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Balotaje en Ecuador: cómo llegan el presidente Noboa y la delfín de Correa al duelo del domingo

QUITO.- A solo 15 minutos del centro histórico de Quito se encuentra el complejo Ciudad Mitad del Mundo, un centro turístico que atrae a miles de visitantes al año. Una de las fotos infaltables es salir con un pie a cada lado de la línea divisoria entre los hemisferios norte y sur. Ninguna visita a Ecuador resulta completa sin esa latitud cero.

Así de dividido quedó también Ecuador, cortado al medio, luego de la primera vuelta electoral del 9 de febrero. Pasada la criba de los demás candidatos, y tras acaparar entre ellos solos el 90% de los votos, los dos políticos más votados del país, con dos modelos completamente distintos, definirán la presidencia el próximo domingo.

Una simpatizante del presidente y candidato presidencial ecuatoriano Daniel Noboa porta una imagen de cartón a tamaño real de su candidato antes de su último mitin de campaña en Quito, el 9 de abril de 2025.

Los números para este balotaje no parecen inclinarse para ninguno de los dos lados: el presidente Daniel Noboa, que va por la reelección, y la opositora Luisa González, candidata de la izquierda. En la primera vuelta, Noboa aventajó a González por solo 17.000 votos (0,17%).

Ahora se espera nuevamente un final ajustadísimo, y será cuestión de esperar hasta el conteo del último voto. Porque tampoco cabe fiarse de los boca de urna, que pueden dar falsas expectativas, como de hecho sucedió en febrero, para desgracia de Noboa y los suyos, porque le dieron erróneamente la victoria y ya lo veían hasta 2029 en el Palacio de Carondelet, la sede de gobierno.

Un promedio de encuestas publicado en los últimos días anticipa el 43,3% de los votos para Noboa contra el 41,2% para González, un empate técnico que refleja las estimaciones de consultores y analistas. La firma Comunicaliza, una de las más conocidas, le asigna 41,5% a Noboa y 41,2% a González.

 El candidato presidencial Daniel Noboa en un acto de campaña en Quito, Ecuador, el 29 de septiembre de 2023.

La definición de las elecciones presidenciales requerirá de prudencia de todos los actores. Las últimas encuestas que se conocieron, antes de la prohibición de su difusión la semana pasada, auguran una elección polarizada y reñida. Más todavía cuando especialistas en mediciones aseguran que hay una limitación metodológica con algunas encuestas que solo consultan a quienes tienen internet”, advirtió el diario La Hora en un editorial, en el que llamó a la calma.

El balotaje encuentra a los candidatos en momentos distintos. Noboa, el empresario millennial de 37 años, ganó las elecciones de 2023 para completar el período de Guillermo Lasso, que debió dejar el poder de forma anticipada. Y empezó muy bien, con altos niveles de aprobación, pero ahora debe remarla para arañar los votos que precisa para imponerse en este disputado balotaje del domingo. Y González, la hija de campesinos de 47 años, tras su intento fallido en la elección anterior llega con más envión y sueña, luego de una primera vuelta más efectiva de lo esperado, con ser la primera mujer presidente del país.

Cierre de campaña de la correísta Luisa González en Guayaquil durante la primera vuelta

“El electorado se ha movido mucho desde las últimas elecciones. Para mí era indiscutible que el correísmo iba a pelear por la presidencia, porque hay quienes decían que el correísmo estaba muerto, que no tenía estructura, que no iba a llegar, que Noboa ganaba en primera vuelta, cuando lo cierto es que la estructura del correísmo, incluso hoy, ha sido lo suficientemente hábil para generar sentimientos contrarios a Noboa y capitalizar del mismo”, dijo a LA NACION el analista político Mauricio Alarcón.

La campaña se basó en los temas de la inseguridad que se adueñó del país en los últimos años, así como la crisis económica y su consecuencia directa, el desempleo.

Pero al mismo tiempo ha sido un duelo de acusaciones. Desde la oposición hicieron blanco en los puntos débiles de la presidencia de Noboa, como la suba de la criminalidad pese a su proclamada política de mano dura, que fue haciendo agua, además de la renqueante economía y algunos escándalos. Y desde el gobierno aseguran que si ganara González, al ser discípula de Rafael Correa, el país se deslizaría a una dictadura al mejor estilo chavista.

De modo que se acusan de inseguridad y desempleo por un lado, y de Nicaragua y Venezuela por el otro. Correa, el antiguo socio de Chávez y Maduro, por ahora la ve de afuera, exiliado en Bélgica desde que dejó el poder y condenado en ausencia por corrupción.

