Sebastián Báez cayó en el séptimo match point de la final de Bucarest ante el italiano Flavio Cobolli

Sebastián Báez (36°) suele ser muy confiable en torneos ATP 250 y/o 500 sobre polvo de ladrillo. De hecho, el argentino de 24 años llegó al último día del Tiriac Open de Bucarest buscando el octavo trofeo de su carrera, un registro sumamente valioso; sin embargo, se encontró con un inspirado italiano Flavio Cobolli (45°), que se impuso por 6-4 y 6-4, en 1h46m, y se coronó en el tour por primera vez.
Báez, siendo el primer preclasificado, llegó a la definición rumana como líder del año en triunfos sobre polvo de ladrillo (12) y aspiraba a ser el cuarto argentino campeón del torneo, después de Franco Davin (en 1994), José Acasuso (2004) y Juan Ignacio Chela (2010). Pero Cobolli, que sólo había jugado una final en su carrera (perdió con el estadounidense Sebastian Korda en Washington 2024), fue más sólido y se encumbró como el quinto campeón debutante del ATP Tour en esta temporada. Además, Cobolli se convirtió en el primer italiano en ganar el título en Rumania: Andrea Gaudenzi en 1997, Filippo Volandri en 2006 y Fabio Fognini en 2012 habían perdido las finales.
La final se disputó en condiciones muy frías: el domingo amaneció nublado y lluvioso, con 4°; de hecho, Báez jugó con una camiseta térmica debajo de la remera de tenis y durante varios cambios de lado se colocó guantes para no perder temperatura en las manos, una circunstancia que se observa poco en el ATP Tour. Además, el court principal del Centro Nacional de Tenis de la capital rumana presentó un polvo de ladrillo pesado y lento. El primer parcial fue equilibrado, con ambos tratando de dominar el punto desde el drive. Sin embargo, el jugador nacido en Billinghurst (partido de San Martín) cometió diez errores no forzados con la derecha, algo inusual. Luego de 42 minutos y con dos quiebres de saque logrados (en el tercer y el séptimo game, respectivamente), Cobolli (22 años, nacido en Florencia) dio un paso al frente, adueñándose del primer set.
Buscando sacudirse rápido la frustración, Báez comenzó sacando en el segundo set y sostuvo el servicio sin perder puntos (1-0). Pero Cobolli, definitivamente, siguió tomando riesgos y logró hacer daño con el picante drive. En el tercer game, el europeo puso en aprietos a Báez y, en el tercer break-point, consiguió el objetivo: le rompió el servicio al jugador entrenado por Sebastián Gutiérrez y se adelantó 2-1. Con el score 3-1 abajo, Báez sacó peligrosamente 0-30, pero pudo darlo vuelta y defenderse (3-2). Cobolli, entrenado por su padre (Stefano), sostuvo su servicio (4-2) y, en el séptimo game, volvió a hacerle daño a Báez y le rompió el saque (5-2).
El europeo sacó para ganar el partido y Báez tuvo una chance de quiebre que Cobolli salvó con un ace; el argentino contó con un segundo break point, pero falló de revés. Cobolli, fanático de la Roma y de Francesco Totti, anotó un nuevo ace y tuvo su primer match point, pero Báez se escapó con un tiro ganador. El italiano insistió y contó con un segundo punto de partido, pero Báez impactó mejor y resistió. La ansiedad dominó a Cobolli, que tuvo un tercer match point y volvió a fallar, ahora con el drive. Báez, luchador por naturaleza, no se amedrentó y le quebró el saque a su rival (5-3), definiendo con un globo exquisito que ovacionó el público. Ambos se llevaron a los límites y Cobolli tuvo un cuarto match point, aunque ahora con el saque de Báez (pero el argentino lo salvó). El italiano lo fue a buscar y tuvo un quinto match point, pero Báez se salvó amortiguando con una volea.
