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Sebastián Marset, el narco de perfil alto que está detrás del tráfico fluvial de drogas

Un nombre se repite como actor principal en la logística narco que utiliza la Hidrovía Paraná-Paraguay para mover grandes cargamentos de cocaína hacía Europa y Oceanía. El uruguayo Sebastián Marset se volvió un fantasma que lleva casi dos años prófugo luego de escapar de una redada en Bolivia. Sus actividades causaron dolores de cabeza a gobiernos de Uruguay y Paraguay. En la Argentina no figura como buscado en alguna causa originada en nuestro país, pero sus movimientos provocan siempre un interés particular de los investigadores. La especialidad de Marset, según se desprenden de expedientes judiciales, es mover embarques de drogas en las bodegas de barcos que tienen un largo recorrido fluvial antes de poner proa hacia grandes mercados de consumo de cocaína.

Anteayer otro buque con cocaína fue detectado. Está vez, amarrado en la zona del puerto santafesino de San Lorenzo. Las autoridades nacionales informaron sobre el decomiso de algo más de 469 kilos de cocaína, que estaban en el navío de bandera de las Islas Marshall que cargaba 46.000 toneladas de girasol. La pesquisa está en su etapa inicial tras el hallazgo de la droga y no hay por el momento menciones a Marset. Aunque la sombra de ese narco de alto perfil siempre merodea a los embarques de cocaína que utilizan la Hidrovía como eje logístico.

Un nuevo capítulo se había abierto en Bolivia en torno al narco Marset, quien está prófugo, con pedido de captura de varios países, después de escapar en Santa Cruz de la Sierra el 29 de julio de 2023. Desde esa fecha no se sabe nada de este personaje emblemático del crimen organizado en Sudamérica. La desaparición y asesinato de dos personas en Bolivia reabrió un nuevo capítulo, una sospecha que se abrió a partir de las relaciones de las víctimas. Sandra Cecilia Vergara y David Óscar Chávez fueron ejecutados cerca de Santa Cruz de la Sierra. La mujer es la hermana de Néstor Alfonso Vergara Antelo alias Cody, quien es señalado como socio del narcotraficante uruguayo. Y Chávez es un expolicía, que tenía vínculos con este grupo narco que opera en varios países, entre ellos, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil y Colombia.

Los 29 kilos de cocaína

En la Argentina aparecieron cargamentos de cocaína con el sello de Primer Comando Uruguayo (PCU), organización que se adjudica liderar Marset, quien se encuentra prófugo, después de protagonizar una huida cinematográfica en Bolivia, cuando fueron allanar la mansión en la que vivía y logró escapar con su familia.

El doble crimen de Vergara y Chávez mostró que el poder mafioso de esta organización sigue activo en Bolivia, donde se sospecha que se produce gran parte de la droga que luego salía por los puertos de Asunción a través de la Hidrovía.

Estas dos personas desaparecieron el 25 de febrero pasado. La clave para encontrar los cadáveres fue el testimonio de un narco que fue detenido en marzo pasado. Andrew Dawudowsk Salvatierra confesó que fue uno de los que trasladó y sepultó los cuerpos en las riberas del río Piraí, cerca de Santa Cruz de la Sierra.

Según fuentes de la investigación, Dawudowsk trabajaba para José Miguel C.M., pareja de Sandra Vergara y presunto autor material e intelectual de los homicidios, quien es buscado por la policía.

Esta mujer era la hermana de Néstor Alfonso Vergara Antelo, conocido como Cody, uno de los hombres de confianza de Marset en Bolivia, que fue detenido en octubre de 2023, pero siete meses después quedó preso en su casa. Cody era uno de los encargados de lavar dinero de Marset en Bolivia. Las mansiones del narco uruguayo estaban a nombre de Vergara Antelo.

El hallazgo de 469 kilos de cocaína en un barco amarrado en el puerto de San Lorenzo alertó nuevamente sobre el tráfico de drogas en la Hidrovía

Este narco nacido en Uruguay permanece prófugo desde el 29 de julio de 2023, cuando se esfumó llamativamente en los allanamientos ordenados por la justicia boliviana. Marset grabó varios videos, luego de este episodio, en el que expuso que había pagado a altos funcionarios del gobierno de Luis Arce para que le facilitaran su fuga de Bolivia, junto con su familia.