Fuerzas de seguridad desplegadas antes del último mitin de campaña del presidente y candidato presidencial de Ecuador, Daniel Noboa, en Quito, el 9 de abril de 2025.

Noboa tuvo la dificultad de gobernar y ser candidato al mismo tiempo, cosa que no es fácil en medio de una crisis tan compleja como la que vivimos. Y del lado del correísmo la tienen un poco más fácil, diría yo, porque para ellos es atacar y decir: ‘Noboa no ha cumplido, ahora estás más inseguro, ahora no tienes empleo, con nosotros sí estabas mejor y vas a volver a estar mejor’”, dijo a LA NACION Leonardo Laso, quien ha sido ministro de Comunicación y asesor de varios presidentes.

Ellos han repetido un poco su libreto de la revolución, que consiste en decir en que con ellos se estaba mejor, porque claro, el correísmo administró acá una inmensa bonanza y eso le da un recuerdo positivo”, agregó.

En semejante paridad de condiciones, no extraña que los dos bandos estén apelando hasta último momento a la buena cantidad de indecisos que no se conmueven con ninguno de los dos polos de la oferta electoral.

Son al menos ocho o nueve por ciento del electorado. En la primera vuelta, cuando Noboa y González disputaron la presidencia con otros 14 candidatos, el voto nulo alcanzó el 6,8% y el blanco, 2,16%. Y con un margen tan estrecho, la ansiedad es aún mayor para movilizarlos.

“Yo diría que hay un cierre de las dos candidaturas, que ambas muestran limitaciones, pero al mismo tiempo están buscando desesperadamente esos votos indecisos”, dijo el politólogo Hernán Reyes a RFI.

Y el también analista político Santiago Bassabe escribió en el medio Primicias una columna llamando a los indecisos a que valoren quién representa menos riesgos al país.

“Si ambos ofrecieron más de lo mismo con lo que llegaron hasta este momento, la indecisión actual es plenamente comprensible. Nada innovador se ha escuchado en las últimas semanas. Ninguna declaración de enmienda frente a errores cometidos en el pasado. Ambos parecen estar seguros de que, con lo que han hecho hasta ahora, alcanza y sobra para ganar. Nada más alejado de la realidad”, señaló.

QUITO.- A solo 15 minutos del centro histórico de Quito se encuentra el complejo Ciudad Mitad del Mundo, un centro turístico que atrae a miles de visitantes al año. Una de las fotos infaltables es salir con un pie a cada lado de la línea divisoria entre los hemisferios norte y sur. Ninguna visita a Ecuador resulta completa sin esa latitud cero.

Así de dividido quedó también Ecuador, cortado al medio, luego de la primera vuelta electoral del 9 de febrero. Pasada la criba de los demás candidatos, y tras acaparar entre ellos solos el 90% de los votos, los dos políticos más votados del país, con dos modelos completamente distintos, definirán la presidencia el próximo domingo.

Una simpatizante del presidente y candidato presidencial ecuatoriano Daniel Noboa porta una imagen de cartón a tamaño real de su candidato antes de su último mitin de campaña en Quito, el 9 de abril de 2025.

Los números para este balotaje no parecen inclinarse para ninguno de los dos lados: el presidente Daniel Noboa, que va por la reelección, y la opositora Luisa González, candidata de la izquierda. En la primera vuelta, Noboa aventajó a González por solo 17.000 votos (0,17%).

Ahora se espera nuevamente un final ajustadísimo, y será cuestión de esperar hasta el conteo del último voto. Porque tampoco cabe fiarse de los boca de urna, que pueden dar falsas expectativas, como de hecho sucedió en febrero, para desgracia de Noboa y los suyos, porque le dieron erróneamente la victoria y ya lo veían hasta 2029 en el Palacio de Carondelet, la sede de gobierno.

Un promedio de encuestas publicado en los últimos días anticipa el 43,3% de los votos para Noboa contra el 41,2% para González, un empate técnico que refleja las estimaciones de consultores y analistas. La firma Comunicaliza, una de las más conocidas, le asigna 41,5% a Noboa y 41,2% a González.

 El candidato presidencial Daniel Noboa en un acto de campaña en Quito, Ecuador, el 29 de septiembre de 2023.

La definición de las elecciones presidenciales requerirá de prudencia de todos los actores. Las últimas encuestas que se conocieron, antes de la prohibición de su difusión la semana pasada, auguran una elección polarizada y reñida. Más todavía cuando especialistas en mediciones aseguran que hay una limitación metodológica con algunas encuestas que solo consultan a quienes tienen internet”, advirtió el diario La Hora en un editorial, en el que llamó a la calma.