Báez, con altibajos, falló una derecha y llegó el sexto match point… pero Cobolli, nervioso, perdió sensibilidad y envió demasiado lejos su revés. Báez tomó la iniciativa y, en el decimoquinto punto de un game realmente extenuante, defendió su servicio (5-4). Cobolli volvió a sacar para el título: empezó 0-15, pero ahora sí tuvo decisión y sacó 40-15. En su séptimo match point, finalmente, desanudó el partido (con un drop shot y un globo) y se derrumbó sobre el polvo de ladrillo. “Estoy feliz por lograr mi primer título. Jugar contra Báez en esta superficie es siempre duro; él ya ganó muchos torneos en esta superficie”, expresó el italiano, que terminó con 17 tiros ganadores (Báez cometió 33 errores no forzados, 23 de ellos de drive, algo que no suelen ocurrirle; es confiable con ese impacto).
Así cerró Cobolli el partido
A moment @cobollifla will never forget! 🫶#TiriacOpen pic.twitter.com/6BoDOc8McF
— ATP Tour (@atptour) April 6, 2025
Ilie Nastase, leyenda del tenis rumano y primer N° 1 ATP de la historia (en 1973), participó de la ceremonia de premiación, en la que Báez felicitó a su rival por el rendimiento demostrado. Se trató de la cuarta final que Báez pierde en su carrera, la segunda del año (había caído en el Chile Open, una semana después de obtener el bicampeonato en Río de Janeiro). Más allá de la decepción que sentirá el argentino (33° en el ranking en vivo, +3), volvió a dejar su marca en este tipo de torneos.
Navone y Ugo Carabelli, en Montecarlo
Mariano Navone (61°) y Camilo Ugo Carabelli (63°) jugarán el cuadro principal del Masters 1000 de Montecarlo, el primero de esa categoría sobre polvo de ladrillo. En la segunda ronda de la clasificación, el jugador de Nueve de Julio venció por 6-0, 6-7 (5-7) y 6-1 al francés Arthur Rinderknech (74°).
Ugo Carabelli, asimismo, batió al serbio Hamad Medjedovic (72°) por 7-5 y 6-4. Ambos se suman a Francisco Cerúndolo, Báez y Tomás Etcheverry, que ya estaban adentro del main draw en el Principado.
Sebastián Báez (36°) suele ser muy confiable en torneos ATP 250 y/o 500 sobre polvo de ladrillo. De hecho, el argentino de 24 años llegó al último día del Tiriac Open de Bucarest buscando el octavo trofeo de su carrera, un registro sumamente valioso; sin embargo, se encontró con un inspirado italiano Flavio Cobolli (45°), que se impuso por 6-4 y 6-4, en 1h46m, y se coronó en el tour por primera vez.
Báez, siendo el primer preclasificado, llegó a la definición rumana como líder del año en triunfos sobre polvo de ladrillo (12) y aspiraba a ser el cuarto argentino campeón del torneo, después de Franco Davin (en 1994), José Acasuso (2004) y Juan Ignacio Chela (2010). Pero Cobolli, que sólo había jugado una final en su carrera (perdió con el estadounidense Sebastian Korda en Washington 2024), fue más sólido y se encumbró como el quinto campeón debutante del ATP Tour en esta temporada. Además, Cobolli se convirtió en el primer italiano en ganar el título en Rumania: Andrea Gaudenzi en 1997, Filippo Volandri en 2006 y Fabio Fognini en 2012 habían perdido las finales.
La final se disputó en condiciones muy frías: el domingo amaneció nublado y lluvioso, con 4°; de hecho, Báez jugó con una camiseta térmica debajo de la remera de tenis y durante varios cambios de lado se colocó guantes para no perder temperatura en las manos, una circunstancia que se observa poco en el ATP Tour. Además, el court principal del Centro Nacional de Tenis de la capital rumana presentó un polvo de ladrillo pesado y lento. El primer parcial fue equilibrado, con ambos tratando de dominar el punto desde el drive. Sin embargo, el jugador nacido en Billinghurst (partido de San Martín) cometió diez errores no forzados con la derecha, algo inusual. Luego de 42 minutos y con dos quiebres de saque logrados (en el tercer y el séptimo game, respectivamente), Cobolli (22 años, nacido en Florencia) dio un paso al frente, adueñándose del primer set.