“Gracias a la ayuda del director de la Felcn (Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico) logré irme, porque él me avisó que el ministro ya había dado orden de aprehensión contra mí y, bueno, agarró una platita y me avisó que me fuera”, dijo el uruguayo sin dar nombres, aunque después se supo que hacía referencia al coronel Jhenky Gómez.

Las investigaciones más intensas contra Marset se centralizan en Paraguay, donde el narco atravesó gran parte de su historial criminal. En Asunción esperan que los próximos días se concrete la extradición de la esposa de este narco uruguayo, Gianina García Troche, que fue detenida en julio de 2024 en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, tras arribar desde Dubai. Fuentes de la Fiscalía de Asunción señalaron que esperan que la pareja del criminal aporte datos sobre su paradero. Una de las conjeturas que se hicieron en torno a este caso es que García Troche se habría entregado a las autoridades españolas, y que su marido se encontraría en Dubai, con sus hijos, un refugio que ya había elegido este narcotraficante. Dubai no tiene acuerdos de extradición y hoy se transformó en el refugio de varios criminales con pedido de captura internacional.

Gianina García Troche y Sebastián Marset

En ese país de los Emiratos Árabes, Marset protagonizó en 2021 uno de los primeros escándalos, que golpearon al gobierno del entonces presidente uruguayo Luis Lacalle Pou. Marset había sido detenido en ese país por utilizar un pasaporte falso. Después, para lograr zafar de la cárcel, el gobierno uruguayo le suministró su pasaporte original y pudo recuperar la libertad. Se esfumó hasta reaparecer en Bolivia en 2023, cuando logró volver a escaparse.

El actual gobierno del Frente Amplio en Uruguay ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores iniciar una investigación administrativa, porque parte de las pruebas sobre la entrega del pasaporte desaparecieron.

Además, se investiga la destrucción en Torre Ejecutiva –donde funciona el Ejecutivo uruguayo- de un documento certificado con los chats entre el exsubsecretario del Interior Guillermo Maciel y la exsubsecretaria de Relaciones Exteriores Carolina Ache. Estos dos funcionarios habían renunciado cuando estalló el escándalo.

Las poderosas armas de guerra que acumulaba Sebastián Marset en la mansión en la que vivía con su familia en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia

A la par, en Paraguay, la Secretaría Nacional de Bienes Incautados y Comisados (Senabico) subastará el Lamborghini de Marset, y colectivos del “narcopastor” Miguel Ángel Insfrán, socio del uruguayo. Este auto fue secuestrado en el marco de la investigación contra Marset en Paraguay, donde, según se sospecha, también tenía una cobertura de parte de engranajes de la justicia y el gobierno.

A lo largo de las investigaciones surgieron retazos de historias que abonaron el perfil de un personaje digno para una serie, pero también despiadado y sangriento. LA NACION publicó el 24 de octubre de 2020, que Marset llamó a su socio paraguayo Miguel Ángel Insfrán para avisarle que acababa de asesinar a su propio primo. Lo mató cuando lo llevaba en su camioneta, y la muerte de este hombre pareció algo inesperado, pero luego se supo que el capo narco planeaba ejecutarlo desde hacía tiempo. La sospecha era que había revelado información importante del negocio del tráfico de drogas en la Hidrovía Paraná-Paraguay, la ruta que usa este cartel para sacar grandes cargamentos de cocaína.

Unos días antes, Marset le había preguntado a su socio “si tenía un lugar para desaparecer un cuerpo, meterlo en ácido o en cal”. Como si fuera un trámite, el uruguayo mató de dos disparos a su primo Diego Andrés Olivera Cabrera.

