Las 4 señales que indican que tu pareja está en crisis

Quizás se debería reflexionar más antes de criticar o insultar a una pareja cuando esta hace algo con lo que no se está de acuerdo. Los motivos por los que conviene repensar la conducta son múltiples, pero uno de los que destaca John M. Gottman, psicólogo estadounidense, especialista en parejas y profesor emérito de psicología en la Universidad de Washington, es que es un comportamiento capaz de llevar un vínculo al deterioro total.
La crítica, el desprecio, la actitud defensiva y la evasión conforman lo que Gottman etiquetó décadas atrás como “los cuatro jinetes del apocalipsis amoroso”; traducidos como cuatro estilos de comunicación negativos que pueden predecir el fin de una relación.
“Los cuatro jinetes del apocalipsis son una metáfora que expresa el fin de los tiempos en el Nuevo Testamento de la Biblia. Representan la peste, la guerra, el hambre y la muerte, respectivamente”, explica The Gottman Institute, el centro que John fundó junto con su esposa Julie Schwartz, psicóloga clínica e investigadora, donde aplican investigaciones de vanguardia sobre el matrimonio en terapias prácticas.
El hábito que aumenta de peso aun haciendo ejercicio y comiendo bien, según los especialistas
En cuanto a cómo se detectaron dichos patrones negativos de comunicación, John Gottman reveló que surgió a través de un estudio realizado en los 90 y publicado en el Journal of Family Psychology, en el que logró encontrar una fórmula para augurar si una pareja acabaría rompiendo con más de un 80% de exactitud.
Los cuatro jinetes del apocalipsis amoroso
1. Crítica
“Criticar a tu pareja es diferente a ofrecer una opinión constructiva o expresar una incomodidad. Las dos últimas se refieren a temas específicos, mientras que la primera es un ataque ad hominem a su esencia”, señalan desde el Instituto Gottman.
El problema con la crítica es que, cuando se vuelve generalizada, allana el camino para que otros jinetes, mucho más letales, sigan tras ella. Por eso, Sebastián Ibarzábal (M.N. 42413), licenciado en Psicología, hace énfasis en cambiar esa conducta por la que lleva todo hacia lo constructivo, es decir, “centrarse en observaciones sobre el comportamiento específico y expresar sentimientos con un enfoque positivo”, destaca.
Con un enfoque orientado a la Terapia Focalizada en las Emociones (TFE) y a la relación de pareja como la heredera del vínculo de apego del adulto, la psicóloga Carolina Moché sostiene que la crítica puede tener que ver con una protesta de desconexión. “De una manera ineficiente estoy tratando de hacer reactivo al otro para que se involucre emocionalmente conmigo”, ejemplifica. Y añade: “Cuando lográs −mediante el diálogo− que la persona conecte con que lo que está reclamando es ser querida y elegida, la crítica se suaviza”.
2. Desprecio
De acuerdo con los Gottman, cuando alguien se comunica desde este estado, se puede volver verdaderamente cruel y destratar al otro mediante burlas, sarcasmo, insultos e incluso, mediante el lenguaje corporal.
“Mientras que la crítica ataca el carácter de la pareja, el desprecio asume una posición de superioridad moral sobre ella”, reconoce el matrimonio de expertos. A continuación ilustran lo mencionado con un caso:
“¡¿Estás cansado?! Soy yo quien lleva todo el día cuidando a los chicos, corriendo como una loca para sacar adelante esta casa, y lo único que hacés cuando llegás del trabajo es tirarte en el sillón. No tengo tiempo para lidiar con otro hijo. Sos patético”.
Ibarzábal añade que la crítica y el desprecio son considerados como “los jinetes amorosos” más perjudiciales debido a su naturaleza desestabilizadora. Tal como explica, en estos casos se dejan de lado las acciones específicas para denigrar al otro y se toman como coartada los agravios y desprestigios sobre su forma de ser, lo cual puede llevar a un daño irreparable.
3. Actitud defensiva
Suele ser una forma de responder/defenderse de las críticas o comentarios de la pareja. Aunque puede ser una actitud comprensible, raramente este tipo de comunicación termina siendo exitoso.
