¿Quién será el próximo James Bond? Danza de nombres e incógnitas para el futuro cercano del agente secreto más famoso del mundo

Hace una semana, el show del Oscar nos recordó el hecho que más sacudió y conmovió a la industria del entretenimiento en lo que va de 2025: la decisión de los históricos dueños de la marca James Bond de ceder el control creativo del futuro audiovisual de uno de los personajes más conocidos de toda la historia del cine a Jeff Bezos y a Amazon, el gigante del comercio electrónico que desde hace un buen tiempo desembarcó en el mundo de las pantallas. En 2021, con la compra de Metro-Goldwyn-Mayer por 8500 millones de dólares, Amazon se aseguró un histórico catálogo de 4000 películas, entre ellas las 25 de James Bond, consideradas como la posesión más valiosa de ese patrimonio.
La última gran fiesta de Hollywood en esta temporada le dedicó un tramo a la música y a la historia de 007 en el cine. Fue un cuadro fallido, desordenado, con voces jóvenes que no entendieron cómo se interpretan las canciones de un personaje que también expresa su identidad y su esencia a través de las bandas de sonido de las películas. Pero sobre todo fue un tributo a dos figuras que manejaron durante las últimas décadas el destino de Bond: Barbara Broccoli y su medio hermano Michael G. Wilson. Los dos acaban de dar un paso al costado después de su último gran acto conjunto en el mundo del cine: el año pasado recibieron sendos Oscar honorarios.
Congratulations to 007 producers Michael G. Wilson and Barbara Broccoli who are being honoured by The Academy of Motion Picture Arts and Sciences with the Irving G. Thalberg Memorial Award. They will be presented with Oscar statuettes at the Academy’s Governors Awards event on… pic.twitter.com/0GkMUXqbH4
— James Bond (@007) June 12, 2024
Desde ese momento, todo Hollywood se pregunta todo el tiempo cuál será el futuro de 007. Quiere saber qué decisiones tomará Bezos para empezar a escribir con su sello el nuevo capítulo en la historia de la lucrativa marca. Lo único en claro hasta ahora es la intención explícita que tomó Amazon de expandir la marca y ampliar todo lo posible sus actuales horizontes. No solo cine, también series, videojuegos, entretenimientos, reality shows y hasta la posibilidad de crear una cadena de casinos online bajo ese nombre.
Nadie respondió hasta ahora de parte de Bezos o de Amazon las dos preguntas “del millón”: ¿Quién será el próximo James Bond? ¿Quién dirigirá la película número 26 del agente secreto más famoso del mundo? Hay nombres de sobra y para todos los gustos en circulación. Y toda clase de especulaciones al respecto.
En el medio están los fans, atrapados en medio de un temor inocultable: no quieren que la ambición de Amazon convierta a Bond en el eje de un multiverso parecido al de Marvel. De ese futuro que nadie quiere escuchar empieza a surgir, en cadena, toda clase de perspectivas inquietantes y peligrosas. Hasta ahora, el férreo control que mantuvieron desde la productora EON la hija de Albert “Cubby” Broccoli, primer productor de 007, y Wilson evitó, según ellos y quienes los respaldan, el agotamiento definitivo de un personaje que pudo haber llegado al fin de su carrera en el cine en la década del 80 tras la desastrosa etapa en la que Timothy Dalton fue 007.
De allí en adelante, con Pierce Brosnan y sobre todo con Daniel Craig, las últimas películas de Bond fueron las más exitosas, rentables y lucrativas de toda la historia. Lo único que les interesaba a los productores era concentrarse en hacer una película más o menos cada tres años, estrenarla en los cines y aprovechar comercialmente esa novedad identificando al personaje con distintos objetos-marcas de alto nivel y sofisticado alcance: autos, bebidas, relojes, indumentaria.
Vale siempre recordar que la fórmula funcionó sin grietas a lo largo de las últimas tres décadas y media. Hasta que a mediados de febrero se anunció que Broccoli y Wilson daban un paso al costado y cedían el control definitivo de todas las decisiones a Bezos. En los últimos tiempos la relación entre ambas partes se había roto casi por completo. Todo lo que quería Amazon en busca de multiplicar la presencia de la marca era rechazado por los dueños de EON.