“Mi bro. Le di un tiro y se tiró del auto”, fue la primera descripción que hizo Marset ese 24 de octubre de 2020. “Lo llevaba convencido y lo iba a matar ahí llegando”, apuntó el narco uruguayo. Olivera Cabrera se cayó de la camioneta tras recibir el primer disparo y quedó tirado en ese camino polvoriento de la ciudad Mariano Roque Alonso, en las afueras de Asunción. “Pero le di dos buenos tiros”, explicó Marset, que luego le pidió disculpas a su socio, porque el cadáver de su primo quedó tendido en la calle cerca de su mansión. “Le tendría que haber puesto la tranca en la puerta! Una cagada que haya caído, pero bueno, lo más importante es que marchó, si no iba a nombrarme”, advirtió Marset.

Un cargamento de 4013 kilos de cocaína fue decomisado en Paraguay, dentro de un buque que tenía previsto navegar por la Hidrovía y llegar al puerto de Amberes, en Bélgica.

Estos diálogos a los que accedió LA NACION forman parte de la imputación por lavado de dinero contra Insfrán, el socio de Marset, conocido en Paraguay como “Tío Rico”, un hombre que le dio al narco uruguayo las garantías de que durante un tiempo nadie impediría que sacaran gigantescos cargamentos de cocaína por el río Paraná rumbo a Europa. En los puertos de Amberes, en Bélgica, y Rotterdam, en Holanda, se incautó un total de 53 toneladas de cocaína que provenía de esa ruta, un récord a nivel global que encendió las alarmas.

Las barcazas que trasladaban esos cargamentos hicieron trasbordo de cargas en aguas argentinas, donde en ningún momento se descubrió la cocaína, que la mayoría de los embarques iba camuflada en harina de soja que se enviaba en contenedores. Es usual que ese producto se envíe a granel, y no en containers, con lo cual esos despachos deberían haber despertado alguna sospecha, sugirieron fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Este caso es emblemático en los países de la región, porque tiene protagonistas de varias naciones y el radio de acción de la organización también es amplio. La causa, llamada A Ultranza Py, era investigada por el jefe de la Unidad de Crimen Organizado, Marcelo Pecci, que fue ejecutado por sicarios que llegaron a una playa en Barú, Colombia, donde el fiscal pasaba su luna de miel con su flamante esposa en mayo de 2022. Aunque fueron detenidos los sicarios aún no se logró determinar en Colombia ni en Paraguay quién fue el autor intelectual, en una investigación que despertó muchas críticas por el “desinterés” de las autoridades paraguayas por llegar a los ideólogos.

Marset se transformó en un narco célebre durante los últimos años, al protagonizar huidas cinematográficas de Dubai y de Bolivia, donde demostró que con su fortuna puede evadir todo lo que se le ponga enfrente. En la Argentina, Marset no tiene ninguna causa abierta, aunque su sombra comienza a aparecer a partir indirectamente a partir de algunos secuestros de droga, como ocurrió en julio pasado, en un campo cerca de Roque Saénz Peña, donde se estrelló una avioneta con 324 kilos de cocaína, una aeronave que pertenecía a la flota del Clan Lima Lobo, ligado a Marset en Santa Cruz de la Sierra.

La palabra “Argentina” aparece en la desgrabación de escuchas telefónicas a Marset e Insfrán. Hablan el 20 de setiembre de 2020 de un supuesto cargamento de cocaína kilos.

“Hasta hoy tenemos 2800 aparte de los 2000 de Corso. Tenemos a preparar 1800 junto con las cargas de Jorge”, enumeró el narco uruguayo. Corso es un tipo de sello que usaba este cartel en los panes de cocaína para enviar al exterior. En esa conversación señaló: “Eso fue pedido por Paraguay, para que revisen en Argentina”. No se logra entender de qué hablan. Pero después Marset envía la captura de pantalla de la calculadora de su celular con la cifra: “1.319.500”, que serían los dólares que ganarían con el embarque.

La investigación de la causa Ultranza Py confirma cómo es el dominio de una ruta clave para la salida de la cocaína que se produce en Bolivia, a través de la Hidrovía Paraná Paraguay. Marset y Tío Rico tenían el control de la logística de este negocio criminal en el Chaco paraguayo, una región poco poblada, limítrofe con Bolivia, donde se detectaron en esta causa más de 700 pistas de aterrizaje. Isfrán era quien tenía una aceitada logística tanto de la llegada de la cocaína a través de avionetas y luego el traslado de la droga a los puertos, después de acondicionarla para cargarla en contenedores que salían por las terminales cercanas a Asunción, como Villeta. Esos contenedores se cargaban en barcazas que atravesaban más de 1800 kilómetros por los ríos Paraguay y Paraná y nunca eran controladas.

