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Kicillof retomó la disputa con Milei: denunció que se cumplen 500 días sin obras nacionales y se mostró con un posible candidato

Tras el impasse que produjo la muerte del papa Francisco, Axel Kicillof retomó la confrontación con la administración de Javier Milei para advertir que, al cumplirse 500 días desde la llegada del libertario a la Presidencia, se cumplen también 500 días sin obras públicas nacionales.

El gobernador bonaerense encabezó un acto junto a su ministro de Infraestructura y Servicios Públicos, Gabriel Katopodis, quien tuvo a su cargo la cartera de Obras Públicas durante la presidencia de Alberto Fernández. Katopodis juega de local: el acto se realiza en la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), pago chico del funcionario, que podría ser una de las cartas del gobernador para la primera sección electoral, que en las elecciones provinciales del 7 de septiembre elegirá senadores.

Junto a Kicillof y Katopodis se subieron al escenario el intendente de San Martín, Fernando Moreira; la ministra de Hábitat bonaerense, Silvina Batakis, y el rector de la Unsam, Carlos Greco.

Detrás del escenario se recortaba la figura de un esqueleto de hormigón de diez pisos que, según señaló el rector Greco, volverá a activarse en su construcción con fondos de la provincia. Sin sutilezas, durante el acto se podía ver, de fondo, a un puñado de obreros trabajando en el primer piso de la estructura de hormigón.

Kicillof inició su discurso recordando al papa Francisco. “Se ha perdido con Francisco al más importante vocero de la justicia social”, afirmó, para plantear como un “inicio” la muerte del Sumo Pontífice: “Nos deja una obligación: hay que llenar ese espacio. Creo que el papa Francisco nos ha dada una misión: sostener esas ideas en momentos adversos, en momentos difíciles, donde una derecha desalmada y cruel, que ha planteado una guerra contra los inmigrantes, los desplazados, el sálvese quien pueda”.

Tras afirmar que Francisco dejó a “millones de franciscos” en el mundo, Kicillof recordó y repitió el gesto con el que el arzobispo de La Plata, Gustavo Carrara, cerró la misa en honor al Papa, y le pidió a los presentes un aplauso para Francisco.

Luego de destacar el acompañamiento de intendentes de Buenos Aires, pero también de Córdoba y Santa Fe, presentes en el acto, Kicillof cuestionó por “obtuso” al gobierno de Milei y puso foco en el motivo del acto: “El parate que está haciendo en obra pública, educación, salud, en vialidad, en infraestructura social básica, es una decisión criminal”.

“Son hospitales que no se abren, escuelas que no se abren, son rutas que están en mal estado, así que tenemos que decirlo con todas las letras: basta Milei de ocasionarle este daño a todo el pueblo argentino”, enfatizó.

El gobernador advirtió que el plan de Milei no es una apuesta novedosa, sino una receta que ya se aplicó y fracasó en el país. “No tiene nada de original, nada de novedoso: es el plan de ajuste ortodoxo que se aplicó mil veces en la Argentina y fracasó y resultó una verdadera estafa. No tiene nada de liberal libertario, es el plan enlatado, convencional, de ajuste ortodoxo y sufrimiento innecesario”, fustigó.

La criptoestafa de Milei es un poroto frente a la estafa que le está haciendo todos los días al pueblo argentino”, agregó, para señalar que quienes “aplauden a Milei” son los que se benefician con la “bicicleta financiera” y advertir que el nuevo acuerdo con el FMI no es otra cosa que “una derrota argentina”. Deslizó, además, que en medio de la guerra comercial mundial y el auge de barreras proteccionistas, el plan de Milei “es un corso a contramano”.

“Lo entienden y lo repiten todos los presidentes del planeta: ‘cómo cuido lo mío’, dicen. Y Milei: ‘cómo lo remato y lo regalo’. Una cuestión ridícula”, añadió, para pronosticar que Milei hará de la Argentina un país “primarizado, precarizado y dependiente”.

