El emotivo acto que Máxima compartió con su mamá y el especial reencuentro de la reina Letizia con la princesa Leonor

Después de reencontrarse con su familia argentina y disfrutar de una breve estadía en Villa La Angostura para celebrar el 58° cumpleaños de su marido, el rey Guillermo Alejandro, Máxima volvió a los Países Bajos para retomar su agenda. Los monarcas, acompañados por la madre de la Reina, María del Carmen Cerruti, participaron en el 80° aniversario del Día Nacional del Recuerdo, una fecha histórica que conmemora el final de la Segunda Guerra Mundial en toda Europa.
Para el acto homenaje, celebrado el 5 de mayo en la Plaza Dam de Ámsterdam, Máxima eligió un look total black compuesto por un abrigo cruzado, que combinó con unos stilettos del mismo tono y tocado de lazo de terciopelo con velo rejilla de Philip Treacy, el mismo que llevó su hija, la princesa Amalia, durante un acto en homenaje a las víctimas del Holocausto celebrado en Polonia en enero pasado.
CONTACTO EN PANAMÁ
Desde que partió del puerto de Cádiz el 11 de enero junto a los 75 guardiamarinas que, como ella, avanzan en su formación militar embarcados en una emblemática travesía a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, la princesa Leonor (19) vivió su noche más emocionante al llegar a la terminal de Cruceros de Amador en Ciudad de Panamá: se reencontró con su madre, la reina Letizia (52), quien se desplazó en viaje no oficial hasta Panamá –junto a otros familiares y amigos de los alumnos– y sorprendió a la heredera tras casi cuatro meses sin verse. Se trató de un momento cargado de emoción, en el que madre e hija se fundieron en un abrazo, intercambiaron miradas cariñosas y se hablaron al oído, y así como Leonor no ocultó su felicidad, Letizia se mostró cercana y orgullosa de su hija, en una jornada en la que su deber institucional se mezcló con su papel de madre.
Entusiasmadas, adelantaron para el sábado 3 el Día de la Madre, que en España se celebró el domingo 4 y, después del histórico reencuentro de la mañana, almorzaron en un restaurante del casco antiguo de la capital panameña: El Nacional. Se trata de un lugar en el que se sirve comida tradicional del país, y en cuya carta se destacan, entre otros sabores criollos, el arroz con pollo, el pescado frito con chips de plátano, el sancocho panameño y las croquetas de lentejas.
Por la noche, asistieron juntas –y derrochando complicidad– al acto celebrado en la cubierta del buque: la Reina con un mono rojo con cuello halter de Mango y la princesa con el uniforme de gala de verano de la Armada. El martes 6, la princesa Leonor y el resto de sus compañeros del buque escuela Juan Sebastián Elcano zarparon de Ciudad de Panamá rumbo a Cartagena de Indias, Colombia, dispuestos a encarar las últimas escalas de su crucero de instrucción, que finaliza el mes próximo en Nueva York.
Después de reencontrarse con su familia argentina y disfrutar de una breve estadía en Villa La Angostura para celebrar el 58° cumpleaños de su marido, el rey Guillermo Alejandro, Máxima volvió a los Países Bajos para retomar su agenda. Los monarcas, acompañados por la madre de la Reina, María del Carmen Cerruti, participaron en el 80° aniversario del Día Nacional del Recuerdo, una fecha histórica que conmemora el final de la Segunda Guerra Mundial en toda Europa.
Para el acto homenaje, celebrado el 5 de mayo en la Plaza Dam de Ámsterdam, Máxima eligió un look total black compuesto por un abrigo cruzado, que combinó con unos stilettos del mismo tono y tocado de lazo de terciopelo con velo rejilla de Philip Treacy, el mismo que llevó su hija, la princesa Amalia, durante un acto en homenaje a las víctimas del Holocausto celebrado en Polonia en enero pasado.
CONTACTO EN PANAMÁ
Desde que partió del puerto de Cádiz el 11 de enero junto a los 75 guardiamarinas que, como ella, avanzan en su formación militar embarcados en una emblemática travesía a bordo del buque escuela Juan Sebastián Elcano, la princesa Leonor (19) vivió su noche más emocionante al llegar a la terminal de Cruceros de Amador en Ciudad de Panamá: se reencontró con su madre, la reina Letizia (52), quien se desplazó en viaje no oficial hasta Panamá –junto a otros familiares y amigos de los alumnos– y sorprendió a la heredera tras casi cuatro meses sin verse. Se trató de un momento cargado de emoción, en el que madre e hija se fundieron en un abrazo, intercambiaron miradas cariñosas y se hablaron al oído, y así como Leonor no ocultó su felicidad, Letizia se mostró cercana y orgullosa de su hija, en una jornada en la que su deber institucional se mezcló con su papel de madre.
Entusiasmadas, adelantaron para el sábado 3 el Día de la Madre, que en España se celebró el domingo 4 y, después del histórico reencuentro de la mañana, almorzaron en un restaurante del casco antiguo de la capital panameña: El Nacional. Se trata de un lugar en el que se sirve comida tradicional del país, y en cuya carta se destacan, entre otros sabores criollos, el arroz con pollo, el pescado frito con chips de plátano, el sancocho panameño y las croquetas de lentejas.
Por la noche, asistieron juntas –y derrochando complicidad– al acto celebrado en la cubierta del buque: la Reina con un mono rojo con cuello halter de Mango y la princesa con el uniforme de gala de verano de la Armada. El martes 6, la princesa Leonor y el resto de sus compañeros del buque escuela Juan Sebastián Elcano zarparon de Ciudad de Panamá rumbo a Cartagena de Indias, Colombia, dispuestos a encarar las últimas escalas de su crucero de instrucción, que finaliza el mes próximo en Nueva York.
Una en Ámsterdam y la otra en Panamá, las soberanas tuvieron dos citas importantes LA NACION