Sospechan que Marset estuvo detrás de la avioneta narco que se estrelló en Chaco con un cargamento de 324 kilos de cocaína

El poder de controlar esta ruta clave de salida al Atlántico establece que el valor del estupefaciente adquiere otro precio cuando llega a destino. El kilo de cocaína en el Chapare, la región del trópico de Cochabamba, dominada por los movimientos cocaleros, donde se produce la cocaína tiene un valor de unos 2000 dólares. En Europa el precio alcanza los 35.000 dólares, pero si llega a Oceanía, la nueva ruta en auge, el valor puede alcanzar entre los 150.000 y 200.000 dólares.

Marset lograba con su organización colocar la droga en esos países, lo que le dio una espalda económica fenomenal, que mostró en Bolivia, donde se recluyó tras huir de Paraguay, y tras desaparecer de Dubai, donde esa maniobra generó un escándalo político en el gobierno uruguayo, ya que fue quien le suministró un pasaporte legal en ese país de Asia, donde había sido demorado por detectar que se movía con documentación falsa.

Marset escapó de Santa Cruz de la Sierra en julio de 2023, donde se sospecha, por dichos del propio capo narco, que las autoridades bolivianas le dieron ayuda para fugarse y volver a desaparecer.

La policía boliviana allanó en ese momento ocho propiedades en Santa Cruz de la Sierra y se incautaron 17 fusiles, una pistola, 1915 municiones, 28 cargadores para diversos tipos de armas, cuatro chalecos antibalas, una moto, 31 vehículos y cuatro cuatriciclos.

A pesar de todo el armamento y del mini ejército que lo custodiaba, lo llamativo de la historia de este narcotraficante millonario es que jugaba de manera profesional al fútbol en Bolivia, como lo había hecho en Paraguay. Y su participación en los equipos la garantizaba el dinero que aportaba.

Marset estaba jugando al fútbol en un club boliviano

Marset formaba parte del club Los Leones El Torno, una entidad que participa de la Liga de Santa Cruz y que él mismo administraba. Sus partidos se transmitían por redes sociales y de ahí es que empezaron a circular en las últimas horas algunas de sus jugadas. Usaba la camiseta número 23 y llevaba el nombre “Luis”, ya que se hacía pasar por un tal Luis Amorim, de identidad brasileña, como lo indica el relator de los partidos.

Marset alimenta todo el tiempo su perfil público, como si fuera una celebridad. En esa búsqueda se inscribe su última aparición pública desde la clandestinidad en noviembre pasado, porque tiene pedido de captura de cuatro países. Lo hizo a su modo, con la seguridad de que iba a despertar la atención de todos, sobre todo de quienes lo buscan, al brindar una entrevista a un canal de televisión uruguayo desde un lugar en el este de Paraguay, donde está escondido, supuestamente.

Sebastián Marset, el narco uruguayo buscado por la justicia

En una entrevista que le hizo Patricia Martín, periodista del programa Santo y Seña, el narco uruguayo reconoció que alguien le informó que lo estaban por atrapar en Bolivia: “Me avisaron, sí, me avisaron. Armé dos valijas con ropa mía, de los niños, y me fui”, aseguró.

En esa nota, llamativamente, defendió a los funcionarios uruguayos que le dieron un pasaporte en Dubai y colaboraron para que volviera a huir, pero no lo hizo con los bolivianos. Marset explicó que cuando tuvo que escapar de Santa Cruz de la Sierra las autoridades de ese país informaron que en la mansión que habitaba con su familia no había quedado nada. “Se quedaron con 400.000 dólares”. Y acusó al ministro de Gobierno de Bolivia Eduardo Del Castillo de corrupto. “Me avisaron. Armé dos valijas con ropa mía, de los niños, y me fui”, contó.