La campaña electoral

“Ahora vamos a un momento decisivo de la democracia”, alertó, en alusión a las elecciones por venir. “La boleta que lleve Milei es la que dice ‘no a la educación pública, no a la salud pública, no a la universidad pública, no a la infraestructura’”, dijo.

Un país sin industria, sin producción nacional, el país que piensa Milei, no necesita universidad pública. Casi diría que no necesita universidades. Es un país de exclusión, un país espantoso e invivible para las grandes mayorías”, prosiguió Kicillof.

¡Esa motosierra, ese topo que quiere destruir el Estado, se tiene que quedar afuera de la provincia de Buenos Aires. No puede estar en los consejos deliberantes, en la Legislatura bonaerense!“, enfatizó el mandatario.

Cuando finalizó su discurso, los intendentes presentes se subieron al escenario, mientras Kicillof firmaba un pedido de acceso de información pública dirigido a la Casa Rosada, para conocer el estado de las obras públicas a nivel nacional.

Acto 500 días sin obra pública.

“Está mal frenar la obra pública. Está mal dejar a la Argentina sin escuelas, sin universidades, sin rutas. Está mal que en la Argentina de Milei se premie el negocio de la bicicleta financiera”, advirtió Katopodis, para contrapesar: “La obra pública es trabajo y producción, pero vale mucho más cuando esa obra pública significa además educación, futuro y conocimiento”.

Tenemos un presidente y un gobierno nacional que va a empeorar las cosas. Todas las decisiones van a ser para joder mucho más a la gente”, continuó Katopodis, en modo candidato. “No importa si convencemos al presidente Milei del sentido estratégico que tiene terminar un edificio como este: tenemos que hacerlo, estar acá y levantar la voz porque es nuestra responsabilidad, nuestra convicción”, cerró.

“El plan de Milei no tenía obra pública. El plan del FMI no tiene ni va a tener obra pública. Pero acá en la provincia es una decisión del gobernador que las obras sigan, para que en cada comunidad signifiquen trabajo y progreso”, siguió, para destacar que esa distinción debe ser significativa “en un año donde se juegan cosas”.

Acto 500 días sin obra pública.

Greco fue el encargado de abrir el acto. “El sistema universitario argentino tiene uno de los peores indicadores de lo que es la necesidad de financiamiento desde que comenzó este gobierno [de Milei]: obras paralizadas, subsidios para ciencia y tecnología en cero, ingreso de becarios e investigadores en cero”, arrancó, para contrastar: “La provincia de Buenos Aires está teniendo una acción y una decisión política como nunca hubo en la historia. En todos esos tópicos tiene una acción concreta de acompañamiento.

A su turno, Batakis afirmó que “hoy en el mundo hay una carrera tecnológica por la infraestructura y el conocimiento. Y la tecnología se produce y se tiene, o se compra. Y la universidad pública es la que puede producir”. Entre críticas a Milei, la ministra también destacó que la provincia, a través de su cartera, está encarando 8000 viviendas, que generan 40.000 puestos de trabajo.

Ya desde la campaña presidencial, Milei había advertido que su gobierno no impulsaría obras públicas, a las que siempre asoció con la corrupción y la carga tributaria. “Eliminamos la obra pública que era uno de los curros más grandes de la política”, celebró el pasado 1° de marzo, al abrir las sesiones ordinarias en el Congreso.

Un reciente trabajo de los economistas Marcelo Capello y Nicolás Cámpoli del Ieral de la Fundación Mediterránea señaló que la inversión pública fue una de las partidas más afectadas por la “motosierra”: bajó hasta 1,3% del PIB luego de ubicarse en 2,6% en 2022 y 2023. En el año de la pandemia (2020) había caído a 1,8% del PIB, y en promedio resultó 2,4% del PIB entre 2015 y 2024.

La mayor caída en 2024 se observó en la inversión pública nacional (de 0,8% a 0,3% del PBI), mientras que la provincial se redujo de 1,4% a 0,8%, explicada casi totalmente por las menores transferencias de capital de Nación a las provincias. Las transferencias de capital de provincias a municipios pasaron de 0,3% a 0,2% del PIB entre 2023 y 2024.