La situación llegó a un punto de no retorno y a casi cinco años del estreno de Sin tiempo para morir nadie podía augurar cuándo volvería James Bond a la pantalla. Una ausencia tan larga podía resultar letal. En ese momento, Bezos decidió hacerse cargo a cualquier costo de la marca. Lo hizo, según cuenta una investigación que acaba de publicar The Hollywood Reporter, cuando se enteró que Barbara Broccoli, en una conversación privada entre amigos, dijo que los ejecutivos de Amazon eran unos “malditos idiotas”.
La cifra es redonda, simbólica y reveladora. Bezos puso mil millones de dólares sobre la mesa para que Broccoli y Wilson decidieran irse. El hombre fuerte de Amazon se aprovechó sobre todo de que Wilson, a sus 83 años, quería retirarse del cine y dedicarse a la beneficencia. Sin una de sus partes, el hasta allí macizo dúo dejaría de funcionar, y sobre todo consensuar sus decisiones. Así ocurrió. En cuanto a Broccoli, al conocer la decisión de su medio hermano también encontró en ese momento razones suficientes para apartarse de Bond y volcarse a otros proyectos. Según se dice en Hollywood, el cansancio y el hastío, en su caso, impulsaban sin vuelta atrás la decisión de alejarse.
¿Qué hará Amazon con Bond a partir de este momento? Por ahora, los augurios más preocupantes sobre lo que pueda pasar no aparecen. Hoy no se habla de ideas como “pongámosle Bond a todo”. Los primeros pasos de esta nueva etapa sugieren hasta el momento un rumbo bastante parecido al que encaraban los dueños anteriores cada vez que había que salir a buscar un nuevo actor (sobre todo) y un nuevo director.
Aquí es donde aparece Christopher Nolan, que para algunos medios de Hollywood sería el nombre que Amazon considera prioritario para el próximo capítulo de la historia de 007. Sin embargo, que Nolan esté arriba de todo en la lista choca de inmediato con la aparente idea de Bezos de revitalizar lo antes posible a la marca, porque está en medio de un ambicioso proyecto que lo retiene indefectiblemente hasta mediados de 2026. Después de Oppenheimer, puso en marcha una adaptación de La odisea con la meticulosidad que lo caracteriza, un imponente elenco y un rodaje muy complejo que se encuentra en pleno desarrollo.
Si contar a toda costa con Nolan es el gran objetivo de Amazon tendremos que esperar al menos tres años más para volver a ver a James Bond en pantalla con una nueva película. Quienes dan crédito a esta postura justifican una eventual convocatoria a Nolan sobre todo como garantía de credibilidad mirando al futuro. “Si Amazon quiere preservar el legado de Bond, debería hacer todo lo posible para conseguir a Nolan y esperarlo tanto tiempo como sea necesario”, señala una nota de The Wrap, un medio digital que suele manejar información confiable sobre la industria de Hollywood.
Respalda esta postura la memoria del propio Nolan, que reconoció más de una vez en el pasado la influencia ejercida en su obra por las películas de 007. Pero al mismo tiempo advirtió que comprometerse en un proyecto de ese tipo exigía hacerse cargo del “paquete completo” (guión, casting, producción), algo que Broccoli y Wilson no estaban dispuestos a ceder. Por eso todo no fue más allá de una expresión de deseos.
En varios momentos de la última década circuló la versión de que Nolan quería filmar una o dos películas de Bond y contar allí historias directamente conectadas con el tiempo y el espacio imaginados en las novelas originales de Ian Fleming, publicadas entre 1953 y 1966. Desde esa visión, una película de 007 dirigida por Nolan iba a mostrar en acción a un espía con licencia para matar, al servicio secreto de Su Majestad Británica, moviéndose en los complejos escenarios de la Guerra Fría, no en la actualidad.