Un nombre se repite como actor principal en la logística narco que utiliza la Hidrovía Paraná-Paraguay para mover grandes cargamentos de cocaína hacía Europa y Oceanía. El uruguayo Sebastián Marset se volvió un fantasma que lleva casi dos años prófugo luego de escapar de una redada en Bolivia. Sus actividades causaron dolores de cabeza a gobiernos de Uruguay y Paraguay. En la Argentina no figura como buscado en alguna causa originada en nuestro país, pero sus movimientos provocan siempre un interés particular de los investigadores. La especialidad de Marset, según se desprenden de expedientes judiciales, es mover embarques de drogas en las bodegas de barcos que tienen un largo recorrido fluvial antes de poner proa hacia grandes mercados de consumo de cocaína.

Anteayer otro buque con cocaína fue detectado. Está vez, amarrado en la zona del puerto santafesino de San Lorenzo. Las autoridades nacionales informaron sobre el decomiso de algo más de 469 kilos de cocaína, que estaban en el navío de bandera de las Islas Marshall que cargaba 46.000 toneladas de girasol. La pesquisa está en su etapa inicial tras el hallazgo de la droga y no hay por el momento menciones a Marset. Aunque la sombra de ese narco de alto perfil siempre merodea a los embarques de cocaína que utilizan la Hidrovía como eje logístico.

Un nuevo capítulo se había abierto en Bolivia en torno al narco Marset, quien está prófugo, con pedido de captura de varios países, después de escapar en Santa Cruz de la Sierra el 29 de julio de 2023. Desde esa fecha no se sabe nada de este personaje emblemático del crimen organizado en Sudamérica. La desaparición y asesinato de dos personas en Bolivia reabrió un nuevo capítulo, una sospecha que se abrió a partir de las relaciones de las víctimas. Sandra Cecilia Vergara y David Óscar Chávez fueron ejecutados cerca de Santa Cruz de la Sierra. La mujer es la hermana de Néstor Alfonso Vergara Antelo alias Cody, quien es señalado como socio del narcotraficante uruguayo. Y Chávez es un expolicía, que tenía vínculos con este grupo narco que opera en varios países, entre ellos, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Brasil y Colombia.

Los 29 kilos de cocaína

En la Argentina aparecieron cargamentos de cocaína con el sello de Primer Comando Uruguayo (PCU), organización que se adjudica liderar Marset, quien se encuentra prófugo, después de protagonizar una huida cinematográfica en Bolivia, cuando fueron allanar la mansión en la que vivía y logró escapar con su familia.

El doble crimen de Vergara y Chávez mostró que el poder mafioso de esta organización sigue activo en Bolivia, donde se sospecha que se produce gran parte de la droga que luego salía por los puertos de Asunción a través de la Hidrovía.

Estas dos personas desaparecieron el 25 de febrero pasado. La clave para encontrar los cadáveres fue el testimonio de un narco que fue detenido en marzo pasado. Andrew Dawudowsk Salvatierra confesó que fue uno de los que trasladó y sepultó los cuerpos en las riberas del río Piraí, cerca de Santa Cruz de la Sierra.

Según fuentes de la investigación, Dawudowsk trabajaba para José Miguel C.M., pareja de Sandra Vergara y presunto autor material e intelectual de los homicidios, quien es buscado por la policía.

Esta mujer era la hermana de Néstor Alfonso Vergara Antelo, conocido como Cody, uno de los hombres de confianza de Marset en Bolivia, que fue detenido en octubre de 2023, pero siete meses después quedó preso en su casa. Cody era uno de los encargados de lavar dinero de Marset en Bolivia. Las mansiones del narco uruguayo estaban a nombre de Vergara Antelo.

El hallazgo de 469 kilos de cocaína en un barco amarrado en el puerto de San Lorenzo alertó nuevamente sobre el tráfico de drogas en la Hidrovía

Este narco nacido en Uruguay permanece prófugo desde el 29 de julio de 2023, cuando se esfumó llamativamente en los allanamientos ordenados por la justicia boliviana. Marset grabó varios videos, luego de este episodio, en el que expuso que había pagado a altos funcionarios del gobierno de Luis Arce para que le facilitaran su fuga de Bolivia, junto con su familia.