Tras el impasse que produjo la muerte del papa Francisco, Axel Kicillof retomó la confrontación con la administración de Javier Milei para advertir que, al cumplirse 500 días desde la llegada del libertario a la Presidencia, se cumplen también 500 días sin obras públicas nacionales.

El gobernador bonaerense encabezó un acto junto a su ministro de Infraestructura y Servicios Públicos, Gabriel Katopodis, quien tuvo a su cargo la cartera de Obras Públicas durante la presidencia de Alberto Fernández. Katopodis juega de local: el acto se realiza en la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), pago chico del funcionario, que podría ser una de las cartas del gobernador para la primera sección electoral, que en las elecciones provinciales del 7 de septiembre elegirá senadores.

Junto a Kicillof y Katopodis se subieron al escenario el intendente de San Martín, Fernando Moreira; la ministra de Hábitat bonaerense, Silvina Batakis, y el rector de la Unsam, Carlos Greco.

Detrás del escenario se recortaba la figura de un esqueleto de hormigón de diez pisos que, según señaló el rector Greco, volverá a activarse en su construcción con fondos de la provincia. Sin sutilezas, durante el acto se podía ver, de fondo, a un puñado de obreros trabajando en el primer piso de la estructura de hormigón.

Kicillof inició su discurso recordando al papa Francisco. “Se ha perdido con Francisco al más importante vocero de la justicia social”, afirmó, para plantear como un “inicio” la muerte del Sumo Pontífice: “Nos deja una obligación: hay que llenar ese espacio. Creo que el papa Francisco nos ha dada una misión: sostener esas ideas en momentos adversos, en momentos difíciles, donde una derecha desalmada y cruel, que ha planteado una guerra contra los inmigrantes, los desplazados, el sálvese quien pueda”.

Tras afirmar que Francisco dejó a “millones de franciscos” en el mundo, Kicillof recordó y repitió el gesto con el que el arzobispo de La Plata, Gustavo Carrara, cerró la misa en honor al Papa, y le pidió a los presentes un aplauso para Francisco.

Luego de destacar el acompañamiento de intendentes de Buenos Aires, pero también de Córdoba y Santa Fe, presentes en el acto, Kicillof cuestionó por “obtuso” al gobierno de Milei y puso foco en el motivo del acto: “El parate que está haciendo en obra pública, educación, salud, en vialidad, en infraestructura social básica, es una decisión criminal”.

“Son hospitales que no se abren, escuelas que no se abren, son rutas que están en mal estado, así que tenemos que decirlo con todas las letras: basta Milei de ocasionarle este daño a todo el pueblo argentino”, enfatizó.

El gobernador advirtió que el plan de Milei no es una apuesta novedosa, sino una receta que ya se aplicó y fracasó en el país. “No tiene nada de original, nada de novedoso: es el plan de ajuste ortodoxo que se aplicó mil veces en la Argentina y fracasó y resultó una verdadera estafa. No tiene nada de liberal libertario, es el plan enlatado, convencional, de ajuste ortodoxo y sufrimiento innecesario”, fustigó.

La criptoestafa de Milei es un poroto frente a la estafa que le está haciendo todos los días al pueblo argentino”, agregó, para señalar que quienes “aplauden a Milei” son los que se benefician con la “bicicleta financiera” y advertir que el nuevo acuerdo con el FMI no es otra cosa que “una derrota argentina”. Deslizó, además, que en medio de la guerra comercial mundial y el auge de barreras proteccionistas, el plan de Milei “es un corso a contramano”.

“Lo entienden y lo repiten todos los presidentes del planeta: ‘cómo cuido lo mío’, dicen. Y Milei: ‘cómo lo remato y lo regalo’. Una cuestión ridícula”, añadió, para pronosticar que Milei hará de la Argentina un país “primarizado, precarizado y dependiente”.

La campaña electoral

“Ahora vamos a un momento decisivo de la democracia”, alertó, en alusión a las elecciones por venir. “La boleta que lleve Milei es la que dice ‘no a la educación pública, no a la salud pública, no a la universidad pública, no a la infraestructura’”, dijo.