Nolan no fue el único director que aparentemente nunca logró ponerse de acuerdo con el tándem Broccoli-Wilson por el control creativo del proyecto. El mismo factor determinó la salida de Danny Boyle, el primer nombre al que EON llamó para hacer Sin tiempo para morir. Tenía ideas, relacionadas sobre todo con la historia personal de 007, que los dueños de la marca no estaban dispuestos a aceptar. Ahora, en un nuevo escenario con Amazon al mando, Boyle podría ser tenido otra vez en cuenta.
Otro nombre factible que circula en estos días es el de Christopher McQuarrie, el gran cerebro detrás de la última y extraordinaria etapa de Misión imposible. Tan meritorio fue lo suyo que Ethan Hunt, el personaje de Tom Cruise que protagoniza esas aventuras, es reconocido hoy con toda justicia como la mejor actualización de James Bond concebida por el cine en las últimas décadas. El de McQuarrie podría ser un nombre muy adecuado para poner en marcha la reinvención completa de 007.
Hay más nombres dando vueltas en esta danza de rumores: Steve McQueen, Dan Trachtenberg, el alemán Edward Berger (Cónclave, Sin novedad en el frente), Matthew Vaughn (creador de Kingsman, visible y exitosa parodia de una parte del mundo Bond) y hasta James Hawes, cuya nueva película, El amateur: Operación Venganza, propone una vuelta de tuerca sobre las clásicas historias de espionaje y suspenso. Se estrena el 10 de abril en los cines y tiene como protagonista a Rami Malek, nada menos que el último gran enemigo en la pantalla de 007, en Sin tiempo para morir.
¿Y el próximo James Bond quién será? La búsqueda está de nuevo en su apogeo, sobre todo después de que Bezos, desde su cuenta en X, lanzara inmediatamente después de asumir el control creativo de la marca una encuesta abierta para que el público eligiera al séptimo Bond de la historia. La espontánea encuesta la ganó Henry Cavill, que en su momento, con 22 años, se presentó al casting del que finalmente surgió en 2005 Daniel Craig, el sexto Bond de la historia.
Todo tipo de nombres aparece en las más diversas especulaciones sobre el próximo dueño del personaje. Hay quienes apuestan por el primer Bond de color, con el imponente Aaron Pierre (Rebel Ridge), Regé-Jean Pierre (el galán de Bridgerton) y Damson Idris (el actor de Snowfall y compañero de Brad Pitt en la película de Fórmula 1 que llega este año a los cines) como principales opciones. Por carisma, fotogenia y presencia cinematográfica, Idris Elba siempre aparece por encima de todos ellos, pero la edad le juega en contra. A los 52 años es casi imposible empezar a ser James Bond. Brosnan, por ejemplo, se despidió del personaje después de su cuarta película (Otro día para morir, 2003), a los 49 años.
En la búsqueda del séptimo Bond también aparecen alternativas más clásicas en cuanto a apostura, presencia y genuino espíritu británico como las de Jonathan Bailey (a quien vimos brillar hace poco en Wicked), Richard Madden, Joseph Quinn, Callum Turner y hasta Charles Melton (Secretos de un escándalo, Bad Boys, Riverdale). Y apuestas todavía más audaces, conectados con el universo asiático en el que todavía el Reino Unido ejerce influencia: Riz Ahmed y Henry Golding.
Vuelven a aparecer junto a ellos dos nombres que en su momento sonaron fuerte para ocupar el lugar que dejó vacante Craig: Aaron Taylor-Johnson, a quien el diario sensacionalista londinense The Sun proclamó apresuradamente hace un año como el nuevo Bond, y Josh O’Connor, el actor que personificó al príncipe Carlos en la serie The Crown, a quien The Hollywood Reporter anticipó en los últimos meses de 2024 como el 007 del futuro.
La realidad desmintió en su momento ambos anuncios, pero en el nuevo escenario dominado por Amazon ningún nombre puede descartarse. Sobre todo porque dos ilustres ex dueños del papel, George Lazenby y Pierce Brosnan dijeron que Taylor-Johnson era la mejor elección posible para el Bond del futuro. Aunque siempre está la chance de que aparezca de repente un “tapado”. La historia lo corrobora.