“Gracias a la ayuda del director de la Felcn (Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico) logré irme, porque él me avisó que el ministro ya había dado orden de aprehensión contra mí y, bueno, agarró una platita y me avisó que me fuera”, dijo el uruguayo sin dar nombres, aunque después se supo que hacía referencia al coronel Jhenky Gómez.

Las investigaciones más intensas contra Marset se centralizan en Paraguay, donde el narco atravesó gran parte de su historial criminal. En Asunción esperan que los próximos días se concrete la extradición de la esposa de este narco uruguayo, Gianina García Troche, que fue detenida en julio de 2024 en el aeropuerto de Barajas, en Madrid, tras arribar desde Dubai. Fuentes de la Fiscalía de Asunción señalaron que esperan que la pareja del criminal aporte datos sobre su paradero. Una de las conjeturas que se hicieron en torno a este caso es que García Troche se habría entregado a las autoridades españolas, y que su marido se encontraría en Dubai, con sus hijos, un refugio que ya había elegido este narcotraficante. Dubai no tiene acuerdos de extradición y hoy se transformó en el refugio de varios criminales con pedido de captura internacional.

Gianina García Troche y Sebastián Marset

En ese país de los Emiratos Árabes, Marset protagonizó en 2021 uno de los primeros escándalos, que golpearon al gobierno del entonces presidente uruguayo Luis Lacalle Pou. Marset había sido detenido en ese país por utilizar un pasaporte falso. Después, para lograr zafar de la cárcel, el gobierno uruguayo le suministró su pasaporte original y pudo recuperar la libertad. Se esfumó hasta reaparecer en Bolivia en 2023, cuando logró volver a escaparse.

El actual gobierno del Frente Amplio en Uruguay ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores iniciar una investigación administrativa, porque parte de las pruebas sobre la entrega del pasaporte desaparecieron.

Además, se investiga la destrucción en Torre Ejecutiva –donde funciona el Ejecutivo uruguayo- de un documento certificado con los chats entre el exsubsecretario del Interior Guillermo Maciel y la exsubsecretaria de Relaciones Exteriores Carolina Ache. Estos dos funcionarios habían renunciado cuando estalló el escándalo.

Las poderosas armas de guerra que acumulaba Sebastián Marset en la mansión en la que vivía con su familia en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia

A la par, en Paraguay, la Secretaría Nacional de Bienes Incautados y Comisados (Senabico) subastará el Lamborghini de Marset, y colectivos del “narcopastor” Miguel Ángel Insfrán, socio del uruguayo. Este auto fue secuestrado en el marco de la investigación contra Marset en Paraguay, donde, según se sospecha, también tenía una cobertura de parte de engranajes de la justicia y el gobierno.

A lo largo de las investigaciones surgieron retazos de historias que abonaron el perfil de un personaje digno para una serie, pero también despiadado y sangriento. LA NACION publicó el 24 de octubre de 2020, que Marset llamó a su socio paraguayo Miguel Ángel Insfrán para avisarle que acababa de asesinar a su propio primo. Lo mató cuando lo llevaba en su camioneta, y la muerte de este hombre pareció algo inesperado, pero luego se supo que el capo narco planeaba ejecutarlo desde hacía tiempo. La sospecha era que había revelado información importante del negocio del tráfico de drogas en la Hidrovía Paraná-Paraguay, la ruta que usa este cartel para sacar grandes cargamentos de cocaína.

Unos días antes, Marset le había preguntado a su socio “si tenía un lugar para desaparecer un cuerpo, meterlo en ácido o en cal”. Como si fuera un trámite, el uruguayo mató de dos disparos a su primo Diego Andrés Olivera Cabrera.

“Mi bro. Le di un tiro y se tiró del auto”, fue la primera descripción que hizo Marset ese 24 de octubre de 2020. “Lo llevaba convencido y lo iba a matar ahí llegando”, apuntó el narco uruguayo. Olivera Cabrera se cayó de la camioneta tras recibir el primer disparo y quedó tirado en ese camino polvoriento de la ciudad Mariano Roque Alonso, en las afueras de Asunción. “Pero le di dos buenos tiros”, explicó Marset, que luego le pidió disculpas a su socio, porque el cadáver de su primo quedó tendido en la calle cerca de su mansión. “Le tendría que haber puesto la tranca en la puerta! Una cagada que haya caído, pero bueno, lo más importante es que marchó, si no iba a nombrarme”, advirtió Marset.

