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72 horas de hiperacción. Cómo se gestó el “Día D” que puso fin al cepo e inicia la fase 3 del Plan Milei

El hermetismo era tan grande que ni los ministros del gabinete citados a la Casa Rosada el viernes por la tarde para una foto institucional tenían información clara de qué se anunciaría en la conferencia de prensa que ofreció el equipo económico. Todos la vieron sentados en una mesa por los monitores, como los argentinos en sus casas. La etiqueta sí había sido gestada de antemano porque luego se grabaría la cadena oficial que se emitió pasadas las diez de la noche. Balcarce 50 tuvo un viernes muy distinto a lo habitual.

El otro triángulo de hierro que compone el presidente Javier Milei con el titular de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, estuvo más activo que nunca durante las últimas 72 horas con un sigilo que tenía un objetivo claro: hacer el anuncio fuera del mercado para dar inicio a lo que denominan la fase tres de la gestión libertaria. Y sobre todo articular el minuto a minuto con los anuncios que luego se sucederían desde el exterior. La presentación local era condición excluyente para la llegada de fondos de organismos multilaterales.

El presidente Javier Milei invitó a todos los miembros de su gabinete a Olivos sin anticiparles cuál era la razón. Ellos se enteraron por los monitores del fin del cepo

La salida del cepo y la modificación del esquema cambiario no es un paso más en una Argentina que mira al dólar como el termómetro de la gestión. Sin embargo, Luis Caputo repitió a propios y ajenos que “es irrelevante” lo que ocurra con la moneda estadounidense el lunes. “No nos importa lo que pase el primer día porque estamos convencidos de la sustentabilidad del plan. Cuando asumimos muchos empresarios apostaron a un dólar a $3000 y perdieron. Ahora sabemos que no hay ningún fundamento para preocuparse”, respondió optimista a una alta fuente del gabinete solo pocos minutos después de haber recibido un WhatsApp de la titular del FMI en el que le confirmaba que el aporte sería formalizado. El Ministro está convencido de que lo que importa son las bases de su plan: el equilibrio fiscal, la cantidad de pesos y ahora la capitalización del balance del Banco Central. “No necesitamos convencer a la gente. Esto no está basado en expectativas sino en los hechos”, dijeron cerca del titular de Economía mientras hacían cuentas matemáticas. “Ya no se trata de generar expectativas como era en la gestión de Macri. Ese modelo terminó. Ahora hablamos con hechos y la realidad hace a las expectativas”, dispararon.

Entre las inversiones y los exportadores

Lo lógico sería que a futuro nos acercáramos a $1000”, vaticinaron sobre el dólar. Es que tanto el Presidente, como los técnicos de Economía creen que si hubiera menos pesos en la economía se estaría entrando casi en un esquema de “trueque” con una base monetaria en términos del PBI que está por debajo de la mitad del promedio argentino. Estamos hablando de unos $30 billones, o unos US$23.000 millones. Con los dólares que llegan, teniendo en cuenta la base monetaria, se estaría en un tipo de cambio de $650, según sus cálculos. Con la base amplia, $950. “Nos sobran US$15.000 millones. Nadie tiene esos niveles de cobertura”, aseguran en el Gobierno.

Mañana el dólar comenzará a flotar en una banda entre $1000 y $1400 que se ajustará 1% por mes de forma divergente. O sea, sus límites se irán ampliando para agrandar el espacio de flotación en el tiempo. Allí dentro, la divisa norteamericana se moverá por oferta y demanda. Afuera de la banda, habrá libre disponibilidad para la intervención -venta o compra de dólares- del Banco Central (BCRA), según lo acordado con el Fondo.

