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Un refugio contemporáneo en San Pablo con vistas al mar que se funde en la vegetación

Unos 200 km al sur de São Paulo, en una región rodeada de montañas rocosas y exótica vegetación, se encuentra la playa de Iporanga, una de las más lindas y exclusivas de la ciudad de Guruyá. Protegida por una comunidad residencial privada, solo unos pocos autos pueden pasar a diario a este paraíso natural. En este rincón protegido, tan distinto de la monstruosa ciudad de São Paulo, una familia encontró una imponente casa de estructura vertical que convirtieron en su refugio los de fines de semana.

El proyecto liderado por FCstudio, a cargo del arquitecto Flavio Castro, prioriza la vegetación como punto de partida.

Los clientes se acercaron al estudio con requisitos muy específicos: “Querían una casa con muchas aberturas, sin grandes alturas y con la naturaleza como protagonista”, detallan desde FCstudio.

En armonía con la naturaleza

Con 1.500 m2 distribuidos en tres niveles, la propiedad no tenía muebles ni intervenciones de diseño cuando sus dueños acudieron a FCstudio, un estudio de arquitectura e interiorismo.

La playa de Iporanga es elegida como “escapada” de fin de semana por los paulistas que dejan la ciudad para conectar con la naturaleza.

El proyecto no solo respeta el contexto geográfico y cultural en el que está inserto, sino que también ofrece a sus habitantes un espacio moderno, funcional y profundamente conectado con la naturaleza.

Arq. Leonardo Vieira, responsable del proyecto FCstudio

Desde el primer piso: vistas abiertas hacia el mar y la selva atlántica.

El pedido no se limitaba a la reforma estructural, sino que abarcaba el diseño de interiores y la iluminación. Para la elección de los materiales, los expertos se guiaron por tres principios: integración con la naturaleza, resistencia a las condiciones costeras y diseño de autor.

El uso de grandes ventanales fue un acierto para lograr que la casa se funda con el paisaje. La piedra Rosso, presente en la pared del salón, aporta un tono cálido y sofisticado.

“La paleta de colores se diseñó para realzar los materiales naturales y crear un diálogo entre el interior y el entorno”

“Cada material utilizado juega un papel crucial en la creación de una atmósfera que se adapta y evoluciona con el tiempo, fomentando un diálogo entre la arquitectura y el paisaje”, explica Leonardo Vieira, uno de los arquitectos del estudio que llevó adelante el proyecto.

Un homenaje al mar

Una de las áreas de descanso donde desembocan los dormitorios de planta baja.

Los techos ondulados en las habitaciones fueron un acierto para continuar con la atmósfera cálida y sofisticada presente en toda la propiedad. “Crean una sensación de movimiento y fluidez, reforzando la conexión con el mar y el paisaje circundante”, afirma Vieira.

Uno de los dormitorios ubicados en la planta baja de la casa. Los tonos claros ceden protagonismo al verde del paisaje.

Para los techos, se optó por listones de madera de tauari: una variedad proveniente de América del Sur caracterizada por sus tonos claros, durabilidad y resistencia.

Neutros. Mobiliario y textiles en una paleta de blancos, beige y marrones, pisos de mármol Travertino y listones de madera natural aportan liviandad y sofisticación.

“El proyecto no se limita a ser una simple residencia, sino que busca crear un espacio que fomente una conexión profunda y armoniosa con la naturaleza”.

Uno de los baños revestidos en mármol con vistas al espectáculo natural de Iporanga.

En clave sostenible

“La arquitectura puede contribuir a una coexistencia más equilibrada entre los humanos y el medio ambiente”, sostienen desde FCstudio. Y esa es la premisa sobre la que se proyectó esta lujosa casa de playa que combina la responsabilidad ambiental con la innovación y la funcionalidad.

Una de las habitaciones principales: textiles en neutros con aires minimalistas conviven con la frondosa selva.