Un país sin industria, sin producción nacional, el país que piensa Milei, no necesita universidad pública. Casi diría que no necesita universidades. Es un país de exclusión, un país espantoso e invivible para las grandes mayorías”, prosiguió Kicillof.

¡Esa motosierra, ese topo que quiere destruir el Estado, se tiene que quedar afuera de la provincia de Buenos Aires. No puede estar en los consejos deliberantes, en la Legislatura bonaerense!“, enfatizó el mandatario.

Cuando finalizó su discurso, los intendentes presentes se subieron al escenario, mientras Kicillof firmaba un pedido de acceso de información pública dirigido a la Casa Rosada, para conocer el estado de las obras públicas a nivel nacional.

Acto 500 días sin obra pública.

“Está mal frenar la obra pública. Está mal dejar a la Argentina sin escuelas, sin universidades, sin rutas. Está mal que en la Argentina de Milei se premie el negocio de la bicicleta financiera”, advirtió Katopodis, para contrapesar: “La obra pública es trabajo y producción, pero vale mucho más cuando esa obra pública significa además educación, futuro y conocimiento”.

Tenemos un presidente y un gobierno nacional que va a empeorar las cosas. Todas las decisiones van a ser para joder mucho más a la gente”, continuó Katopodis, en modo candidato. “No importa si convencemos al presidente Milei del sentido estratégico que tiene terminar un edificio como este: tenemos que hacerlo, estar acá y levantar la voz porque es nuestra responsabilidad, nuestra convicción”, cerró.

“El plan de Milei no tenía obra pública. El plan del FMI no tiene ni va a tener obra pública. Pero acá en la provincia es una decisión del gobernador que las obras sigan, para que en cada comunidad signifiquen trabajo y progreso”, siguió, para destacar que esa distinción debe ser significativa “en un año donde se juegan cosas”.

Acto 500 días sin obra pública.

Greco fue el encargado de abrir el acto. “El sistema universitario argentino tiene uno de los peores indicadores de lo que es la necesidad de financiamiento desde que comenzó este gobierno [de Milei]: obras paralizadas, subsidios para ciencia y tecnología en cero, ingreso de becarios e investigadores en cero”, arrancó, para contrastar: “La provincia de Buenos Aires está teniendo una acción y una decisión política como nunca hubo en la historia. En todos esos tópicos tiene una acción concreta de acompañamiento.

A su turno, Batakis afirmó que “hoy en el mundo hay una carrera tecnológica por la infraestructura y el conocimiento. Y la tecnología se produce y se tiene, o se compra. Y la universidad pública es la que puede producir”. Entre críticas a Milei, la ministra también destacó que la provincia, a través de su cartera, está encarando 8000 viviendas, que generan 40.000 puestos de trabajo.

Ya desde la campaña presidencial, Milei había advertido que su gobierno no impulsaría obras públicas, a las que siempre asoció con la corrupción y la carga tributaria. “Eliminamos la obra pública que era uno de los curros más grandes de la política”, celebró el pasado 1° de marzo, al abrir las sesiones ordinarias en el Congreso.

Un reciente trabajo de los economistas Marcelo Capello y Nicolás Cámpoli del Ieral de la Fundación Mediterránea señaló que la inversión pública fue una de las partidas más afectadas por la “motosierra”: bajó hasta 1,3% del PIB luego de ubicarse en 2,6% en 2022 y 2023. En el año de la pandemia (2020) había caído a 1,8% del PIB, y en promedio resultó 2,4% del PIB entre 2015 y 2024.

La mayor caída en 2024 se observó en la inversión pública nacional (de 0,8% a 0,3% del PBI), mientras que la provincial se redujo de 1,4% a 0,8%, explicada casi totalmente por las menores transferencias de capital de Nación a las provincias. Las transferencias de capital de provincias a municipios pasaron de 0,3% a 0,2% del PIB entre 2023 y 2024.

 El gobernador encabezó un acto en la Universidad de San Martín junto a Gabriel Katopodis, su eventual apuesta para la primera sección electoral  LA NACION

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