Caputo anunció el fin del cepo cambiario

Se liberará gran parte del cepo a personas -adiós al dólar ahorro- y a las empresas -podrán girar utilidades de 2025, no las previas, aunque deberán soportar aún restricciones cruzadas-, morirá el blend para el campo y se mantendrá el dólar turista. En el BCRA entienden que los gastos de tarjetas en el exterior deben tener un sobrecargo. Como en Brasil tienen un 8%, en la Argentina mantendrán todavía el 30% de percepción de Ganancias. Se cuidan especialmente de no hablar de impuesto porque esa es una palabra prohibida dentro del universo presidencial.

El martes llegará el primer desembolso del Fondo de US$12.000 millones. En junio serán US$2000 millones más a lo que se sumarán US$1000 millones en meses posteriores. En total, para 2025 son US$15.000 millones, o sea, un 75% del Programa de Facilidades Extendidas que terminó aprobando el directorio del FMI bien entrada la noche del viernes. Ese mismo martes llegarán además US$1500 millones extra de otros organismos multilaterales (a lo largo de 2025 habrá US$4600 millones más) y US$2000 millones de un repo (un préstamo privado). En total, durante este año, el Gobierno se blindará con US$23.100 millones.

Además, Economía, que tiene una meta de superávit fiscal de 1,3% del PBI en la letra chica del acuerdo para este año, subió la apuesta a 1,6%. Eso aspirará más pesos, como también la nueva serie de Bopreales para el stock de utilidades de las empresas. Esto en un contexto de una macro que definen como ordenada y que se remonetiza lentamente, a pesar de que Economía creía que la competencia de monedas -el dólar transaccional- llegaría más rápido. En la Casa Rosada incluso se menciona el temor a una “deflación” si la oferta de pesos sigue cayendo y en tono y forma se muestran convencidos que “esta vez será distinto”.

En el ministerio de Economía aseguran que no los desvela el valor del dólar mañana ya que están convencidos que la banda de $1000 a $ 1400 alcanza y sobra

Claro que la política siempre aparece en tiempos de incertidumbre, más cuando el país se encamina a una elección de medio término en la que los libertarios buscarán ampliar su base de poder para impulsar reformas tributarias, laborales y jubilatorias. “Te mandaste una devaluación el mismo día en que se te disparó la inflación”, escribió Cristina Kirchner en una nueva serie de su comunicación epistolar por X llamada “Che Milei”.

La inflación fue en marzo de 3,7%, el peor número desde agosto de 2024 afectado por valores estacionales, pero también, según el Gobierno, por la “inestabilidad de la demanda” de pesos que provocó “un intento de que a la Argentina le vaya mal”. Esas expectativas provocaron que se perdieran reservas internacionales desde el 14 de marzo (más de US$2000 millones por intervenciones en el mercado y el mismo monto para contener cotizaciones libres) -según el triángulo económico- por tres motivos: la Ley Guzmán -que obliga a discutir un acuerdo con el FMI en el Congreso y que se saldó con un DNU-, el hermetismo obligado que debió mantener el equipo económico sobre los cambios que se venían y cómo esas dudas provocaron que importadores adelantaran compras y exportadores frenaran sus ventas. Algo que estiman se destrabará desde el lunes.

No hay temores en el equipo libertario ni por los precios ni por los dólares necesarios a acumular. “Lo que determina el nivel de precios es la cantidad de dinero. La inflación va a colapsar rápido”, reiteran en la Casa Rosada. Tampoco el tema reservas los desvela. La meta estipulada en el staff report para 2025 llega a US$4000 millones netas.

En el Gobierno aseguran que circulan tan pocos pesos que estamos más cerca de una economía del trueque que de una que presione sobre los precios

El esquema cambiario debutará en un contexto internacional que es un tembladeral por la guerra de aranceles que inició Donald Trump, sobre todo con China. Cerca del Presidente, vislumbran un cambio en el orden mundial. Allí aseguran que es muy pronto para evaluar el impacto real. “Muchos lo están llamando para negociar”, dicen. La Argentina, como anunció Milei, está trabajando en un arancel 0% para 50 productos luego de la revisión de varias observaciones hechas por la Oficina de Comercio de Estados Unidos, (USTR, según las siglas en ingles). Sin embargo, creen que el impacto comercial será limitado porque el país sigue siendo muy cerrado aún frente al mundo, sino el más cerrado a nivel global, arriesgan.

