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Un grupo de astrónomos de la NASA rastrea una señal misteriosa hacia un planeta destruido: qué se sabe

Recientes observaciones realizadas con los telescopios de rayos X Chandra de la NASA y XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea proporcionó datos más detallados sobre lo que parece ser un planeta en destrucción. Los científicos sugieren que esta señal podría originarse en la destrucción de un planeta por parte de una enana blanca, el remanente estelar en el centro de la nebulosa.

La Nebulosa de la Hélice y su enana blanca central

La Nebulosa de la Hélice, situada a aproximadamente 650 años luz de la Tierra, es una de las nebulosas planetarias más cercanas y estudiadas. Estas estructuras se forman cuando estrellas similares al Sol agotan su combustible nuclear y expulsan sus capas exteriores, dejando atrás una enana blanca. Este núcleo estelar emite radiación ultravioleta que ilumina el gas circundante, creando las formas brillantes características de las nebulosas planetarias, según Newsweek.

La enana blanca en el centro de la Nebulosa de la Hélice, conocida como WD 2226-210, fue objeto de estudio durante décadas debido a una inusual emisión de rayos X de alta energía detectada por los telescopios Einstein y ROSAT en los años 80 (Archivo)

La enana blanca en el centro de la Nebulosa de la Hélice, conocida como WD 2226-210, fue objeto de estudio durante décadas debido a una inusual emisión de rayos X de alta energía detectada por los telescopios Einstein y ROSAT en los años 80. Las enanas blancas típicamente no emiten rayos X tan energéticos, llevando a los científicos a buscar explicaciones para esta anomalía.

Nuevas observaciones y posibles explicaciones

Los investigadores propusieron que la señal podría deberse a la acreción de material planetario por parte de la enana blanca. Específicamente, se sugiere que un planeta cercano fue destruido por la intensa gravedad de la enana blanca, y los restos de este planeta están siendo atraídos hacia ella, emitiendo rayos X en el proceso.

Esta hipótesis se basa en la detección de una variación sutil y regular en la señal de rayos X cada 2,9 horas, indicando la presencia de restos de un planeta extremadamente cercano a la enana blanca. Además, se consolidó la posibilidad de que, en lugar de un planeta, se trate de la destrucción de una estrella de baja masa.

Sin embargo, la evidencia favorece la hipótesis de un planeta similar a Júpiter, ya que su tamaño es lo suficientemente grande como para que la gravedad de la enana blanca lo despedazara, mientras que una estrella de baja masa sería demasiado pequeña para experimentar este efecto.

Implicaciones para la evolución de sistemas planetarios

Este descubrimiento tiene implicaciones para la comprensión de la evolución de los sistemas planetarios alrededor de estrellas similares al Sol. Cuando estas estrellas envejecen y se convierten en enanas blancas, los planetas que las orbitan pueden experimentar interacciones gravitatorias que los lleven a migrar hacia órbitas más cercanas. Si se acercan demasiado, la intensa gravedad de la enana blanca puede destruirlos, y sus restos pueden ser atraídos hacia la estrella, emitiendo rayos X en el proceso.

Este proceso podría ser más común de lo que se pensaba anteriormente, y la detección de emisiones de rayos X similares en otras enanas blancas podría indicar la presencia de restos planetarios en acreción. Estos hallazgos podrían ayudar a los astrónomos a comprender mejor la dinámica y el destino de los sistemas planetarios en etapas avanzadas de evolución estelar.

Observaciones futuras y búsqueda de sistemas similares

La identificación de más sistemas como WD 2226-210 es necesario para profundizar en el estudio de la interacción entre enanas blancas y planetas. Estas observaciones futuras con telescopios de rayos X y otros instrumentos podrían revelar más casos de acreción de material planetario por parte de enanas blancas.

Además, el estudio de estos sistemas puede proporcionar información sobre la supervivencia o destrucción de planetas alrededor de estrellas similares al Sol a medida que envejecen. La detección de emisiones de rayos X de alta energía en enanas blancas podría convertirse en una herramienta valiosa para identificar sistemas donde se están destruyendo planetas.

