Interés GeneralNacionalesUltimas Noticias

El rewilding en la Argentina: una respuesta proactiva para terminar con la degradación ambiental

Un millón de especies de plantas y animales silvestres están en riesgo de extinción. Las poblaciones animales han disminuido en un 69% en los últimos 50 años. El 75% de la superficie terrestre del planeta ha sido alterada por las actividades humanas. A los océanos no les ha ido mejor: el 66% de su área ha sido impactada por la contaminación y la pesca. Aproximadamente el 90% de las poblaciones de peces marinos del mundo se encuentran al límite de su explotación, han sido sobreexplotadas o están completamente agotadas. La pérdida de diversidad biológica es solo uno de los devastadores impactos de las actividades humanas.

La alteración del entorno natural está afectando significativamente el clima. La quema de combustibles fósiles, la agricultura industrial, la basura orgánica y la generación de energía provocan la emisión de gases de efecto invernadero. Estos gases contribuyen al calentamiento global y sus consecuencias, como el derretimiento de glaciares y cambios en los patrones de precipitación. Esto último resulta en sequías más severas y prolongadas en algunas regiones. La gravedad de las crisis de biodiversidad y climática han llevado a las Naciones Unidas a proclamar la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), con el objetivo de prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas a nivel mundial.

El rewilding es una estrategia poderosa e innovadora que ayuda a cumplir con el mandato de las Naciones Unidas. Una de las herramientas que utiliza el rewilding es la reintroducción de especies en áreas de donde fueron erradicadas por el ser humano. Esto aumenta la diversidad biológica y restaura relaciones ecológicas esenciales, contrarrestando la crisis de biodiversidad y sanando los ecosistemas. Los ecosistemas completos y funcionales no solo son resistentes a los impactos del hombre si no que además le proveen con más y mejores servicios.

El rewilding también ayuda a combatir la crisis climática. El retorno de especies de gran tamaño, particularmente herbívoros, puede aumentar la captura de carbono por las plantas para luego almacenarlo en sus tejidos y eventualmente en las profundidades del suelo. La remoción del carbono atmosférico disminuye el efecto invernadero y el consecuente calentamiento global. Este mecanismo puede intensificarse con el regreso de grandes depredadores como el yaguareté.

El rewilding también trae oportunidades económicas. Históricamente, las especies más afectadas por la persecución humana han sido aquellas con un gran carisma y belleza. En Argentina, yaguaretés, pumas, nutrias gigante, tapires, ciervos de los pantanos, venados de las pampas y guacamayos son algunas de las muchas especies que han desaparecido de vastas regiones del país. Restaurarlas convierte a estas especies en activos valiosos para las áreas protegidas y atrae visitantes. Ejemplos de esto último incluyen el turismo de observación de yaguaretés en Brasil y de pumas en Chile. De hecho, la observación de fauna silvestre representa un ingreso económico importante en otros continentes.

Rewilding Argentina lleva 20 años restaurando ecosistemas mediante la reintroducción de especies. El regreso de osos hormigueros gigantes, venados de las pampas y yaguaretés a los Esteros del Iberá demuestra que el rewilding es posible en Argentina. Este éxito ha llevado a aplicar esta estrategia en otras regiones como el Impenetrable chaqueño, las costas y estepas patagónicas y, próximamente, en las selvas subtropicales de Salta.

Otras organizaciones tanto privadas como estatales también trabajan en la reintroducción de especies en el país. En La Pampa, se ejecuta el programa “El regreso de los nuestros”, cuyo objetivo es restaurar en la provincia especies como el guanaco, la vizcacha y la mara o liebre patagónica. La Universidad Nacional de Tucumán está en proceso de reintroducir tapires en esa provincia. La Administración de Parques Nacionales reintrodujo, entre 2007 y 2012, el guanaco en el Parque Nacional Condorito, Córdoba. El refugio privado Los Ñanduces, en Buenos Aires, ha reintroducido vizcachas en sus tierras. Mientras que científicos del CONICET y el Museo de La Plata han liberado individuos de la amenazada ranita de Valcheta en la Meseta del Somuncura, Río Negro.

Estas actividades de restauración involucran acciones complejas que requieren el movimiento de animales silvestres a través de fronteras internacionales y limites interprovinciales. Los programas de reintroducción necesitan de la presentación de proyectos que deben ser evaluados por autoridades provinciales y nacionales, responsables de expedir los permisos necesarios. Así, la implementación de actividades de rewilding fortalece el trabajo colaborativo de un conjunto diverso de organizaciones tanto privadas como gubernamentales en busca de un objetivo en común: recuperar nuestras especies y ecosistemas nativos.

El rewilding en Argentina ha relanzado los esfuerzos de conservación y restauración de nuestro mundo natural. El número y escala de los proyectos de rewilding han transformado al país en un líder en Latinoamérica cuando se trata de revertir la degradación ambiental. En cinco años las Naciones Unidas darán por finalizada la Década para la Restauración de los Ecosistemas a nivel global. Pero en Argentina el rewilding se extenderá más allá del 2030, continuando hasta que todas nuestras especies vuelvan a sus territorios. Y esta vez será para siempre.