Sin embargo, entienden que hay un shock externo para el financiamiento y eso implica mejorar la cuenta corriente. “Tenemos vocación de pago de la deuda infinita”, aclararon sobre la deuda. La necesidad de mejorar la balanza comercial no será por un salto del tipo de cambio. Se apuntará a “bajar la absorción” vía mejoramiento del superávit fiscal. El camino elegido por el Gobierno no será de más impuestos sino de más rebaja de gastos. Caputo ya tiene la partida por la que pasará la motosierra oficial. Una pista: “El ajuste siempre es al Estado”.

Lo que viene

La noche del viernes terminó cerca de la madrugada del viernes y comenzó ayer temprano con varios encuentros con economistas primero y luego con representantes del mercado. “Muchos que eran ultranegativos se dieron vuelta”, aseguró una alta fuente de Economía. El board del Fondo siguió a rajatabla los pasos que había comprometido con los funcionarios locales. Mientras la noticia acontecía en la Argentina, el staff se reunió durante dos horas para evaluar el caso argentino. El timing no fue casual, la aprobación dependía de que los argentinos se enteraran primero de la modificación en el régimen cambiario y luego se estamparía la firma del directorio. A Caputo le avisó de la aprobación la misma Georgieva a través de un emoji y un mensaje informal que ratificaba lo que sucedió formalmente. Fue correspondido con el emoji del abrazo presidencial. El ministro saludó ayer los mensajes en X de la número dos del Fondo, Gita Gopinath, del presidente del Banco Mundial, Ajay Sanga y del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Ilan Goldfajn. Sin embargo, el apoyo más importante -más allá del financiamiento, claro- es el aterrizaje del secretario del Tesoro de los EE.UU., Scott Bessent, el mismo “Día D” (mañana lunes). Bessent es no sólo una estrella en el elenco de Trump, sino que viene en medio de la guerra comercial.

 Kristalina Georgieva, titular del FMI, cumplió la palabra que le había dado al gobierno de Javier Milei. Hubo también un cruce de whatsapps con el ministro de Economía en el que celebraron el plan

Lo cierto es que el esquema cambiario estaba cerrado desde agosto pasado pero no lo habían revelado. Lo que atrasó la negociación fue el monto del nuevo programa, y luego, el desembolso inicial. Ese upfront estuvo fuera de lo habitual para cualquier país, pero en especial para uno que, a pesar de haber hecho bien la tarea el último año, tiene un largo prontuario negativo. “Pensábamos cerrar en febrero, ya estaban hasta los documentos”, admiten en Balcarce 50.

Mientras Caputo y el presidente del BCRA se planteaban la pregunta sobre cuál era la demanda de dinero, Milei analizaba cuánto valían los pasivos remunerados. En paralelo, el monto del programa estuvo en línea con los modelos y cálculos del Fondo, que fue el que aportó la idea de que las bandas se fueran actualizando. Para mañana, esperan un nuevo inicio de fase: “La Argentina tiene que pasar a ser un país normal”. Que el tipo de cambio se mueva no implica como en el resto del mundo -dicen- que cambien los precios. Sobre todo, si hay un ancla nominal fuerte, o sea, cuando no hay pesos y llegan dólares para que esos pesos estén bien respaldados. En el quinto piso del Palacio de Hacienda repiten: “Los pesos son el combustible de la economía”. Pocos saben que lo que se anunció el viernes implica que ganó la opción más cautelosa para definir cómo se moverá el dólar desde mañana. Milei se animaba a flotar sin bandas. Ni más ni menos.

