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Escobar: autobombo, juego e inseguridad

El 27 de diciembre, de forma exprés y por unanimidad, el Concejo Deliberante del municipio de Escobar aprobó la construcción de un centro comercial en Ingeniero Maschwitz que incluirá hotel, auditorio y salón de juegos de azar. Las componendas entre kirchneristas, radicales, peronistas y libertarios permitirán la relocalización allí del Bingo Ramallo, de Daniel Angelici, a pesar del reclamo de asociaciones vecinales preocupadas, entre otras cosas, por la presencia de colegios a escasos metros. “Un cáncer en el corazón de Maschwitz”, definieron quienes resisten la nueva modalidad de “bingos con rueditas” que se trasladan de un enclave a otro sin inconvenientes ante la dificultad para conseguir la aprobación de nuevas licencias. El juego y la ludopatía se expanden a alta velocidad gracias al favor de la política que saca su tajada. No menos nefasto es el crecimiento de la inseguridad.

En noviembre último, el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, celebraba que “la Policía Municipal ya es una realidad” luego de conseguir la aprobación del Concejo Deliberante, que ha sido origen de turbias resoluciones, ya que desde hace años se vienen alentando jugosos negocios con bienes de la comunidad.

La fase preparatoria de la fuerza policial que complementará a la bonaerense arrancó en octubre, mientras que a la Guardia Urbana, también de reciente creación, le asignaron funciones de prevención en cercanía con la comunidad. Se anunció también la incorporación de más camionetas y motos, teléfonos geolocalizados y cámaras corporales portátiles (bodycams), así como de armas no letales, anticipando mayor protagonismo de la inteligencia artificial. “Estamos construyendo un Estado presente, pero moderno”, afirmó el intendente.

El juego y la ludopatía se expanden a alta velocidad gracias al favor de la política que saca su tajada. No menos nefasto es el crecimiento de la inseguridad

Su construcción política se cimenta en publicidad y propaganda más que en una trayectoria de idoneidad y transparencia, puesto que Sujarchuk se vio beneficiado por una sonora y costosísima campaña publicitaria al amparo del kirchnerismo que le permitió llegar al poder. Será seguramente por eso que el jefe comunal aprovechó la temporada estival para elevar su perfil empapelando con cartelería la Costa Atlántica, convencido probablemente de que sus votantes se pueden dar el lujo de vacacionar o aspirando, tal vez, como tantos otros, a proyectar su figura por fuera del pago chico. Tampoco faltan carteles sobre la avenida General Paz, destacando precisamente las inversiones en materia de seguridad, una cuestión que desvela a las autoridades bonaerenses cuando una provincia incendiada se ha vuelto tierra de nadie.

Mientras tanto, los vecinos de Escobar, lejos del mar, piden con desesperación más seguridad para sus barrios y organizan manifestaciones de reclamo. Asaltos, hechos de violencia a plena luz del día se suceden ante la ausencia del patrullaje policial. El último día de 2024, una señora de 90 años fue asesinada y al detenerse a sus agresores descubrieron que le habían robado carne congelada y una garrafa. El hecho colmó la paciencia de los vecinos de las 25 manzanas del barrio Las Glorias y San Miguel, zona de casaquintas y terrenos grandes. Las modalidades escruche o entradera están a la orden del día; roban rápido y se van, muchos entran armados y son por demás violentos. Los vecinos denuncian zona liberada.

El 22 de enero pasado, un delincuente asaltó y amenazó a una pareja de jubilados para luego fugarse apuntando incluso a los policías. Finalmente, fue identificado y detenido.

La construcción política de Sujarchuk se cimenta en publicidad y propaganda más que en una trayectoria de idoneidad y transparencia. Llegó al poder beneficiado por una sonora y costosísima campaña publicitaria al amparo del kirchnerismo

El crecimiento de la inseguridad y la falta de respuesta de las autoridades motorizó aquel mes una marcha pacífica en Ingeniero Maschwitz. Familias enteras desfilaron portando pancartas y vieron sumarse a algunos comerciantes, víctimas también de frecuentes robos en sus establecimientos. En la sede policial, los marchantes fueron recibidos por el jefe de la comisaría a quien entregaron un petitorio exigiendo urgentes medidas. Una vez más, recibieron las promesas de intensificación del patrullaje en la zona, acciones claramente supeditadas tanto a decisiones políticas como a cuestiones presupuestarias. Por su parte, las autoridades municipales y de la Secretaría de Seguridad que los habían recibido anteriormente optaron en esa ocasión por no dar la cara.