“Actuar así solo intensificará el conflicto si quien criticó no cede ni se disculpa”, reconocen los Gottman. Esto, según desarrollan, se debe a que la actitud defensiva es en realidad una forma de culpar a la pareja e impide una gestión sana del conflicto.
Para abordarla, Ibarzábal aconseja practicar la escucha activa y el reconocimiento de los sentimientos del otro. “Con el tiempo esto les ayuda a responder de manera más positiva y a disminuir la escalada del conflicto”, sostiene.
4. Evasión
Ocurre cuando quien recibe la crítica o el desprecio se retira de la interacción, se cierra o simplemente deja de responder. Esto, para Moché, es el rol que toma quien escapa para no lidiar con la desconexión que se vuelve visible en la pareja.
“En una relación ocupamos dos roles principales: uno es el de evitador y, el otro, el de buscador”, señala. “Cuando hay desconexión en la pareja respondemos desde alguno de ellos; quien busca, en general, está caracterizado por la crítica y la agresión, mientras que el otro, el evitador, se retrae y no contesta porque está abrumado”, explica.
Como estrategia de afrontamiento, los Gottman aconsejan detener la discusión y pedirle a la pareja si es posible tomar un breve descanso. “¿Podemos retomarlo en un rato? Me va a ser más fácil resolverlo cuando me calme”, por ejemplo.
En el periodo de descanso sugieren hacer una actividad que ya se sepa que es tranquilizadora (leer un libro, salir a caminar, salir a correr; cualquier cosa que permita salir del estado de malestar) y luego volver a la conversación cuando ya se esté listo.
Identificar a los cuatro jinetes en las discusiones de pareja es un primer paso necesario para modificarlos y fortalecer el vínculo. Una vez hecho eso, Ibarzábal propone hacer “revisiones de la relación” donde se evalúen sensiblemente los momentos difíciles y se implementen rituales de conexión.
Por último, advierte que también pueden manifestarse en la comunicación digital, donde la falta de señales no verbales puede llevar a malentendidos y discusiones. “Las parejas deben ser conscientes de cómo el tono y el contexto pueden verse afectados en las redes sociales y aplicar principios de respeto y claridad en sus interacciones online”, finaliza.
Quizás se debería reflexionar más antes de criticar o insultar a una pareja cuando esta hace algo con lo que no se está de acuerdo. Los motivos por los que conviene repensar la conducta son múltiples, pero uno de los que destaca John M. Gottman, psicólogo estadounidense, especialista en parejas y profesor emérito de psicología en la Universidad de Washington, es que es un comportamiento capaz de llevar un vínculo al deterioro total.
La crítica, el desprecio, la actitud defensiva y la evasión conforman lo que Gottman etiquetó décadas atrás como “los cuatro jinetes del apocalipsis amoroso”; traducidos como cuatro estilos de comunicación negativos que pueden predecir el fin de una relación.
“Los cuatro jinetes del apocalipsis son una metáfora que expresa el fin de los tiempos en el Nuevo Testamento de la Biblia. Representan la peste, la guerra, el hambre y la muerte, respectivamente”, explica The Gottman Institute, el centro que John fundó junto con su esposa Julie Schwartz, psicóloga clínica e investigadora, donde aplican investigaciones de vanguardia sobre el matrimonio en terapias prácticas.
El hábito que aumenta de peso aun haciendo ejercicio y comiendo bien, según los especialistas
En cuanto a cómo se detectaron dichos patrones negativos de comunicación, John Gottman reveló que surgió a través de un estudio realizado en los 90 y publicado en el Journal of Family Psychology, en el que logró encontrar una fórmula para augurar si una pareja acabaría rompiendo con más de un 80% de exactitud.
Los cuatro jinetes del apocalipsis amoroso
1. Crítica
“Criticar a tu pareja es diferente a ofrecer una opinión constructiva o expresar una incomodidad. Las dos últimas se refieren a temas específicos, mientras que la primera es un ataque ad hominem a su esencia”, señalan desde el Instituto Gottman.
El problema con la crítica es que, cuando se vuelve generalizada, allana el camino para que otros jinetes, mucho más letales, sigan tras ella. Por eso, Sebastián Ibarzábal (M.N. 42413), licenciado en Psicología, hace énfasis en cambiar esa conducta por la que lleva todo hacia lo constructivo, es decir, “centrarse en observaciones sobre el comportamiento específico y expresar sentimientos con un enfoque positivo”, destaca.