Un millón de especies de plantas y animales silvestres están en riesgo de extinción. Las poblaciones animales han disminuido en un 69% en los últimos 50 años. El 75% de la superficie terrestre del planeta ha sido alterada por las actividades humanas. A los océanos no les ha ido mejor: el 66% de su área ha sido impactada por la contaminación y la pesca. Aproximadamente el 90% de las poblaciones de peces marinos del mundo se encuentran al límite de su explotación, han sido sobreexplotadas o están completamente agotadas. La pérdida de diversidad biológica es solo uno de los devastadores impactos de las actividades humanas.

La alteración del entorno natural está afectando significativamente el clima. La quema de combustibles fósiles, la agricultura industrial, la basura orgánica y la generación de energía provocan la emisión de gases de efecto invernadero. Estos gases contribuyen al calentamiento global y sus consecuencias, como el derretimiento de glaciares y cambios en los patrones de precipitación. Esto último resulta en sequías más severas y prolongadas en algunas regiones. La gravedad de las crisis de biodiversidad y climática han llevado a las Naciones Unidas a proclamar la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), con el objetivo de prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas a nivel mundial.

El rewilding es una estrategia poderosa e innovadora que ayuda a cumplir con el mandato de las Naciones Unidas. Una de las herramientas que utiliza el rewilding es la reintroducción de especies en áreas de donde fueron erradicadas por el ser humano. Esto aumenta la diversidad biológica y restaura relaciones ecológicas esenciales, contrarrestando la crisis de biodiversidad y sanando los ecosistemas. Los ecosistemas completos y funcionales no solo son resistentes a los impactos del hombre si no que además le proveen con más y mejores servicios.

El rewilding también ayuda a combatir la crisis climática. El retorno de especies de gran tamaño, particularmente herbívoros, puede aumentar la captura de carbono por las plantas para luego almacenarlo en sus tejidos y eventualmente en las profundidades del suelo. La remoción del carbono atmosférico disminuye el efecto invernadero y el consecuente calentamiento global. Este mecanismo puede intensificarse con el regreso de grandes depredadores como el yaguareté.

El rewilding también trae oportunidades económicas. Históricamente, las especies más afectadas por la persecución humana han sido aquellas con un gran carisma y belleza. En Argentina, yaguaretés, pumas, nutrias gigante, tapires, ciervos de los pantanos, venados de las pampas y guacamayos son algunas de las muchas especies que han desaparecido de vastas regiones del país. Restaurarlas convierte a estas especies en activos valiosos para las áreas protegidas y atrae visitantes. Ejemplos de esto último incluyen el turismo de observación de yaguaretés en Brasil y de pumas en Chile. De hecho, la observación de fauna silvestre representa un ingreso económico importante en otros continentes.

Rewilding Argentina lleva 20 años restaurando ecosistemas mediante la reintroducción de especies. El regreso de osos hormigueros gigantes, venados de las pampas y yaguaretés a los Esteros del Iberá demuestra que el rewilding es posible en Argentina. Este éxito ha llevado a aplicar esta estrategia en otras regiones como el Impenetrable chaqueño, las costas y estepas patagónicas y, próximamente, en las selvas subtropicales de Salta.

Otras organizaciones tanto privadas como estatales también trabajan en la reintroducción de especies en el país. En La Pampa, se ejecuta el programa “El regreso de los nuestros”, cuyo objetivo es restaurar en la provincia especies como el guanaco, la vizcacha y la mara o liebre patagónica. La Universidad Nacional de Tucumán está en proceso de reintroducir tapires en esa provincia. La Administración de Parques Nacionales reintrodujo, entre 2007 y 2012, el guanaco en el Parque Nacional Condorito, Córdoba. El refugio privado Los Ñanduces, en Buenos Aires, ha reintroducido vizcachas en sus tierras. Mientras que científicos del CONICET y el Museo de La Plata han liberado individuos de la amenazada ranita de Valcheta en la Meseta del Somuncura, Río Negro.

Estas actividades de restauración involucran acciones complejas que requieren el movimiento de animales silvestres a través de fronteras internacionales y limites interprovinciales. Los programas de reintroducción necesitan de la presentación de proyectos que deben ser evaluados por autoridades provinciales y nacionales, responsables de expedir los permisos necesarios. Así, la implementación de actividades de rewilding fortalece el trabajo colaborativo de un conjunto diverso de organizaciones tanto privadas como gubernamentales en busca de un objetivo en común: recuperar nuestras especies y ecosistemas nativos.

El rewilding en Argentina ha relanzado los esfuerzos de conservación y restauración de nuestro mundo natural. El número y escala de los proyectos de rewilding han transformado al país en un líder en Latinoamérica cuando se trata de revertir la degradación ambiental. En cinco años las Naciones Unidas darán por finalizada la Década para la Restauración de los Ecosistemas a nivel global. Pero en Argentina el rewilding se extenderá más allá del 2030, continuando hasta que todas nuestras especies vuelvan a sus territorios. Y esta vez será para siempre.

