Provincias | Los gobernadores aliados advierten que “dan más de lo que reciben” de Javier Milei

En el arranque del año electoral, los gobernadores aliados del oficialismo nacional –los que vienen colaborando con las iniciativas libertarias en el Congreso– insisten en que desde la Casa Rosada no hacen diferencias en el trato que les dan y que, salvo excepciones, apenas consiguen respuestas a los reclamos que plantean. Siguen esperando concreciones de promesas que se renuevan como son las de obras públicas y el reinicio de los giros de Anses a las 13 cajas previsionales no transferidas. Por ahora, aseguran los mandatarios, les ofrecen más de lo que reciben.
Un mandatario de ese grupo dialoguista sostiene ante LA NACION: “La relación es absolutamente asimétrica; no se condice el esfuerzo que hacemos con lo que conseguimos. Hay algún acompañamiento puntual, pero es muy escaso”. Un norteño completa la idea con que “lo que sale es después de mucho insistir. Reuniones, llamadas, presiones y en algún momento deciden avanzar en algo. Nos movemos en grupo y lo que logramos es mucho menos de lo que pretendemos”. Aunque se refiere al “grupo”, las negociaciones son siempre individuales.
Signos de agotamiento del método libertario
El último encuentro del Norte Grande fue el mes pasado, cuando Guillermo Francos y Luis Caputo recibieron a Osvaldo Jaldo, de Tucumán; Gustavo Sáenz, de Salta; Raúl Jalil, de Catamarca y Carlos Sadir, de Jujuy y al ministro de Hacienda misionero, Adolfo Safrán. Fue horas antes de que Diputados avalara el DNU para el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que los libertarios lograron con la “ayuda” de estos mandatarios y algunos otros.
Entre los gobernadores dialoguistas algunos suelen ironizar con que, a la hora de cumplirle los compromisos, Javier Milei es un “defaulteador serial”. Una ironía que no repetirán nunca en público, porque implicaría desatar los demonios del Presidente, que volvería a ponerlos en el centro de la escena para criticarlos. Un representante de Pro que tuvo varios cruces con la Casa Rosada apunta que en lo que va de este año el ambiente está más tranquilo porque el oficialismo “tiene sus propios problemas, sus internas”.
La mención no es menor, ya que los mandatarios siguen evitando confrontar directamente con el libertario porque la lectura es que, “todavía”, la pelea no los beneficia. La premisa que parece guiarlos es la de aceptar lo que la Casa Rosada está dispuesta a dar, “que siempre es mejor que nada”.
En la última reunión de la Región Centro, Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora y Rogelio Frigerio –los legisladores de los tres acompañan, en general, las iniciativas de LLA– le reclamaron a la Nación por la obra pública, rechazaron las retenciones al campo y volvieron a pedir “mayor federalismo”. El santafesino, que viene pidiendo por rutas hace tiempo, destacó la postura del bloque de defender al “interior productivo sin miedo a los ataques nacionales”. Rutas y gasoductos son los ejes del planteo.
Faltazos oficiales
En paralelo, a la Comisión de Obra Pública de Diputados faltaron el secretario de Obras Públicas, Luis Enrique Giovine, y el administrador de Vialidad Nacional, Marcelo Campoy. El titular de la comisión, José Herrera (PJ, Santiago del Estero), afirmó: “No vinieron por cuestiones de agenda, pero la obra pública está parada… así que no sé cuál será la agenda”.
Desde las provincias sostienen que, en este rubro, se dio un paso con la firma de convenios de transferencias de obras pero que la Nación paga “a cuentagotas” la deuda a las empresas, por lo que no es fácil retomar los trabajos. Fuentes de la Cámara Argentina de la Construcción indicaron que “todos los meses cancelan algo, pero sin actualizar. La deuda es significativa”.
En el caso de la deuda acumulada de Anses con las 13 provincias que mantienen sus sistemas jubilatorios –las hay de todo color político–, tal como adelantó este diario, la Nación baraja ofrecerles una cifra mensual arbitraria. La apuesta es a que los mandatarios acepten porque, hasta ahora, lo que tienen es cero.
En el primer trimestre del año, el reparto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) cobró fuerza, pero esta vez el uso mayoritariamente se atuvo a lo que plantea la ley: entregarlos a provincias que atraviesan emergencias. En ese período Neuquén, Río Negro y Chubut concentraron 54% de esa partida ($35.000 millones) por los incendios que afectaron sus territorios. El año pasado, de ese grupo, solo Ignacio Torres había recibido ATN.
El monto repartido en tres meses está apenas $14.000 millones por debajo de todos los ATN distribuidos en el 2024, cuando el 92% del fondo quedó en manos de la Casa Rosada, pese a que es un fondo que se extrae de la coparticipación federal y pertenece a las provincias. En marzo, la Nación giró $10.000 millones de ATN a Axel Kicillof, aunque primero intentó cerrar directamente con el intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles. El año pasado ningún opositor recibió estos aportes y sí hubo –aunque negados desde Nación– entregas a mandatarios que facilitaron (o impidieron) la sanción de leyes consideradas claves por la Casa Rosada.