Con un enfoque orientado a la Terapia Focalizada en las Emociones (TFE) y a la relación de pareja como la heredera del vínculo de apego del adulto, la psicóloga Carolina Moché sostiene que la crítica puede tener que ver con una protesta de desconexión. “De una manera ineficiente estoy tratando de hacer reactivo al otro para que se involucre emocionalmente conmigo”, ejemplifica. Y añade: “Cuando lográs −mediante el diálogo− que la persona conecte con que lo que está reclamando es ser querida y elegida, la crítica se suaviza”.
2. Desprecio
De acuerdo con los Gottman, cuando alguien se comunica desde este estado, se puede volver verdaderamente cruel y destratar al otro mediante burlas, sarcasmo, insultos e incluso, mediante el lenguaje corporal.
“Mientras que la crítica ataca el carácter de la pareja, el desprecio asume una posición de superioridad moral sobre ella”, reconoce el matrimonio de expertos. A continuación ilustran lo mencionado con un caso:
“¡¿Estás cansado?! Soy yo quien lleva todo el día cuidando a los chicos, corriendo como una loca para sacar adelante esta casa, y lo único que hacés cuando llegás del trabajo es tirarte en el sillón. No tengo tiempo para lidiar con otro hijo. Sos patético”.
Ibarzábal añade que la crítica y el desprecio son considerados como “los jinetes amorosos” más perjudiciales debido a su naturaleza desestabilizadora. Tal como explica, en estos casos se dejan de lado las acciones específicas para denigrar al otro y se toman como coartada los agravios y desprestigios sobre su forma de ser, lo cual puede llevar a un daño irreparable.
3. Actitud defensiva
Suele ser una forma de responder/defenderse de las críticas o comentarios de la pareja. Aunque puede ser una actitud comprensible, raramente este tipo de comunicación termina siendo exitoso.
“Actuar así solo intensificará el conflicto si quien criticó no cede ni se disculpa”, reconocen los Gottman. Esto, según desarrollan, se debe a que la actitud defensiva es en realidad una forma de culpar a la pareja e impide una gestión sana del conflicto.
Para abordarla, Ibarzábal aconseja practicar la escucha activa y el reconocimiento de los sentimientos del otro. “Con el tiempo esto les ayuda a responder de manera más positiva y a disminuir la escalada del conflicto”, sostiene.
4. Evasión
Ocurre cuando quien recibe la crítica o el desprecio se retira de la interacción, se cierra o simplemente deja de responder. Esto, para Moché, es el rol que toma quien escapa para no lidiar con la desconexión que se vuelve visible en la pareja.
“En una relación ocupamos dos roles principales: uno es el de evitador y, el otro, el de buscador”, señala. “Cuando hay desconexión en la pareja respondemos desde alguno de ellos; quien busca, en general, está caracterizado por la crítica y la agresión, mientras que el otro, el evitador, se retrae y no contesta porque está abrumado”, explica.
Como estrategia de afrontamiento, los Gottman aconsejan detener la discusión y pedirle a la pareja si es posible tomar un breve descanso. “¿Podemos retomarlo en un rato? Me va a ser más fácil resolverlo cuando me calme”, por ejemplo.
En el periodo de descanso sugieren hacer una actividad que ya se sepa que es tranquilizadora (leer un libro, salir a caminar, salir a correr; cualquier cosa que permita salir del estado de malestar) y luego volver a la conversación cuando ya se esté listo.
Identificar a los cuatro jinetes en las discusiones de pareja es un primer paso necesario para modificarlos y fortalecer el vínculo. Una vez hecho eso, Ibarzábal propone hacer “revisiones de la relación” donde se evalúen sensiblemente los momentos difíciles y se implementen rituales de conexión.
Por último, advierte que también pueden manifestarse en la comunicación digital, donde la falta de señales no verbales puede llevar a malentendidos y discusiones. “Las parejas deben ser conscientes de cómo el tono y el contexto pueden verse afectados en las redes sociales y aplicar principios de respeto y claridad en sus interacciones online”, finaliza.
John M. Gottman y su mujer, psicólogos especialistas en relaciones, explican las conductas que hay que evitar LA NACION