Un cargamento de 4013 kilos de cocaína fue decomisado en Paraguay, dentro de un buque que tenía previsto navegar por la Hidrovía y llegar al puerto de Amberes, en Bélgica.

Estos diálogos a los que accedió LA NACION forman parte de la imputación por lavado de dinero contra Insfrán, el socio de Marset, conocido en Paraguay como “Tío Rico”, un hombre que le dio al narco uruguayo las garantías de que durante un tiempo nadie impediría que sacaran gigantescos cargamentos de cocaína por el río Paraná rumbo a Europa. En los puertos de Amberes, en Bélgica, y Rotterdam, en Holanda, se incautó un total de 53 toneladas de cocaína que provenía de esa ruta, un récord a nivel global que encendió las alarmas.

Las barcazas que trasladaban esos cargamentos hicieron trasbordo de cargas en aguas argentinas, donde en ningún momento se descubrió la cocaína, que la mayoría de los embarques iba camuflada en harina de soja que se enviaba en contenedores. Es usual que ese producto se envíe a granel, y no en containers, con lo cual esos despachos deberían haber despertado alguna sospecha, sugirieron fuentes del Ministerio de Seguridad de la Nación.

Este caso es emblemático en los países de la región, porque tiene protagonistas de varias naciones y el radio de acción de la organización también es amplio. La causa, llamada A Ultranza Py, era investigada por el jefe de la Unidad de Crimen Organizado, Marcelo Pecci, que fue ejecutado por sicarios que llegaron a una playa en Barú, Colombia, donde el fiscal pasaba su luna de miel con su flamante esposa en mayo de 2022. Aunque fueron detenidos los sicarios aún no se logró determinar en Colombia ni en Paraguay quién fue el autor intelectual, en una investigación que despertó muchas críticas por el “desinterés” de las autoridades paraguayas por llegar a los ideólogos.

Marset se transformó en un narco célebre durante los últimos años, al protagonizar huidas cinematográficas de Dubai y de Bolivia, donde demostró que con su fortuna puede evadir todo lo que se le ponga enfrente. En la Argentina, Marset no tiene ninguna causa abierta, aunque su sombra comienza a aparecer a partir indirectamente a partir de algunos secuestros de droga, como ocurrió en julio pasado, en un campo cerca de Roque Saénz Peña, donde se estrelló una avioneta con 324 kilos de cocaína, una aeronave que pertenecía a la flota del Clan Lima Lobo, ligado a Marset en Santa Cruz de la Sierra.

La palabra “Argentina” aparece en la desgrabación de escuchas telefónicas a Marset e Insfrán. Hablan el 20 de setiembre de 2020 de un supuesto cargamento de cocaína kilos.

“Hasta hoy tenemos 2800 aparte de los 2000 de Corso. Tenemos a preparar 1800 junto con las cargas de Jorge”, enumeró el narco uruguayo. Corso es un tipo de sello que usaba este cartel en los panes de cocaína para enviar al exterior. En esa conversación señaló: “Eso fue pedido por Paraguay, para que revisen en Argentina”. No se logra entender de qué hablan. Pero después Marset envía la captura de pantalla de la calculadora de su celular con la cifra: “1.319.500”, que serían los dólares que ganarían con el embarque.

La investigación de la causa Ultranza Py confirma cómo es el dominio de una ruta clave para la salida de la cocaína que se produce en Bolivia, a través de la Hidrovía Paraná Paraguay. Marset y Tío Rico tenían el control de la logística de este negocio criminal en el Chaco paraguayo, una región poco poblada, limítrofe con Bolivia, donde se detectaron en esta causa más de 700 pistas de aterrizaje. Isfrán era quien tenía una aceitada logística tanto de la llegada de la cocaína a través de avionetas y luego el traslado de la droga a los puertos, después de acondicionarla para cargarla en contenedores que salían por las terminales cercanas a Asunción, como Villeta. Esos contenedores se cargaban en barcazas que atravesaban más de 1800 kilómetros por los ríos Paraguay y Paraná y nunca eran controladas.