El hermetismo era tan grande que ni los ministros del gabinete citados a la Casa Rosada el viernes por la tarde para una foto institucional tenían información clara de qué se anunciaría en la conferencia de prensa que ofreció el equipo económico. Todos la vieron sentados en una mesa por los monitores, como los argentinos en sus casas. La etiqueta sí había sido gestada de antemano porque luego se grabaría la cadena oficial que se emitió pasadas las diez de la noche. Balcarce 50 tuvo un viernes muy distinto a lo habitual.

El otro triángulo de hierro que compone el presidente Javier Milei con el titular de Economía, Luis Caputo, y el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, estuvo más activo que nunca durante las últimas 72 horas con un sigilo que tenía un objetivo claro: hacer el anuncio fuera del mercado para dar inicio a lo que denominan la fase tres de la gestión libertaria. Y sobre todo articular el minuto a minuto con los anuncios que luego se sucederían desde el exterior. La presentación local era condición excluyente para la llegada de fondos de organismos multilaterales.

El presidente Javier Milei invitó a todos los miembros de su gabinete a Olivos sin anticiparles cuál era la razón. Ellos se enteraron por los monitores del fin del cepo

La salida del cepo y la modificación del esquema cambiario no es un paso más en una Argentina que mira al dólar como el termómetro de la gestión. Sin embargo, Luis Caputo repitió a propios y ajenos que “es irrelevante” lo que ocurra con la moneda estadounidense el lunes. “No nos importa lo que pase el primer día porque estamos convencidos de la sustentabilidad del plan. Cuando asumimos muchos empresarios apostaron a un dólar a $3000 y perdieron. Ahora sabemos que no hay ningún fundamento para preocuparse”, respondió optimista a una alta fuente del gabinete solo pocos minutos después de haber recibido un WhatsApp de la titular del FMI en el que le confirmaba que el aporte sería formalizado. El Ministro está convencido de que lo que importa son las bases de su plan: el equilibrio fiscal, la cantidad de pesos y ahora la capitalización del balance del Banco Central. “No necesitamos convencer a la gente. Esto no está basado en expectativas sino en los hechos”, dijeron cerca del titular de Economía mientras hacían cuentas matemáticas. “Ya no se trata de generar expectativas como era en la gestión de Macri. Ese modelo terminó. Ahora hablamos con hechos y la realidad hace a las expectativas”, dispararon.

Entre las inversiones y los exportadores

Lo lógico sería que a futuro nos acercáramos a $1000”, vaticinaron sobre el dólar. Es que tanto el Presidente, como los técnicos de Economía creen que si hubiera menos pesos en la economía se estaría entrando casi en un esquema de “trueque” con una base monetaria en términos del PBI que está por debajo de la mitad del promedio argentino. Estamos hablando de unos $30 billones, o unos US$23.000 millones. Con los dólares que llegan, teniendo en cuenta la base monetaria, se estaría en un tipo de cambio de $650, según sus cálculos. Con la base amplia, $950. “Nos sobran US$15.000 millones. Nadie tiene esos niveles de cobertura”, aseguran en el Gobierno.

Mañana el dólar comenzará a flotar en una banda entre $1000 y $1400 que se ajustará 1% por mes de forma divergente. O sea, sus límites se irán ampliando para agrandar el espacio de flotación en el tiempo. Allí dentro, la divisa norteamericana se moverá por oferta y demanda. Afuera de la banda, habrá libre disponibilidad para la intervención -venta o compra de dólares- del Banco Central (BCRA), según lo acordado con el Fondo.

Caputo anunció el fin del cepo cambiario

Se liberará gran parte del cepo a personas -adiós al dólar ahorro- y a las empresas -podrán girar utilidades de 2025, no las previas, aunque deberán soportar aún restricciones cruzadas-, morirá el blend para el campo y se mantendrá el dólar turista. En el BCRA entienden que los gastos de tarjetas en el exterior deben tener un sobrecargo. Como en Brasil tienen un 8%, en la Argentina mantendrán todavía el 30% de percepción de Ganancias. Se cuidan especialmente de no hablar de impuesto porque esa es una palabra prohibida dentro del universo presidencial.