Buscando sacudirse rápido la frustración, Báez comenzó sacando en el segundo set y sostuvo el servicio sin perder puntos (1-0). Pero Cobolli, definitivamente, siguió tomando riesgos y logró hacer daño con el picante drive. En el tercer game, el europeo puso en aprietos a Báez y, en el tercer break-point, consiguió el objetivo: le rompió el servicio al jugador entrenado por Sebastián Gutiérrez y se adelantó 2-1. Con el score 3-1 abajo, Báez sacó peligrosamente 0-30, pero pudo darlo vuelta y defenderse (3-2). Cobolli, entrenado por su padre (Stefano), sostuvo su servicio (4-2) y, en el séptimo game, volvió a hacerle daño a Báez y le rompió el saque (5-2).
El europeo sacó para ganar el partido y Báez tuvo una chance de quiebre que Cobolli salvó con un ace; el argentino contó con un segundo break point, pero falló de revés. Cobolli, fanático de la Roma y de Francesco Totti, anotó un nuevo ace y tuvo su primer match point, pero Báez se escapó con un tiro ganador. El italiano insistió y contó con un segundo punto de partido, pero Báez impactó mejor y resistió. La ansiedad dominó a Cobolli, que tuvo un tercer match point y volvió a fallar, ahora con el drive. Báez, luchador por naturaleza, no se amedrentó y le quebró el saque a su rival (5-3), definiendo con un globo exquisito que ovacionó el público. Ambos se llevaron a los límites y Cobolli tuvo un cuarto match point, aunque ahora con el saque de Báez (pero el argentino lo salvó). El italiano lo fue a buscar y tuvo un quinto match point, pero Báez se salvó amortiguando con una volea.
Báez, con altibajos, falló una derecha y llegó el sexto match point… pero Cobolli, nervioso, perdió sensibilidad y envió demasiado lejos su revés. Báez tomó la iniciativa y, en el decimoquinto punto de un game realmente extenuante, defendió su servicio (5-4). Cobolli volvió a sacar para el título: empezó 0-15, pero ahora sí tuvo decisión y sacó 40-15. En su séptimo match point, finalmente, desanudó el partido (con un drop shot y un globo) y se derrumbó sobre el polvo de ladrillo. “Estoy feliz por lograr mi primer título. Jugar contra Báez en esta superficie es siempre duro; él ya ganó muchos torneos en esta superficie”, expresó el italiano, que terminó con 17 tiros ganadores (Báez cometió 33 errores no forzados, 23 de ellos de drive, algo que no suelen ocurrirle; es confiable con ese impacto).
Así cerró Cobolli el partido
A moment @cobollifla will never forget! 🫶#TiriacOpen pic.twitter.com/6BoDOc8McF
— ATP Tour (@atptour) April 6, 2025
Ilie Nastase, leyenda del tenis rumano y primer N° 1 ATP de la historia (en 1973), participó de la ceremonia de premiación, en la que Báez felicitó a su rival por el rendimiento demostrado. Se trató de la cuarta final que Báez pierde en su carrera, la segunda del año (había caído en el Chile Open, una semana después de obtener el bicampeonato en Río de Janeiro). Más allá de la decepción que sentirá el argentino (33° en el ranking en vivo, +3), volvió a dejar su marca en este tipo de torneos.
Navone y Ugo Carabelli, en Montecarlo
Mariano Navone (61°) y Camilo Ugo Carabelli (63°) jugarán el cuadro principal del Masters 1000 de Montecarlo, el primero de esa categoría sobre polvo de ladrillo. En la segunda ronda de la clasificación, el jugador de Nueve de Julio venció por 6-0, 6-7 (5-7) y 6-1 al francés Arthur Rinderknech (74°).
Ugo Carabelli, asimismo, batió al serbio Hamad Medjedovic (72°) por 7-5 y 6-4. Ambos se suman a Francisco Cerúndolo, Báez y Tomás Etcheverry, que ya estaban adentro del main draw en el Principado.
En su undécima definición en el ATP Tour, el argentino se quedó con las ganas de obtener su octavo título; el europeo se coronó campeón por primera vez LA NACION