US$250 millones: una vieja enemiga de las vacas vuelve a causar graves pérdidas

Con un escenario que se agrava año tras año, la garrapata y el Complejo Tristeza Bovina (CTB) se consolidan como uno de los principales desafíos sanitarios de la ganadería argentina, especialmente en las regiones del norte y el litoral. Según datos de hace un tiempo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 80% de los más de 1226 millones de bovinos existentes en el mundo están infestados de garrapatas.
En la Argentina el problema abarca actualmente cerca de 80 millones de hectáreas en el NOA y el NEA, con un avance progresivo sobre el litoral; afecta aproximadamente entre 15 a 18 millones de cabezas vacunas, lo que pone en riesgo a sectores críticos como la lechería y la invernada.
Luego de que la semana pasada la Fundación de Lucha Contra Fiebre Aftosa de Entre Ríos (Fucofa) advirtiera sobre la expansión del complejo Tristeza Bovina en su provincia y sus consecuencias para la producción ganadera, y deslizara que desde Corrientes se abandonó la lucha, Eduardo Ortíz, director de Producción Animal de Corrientes, indicó que en su provincia desde hace mucho tiempo se viene trabajando al respecto con mucha seriedad y dedicación.
“Hoy el Complejo Tristeza Bovina es la principal causa de mortandad de la ganadería del norte argentino, causa pérdidas productivas y económicas estimadas en 250 millones de dólares anuales”, aseguró Ortíz a LA NACION.
Vale recordar que el CTB es un conjunto de enfermedades transmitidas por garrapatas, insectos hematógenos y también por iatrogenia (mecánica). Sus consecuencias son graves: anemia, pérdida de peso, abortos y altos porcentajes de mortandad en los rodeos.
“El pastizal o la pastura son el problema y no el animal. Por eso en la provincia de Corrientes cambiamos el enfoque: hay que reconocer que los campos se ensuciaron y las larvas están presentes esperando a subir al ganado”, explicó Ortíz.
Opinión: ¿sembrar trigo? Mejor apostar al carry trade
Según dijo, “en la provincia se trabaja activamente a través de la Mesa del Síndrome Tristeza, coordinada por el Ministerio de Producción e integrada por profesionales veterinarios de distintas instituciones”.
“El objetivo es analizar, investigar y proponer herramientas para que el productor y los profesionales puedan adoptar para resolver o minimizar las pérdidas ocasionadas por el Complejo Tristeza Bovina”, precisó Ortíz.
Uno de los principales problemas que enfrenta el control de la garrapata es la resistencia generada por el mal uso de productos químicos. “Durante la erradicación en muchas zonas utilizábamos entre 11 y 14 baños de inmersión por año, no siempre siguiendo las recomendaciones. Esto en todos los países del mundo ha generado garrapatas resistentes a los químicos”, señaló el funcionario.
Frente a esta situación, una de las estrategias clave que impulsa Corrientes es la difusión de la inmunización de terneros de entre 4 y 10 meses de edad, incluida en el calendario sanitario del INTA Mercedes desde 2004.
“Debe ser aplicada por profesionales y se deben seguir estrictamente las recomendaciones antes, durante y después de las vacunaciones o inmunizaciones”, advirtió Ortíz.
A su vez, indicó, se realizan diagnósticos epidemiológicos para evaluar el nivel de inmunidad de los rodeos y definir las acciones sanitarias necesarias según la presencia de babesias y anaplasmas. También se llevan adelante ensayos de inmunización en rodeos de hacienda adulta bajo protocolos elaborados por el INTA Rafaela e INTA Mercedes, con monitoreos permanentes.
“La provincia de Corrientes comprendió el desafío que implica el escenario de los próximos años y, a través de la mesa técnica, busca adaptarse basándose en datos y estudios científicos”, destacó Ortíz.
En esa línea afirmó que el objetivo es mantener bajo control la población de garrapatas con programas basados en estudios ecológicos y epidemiológicos, acompañados de buenas prácticas de manejo para evitar la resistencia. Actualmente cada vez más productores inmunizan también a sus vacas adultas bajo estricto protocolo profesional.
“Desde la Mesa esperamos que en breve el INTA presente ante Senasa la vacuna para adultos, porque la Tristeza avanza rápidamente y se cobra cada día más vidas de nuestra fábrica de producir terneros”, concluyó Ortíz.
Desde 1938, la Argentina implementa campañas para erradicar la garrapata común del ganado bovino (rhipicephalus microplus), pero los avances logrados en décadas anteriores hoy muestran un preocupante retroceso.
Recordó que, tras años de luchas infructuosas de productores y autoridades, con grandes pérdidas productivas y económicas, en abril de 2021 la Comisión Provincial de Sanidad (Coprosa) de la provincia de Corrientes solicitó a Senasa el fin del Plan de Erradicación y la nueva zonificación de los siete departamentos (Goya, Curuzú Cuatiá, Monte Caseros, Esquina, Mercedes, Paso de los Libres y Sauce) del centro sur que formaban parte de la zona de erradicación: “Esta solicitud fue aprobada por organismo sanitario y por la provincia y en su totalidad se pasó a zona de control”.
Ortíz remarcó que se ha retrocedido entre 46 y 83 años, dependiendo de la zona. Además, factores como el cambio climático, el aumento de la temperatura media y la resistencia de los parásitos a los tratamientos químicos agravan aún más el panorama.
Por último, para el funcionario, con la amenaza del CTB en expansión, la ganadería argentina enfrenta un desafío mayúsculo que requerirá un compromiso sostenido entre productores, técnicos y autoridades para resguardar la producción y garantizar la sustentabilidad del rodeo nacional.