El martes llegará el primer desembolso del Fondo de US$12.000 millones. En junio serán US$2000 millones más a lo que se sumarán US$1000 millones en meses posteriores. En total, para 2025 son US$15.000 millones, o sea, un 75% del Programa de Facilidades Extendidas que terminó aprobando el directorio del FMI bien entrada la noche del viernes. Ese mismo martes llegarán además US$1500 millones extra de otros organismos multilaterales (a lo largo de 2025 habrá US$4600 millones más) y US$2000 millones de un repo (un préstamo privado). En total, durante este año, el Gobierno se blindará con US$23.100 millones.

Además, Economía, que tiene una meta de superávit fiscal de 1,3% del PBI en la letra chica del acuerdo para este año, subió la apuesta a 1,6%. Eso aspirará más pesos, como también la nueva serie de Bopreales para el stock de utilidades de las empresas. Esto en un contexto de una macro que definen como ordenada y que se remonetiza lentamente, a pesar de que Economía creía que la competencia de monedas -el dólar transaccional- llegaría más rápido. En la Casa Rosada incluso se menciona el temor a una “deflación” si la oferta de pesos sigue cayendo y en tono y forma se muestran convencidos que “esta vez será distinto”.

En el ministerio de Economía aseguran que no los desvela el valor del dólar mañana ya que están convencidos que la banda de $1000 a $ 1400 alcanza y sobra

Claro que la política siempre aparece en tiempos de incertidumbre, más cuando el país se encamina a una elección de medio término en la que los libertarios buscarán ampliar su base de poder para impulsar reformas tributarias, laborales y jubilatorias. “Te mandaste una devaluación el mismo día en que se te disparó la inflación”, escribió Cristina Kirchner en una nueva serie de su comunicación epistolar por X llamada “Che Milei”.

La inflación fue en marzo de 3,7%, el peor número desde agosto de 2024 afectado por valores estacionales, pero también, según el Gobierno, por la “inestabilidad de la demanda” de pesos que provocó “un intento de que a la Argentina le vaya mal”. Esas expectativas provocaron que se perdieran reservas internacionales desde el 14 de marzo (más de US$2000 millones por intervenciones en el mercado y el mismo monto para contener cotizaciones libres) -según el triángulo económico- por tres motivos: la Ley Guzmán -que obliga a discutir un acuerdo con el FMI en el Congreso y que se saldó con un DNU-, el hermetismo obligado que debió mantener el equipo económico sobre los cambios que se venían y cómo esas dudas provocaron que importadores adelantaran compras y exportadores frenaran sus ventas. Algo que estiman se destrabará desde el lunes.

No hay temores en el equipo libertario ni por los precios ni por los dólares necesarios a acumular. “Lo que determina el nivel de precios es la cantidad de dinero. La inflación va a colapsar rápido”, reiteran en la Casa Rosada. Tampoco el tema reservas los desvela. La meta estipulada en el staff report para 2025 llega a US$4000 millones netas.

En el Gobierno aseguran que circulan tan pocos pesos que estamos más cerca de una economía del trueque que de una que presione sobre los precios

El esquema cambiario debutará en un contexto internacional que es un tembladeral por la guerra de aranceles que inició Donald Trump, sobre todo con China. Cerca del Presidente, vislumbran un cambio en el orden mundial. Allí aseguran que es muy pronto para evaluar el impacto real. “Muchos lo están llamando para negociar”, dicen. La Argentina, como anunció Milei, está trabajando en un arancel 0% para 50 productos luego de la revisión de varias observaciones hechas por la Oficina de Comercio de Estados Unidos, (USTR, según las siglas en ingles). Sin embargo, creen que el impacto comercial será limitado porque el país sigue siendo muy cerrado aún frente al mundo, sino el más cerrado a nivel global, arriesgan.