En el arranque del año electoral, los gobernadores aliados del oficialismo nacional –los que vienen colaborando con las iniciativas libertarias en el Congreso– insisten en que desde la Casa Rosada no hacen diferencias en el trato que les dan y que, salvo excepciones, apenas consiguen respuestas a los reclamos que plantean. Siguen esperando concreciones de promesas que se renuevan como son las de obras públicas y el reinicio de los giros de Anses a las 13 cajas previsionales no transferidas. Por ahora, aseguran los mandatarios, les ofrecen más de lo que reciben.
Un mandatario de ese grupo dialoguista sostiene ante LA NACION: “La relación es absolutamente asimétrica; no se condice el esfuerzo que hacemos con lo que conseguimos. Hay algún acompañamiento puntual, pero es muy escaso”. Un norteño completa la idea con que “lo que sale es después de mucho insistir. Reuniones, llamadas, presiones y en algún momento deciden avanzar en algo. Nos movemos en grupo y lo que logramos es mucho menos de lo que pretendemos”. Aunque se refiere al “grupo”, las negociaciones son siempre individuales.
Signos de agotamiento del método libertario
El último encuentro del Norte Grande fue el mes pasado, cuando Guillermo Francos y Luis Caputo recibieron a Osvaldo Jaldo, de Tucumán; Gustavo Sáenz, de Salta; Raúl Jalil, de Catamarca y Carlos Sadir, de Jujuy y al ministro de Hacienda misionero, Adolfo Safrán. Fue horas antes de que Diputados avalara el DNU para el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que los libertarios lograron con la “ayuda” de estos mandatarios y algunos otros.
Entre los gobernadores dialoguistas algunos suelen ironizar con que, a la hora de cumplirle los compromisos, Javier Milei es un “defaulteador serial”. Una ironía que no repetirán nunca en público, porque implicaría desatar los demonios del Presidente, que volvería a ponerlos en el centro de la escena para criticarlos. Un representante de Pro que tuvo varios cruces con la Casa Rosada apunta que en lo que va de este año el ambiente está más tranquilo porque el oficialismo “tiene sus propios problemas, sus internas”.
La mención no es menor, ya que los mandatarios siguen evitando confrontar directamente con el libertario porque la lectura es que, “todavía”, la pelea no los beneficia. La premisa que parece guiarlos es la de aceptar lo que la Casa Rosada está dispuesta a dar, “que siempre es mejor que nada”.
En la última reunión de la Región Centro, Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora y Rogelio Frigerio –los legisladores de los tres acompañan, en general, las iniciativas de LLA– le reclamaron a la Nación por la obra pública, rechazaron las retenciones al campo y volvieron a pedir “mayor federalismo”. El santafesino, que viene pidiendo por rutas hace tiempo, destacó la postura del bloque de defender al “interior productivo sin miedo a los ataques nacionales”. Rutas y gasoductos son los ejes del planteo.
Faltazos oficiales
En paralelo, a la Comisión de Obra Pública de Diputados faltaron el secretario de Obras Públicas, Luis Enrique Giovine, y el administrador de Vialidad Nacional, Marcelo Campoy. El titular de la comisión, José Herrera (PJ, Santiago del Estero), afirmó: “No vinieron por cuestiones de agenda, pero la obra pública está parada… así que no sé cuál será la agenda”.
Desde las provincias sostienen que, en este rubro, se dio un paso con la firma de convenios de transferencias de obras pero que la Nación paga “a cuentagotas” la deuda a las empresas, por lo que no es fácil retomar los trabajos. Fuentes de la Cámara Argentina de la Construcción indicaron que “todos los meses cancelan algo, pero sin actualizar. La deuda es significativa”.
En el caso de la deuda acumulada de Anses con las 13 provincias que mantienen sus sistemas jubilatorios –las hay de todo color político–, tal como adelantó este diario, la Nación baraja ofrecerles una cifra mensual arbitraria. La apuesta es a que los mandatarios acepten porque, hasta ahora, lo que tienen es cero.
En el primer trimestre del año, el reparto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) cobró fuerza, pero esta vez el uso mayoritariamente se atuvo a lo que plantea la ley: entregarlos a provincias que atraviesan emergencias. En ese período Neuquén, Río Negro y Chubut concentraron 54% de esa partida ($35.000 millones) por los incendios que afectaron sus territorios. El año pasado, de ese grupo, solo Ignacio Torres había recibido ATN.
El monto repartido en tres meses está apenas $14.000 millones por debajo de todos los ATN distribuidos en el 2024, cuando el 92% del fondo quedó en manos de la Casa Rosada, pese a que es un fondo que se extrae de la coparticipación federal y pertenece a las provincias. En marzo, la Nación giró $10.000 millones de ATN a Axel Kicillof, aunque primero intentó cerrar directamente con el intendente de Bahía Blanca, Federico Susbielles. El año pasado ningún opositor recibió estos aportes y sí hubo –aunque negados desde Nación– entregas a mandatarios que facilitaron (o impidieron) la sanción de leyes consideradas claves por la Casa Rosada.
Aseguran que el vínculo es asimétrico; que respaldan al Presidente en el Congreso y que desde Nación les renuevan promesas pero los cumplimientos son “a cuentagotas” LA NACION