Hace una semana, el show del Oscar nos recordó el hecho que más sacudió y conmovió a la industria del entretenimiento en lo que va de 2025: la decisión de los históricos dueños de la marca James Bond de ceder el control creativo del futuro audiovisual de uno de los personajes más conocidos de toda la historia del cine a Jeff Bezos y a Amazon, el gigante del comercio electrónico que desde hace un buen tiempo desembarcó en el mundo de las pantallas. En 2021, con la compra de Metro-Goldwyn-Mayer por 8500 millones de dólares, Amazon se aseguró un histórico catálogo de 4000 películas, entre ellas las 25 de James Bond, consideradas como la posesión más valiosa de ese patrimonio.
La última gran fiesta de Hollywood en esta temporada le dedicó un tramo a la música y a la historia de 007 en el cine. Fue un cuadro fallido, desordenado, con voces jóvenes que no entendieron cómo se interpretan las canciones de un personaje que también expresa su identidad y su esencia a través de las bandas de sonido de las películas. Pero sobre todo fue un tributo a dos figuras que manejaron durante las últimas décadas el destino de Bond: Barbara Broccoli y su medio hermano Michael G. Wilson. Los dos acaban de dar un paso al costado después de su último gran acto conjunto en el mundo del cine: el año pasado recibieron sendos Oscar honorarios.
Congratulations to 007 producers Michael G. Wilson and Barbara Broccoli who are being honoured by The Academy of Motion Picture Arts and Sciences with the Irving G. Thalberg Memorial Award. They will be presented with Oscar statuettes at the Academy’s Governors Awards event on… pic.twitter.com/0GkMUXqbH4
— James Bond (@007) June 12, 2024
Desde ese momento, todo Hollywood se pregunta todo el tiempo cuál será el futuro de 007. Quiere saber qué decisiones tomará Bezos para empezar a escribir con su sello el nuevo capítulo en la historia de la lucrativa marca. Lo único en claro hasta ahora es la intención explícita que tomó Amazon de expandir la marca y ampliar todo lo posible sus actuales horizontes. No solo cine, también series, videojuegos, entretenimientos, reality shows y hasta la posibilidad de crear una cadena de casinos online bajo ese nombre.
Nadie respondió hasta ahora de parte de Bezos o de Amazon las dos preguntas “del millón”: ¿Quién será el próximo James Bond? ¿Quién dirigirá la película número 26 del agente secreto más famoso del mundo? Hay nombres de sobra y para todos los gustos en circulación. Y toda clase de especulaciones al respecto.
En el medio están los fans, atrapados en medio de un temor inocultable: no quieren que la ambición de Amazon convierta a Bond en el eje de un multiverso parecido al de Marvel. De ese futuro que nadie quiere escuchar empieza a surgir, en cadena, toda clase de perspectivas inquietantes y peligrosas. Hasta ahora, el férreo control que mantuvieron desde la productora EON la hija de Albert “Cubby” Broccoli, primer productor de 007, y Wilson evitó, según ellos y quienes los respaldan, el agotamiento definitivo de un personaje que pudo haber llegado al fin de su carrera en el cine en la década del 80 tras la desastrosa etapa en la que Timothy Dalton fue 007.
De allí en adelante, con Pierce Brosnan y sobre todo con Daniel Craig, las últimas películas de Bond fueron las más exitosas, rentables y lucrativas de toda la historia. Lo único que les interesaba a los productores era concentrarse en hacer una película más o menos cada tres años, estrenarla en los cines y aprovechar comercialmente esa novedad identificando al personaje con distintos objetos-marcas de alto nivel y sofisticado alcance: autos, bebidas, relojes, indumentaria.
Vale siempre recordar que la fórmula funcionó sin grietas a lo largo de las últimas tres décadas y media. Hasta que a mediados de febrero se anunció que Broccoli y Wilson daban un paso al costado y cedían el control definitivo de todas las decisiones a Bezos. En los últimos tiempos la relación entre ambas partes se había roto casi por completo. Todo lo que quería Amazon en busca de multiplicar la presencia de la marca era rechazado por los dueños de EON.