Sin embargo, entienden que hay un shock externo para el financiamiento y eso implica mejorar la cuenta corriente. “Tenemos vocación de pago de la deuda infinita”, aclararon sobre la deuda. La necesidad de mejorar la balanza comercial no será por un salto del tipo de cambio. Se apuntará a “bajar la absorción” vía mejoramiento del superávit fiscal. El camino elegido por el Gobierno no será de más impuestos sino de más rebaja de gastos. Caputo ya tiene la partida por la que pasará la motosierra oficial. Una pista: “El ajuste siempre es al Estado”.

Lo que viene

La noche del viernes terminó cerca de la madrugada del viernes y comenzó ayer temprano con varios encuentros con economistas primero y luego con representantes del mercado. “Muchos que eran ultranegativos se dieron vuelta”, aseguró una alta fuente de Economía. El board del Fondo siguió a rajatabla los pasos que había comprometido con los funcionarios locales. Mientras la noticia acontecía en la Argentina, el staff se reunió durante dos horas para evaluar el caso argentino. El timing no fue casual, la aprobación dependía de que los argentinos se enteraran primero de la modificación en el régimen cambiario y luego se estamparía la firma del directorio. A Caputo le avisó de la aprobación la misma Georgieva a través de un emoji y un mensaje informal que ratificaba lo que sucedió formalmente. Fue correspondido con el emoji del abrazo presidencial. El ministro saludó ayer los mensajes en X de la número dos del Fondo, Gita Gopinath, del presidente del Banco Mundial, Ajay Sanga y del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Ilan Goldfajn. Sin embargo, el apoyo más importante -más allá del financiamiento, claro- es el aterrizaje del secretario del Tesoro de los EE.UU., Scott Bessent, el mismo “Día D” (mañana lunes). Bessent es no sólo una estrella en el elenco de Trump, sino que viene en medio de la guerra comercial.

 Kristalina Georgieva, titular del FMI, cumplió la palabra que le había dado al gobierno de Javier Milei. Hubo también un cruce de whatsapps con el ministro de Economía en el que celebraron el plan

Lo cierto es que el esquema cambiario estaba cerrado desde agosto pasado pero no lo habían revelado. Lo que atrasó la negociación fue el monto del nuevo programa, y luego, el desembolso inicial. Ese upfront estuvo fuera de lo habitual para cualquier país, pero en especial para uno que, a pesar de haber hecho bien la tarea el último año, tiene un largo prontuario negativo. “Pensábamos cerrar en febrero, ya estaban hasta los documentos”, admiten en Balcarce 50.

Mientras Caputo y el presidente del BCRA se planteaban la pregunta sobre cuál era la demanda de dinero, Milei analizaba cuánto valían los pasivos remunerados. En paralelo, el monto del programa estuvo en línea con los modelos y cálculos del Fondo, que fue el que aportó la idea de que las bandas se fueran actualizando. Para mañana, esperan un nuevo inicio de fase: “La Argentina tiene que pasar a ser un país normal”. Que el tipo de cambio se mueva no implica como en el resto del mundo -dicen- que cambien los precios. Sobre todo, si hay un ancla nominal fuerte, o sea, cuando no hay pesos y llegan dólares para que esos pesos estén bien respaldados. En el quinto piso del Palacio de Hacienda repiten: “Los pesos son el combustible de la economía”. Pocos saben que lo que se anunció el viernes implica que ganó la opción más cautelosa para definir cómo se moverá el dólar desde mañana. Milei se animaba a flotar sin bandas. Ni más ni menos.

 El otro triángulo de hierro es económico y lo integra el Presidente junto a su ministro de Economía y al titular del Banco Central, que guardaron bajo llave el anuncio que sorprendió al gabinete; qué esperan para el dólar mañana, por qué el superávit será mayor al que pide el Fondo y cuáles son los próximos pasos de cara a una semana decisiva para la cotización del tipo de cambio y los mercados; por qué las bandas eran la medida más cautelosa de las que estudiaron  LA NACION

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