 Un millón de especies de plantas y animales silvestres están en riesgo de extinción. Las poblaciones animales han disminuido en un 69% en los últimos 50 años. El 75% de la superficie terrestre del planeta ha sido alterada por las actividades humanas. A los océanos no les ha ido mejor: el 66% de su área ha sido impactada por la contaminación y la pesca. Aproximadamente el 90% de las poblaciones de peces marinos del mundo se encuentran al límite de su explotación, han sido sobreexplotadas o están completamente agotadas. La pérdida de diversidad biológica es solo uno de los devastadores impactos de las actividades humanas.La alteración del entorno natural está afectando significativamente el clima. La quema de combustibles fósiles, la agricultura industrial, la basura orgánica y la generación de energía provocan la emisión de gases de efecto invernadero. Estos gases contribuyen al calentamiento global y sus consecuencias, como el derretimiento de glaciares y cambios en los patrones de precipitación. Esto último resulta en sequías más severas y prolongadas en algunas regiones. La gravedad de las crisis de biodiversidad y climática han llevado a las Naciones Unidas a proclamar la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030), con el objetivo de prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas a nivel mundial.El rewilding es una estrategia poderosa e innovadora que ayuda a cumplir con el mandato de las Naciones Unidas. Una de las herramientas que utiliza el rewilding es la reintroducción de especies en áreas de donde fueron erradicadas por el ser humano. Esto aumenta la diversidad biológica y restaura relaciones ecológicas esenciales, contrarrestando la crisis de biodiversidad y sanando los ecosistemas. Los ecosistemas completos y funcionales no solo son resistentes a los impactos del hombre si no que además le proveen con más y mejores servicios.El rewilding también ayuda a combatir la crisis climática. El retorno de especies de gran tamaño, particularmente herbívoros, puede aumentar la captura de carbono por las plantas para luego almacenarlo en sus tejidos y eventualmente en las profundidades del suelo. La remoción del carbono atmosférico disminuye el efecto invernadero y el consecuente calentamiento global. Este mecanismo puede intensificarse con el regreso de grandes depredadores como el yaguareté.El rewilding también trae oportunidades económicas. Históricamente, las especies más afectadas por la persecución humana han sido aquellas con un gran carisma y belleza. En Argentina, yaguaretés, pumas, nutrias gigante, tapires, ciervos de los pantanos, venados de las pampas y guacamayos son algunas de las muchas especies que han desaparecido de vastas regiones del país. Restaurarlas convierte a estas especies en activos valiosos para las áreas protegidas y atrae visitantes. Ejemplos de esto último incluyen el turismo de observación de yaguaretés en Brasil y de pumas en Chile. De hecho, la observación de fauna silvestre representa un ingreso económico importante en otros continentes.Rewilding Argentina lleva 20 años restaurando ecosistemas mediante la reintroducción de especies. El regreso de osos hormigueros gigantes, venados de las pampas y yaguaretés a los Esteros del Iberá demuestra que el rewilding es posible en Argentina. Este éxito ha llevado a aplicar esta estrategia en otras regiones como el Impenetrable chaqueño, las costas y estepas patagónicas y, próximamente, en las selvas subtropicales de Salta.Otras organizaciones tanto privadas como estatales también trabajan en la reintroducción de especies en el país. En La Pampa, se ejecuta el programa “El regreso de los nuestros”, cuyo objetivo es restaurar en la provincia especies como el guanaco, la vizcacha y la mara o liebre patagónica. La Universidad Nacional de Tucumán está en proceso de reintroducir tapires en esa provincia. La Administración de Parques Nacionales reintrodujo, entre 2007 y 2012, el guanaco en el Parque Nacional Condorito, Córdoba. El refugio privado Los Ñanduces, en Buenos Aires, ha reintroducido vizcachas en sus tierras. Mientras que científicos del CONICET y el Museo de La Plata han liberado individuos de la amenazada ranita de Valcheta en la Meseta del Somuncura, Río Negro.Estas actividades de restauración involucran acciones complejas que requieren el movimiento de animales silvestres a través de fronteras internacionales y limites interprovinciales. Los programas de reintroducción necesitan de la presentación de proyectos que deben ser evaluados por autoridades provinciales y nacionales, responsables de expedir los permisos necesarios. Así, la implementación de actividades de rewilding fortalece el trabajo colaborativo de un conjunto diverso de organizaciones tanto privadas como gubernamentales en busca de un objetivo en común: recuperar nuestras especies y ecosistemas nativos.El rewilding en Argentina ha relanzado los esfuerzos de conservación y restauración de nuestro mundo natural. El número y escala de los proyectos de rewilding han transformado al país en un líder en Latinoamérica cuando se trata de revertir la degradación ambiental. En cinco años las Naciones Unidas darán por finalizada la Década para la Restauración de los Ecosistemas a nivel global. Pero en Argentina el rewilding se extenderá más allá del 2030, continuando hasta que todas nuestras especies vuelvan a sus territorios. Y esta vez será para siempre.  LA NACION

Read More

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button
Close
Close