La situación llegó a un punto de no retorno y a casi cinco años del estreno de Sin tiempo para morir nadie podía augurar cuándo volvería James Bond a la pantalla. Una ausencia tan larga podía resultar letal. En ese momento, Bezos decidió hacerse cargo a cualquier costo de la marca. Lo hizo, según cuenta una investigación que acaba de publicar The Hollywood Reporter, cuando se enteró que Barbara Broccoli, en una conversación privada entre amigos, dijo que los ejecutivos de Amazon eran unos “malditos idiotas”.
La cifra es redonda, simbólica y reveladora. Bezos puso mil millones de dólares sobre la mesa para que Broccoli y Wilson decidieran irse. El hombre fuerte de Amazon se aprovechó sobre todo de que Wilson, a sus 83 años, quería retirarse del cine y dedicarse a la beneficencia. Sin una de sus partes, el hasta allí macizo dúo dejaría de funcionar, y sobre todo consensuar sus decisiones. Así ocurrió. En cuanto a Broccoli, al conocer la decisión de su medio hermano también encontró en ese momento razones suficientes para apartarse de Bond y volcarse a otros proyectos. Según se dice en Hollywood, el cansancio y el hastío, en su caso, impulsaban sin vuelta atrás la decisión de alejarse.
¿Qué hará Amazon con Bond a partir de este momento? Por ahora, los augurios más preocupantes sobre lo que pueda pasar no aparecen. Hoy no se habla de ideas como “pongámosle Bond a todo”. Los primeros pasos de esta nueva etapa sugieren hasta el momento un rumbo bastante parecido al que encaraban los dueños anteriores cada vez que había que salir a buscar un nuevo actor (sobre todo) y un nuevo director.
Aquí es donde aparece Christopher Nolan, que para algunos medios de Hollywood sería el nombre que Amazon considera prioritario para el próximo capítulo de la historia de 007. Sin embargo, que Nolan esté arriba de todo en la lista choca de inmediato con la aparente idea de Bezos de revitalizar lo antes posible a la marca, porque está en medio de un ambicioso proyecto que lo retiene indefectiblemente hasta mediados de 2026. Después de Oppenheimer, puso en marcha una adaptación de La odisea con la meticulosidad que lo caracteriza, un imponente elenco y un rodaje muy complejo que se encuentra en pleno desarrollo.
Si contar a toda costa con Nolan es el gran objetivo de Amazon tendremos que esperar al menos tres años más para volver a ver a James Bond en pantalla con una nueva película. Quienes dan crédito a esta postura justifican una eventual convocatoria a Nolan sobre todo como garantía de credibilidad mirando al futuro. “Si Amazon quiere preservar el legado de Bond, debería hacer todo lo posible para conseguir a Nolan y esperarlo tanto tiempo como sea necesario”, señala una nota de The Wrap, un medio digital que suele manejar información confiable sobre la industria de Hollywood.
Respalda esta postura la memoria del propio Nolan, que reconoció más de una vez en el pasado la influencia ejercida en su obra por las películas de 007. Pero al mismo tiempo advirtió que comprometerse en un proyecto de ese tipo exigía hacerse cargo del “paquete completo” (guión, casting, producción), algo que Broccoli y Wilson no estaban dispuestos a ceder. Por eso todo no fue más allá de una expresión de deseos.
En varios momentos de la última década circuló la versión de que Nolan quería filmar una o dos películas de Bond y contar allí historias directamente conectadas con el tiempo y el espacio imaginados en las novelas originales de Ian Fleming, publicadas entre 1953 y 1966. Desde esa visión, una película de 007 dirigida por Nolan iba a mostrar en acción a un espía con licencia para matar, al servicio secreto de Su Majestad Británica, moviéndose en los complejos escenarios de la Guerra Fría, no en la actualidad.
Nolan no fue el único director que aparentemente nunca logró ponerse de acuerdo con el tándem Broccoli-Wilson por el control creativo del proyecto. El mismo factor determinó la salida de Danny Boyle, el primer nombre al que EON llamó para hacer Sin tiempo para morir. Tenía ideas, relacionadas sobre todo con la historia personal de 007, que los dueños de la marca no estaban dispuestos a aceptar. Ahora, en un nuevo escenario con Amazon al mando, Boyle podría ser tenido otra vez en cuenta.