Recientes observaciones realizadas con los telescopios de rayos X Chandra de la NASA y XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea proporcionó datos más detallados sobre lo que parece ser un planeta en destrucción. Los científicos sugieren que esta señal podría originarse en la destrucción de un planeta por parte de una enana blanca, el remanente estelar en el centro de la nebulosa.

La Nebulosa de la Hélice y su enana blanca central

La Nebulosa de la Hélice, situada a aproximadamente 650 años luz de la Tierra, es una de las nebulosas planetarias más cercanas y estudiadas. Estas estructuras se forman cuando estrellas similares al Sol agotan su combustible nuclear y expulsan sus capas exteriores, dejando atrás una enana blanca. Este núcleo estelar emite radiación ultravioleta que ilumina el gas circundante, creando las formas brillantes características de las nebulosas planetarias, según Newsweek.

La enana blanca en el centro de la Nebulosa de la Hélice, conocida como WD 2226-210, fue objeto de estudio durante décadas debido a una inusual emisión de rayos X de alta energía detectada por los telescopios Einstein y ROSAT en los años 80 (Archivo)

La enana blanca en el centro de la Nebulosa de la Hélice, conocida como WD 2226-210, fue objeto de estudio durante décadas debido a una inusual emisión de rayos X de alta energía detectada por los telescopios Einstein y ROSAT en los años 80. Las enanas blancas típicamente no emiten rayos X tan energéticos, llevando a los científicos a buscar explicaciones para esta anomalía.

Nuevas observaciones y posibles explicaciones

Los investigadores propusieron que la señal podría deberse a la acreción de material planetario por parte de la enana blanca. Específicamente, se sugiere que un planeta cercano fue destruido por la intensa gravedad de la enana blanca, y los restos de este planeta están siendo atraídos hacia ella, emitiendo rayos X en el proceso.

Esta hipótesis se basa en la detección de una variación sutil y regular en la señal de rayos X cada 2,9 horas, indicando la presencia de restos de un planeta extremadamente cercano a la enana blanca. Además, se consolidó la posibilidad de que, en lugar de un planeta, se trate de la destrucción de una estrella de baja masa.

Sin embargo, la evidencia favorece la hipótesis de un planeta similar a Júpiter, ya que su tamaño es lo suficientemente grande como para que la gravedad de la enana blanca lo despedazara, mientras que una estrella de baja masa sería demasiado pequeña para experimentar este efecto.

Implicaciones para la evolución de sistemas planetarios

Este descubrimiento tiene implicaciones para la comprensión de la evolución de los sistemas planetarios alrededor de estrellas similares al Sol. Cuando estas estrellas envejecen y se convierten en enanas blancas, los planetas que las orbitan pueden experimentar interacciones gravitatorias que los lleven a migrar hacia órbitas más cercanas. Si se acercan demasiado, la intensa gravedad de la enana blanca puede destruirlos, y sus restos pueden ser atraídos hacia la estrella, emitiendo rayos X en el proceso.

Este proceso podría ser más común de lo que se pensaba anteriormente, y la detección de emisiones de rayos X similares en otras enanas blancas podría indicar la presencia de restos planetarios en acreción. Estos hallazgos podrían ayudar a los astrónomos a comprender mejor la dinámica y el destino de los sistemas planetarios en etapas avanzadas de evolución estelar.

Observaciones futuras y búsqueda de sistemas similares

La identificación de más sistemas como WD 2226-210 es necesario para profundizar en el estudio de la interacción entre enanas blancas y planetas. Estas observaciones futuras con telescopios de rayos X y otros instrumentos podrían revelar más casos de acreción de material planetario por parte de enanas blancas.

Además, el estudio de estos sistemas puede proporcionar información sobre la supervivencia o destrucción de planetas alrededor de estrellas similares al Sol a medida que envejecen. La detección de emisiones de rayos X de alta energía en enanas blancas podría convertirse en una herramienta valiosa para identificar sistemas donde se están destruyendo planetas.

 La Nebulosa de la Hélice, situada a aproximadamente 650 años luz de la Tierra, es una de las nebulosas planetarias más cercanas y estudiadas. Estas estructuras se forman cuando estrellas similares al Sol agotan su combustible nuclear y expulsan sus capas exteriores, dejando atrás una enana blanca.  LA NACION

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