Las grandes aberturas priorizan la iluminación y ventilación naturales, lo que contribuye a reducir significativamente el consumo de electricidad.

La habitación principal del segundo piso, un ambiente cálido para el descanso.

Comprometidos con las prácticas sostenibles -y en sintonía con la reserva privada en la que se encuentra emplazada- la decisión fue incorporar calefacción solar, energía fotovoltaica y sistemas de reutilización del agua que logren la eficiencia en el uso de los recursos.

Desde la terraza. El área de descanso superior para unas vistas directas a la playa.

“El proyecto en Iporanga establece un nuevo estándar de cómo la arquitectura puede y debe evolucionar, promoviendo una vida más integrada y respetuosa con nuestro planeta”.

La piedra verde esmeralda se destaca en puntos estratégicos de la casa, como la piscina infinita que se funde en la selva.

Diseño adaptativo

Otro requisito importante de los clientes fue que querían contar con piezas únicas. Cuenta Leonardo, parte del equipo de diseño de FCstudio, que crearon varios artículos exclusivos que se destacan por el uso inteligente de materiales y el diseño adaptativo.

La mesa de comedor Equilibrium, de 5 metros de largo, fue diseñada por FCstudio en exclusiva  para la residencia. Sostenida por un solo pie permite que la vista fluya libremente hacia el exterior sin comprometer la visual.

Por su ubicación y su apertura al exterior, el desafío en cuanto al mobiliario era mayor ya que debían resistir a las duras condiciones de una casa de playa, como el aire salado.

La propiedad cuenta con tres niveles en una superficie total de más de 2.000 m2. La utilización de aberturas a ambos lados de la casa, permite un recorrido fluido donde el interior se funde con el exterior.

“El proyecto no se limita a los espacios internos, sino que se expande a toda la configuración paisajística exterior, con vistas y ángulos estratégicos”

 La casa de playa vista desde arriba, en lo alto del complejo residencial de Iporanga.

Unos 200 km al sur de São Paulo, en una región rodeada de montañas rocosas y exótica vegetación, se encuentra la playa de Iporanga, una de las más lindas y exclusivas de la ciudad de Guruyá. Protegida por una comunidad residencial privada, solo unos pocos autos pueden pasar a diario a este paraíso natural. En este rincón protegido, tan distinto de la monstruosa ciudad de São Paulo, una familia encontró una imponente casa de estructura vertical que convirtieron en su refugio los de fines de semana.

El proyecto liderado por FCstudio, a cargo del arquitecto Flavio Castro, prioriza la vegetación como punto de partida.

Los clientes se acercaron al estudio con requisitos muy específicos: “Querían una casa con muchas aberturas, sin grandes alturas y con la naturaleza como protagonista”, detallan desde FCstudio.

En armonía con la naturaleza

Con 1.500 m2 distribuidos en tres niveles, la propiedad no tenía muebles ni intervenciones de diseño cuando sus dueños acudieron a FCstudio, un estudio de arquitectura e interiorismo.

La playa de Iporanga es elegida como “escapada” de fin de semana por los paulistas que dejan la ciudad para conectar con la naturaleza.

El proyecto no solo respeta el contexto geográfico y cultural en el que está inserto, sino que también ofrece a sus habitantes un espacio moderno, funcional y profundamente conectado con la naturaleza.

Arq. Leonardo Vieira, responsable del proyecto FCstudio

Desde el primer piso: vistas abiertas hacia el mar y la selva atlántica.

El pedido no se limitaba a la reforma estructural, sino que abarcaba el diseño de interiores y la iluminación. Para la elección de los materiales, los expertos se guiaron por tres principios: integración con la naturaleza, resistencia a las condiciones costeras y diseño de autor.

El uso de grandes ventanales fue un acierto para lograr que la casa se funda con el paisaje. La piedra Rosso, presente en la pared del salón, aporta un tono cálido y sofisticado.