Otro nombre factible que circula en estos días es el de Christopher McQuarrie, el gran cerebro detrás de la última y extraordinaria etapa de Misión imposible. Tan meritorio fue lo suyo que Ethan Hunt, el personaje de Tom Cruise que protagoniza esas aventuras, es reconocido hoy con toda justicia como la mejor actualización de James Bond concebida por el cine en las últimas décadas. El de McQuarrie podría ser un nombre muy adecuado para poner en marcha la reinvención completa de 007.
Hay más nombres dando vueltas en esta danza de rumores: Steve McQueen, Dan Trachtenberg, el alemán Edward Berger (Cónclave, Sin novedad en el frente), Matthew Vaughn (creador de Kingsman, visible y exitosa parodia de una parte del mundo Bond) y hasta James Hawes, cuya nueva película, El amateur: Operación Venganza, propone una vuelta de tuerca sobre las clásicas historias de espionaje y suspenso. Se estrena el 10 de abril en los cines y tiene como protagonista a Rami Malek, nada menos que el último gran enemigo en la pantalla de 007, en Sin tiempo para morir.
¿Y el próximo James Bond quién será? La búsqueda está de nuevo en su apogeo, sobre todo después de que Bezos, desde su cuenta en X, lanzara inmediatamente después de asumir el control creativo de la marca una encuesta abierta para que el público eligiera al séptimo Bond de la historia. La espontánea encuesta la ganó Henry Cavill, que en su momento, con 22 años, se presentó al casting del que finalmente surgió en 2005 Daniel Craig, el sexto Bond de la historia.
Todo tipo de nombres aparece en las más diversas especulaciones sobre el próximo dueño del personaje. Hay quienes apuestan por el primer Bond de color, con el imponente Aaron Pierre (Rebel Ridge), Regé-Jean Pierre (el galán de Bridgerton) y Damson Idris (el actor de Snowfall y compañero de Brad Pitt en la película de Fórmula 1 que llega este año a los cines) como principales opciones. Por carisma, fotogenia y presencia cinematográfica, Idris Elba siempre aparece por encima de todos ellos, pero la edad le juega en contra. A los 52 años es casi imposible empezar a ser James Bond. Brosnan, por ejemplo, se despidió del personaje después de su cuarta película (Otro día para morir, 2003), a los 49 años.
En la búsqueda del séptimo Bond también aparecen alternativas más clásicas en cuanto a apostura, presencia y genuino espíritu británico como las de Jonathan Bailey (a quien vimos brillar hace poco en Wicked), Richard Madden, Joseph Quinn, Callum Turner y hasta Charles Melton (Secretos de un escándalo, Bad Boys, Riverdale). Y apuestas todavía más audaces, conectados con el universo asiático en el que todavía el Reino Unido ejerce influencia: Riz Ahmed y Henry Golding.
Vuelven a aparecer junto a ellos dos nombres que en su momento sonaron fuerte para ocupar el lugar que dejó vacante Craig: Aaron Taylor-Johnson, a quien el diario sensacionalista londinense The Sun proclamó apresuradamente hace un año como el nuevo Bond, y Josh O’Connor, el actor que personificó al príncipe Carlos en la serie The Crown, a quien The Hollywood Reporter anticipó en los últimos meses de 2024 como el 007 del futuro.
La realidad desmintió en su momento ambos anuncios, pero en el nuevo escenario dominado por Amazon ningún nombre puede descartarse. Sobre todo porque dos ilustres ex dueños del papel, George Lazenby y Pierce Brosnan dijeron que Taylor-Johnson era la mejor elección posible para el Bond del futuro. Aunque siempre está la chance de que aparezca de repente un “tapado”. La historia lo corrobora.
Con Amazon ahora a cargo del control creativo de la marca, crece la ansiedad por conocer los nombres que estarán a cargo de la próxima etapa. Suenan nombres como el director Christopher Nolan y los actores Henry Cavill, Aaron Taylor-Johnson y Josh O’Connor. LA NACION