de seguridad más cercanas a la familia Al-Assad, dijo la agencia de noticias estatal SANA.

“Nuestras fuerzas en la ciudad de Jableh consiguieron detener al general criminal Ibrahim Huweija”, señaló la agencia. Agregó que “está acusado de haber cometido cientos de asesinatos en la época del criminal Hafez al-Assad”, padre y predecesor del derrocado presidente.

Bajo Al-Assad, los alauitas ocupaban altos cargos en el Ejército y las agencias de seguridad. El nuevo gobierno ha culpado a sus leales por los ataques de las últimas semanas contra las nuevas fuerzas de seguridad del país.

En la mañana de ayer, se desplegó un gran número de tropas en Latakia, donde efectivos de las fuerzas de seguridad informaron de algunos enfrentamientos en uno de los barrios, pero la mayor parte de la ciudad estaba tranquila y en manos del gobierno.

El director del Observatorio, Rami Abdurrahman, señaló sin embargo que las inmediaciones de las ciudades costeras de Baniyas y Jableh seguían bajo el control de leales a Al-Assad, así como su ciudad natal, Qardaha, y muchas aldeas alauitas próximas.

Un residente de Qardaha contó a The Associated Press por mensaje de texto que la situación era “muy mala”. El hombre, que pidió no ser identificado por seguridad, dijo que las fuerzas gubernamentales estaban disparando con ametralladoras pesadas en zonas residenciales.

Otro residente, que también habló bajo condición de anonimato por temor a su seguridad, dijo que no habían podido salir de casa desde el jueves por la tarde debido a la intensidad de los tiroteos.

El conflicto en Siria desplazó a millones de personas y cerca de tres millones buscaron refugio en la vecina Turquía. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció esta semana que más de 133.000 de ellos regresaron voluntariamente desde la caída de Al-Assad.

Agencias AP y AFP

DAMASCO.- Luego de tres meses de relativa calma, la violencia volvió a adueñarse de Siria con enfrentamientos entre las nuevas fuerzas de seguridad y combatientes leales al presidente derrocado Bashar al-Assad, que dejaron más de 130 muertos en una provincia costera del noroeste del país.

El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, una organización con sede en Londres que cuenta con una red de informantes en todo el país, informó que más de 130 personas habían muerto en dos días de violencia en la región costera del oeste de Siria, densamente poblada por miembros de la minoría alauita, a la que pertenecen los Al-Assad.

El Observatorio señaló que estos enfrentamientos en la ciudad de Jableh y localidades cercanas son “los más violentos contra las nuevas autoridades desde la caída de Al-Assad”, hace tres meses.

Según las autoridades sirias, la violencia comenzó cuando los leales a Al-Assad lanzaron el jueves un ataque letal y bien planificado contra sus fuerzas.

El expresidente, que huyó a Rusia tras gobernar el país con puño de hierro durante 24 años, fue derrocado el 8 de diciembre por una alianza de grupos rebeldes islamistas encabezados por la agrupación extremista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), que lideró una avanzada relámpago desde el norte del país hasta la capital, Damasco.

Fuerzas de seguridad patrullan la ciudad de Latakia

Las nuevas autoridades, desde entonces, afrontan el desafío de restablecer la seguridad en el país, escenario de una cruenta guerra civil que empezó en 2011 y en la que murieron más de medio millón de personas.

Desde hace unos días se libran combates en la provincia de Latakia, bastión de la minoría alauita del depuesto presidente en la costa mediterránea.

En “un ataque bien planificado y premeditado, varios grupos de milicianos de Al-Assad atacaron nuestras posiciones y nuestros puntos de control, golpeando un gran número de nuestras patrullas en el área de Jableh”, dijo Mustafa Kneifati, responsable de seguridad en Latakia.

Estas acciones causaron numerosos muertos y heridos entre sus tropas, añadió sin dar un balance, luego establecido en más de 70 por el Observatorio.

Las fuerzas de seguridad “van a restablecer la estabilidad en la región y protegerán los bienes de nuestro pueblo”, aseguró Kneifati.

Fuerzas sirias patrullan la ciudad de Baniyas

Las autoridades impusieron ayer toques de queda tanto en Latakia como en las provincias de Tartus (oeste) y Homs (centro).

Durante la operación en Latakia, las fuerzas de seguridad detuvieron en la ciudad de Jableh a un antiguo responsable de los servicios de seguridad de la Fuerza Aérea, una de las agencias de seguridad más cercanas a la familia Al-Assad, dijo la agencia de noticias estatal SANA.

“Nuestras fuerzas en la ciudad de Jableh consiguieron detener al general criminal Ibrahim Huweija”, señaló la agencia. Agregó que “está acusado de haber cometido cientos de asesinatos en la época del criminal Hafez al-Assad”, padre y predecesor del derrocado presidente.

Bajo Al-Assad, los alauitas ocupaban altos cargos en el Ejército y las agencias de seguridad. El nuevo gobierno ha culpado a sus leales por los ataques de las últimas semanas contra las nuevas fuerzas de seguridad del país.

En la mañana de ayer, se desplegó un gran número de tropas en Latakia, donde efectivos de las fuerzas de seguridad informaron de algunos enfrentamientos en uno de los barrios, pero la mayor parte de la ciudad estaba tranquila y en manos del gobierno.

El director del Observatorio, Rami Abdurrahman, señaló sin embargo que las inmediaciones de las ciudades costeras de Baniyas y Jableh seguían bajo el control de leales a Al-Assad, así como su ciudad natal, Qardaha, y muchas aldeas alauitas próximas.

Un residente de Qardaha contó a The Associated Press por mensaje de texto que la situación era “muy mala”. El hombre, que pidió no ser identificado por seguridad, dijo que las fuerzas gubernamentales estaban disparando con ametralladoras pesadas en zonas residenciales.

Otro residente, que también habló bajo condición de anonimato por temor a su seguridad, dijo que no habían podido salir de casa desde el jueves por la tarde debido a la intensidad de los tiroteos.

El conflicto en Siria desplazó a millones de personas y cerca de tres millones buscaron refugio en la vecina Turquía. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunció esta semana que más de 133.000 de ellos regresaron voluntariamente desde la caída de Al-Assad.

Agencias AP y AFP

 Los leales al derrocado mandatario lanzaron un ataque en el oeste del país contra los militares que responden al actual gobierno  LA NACION

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