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Jugó en la selección argentina, aprendió cuatro idiomas y ahora se recibió de abogado: “El Dibu me regaló sus guantes”

La hoja de ruta de Agustín Vuletich es amplia y variada: abandonó su Córdoba natal a los 15 años con la intención de convertirse en futbolista profesional. En el combo también pesó el mandato familiar de sus padres, quienes insistieron con que continúe en el colegio y, como si fuera poco, mantenga el nivel de sus notas escolares.

Apenas llegó a Buenos Aires, consiguió un lugar en la pensión de Vélez Sarsfield, el club que lo acobijó y le dio una vacante para su instituto privado. El tiempo pasó, llegó el debut en Primera División con el club de Liniers y la citación para jugar el Mundial Sub-20 con la selección argentina en 2011, donde compartió plantel con Emiliano “Dibu” Martínez.

Chucky Ferreyra, Rodrigo Battaglia, Dibu Martínez y Vuletich

“Pasaba tanto tiempo con el Dibu que le pedí sus guantes y me los regaló con su nombre. No sé si él lo sabrá, pero aún los conservo”, recordó Vuletich, en diálogo con LA NACION, desde Rumania, un nuevo país de su inagotable recorrido en el fútbol.

Vuletich compartió plantel con el

En aquella cita deportiva, que tuvo lugar en Colombia, el protagonista de esta historia disputó dos partidos contra Portugal y México. A pesar de la poca participación, el espaldarazo lo llevó a dar sus primeros pasos en Vélez y así construir una carrera que, a priori, no era la que él esperaba cuando inició.

No es la carrera que yo imaginaba cuando era chico y daba mis primeros pasos. Lamentablemente no es lo ideal cambiar siempre de equipo, pero las propuestas de firma de contrato son anuales o de menos tiempo. El mercado del fútbol no es tan sencillo como uno lo ve de afuera con los jugadores top, que se mantienen muchos años en una institución”, afirmó el delantero que actualmente milita en el FC UTA Arad de Rumania y, previamente, jugó en 16 clubes de todas partes del mundo.

Cuatro idiomas y el título de abogado

A pesar de esta circunstancia, Vuletich exprimió al máximo su tiempo libre y desterró aquellas artimañas de los deportistas que solamente se focalizan en el deporte y no ven más allá de la pelota. En su derrotero profesional consiguió aprender cuatro idiomas (español, inglés, italiano y portugués) como así también seguir al dedillo las indicaciones de su familia, quienes le machacaron, en reiteradas oportunidades, su compromiso con el estudio.

Agustín Vuletich se recibió de abogado estudiando en aeropuertos y concentraciones

A finales de 2024, el ex Vélez y selección argentina se recibió de abogado. Para ello, debió resignar su tiempo libre y así amigarse con los apuntes de la carrera, los cuales leía en los aeropuertos, concentraciones. En una tarea ardua, que se complicó por estar lejos del país, Vuletich aprovechó la pandemia para avanzar a la distancia hasta rendir su último final en Córdoba. “El fútbol puede y debe ir de la mano con el estudio”, indicó, a modo de enseñanza para sus colegas.

“Lamentablemente el día de mañana la carrera del futbolista llega a un límite, se acaba y la vida sigue. Considero que estudiar te abre la cabeza en la toma de decisiones, tanto en el fútbol como también en la vida. Estudiar te enseña a relacionarte y te da un léxico variado para hablar sea en una conferencia de prensa o con otra persona”, describió Vuletich, quien vive en Arad, en las afueras de Rumania, a siete horas de Bucarest, junto a su pareja Berenice y su hija, de 2 años, Justina.

La actualidad del delantero está en Rumania, donde es una de las cartas goleadoras del UTA Arad

Con la ayuda inicial de Futbolistas Argentinos Agremiados, que le cubrieron la beca para comenzar a estudiar, Vuletich completó su carrera universitaria y mostró un camino complementario al de solo salir a competir en una cancha de fútbol. “No es normal en Sudamérica que los futbolistas estudien. En Europa la mentalidad es diferente y te exigen que termines la secundaria, eso no se discute. En Argentina vamos camino a eso”, relató el hijo de Viviana y Eduardo, dos faros que lo orientaron en su misión de combinar algo que parecería imposible: jugar al fútbol y recibirse académicamente.

“A pesar de que estudiaba, siempre fui lo más profesional posible al llegar primero a los entrenamientos, ser un ejemplo íntegro de futbolista. Cada vez que tenía inconvenientes con los exámenes, que se contraponían con partidos, presentaba documentación de respaldo del club y me cambiaban la fecha los exámenes. Uno quiere ser un poco el espejo de los chicos que quieren estudiar. Nada es inalcanzable”, remarcó, con la experiencia de haber desdoblado su vida con dos obligaciones que parecen contrapuestas por plazos y tiempos.

Agustín Vuletich jugó en la selección argentina con el Dibu Martínez y logró recibirse de abogado

En ese mismo tono, apuntó contra el ambiente que rodea al fútbol que, en algunos de sus eslabones, se muestra reticente ante esta iniciativa académica: “Lamentablemente en el fútbol hay mucha gente que no quiere que el futbolista estudie, que tenga otra mentalidad a la hora de dar una opinión fundada, de aceptar o rechazar alguna oferta contractual”.

Suiza, Chile, Portugal, Colombia, Uruguay, México y hoy Rumania. A casi diez años de su último paso –efímero- por Arsenal de Sarandí, en 2016, Vuletich armó gran parte de su carrera en el extranjero, un lugar que lo adoptó como propio y donde supo aprovechar cada momento de su rutina para construir algo más que un futbolista.