Casi 9000 vecinos están adheridos al sistema Ojos y Oídos en Alerta, hay 289 alarmas vecinales conectadas al Centro de Monitoreo y 363 cámaras en las calles, pero la realidad confirma que lejos está de ser suficiente. La inseguridad ha llegado también a los barrios cerrados de Puertos, un moderno desarrollo. En uno de ellos vive el propio intendente, motor de acuerdos con importantes emprendimientos inmobiliarios que invadieron los humedales del distrito y responsable de ventas de tierras fiscales a precio vil. Pretende allí quedar a salvo de lo que ocurre en el municipio que gobierna, castigado por la emergencia social. Solo una pequeña parte de la población de Escobar tiene acceso a cloacas y red de agua potable, con enormes carencias en salud.

El jefe comunal, cuya discrecionalidad en el manejo de los fondos públicos es bien conocida, informó que el presupuesto general para 2025 es de 216 mil millones de pesos y que están licitando la compra de equipamiento para la flamante fuerza policial local. Para el corriente año se prevé un incremento del presupuesto municipal en seguridad del 2,71%, así como también “un ajuste en gastos no esenciales como publicidad institucional…”, entre otros. Si en enero vimos ya el destino de las erogaciones en materia publicitaria con foco en la costa, nos preguntamos cuánto habrá de cierto en las promesas cuando mejor sería haber redireccionado el total de ese superfluo gasto a combatir la inseguridad y no a un injustificado autobombo.

Detrás de robustecer la identidad política bonaerense, Sujarchuk cuestiona la falta de rumbo peronista y afirma: “Tenemos la responsabilidad de encontrar los temas que preocupan a las y los argentinos de cara al futuro”. No estaría entendiendo que la verdadera preocupación ciudadana ya está expuesta y se asocia con la inseguridad, el pernicioso avance de la ludopatía y el despilfarro. “Convicciones firmes para dar lo mejor de mí”, señala desde su cuenta de X este servidor público que lejos está de serlo. Res non verba le reclaman los vecinos.

El 27 de diciembre, de forma exprés y por unanimidad, el Concejo Deliberante del municipio de Escobar aprobó la construcción de un centro comercial en Ingeniero Maschwitz que incluirá hotel, auditorio y salón de juegos de azar. Las componendas entre kirchneristas, radicales, peronistas y libertarios permitirán la relocalización allí del Bingo Ramallo, de Daniel Angelici, a pesar del reclamo de asociaciones vecinales preocupadas, entre otras cosas, por la presencia de colegios a escasos metros. “Un cáncer en el corazón de Maschwitz”, definieron quienes resisten la nueva modalidad de “bingos con rueditas” que se trasladan de un enclave a otro sin inconvenientes ante la dificultad para conseguir la aprobación de nuevas licencias. El juego y la ludopatía se expanden a alta velocidad gracias al favor de la política que saca su tajada. No menos nefasto es el crecimiento de la inseguridad.

En noviembre último, el intendente de Escobar, Ariel Sujarchuk, celebraba que “la Policía Municipal ya es una realidad” luego de conseguir la aprobación del Concejo Deliberante, que ha sido origen de turbias resoluciones, ya que desde hace años se vienen alentando jugosos negocios con bienes de la comunidad.

La fase preparatoria de la fuerza policial que complementará a la bonaerense arrancó en octubre, mientras que a la Guardia Urbana, también de reciente creación, le asignaron funciones de prevención en cercanía con la comunidad. Se anunció también la incorporación de más camionetas y motos, teléfonos geolocalizados y cámaras corporales portátiles (bodycams), así como de armas no letales, anticipando mayor protagonismo de la inteligencia artificial. “Estamos construyendo un Estado presente, pero moderno”, afirmó el intendente.

El juego y la ludopatía se expanden a alta velocidad gracias al favor de la política que saca su tajada. No menos nefasto es el crecimiento de la inseguridad

Su construcción política se cimenta en publicidad y propaganda más que en una trayectoria de idoneidad y transparencia, puesto que Sujarchuk se vio beneficiado por una sonora y costosísima campaña publicitaria al amparo del kirchnerismo que le permitió llegar al poder. Será seguramente por eso que el jefe comunal aprovechó la temporada estival para elevar su perfil empapelando con cartelería la Costa Atlántica, convencido probablemente de que sus votantes se pueden dar el lujo de vacacionar o aspirando, tal vez, como tantos otros, a proyectar su figura por fuera del pago chico. Tampoco faltan carteles sobre la avenida General Paz, destacando precisamente las inversiones en materia de seguridad, una cuestión que desvela a las autoridades bonaerenses cuando una provincia incendiada se ha vuelto tierra de nadie.