El balotaje encuentra a los candidatos en momentos distintos. Noboa, el empresario millennial de 37 años, ganó las elecciones de 2023 para completar el período de Guillermo Lasso, que debió dejar el poder de forma anticipada. Y empezó muy bien, con altos niveles de aprobación, pero ahora debe remarla para arañar los votos que precisa para imponerse en este disputado balotaje del domingo. Y González, la hija de campesinos de 47 años, tras su intento fallido en la elección anterior llega con más envión y sueña, luego de una primera vuelta más efectiva de lo esperado, con ser la primera mujer presidente del país.

Cierre de campaña de la correísta Luisa González en Guayaquil durante la primera vuelta

“El electorado se ha movido mucho desde las últimas elecciones. Para mí era indiscutible que el correísmo iba a pelear por la presidencia, porque hay quienes decían que el correísmo estaba muerto, que no tenía estructura, que no iba a llegar, que Noboa ganaba en primera vuelta, cuando lo cierto es que la estructura del correísmo, incluso hoy, ha sido lo suficientemente hábil para generar sentimientos contrarios a Noboa y capitalizar del mismo”, dijo a LA NACION el analista político Mauricio Alarcón.

La campaña se basó en los temas de la inseguridad que se adueñó del país en los últimos años, así como la crisis económica y su consecuencia directa, el desempleo.

Pero al mismo tiempo ha sido un duelo de acusaciones. Desde la oposición hicieron blanco en los puntos débiles de la presidencia de Noboa, como la suba de la criminalidad pese a su proclamada política de mano dura, que fue haciendo agua, además de la renqueante economía y algunos escándalos. Y desde el gobierno aseguran que si ganara González, al ser discípula de Rafael Correa, el país se deslizaría a una dictadura al mejor estilo chavista.

De modo que se acusan de inseguridad y desempleo por un lado, y de Nicaragua y Venezuela por el otro. Correa, el antiguo socio de Chávez y Maduro, por ahora la ve de afuera, exiliado en Bélgica desde que dejó el poder y condenado en ausencia por corrupción.

Fuerzas de seguridad desplegadas antes del último mitin de campaña del presidente y candidato presidencial de Ecuador, Daniel Noboa, en Quito, el 9 de abril de 2025.

Noboa tuvo la dificultad de gobernar y ser candidato al mismo tiempo, cosa que no es fácil en medio de una crisis tan compleja como la que vivimos. Y del lado del correísmo la tienen un poco más fácil, diría yo, porque para ellos es atacar y decir: ‘Noboa no ha cumplido, ahora estás más inseguro, ahora no tienes empleo, con nosotros sí estabas mejor y vas a volver a estar mejor’”, dijo a LA NACION Leonardo Laso, quien ha sido ministro de Comunicación y asesor de varios presidentes.

Ellos han repetido un poco su libreto de la revolución, que consiste en decir en que con ellos se estaba mejor, porque claro, el correísmo administró acá una inmensa bonanza y eso le da un recuerdo positivo”, agregó.

En semejante paridad de condiciones, no extraña que los dos bandos estén apelando hasta último momento a la buena cantidad de indecisos que no se conmueven con ninguno de los dos polos de la oferta electoral.

Son al menos ocho o nueve por ciento del electorado. En la primera vuelta, cuando Noboa y González disputaron la presidencia con otros 14 candidatos, el voto nulo alcanzó el 6,8% y el blanco, 2,16%. Y con un margen tan estrecho, la ansiedad es aún mayor para movilizarlos.

“Yo diría que hay un cierre de las dos candidaturas, que ambas muestran limitaciones, pero al mismo tiempo están buscando desesperadamente esos votos indecisos”, dijo el politólogo Hernán Reyes a RFI.

Y el también analista político Santiago Bassabe escribió en el medio Primicias una columna llamando a los indecisos a que valoren quién representa menos riesgos al país.

“Si ambos ofrecieron más de lo mismo con lo que llegaron hasta este momento, la indecisión actual es plenamente comprensible. Nada innovador se ha escuchado en las últimas semanas. Ninguna declaración de enmienda frente a errores cometidos en el pasado. Ambos parecen estar seguros de que, con lo que han hecho hasta ahora, alcanza y sobra para ganar. Nada más alejado de la realidad”, señaló.

 El presidente Daniel Noboa y la candidata correísta Luisa González se enfrentan el próximo domingo en el balotaje; las encuestas arrojan un empate técnico  LA NACION

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