La hoja de ruta de Agustín Vuletich es amplia y variada: abandonó su Córdoba natal a los 15 años con la intención de convertirse en futbolista profesional. En el combo también pesó el mandato familiar de sus padres, quienes insistieron con que continúe en el colegio y, como si fuera poco, mantenga el nivel de sus notas escolares.

Apenas llegó a Buenos Aires, consiguió un lugar en la pensión de Vélez Sarsfield, el club que lo acobijó y le dio una vacante para su instituto privado. El tiempo pasó, llegó el debut en Primera División con el club de Liniers y la citación para jugar el Mundial Sub-20 con la selección argentina en 2011, donde compartió plantel con Emiliano “Dibu” Martínez.

Chucky Ferreyra, Rodrigo Battaglia, Dibu Martínez y Vuletich

“Pasaba tanto tiempo con el Dibu que le pedí sus guantes y me los regaló con su nombre. No sé si él lo sabrá, pero aún los conservo”, recordó Vuletich, en diálogo con LA NACION, desde Rumania, un nuevo país de su inagotable recorrido en el fútbol.

Vuletich compartió plantel con el

En aquella cita deportiva, que tuvo lugar en Colombia, el protagonista de esta historia disputó dos partidos contra Portugal y México. A pesar de la poca participación, el espaldarazo lo llevó a dar sus primeros pasos en Vélez y así construir una carrera que, a priori, no era la que él esperaba cuando inició.

No es la carrera que yo imaginaba cuando era chico y daba mis primeros pasos. Lamentablemente no es lo ideal cambiar siempre de equipo, pero las propuestas de firma de contrato son anuales o de menos tiempo. El mercado del fútbol no es tan sencillo como uno lo ve de afuera con los jugadores top, que se mantienen muchos años en una institución”, afirmó el delantero que actualmente milita en el FC UTA Arad de Rumania y, previamente, jugó en 16 clubes de todas partes del mundo.

Cuatro idiomas y el título de abogado

A pesar de esta circunstancia, Vuletich exprimió al máximo su tiempo libre y desterró aquellas artimañas de los deportistas que solamente se focalizan en el deporte y no ven más allá de la pelota. En su derrotero profesional consiguió aprender cuatro idiomas (español, inglés, italiano y portugués) como así también seguir al dedillo las indicaciones de su familia, quienes le machacaron, en reiteradas oportunidades, su compromiso con el estudio.

Agustín Vuletich se recibió de abogado estudiando en aeropuertos y concentraciones

A finales de 2024, el ex Vélez y selección argentina se recibió de abogado. Para ello, debió resignar su tiempo libre y así amigarse con los apuntes de la carrera, los cuales leía en los aeropuertos, concentraciones. En una tarea ardua, que se complicó por estar lejos del país, Vuletich aprovechó la pandemia para avanzar a la distancia hasta rendir su último final en Córdoba. “El fútbol puede y debe ir de la mano con el estudio”, indicó, a modo de enseñanza para sus colegas.

“Lamentablemente el día de mañana la carrera del futbolista llega a un límite, se acaba y la vida sigue. Considero que estudiar te abre la cabeza en la toma de decisiones, tanto en el fútbol como también en la vida. Estudiar te enseña a relacionarte y te da un léxico variado para hablar sea en una conferencia de prensa o con otra persona”, describió Vuletich, quien vive en Arad, en las afueras de Rumania, a siete horas de Bucarest, junto a su pareja Berenice y su hija, de 2 años, Justina.

La actualidad del delantero está en Rumania, donde es una de las cartas goleadoras del UTA Arad

Con la ayuda inicial de Futbolistas Argentinos Agremiados, que le cubrieron la beca para comenzar a estudiar, Vuletich completó su carrera universitaria y mostró un camino complementario al de solo salir a competir en una cancha de fútbol. “No es normal en Sudamérica que los futbolistas estudien. En Europa la mentalidad es diferente y te exigen que termines la secundaria, eso no se discute. En Argentina vamos camino a eso”, relató el hijo de Viviana y Eduardo, dos faros que lo orientaron en su misión de combinar algo que parecería imposible: jugar al fútbol y recibirse académicamente.

“A pesar de que estudiaba, siempre fui lo más profesional posible al llegar primero a los entrenamientos, ser un ejemplo íntegro de futbolista. Cada vez que tenía inconvenientes con los exámenes, que se contraponían con partidos, presentaba documentación de respaldo del club y me cambiaban la fecha los exámenes. Uno quiere ser un poco el espejo de los chicos que quieren estudiar. Nada es inalcanzable”, remarcó, con la experiencia de haber desdoblado su vida con dos obligaciones que parecen contrapuestas por plazos y tiempos.

Agustín Vuletich jugó en la selección argentina con el Dibu Martínez y logró recibirse de abogado

En ese mismo tono, apuntó contra el ambiente que rodea al fútbol que, en algunos de sus eslabones, se muestra reticente ante esta iniciativa académica: “Lamentablemente en el fútbol hay mucha gente que no quiere que el futbolista estudie, que tenga otra mentalidad a la hora de dar una opinión fundada, de aceptar o rechazar alguna oferta contractual”.

Suiza, Chile, Portugal, Colombia, Uruguay, México y hoy Rumania. A casi diez años de su último paso –efímero- por Arsenal de Sarandí, en 2016, Vuletich armó gran parte de su carrera en el extranjero, un lugar que lo adoptó como propio y donde supo aprovechar cada momento de su rutina para construir algo más que un futbolista.

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