Mientras tanto, los vecinos de Escobar, lejos del mar, piden con desesperación más seguridad para sus barrios y organizan manifestaciones de reclamo. Asaltos, hechos de violencia a plena luz del día se suceden ante la ausencia del patrullaje policial. El último día de 2024, una señora de 90 años fue asesinada y al detenerse a sus agresores descubrieron que le habían robado carne congelada y una garrafa. El hecho colmó la paciencia de los vecinos de las 25 manzanas del barrio Las Glorias y San Miguel, zona de casaquintas y terrenos grandes. Las modalidades escruche o entradera están a la orden del día; roban rápido y se van, muchos entran armados y son por demás violentos. Los vecinos denuncian zona liberada.

El 22 de enero pasado, un delincuente asaltó y amenazó a una pareja de jubilados para luego fugarse apuntando incluso a los policías. Finalmente, fue identificado y detenido.

La construcción política de Sujarchuk se cimenta en publicidad y propaganda más que en una trayectoria de idoneidad y transparencia. Llegó al poder beneficiado por una sonora y costosísima campaña publicitaria al amparo del kirchnerismo

El crecimiento de la inseguridad y la falta de respuesta de las autoridades motorizó aquel mes una marcha pacífica en Ingeniero Maschwitz. Familias enteras desfilaron portando pancartas y vieron sumarse a algunos comerciantes, víctimas también de frecuentes robos en sus establecimientos. En la sede policial, los marchantes fueron recibidos por el jefe de la comisaría a quien entregaron un petitorio exigiendo urgentes medidas. Una vez más, recibieron las promesas de intensificación del patrullaje en la zona, acciones claramente supeditadas tanto a decisiones políticas como a cuestiones presupuestarias. Por su parte, las autoridades municipales y de la Secretaría de Seguridad que los habían recibido anteriormente optaron en esa ocasión por no dar la cara.

Casi 9000 vecinos están adheridos al sistema Ojos y Oídos en Alerta, hay 289 alarmas vecinales conectadas al Centro de Monitoreo y 363 cámaras en las calles, pero la realidad confirma que lejos está de ser suficiente. La inseguridad ha llegado también a los barrios cerrados de Puertos, un moderno desarrollo. En uno de ellos vive el propio intendente, motor de acuerdos con importantes emprendimientos inmobiliarios que invadieron los humedales del distrito y responsable de ventas de tierras fiscales a precio vil. Pretende allí quedar a salvo de lo que ocurre en el municipio que gobierna, castigado por la emergencia social. Solo una pequeña parte de la población de Escobar tiene acceso a cloacas y red de agua potable, con enormes carencias en salud.

El jefe comunal, cuya discrecionalidad en el manejo de los fondos públicos es bien conocida, informó que el presupuesto general para 2025 es de 216 mil millones de pesos y que están licitando la compra de equipamiento para la flamante fuerza policial local. Para el corriente año se prevé un incremento del presupuesto municipal en seguridad del 2,71%, así como también “un ajuste en gastos no esenciales como publicidad institucional…”, entre otros. Si en enero vimos ya el destino de las erogaciones en materia publicitaria con foco en la costa, nos preguntamos cuánto habrá de cierto en las promesas cuando mejor sería haber redireccionado el total de ese superfluo gasto a combatir la inseguridad y no a un injustificado autobombo.

Detrás de robustecer la identidad política bonaerense, Sujarchuk cuestiona la falta de rumbo peronista y afirma: “Tenemos la responsabilidad de encontrar los temas que preocupan a las y los argentinos de cara al futuro”. No estaría entendiendo que la verdadera preocupación ciudadana ya está expuesta y se asocia con la inseguridad, el pernicioso avance de la ludopatía y el despilfarro. “Convicciones firmes para dar lo mejor de mí”, señala desde su cuenta de X este servidor público que lejos está de serlo. Res non verba le reclaman los vecinos.

 Resulta indignante el despilfarro de dineros públicos en actividades alejadas de las demandas sociales y que solo persiguen la promoción política del intendente  LA NACION

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