Con un escenario que se agrava año tras año, la garrapata y el Complejo Tristeza Bovina (CTB) se consolidan como uno de los principales desafíos sanitarios de la ganadería argentina, especialmente en las regiones del norte y el litoral. Según datos de hace un tiempo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 80% de los más de 1226 millones de bovinos existentes en el mundo están infestados de garrapatas.
En la Argentina el problema abarca actualmente cerca de 80 millones de hectáreas en el NOA y el NEA, con un avance progresivo sobre el litoral; afecta aproximadamente entre 15 a 18 millones de cabezas vacunas, lo que pone en riesgo a sectores críticos como la lechería y la invernada.
Luego de que la semana pasada la Fundación de Lucha Contra Fiebre Aftosa de Entre Ríos (Fucofa) advirtiera sobre la expansión del complejo Tristeza Bovina en su provincia y sus consecuencias para la producción ganadera, y deslizara que desde Corrientes se abandonó la lucha, Eduardo Ortíz, director de Producción Animal de Corrientes, indicó que en su provincia desde hace mucho tiempo se viene trabajando al respecto con mucha seriedad y dedicación.
“Hoy el Complejo Tristeza Bovina es la principal causa de mortandad de la ganadería del norte argentino, causa pérdidas productivas y económicas estimadas en 250 millones de dólares anuales”, aseguró Ortíz a LA NACION.
Vale recordar que el CTB es un conjunto de enfermedades transmitidas por garrapatas, insectos hematógenos y también por iatrogenia (mecánica). Sus consecuencias son graves: anemia, pérdida de peso, abortos y altos porcentajes de mortandad en los rodeos.
“El pastizal o la pastura son el problema y no el animal. Por eso en la provincia de Corrientes cambiamos el enfoque: hay que reconocer que los campos se ensuciaron y las larvas están presentes esperando a subir al ganado”, explicó Ortíz.
Opinión: ¿sembrar trigo? Mejor apostar al carry trade
Según dijo, “en la provincia se trabaja activamente a través de la Mesa del Síndrome Tristeza, coordinada por el Ministerio de Producción e integrada por profesionales veterinarios de distintas instituciones”.
“El objetivo es analizar, investigar y proponer herramientas para que el productor y los profesionales puedan adoptar para resolver o minimizar las pérdidas ocasionadas por el Complejo Tristeza Bovina”, precisó Ortíz.
Uno de los principales problemas que enfrenta el control de la garrapata es la resistencia generada por el mal uso de productos químicos. “Durante la erradicación en muchas zonas utilizábamos entre 11 y 14 baños de inmersión por año, no siempre siguiendo las recomendaciones. Esto en todos los países del mundo ha generado garrapatas resistentes a los químicos”, señaló el funcionario.
Frente a esta situación, una de las estrategias clave que impulsa Corrientes es la difusión de la inmunización de terneros de entre 4 y 10 meses de edad, incluida en el calendario sanitario del INTA Mercedes desde 2004.
“Debe ser aplicada por profesionales y se deben seguir estrictamente las recomendaciones antes, durante y después de las vacunaciones o inmunizaciones”, advirtió Ortíz.
A su vez, indicó, se realizan diagnósticos epidemiológicos para evaluar el nivel de inmunidad de los rodeos y definir las acciones sanitarias necesarias según la presencia de babesias y anaplasmas. También se llevan adelante ensayos de inmunización en rodeos de hacienda adulta bajo protocolos elaborados por el INTA Rafaela e INTA Mercedes, con monitoreos permanentes.
“La provincia de Corrientes comprendió el desafío que implica el escenario de los próximos años y, a través de la mesa técnica, busca adaptarse basándose en datos y estudios científicos”, destacó Ortíz.
En esa línea afirmó que el objetivo es mantener bajo control la población de garrapatas con programas basados en estudios ecológicos y epidemiológicos, acompañados de buenas prácticas de manejo para evitar la resistencia. Actualmente cada vez más productores inmunizan también a sus vacas adultas bajo estricto protocolo profesional.
“Desde la Mesa esperamos que en breve el INTA presente ante Senasa la vacuna para adultos, porque la Tristeza avanza rápidamente y se cobra cada día más vidas de nuestra fábrica de producir terneros”, concluyó Ortíz.
Desde 1938, la Argentina implementa campañas para erradicar la garrapata común del ganado bovino (rhipicephalus microplus), pero los avances logrados en décadas anteriores hoy muestran un preocupante retroceso.
Recordó que, tras años de luchas infructuosas de productores y autoridades, con grandes pérdidas productivas y económicas, en abril de 2021 la Comisión Provincial de Sanidad (Coprosa) de la provincia de Corrientes solicitó a Senasa el fin del Plan de Erradicación y la nueva zonificación de los siete departamentos (Goya, Curuzú Cuatiá, Monte Caseros, Esquina, Mercedes, Paso de los Libres y Sauce) del centro sur que formaban parte de la zona de erradicación: “Esta solicitud fue aprobada por organismo sanitario y por la provincia y en su totalidad se pasó a zona de control”.
Ortíz remarcó que se ha retrocedido entre 46 y 83 años, dependiendo de la zona. Además, factores como el cambio climático, el aumento de la temperatura media y la resistencia de los parásitos a los tratamientos químicos agravan aún más el panorama.
Por último, para el funcionario, con la amenaza del CTB en expansión, la ganadería argentina enfrenta un desafío mayúsculo que requerirá un compromiso sostenido entre productores, técnicos y autoridades para resguardar la producción y garantizar la sustentabilidad del rodeo nacional.
En el norte la garrapata y el Complejo Tristeza Bovina (CTB) generan preocupación entre productores y técnicos; en Corrientes impulsan nuevas estrategias LA NACION