Sospechan que Marset estuvo detrás de la avioneta narco que se estrelló en Chaco con un cargamento de 324 kilos de cocaína

El poder de controlar esta ruta clave de salida al Atlántico establece que el valor del estupefaciente adquiere otro precio cuando llega a destino. El kilo de cocaína en el Chapare, la región del trópico de Cochabamba, dominada por los movimientos cocaleros, donde se produce la cocaína tiene un valor de unos 2000 dólares. En Europa el precio alcanza los 35.000 dólares, pero si llega a Oceanía, la nueva ruta en auge, el valor puede alcanzar entre los 150.000 y 200.000 dólares.

Marset lograba con su organización colocar la droga en esos países, lo que le dio una espalda económica fenomenal, que mostró en Bolivia, donde se recluyó tras huir de Paraguay, y tras desaparecer de Dubai, donde esa maniobra generó un escándalo político en el gobierno uruguayo, ya que fue quien le suministró un pasaporte legal en ese país de Asia, donde había sido demorado por detectar que se movía con documentación falsa.

Marset escapó de Santa Cruz de la Sierra en julio de 2023, donde se sospecha, por dichos del propio capo narco, que las autoridades bolivianas le dieron ayuda para fugarse y volver a desaparecer.

La policía boliviana allanó en ese momento ocho propiedades en Santa Cruz de la Sierra y se incautaron 17 fusiles, una pistola, 1915 municiones, 28 cargadores para diversos tipos de armas, cuatro chalecos antibalas, una moto, 31 vehículos y cuatro cuatriciclos.

A pesar de todo el armamento y del mini ejército que lo custodiaba, lo llamativo de la historia de este narcotraficante millonario es que jugaba de manera profesional al fútbol en Bolivia, como lo había hecho en Paraguay. Y su participación en los equipos la garantizaba el dinero que aportaba.

Marset estaba jugando al fútbol en un club boliviano

Marset formaba parte del club Los Leones El Torno, una entidad que participa de la Liga de Santa Cruz y que él mismo administraba. Sus partidos se transmitían por redes sociales y de ahí es que empezaron a circular en las últimas horas algunas de sus jugadas. Usaba la camiseta número 23 y llevaba el nombre “Luis”, ya que se hacía pasar por un tal Luis Amorim, de identidad brasileña, como lo indica el relator de los partidos.

Marset alimenta todo el tiempo su perfil público, como si fuera una celebridad. En esa búsqueda se inscribe su última aparición pública desde la clandestinidad en noviembre pasado, porque tiene pedido de captura de cuatro países. Lo hizo a su modo, con la seguridad de que iba a despertar la atención de todos, sobre todo de quienes lo buscan, al brindar una entrevista a un canal de televisión uruguayo desde un lugar en el este de Paraguay, donde está escondido, supuestamente.

Sebastián Marset, el narco uruguayo buscado por la justicia

En una entrevista que le hizo Patricia Martín, periodista del programa Santo y Seña, el narco uruguayo reconoció que alguien le informó que lo estaban por atrapar en Bolivia: “Me avisaron, sí, me avisaron. Armé dos valijas con ropa mía, de los niños, y me fui”, aseguró.

En esa nota, llamativamente, defendió a los funcionarios uruguayos que le dieron un pasaporte en Dubai y colaboraron para que volviera a huir, pero no lo hizo con los bolivianos. Marset explicó que cuando tuvo que escapar de Santa Cruz de la Sierra las autoridades de ese país informaron que en la mansión que habitaba con su familia no había quedado nada. “Se quedaron con 400.000 dólares”. Y acusó al ministro de Gobierno de Bolivia Eduardo Del Castillo de corrupto. “Me avisaron. Armé dos valijas con ropa mía, de los niños, y me fui”, contó.

 Prófugo desde 2023, parece tener siempre a mano una ruta de escape para desconcertar a los investigadores  LA NACION

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