“La paleta de colores se diseñó para realzar los materiales naturales y crear un diálogo entre el interior y el entorno”

“Cada material utilizado juega un papel crucial en la creación de una atmósfera que se adapta y evoluciona con el tiempo, fomentando un diálogo entre la arquitectura y el paisaje”, explica Leonardo Vieira, uno de los arquitectos del estudio que llevó adelante el proyecto.

Un homenaje al mar

Una de las áreas de descanso donde desembocan los dormitorios de planta baja.

Los techos ondulados en las habitaciones fueron un acierto para continuar con la atmósfera cálida y sofisticada presente en toda la propiedad. “Crean una sensación de movimiento y fluidez, reforzando la conexión con el mar y el paisaje circundante”, afirma Vieira.

Uno de los dormitorios ubicados en la planta baja de la casa. Los tonos claros ceden protagonismo al verde del paisaje.

Para los techos, se optó por listones de madera de tauari: una variedad proveniente de América del Sur caracterizada por sus tonos claros, durabilidad y resistencia.

Neutros. Mobiliario y textiles en una paleta de blancos, beige y marrones, pisos de mármol Travertino y listones de madera natural aportan liviandad y sofisticación.

“El proyecto no se limita a ser una simple residencia, sino que busca crear un espacio que fomente una conexión profunda y armoniosa con la naturaleza”.

Uno de los baños revestidos en mármol con vistas al espectáculo natural de Iporanga.

En clave sostenible

“La arquitectura puede contribuir a una coexistencia más equilibrada entre los humanos y el medio ambiente”, sostienen desde FCstudio. Y esa es la premisa sobre la que se proyectó esta lujosa casa de playa que combina la responsabilidad ambiental con la innovación y la funcionalidad.

Una de las habitaciones principales: textiles en neutros con aires minimalistas conviven con la frondosa selva.

Las grandes aberturas priorizan la iluminación y ventilación naturales, lo que contribuye a reducir significativamente el consumo de electricidad.

La habitación principal del segundo piso, un ambiente cálido para el descanso.

Comprometidos con las prácticas sostenibles -y en sintonía con la reserva privada en la que se encuentra emplazada- la decisión fue incorporar calefacción solar, energía fotovoltaica y sistemas de reutilización del agua que logren la eficiencia en el uso de los recursos.

Desde la terraza. El área de descanso superior para unas vistas directas a la playa.

“El proyecto en Iporanga establece un nuevo estándar de cómo la arquitectura puede y debe evolucionar, promoviendo una vida más integrada y respetuosa con nuestro planeta”.

La piedra verde esmeralda se destaca en puntos estratégicos de la casa, como la piscina infinita que se funde en la selva.

Diseño adaptativo

Otro requisito importante de los clientes fue que querían contar con piezas únicas. Cuenta Leonardo, parte del equipo de diseño de FCstudio, que crearon varios artículos exclusivos que se destacan por el uso inteligente de materiales y el diseño adaptativo.

La mesa de comedor Equilibrium, de 5 metros de largo, fue diseñada por FCstudio en exclusiva  para la residencia. Sostenida por un solo pie permite que la vista fluya libremente hacia el exterior sin comprometer la visual.

Por su ubicación y su apertura al exterior, el desafío en cuanto al mobiliario era mayor ya que debían resistir a las duras condiciones de una casa de playa, como el aire salado.

La propiedad cuenta con tres niveles en una superficie total de más de 2.000 m2. La utilización de aberturas a ambos lados de la casa, permite un recorrido fluido donde el interior se funde con el exterior.

“El proyecto no se limita a los espacios internos, sino que se expande a toda la configuración paisajística exterior, con vistas y ángulos estratégicos”

 La casa de playa vista desde arriba, en lo alto del complejo residencial de Iporanga.

 En la región costera de São Paulo se encuentra esta majestuosa residencia que se renovó para celebrar el entorno natural. Interesantes aciertos de un proyecto en clave moderna y sostenible.  LA NACION

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