Se mudó de Virginia a Nueva York, pero se arrepintió y contó por qué volvió: “Es carísimo”

Evan Lambert vivió durante tres años en Nueva York, pero decidió abandonar la gran ciudad para regresar a Virginia Beach, su lugar de origen. Lo hizo con una meta clara: ahorrar dinero y descubrir qué quería para su vida. “Nueva York no era perfecta para mí”, aseguró.
Creció en Virginia y se fue a Nueva York: por qué regresó
Lambert creció en Virginia Beach y más tarde se trasladó a Nueva York para estudiar en la universidad. Tras graduarse, volvió a su ciudad natal, convencido de que allí sería más fácil encontrar trabajo como escritor. Intentó integrarse en la comunidad local y comenzó a estudiar teatro y hacer cursos de improvisación para conectar con otros artistas. No lo logró. “Nunca me sentí del todo incluido”, dijo a Business Insider.
En 2016 decidió dar un giro. Armó dos valijas, tomó aire y volvió a instalarse en Nueva York con la esperanza de encontrar una comunidad creativa donde se sintiera identificado: “Esperaba que en una ciudad más grande pudiera encontrar un mejor trabajo y una comunidad donde sintiera que pertenecía más”.
Durante un tiempo, dijo, La Gran Manzana le pareció refrescante. En medio del caos, pudo conocer a muchas personas y así construyó su carrera como escritor freelance. “Logré establecer contactos con mucha más facilidad y aprovechar los encuentros casuales para conseguir nuevos trabajos independientes”, detalló.
Sin embargo, con el paso de los años, el entorno competitivo comenzó a pesarle: “No congeniaba con el ritmo acelerado de la ciudad, ni con la ambición de mucha gente a mi alrededor”.
Este no fue el único punto que le jugó en contra a su estadía en Nueva York: el alto costo de vida. El sueldo que ganaba con sus empleos no era suficiente. “Me sentía con dificultades económicas. Ganaba un salario modesto y, sí, el alquiler en Nueva York era carísimo”, describió.
El costo de vida, la diferencia de entre Nueva York y Virginia
En 2020, con el comienzo de la pandemia de coronavirus, todo cambió. Se cancelaron los encuentros presenciales y su empleo pasó a ser remoto. En ese contexto, y con su contrato de alquiler a punto de vencerse, empezó a pensar en regresar a Virginia: “La posibilidad de trabajar desde cualquier lugar empezó a atraerme más que nunca”
Cuando volvió a su ciudad natal, los números empezaron a jugar a su favor. La renta pasó a costarle menos de la mitad que en Nueva York. “Gastaba mucho menos en alquiler: US$400 al mes por mi propio apartamento de una habitación en lugar de US$850 por un apartamento de tres habitaciones compartido con otras dos personas”, marcó.
El cambio también lo notó en los gastos básicos. “Los US$1200 al mes que solía gastar en comida, facturas y transporte en Nueva York se habían reducido casi a la mitad en Virginia Beach”, señaló.
Nueva vida, nuevas prioridades: ser un nómada digital
Lambert volvió a conectar con viejas amistades de su infancia en Virginia y descubrió que la combinación entre mayor estabilidad económica y un entorno más tranquilo le permitió repensar su vida. “Mi nueva seguridad financiera y mi ritmo de vida relajado, me permitió hacer una profunda introspección”, contó.
Fue así que se dio cuenta qué era lo que “realmente quería”. Además de escribir, recordó que siempre había querido aprender un idioma extranjero y “viajar por el mundo”.
Gracias al dinero que logró ahorrar en Virginia, se lanzó a cumplir sus anhelos. Tomó clases de francés y español, escribió más y emprendió el camino hacia una vida como nómade digital. “Tenía el dinero ahorrado para dar el salto, y ya no tenía excusas”, sostuvo.
Así, partió a Dinamarca, primer destino de su vida sin fronteras. “Virginia Beach fue una gran plataforma de lanzamiento para ayudarme a construir una vida que me ha hecho más feliz que nunca”, describió. Ahora, tiene la posibilidad de cumplir sus sueños, una experiencia que calificó como “impagable”.
Evan Lambert vivió durante tres años en Nueva York, pero decidió abandonar la gran ciudad para regresar a Virginia Beach, su lugar de origen. Lo hizo con una meta clara: ahorrar dinero y descubrir qué quería para su vida. “Nueva York no era perfecta para mí”, aseguró.
Creció en Virginia y se fue a Nueva York: por qué regresó
Lambert creció en Virginia Beach y más tarde se trasladó a Nueva York para estudiar en la universidad. Tras graduarse, volvió a su ciudad natal, convencido de que allí sería más fácil encontrar trabajo como escritor. Intentó integrarse en la comunidad local y comenzó a estudiar teatro y hacer cursos de improvisación para conectar con otros artistas. No lo logró. “Nunca me sentí del todo incluido”, dijo a Business Insider.
En 2016 decidió dar un giro. Armó dos valijas, tomó aire y volvió a instalarse en Nueva York con la esperanza de encontrar una comunidad creativa donde se sintiera identificado: “Esperaba que en una ciudad más grande pudiera encontrar un mejor trabajo y una comunidad donde sintiera que pertenecía más”.
Durante un tiempo, dijo, La Gran Manzana le pareció refrescante. En medio del caos, pudo conocer a muchas personas y así construyó su carrera como escritor freelance. “Logré establecer contactos con mucha más facilidad y aprovechar los encuentros casuales para conseguir nuevos trabajos independientes”, detalló.
Sin embargo, con el paso de los años, el entorno competitivo comenzó a pesarle: “No congeniaba con el ritmo acelerado de la ciudad, ni con la ambición de mucha gente a mi alrededor”.
Este no fue el único punto que le jugó en contra a su estadía en Nueva York: el alto costo de vida. El sueldo que ganaba con sus empleos no era suficiente. “Me sentía con dificultades económicas. Ganaba un salario modesto y, sí, el alquiler en Nueva York era carísimo”, describió.
El costo de vida, la diferencia de entre Nueva York y Virginia
En 2020, con el comienzo de la pandemia de coronavirus, todo cambió. Se cancelaron los encuentros presenciales y su empleo pasó a ser remoto. En ese contexto, y con su contrato de alquiler a punto de vencerse, empezó a pensar en regresar a Virginia: “La posibilidad de trabajar desde cualquier lugar empezó a atraerme más que nunca”
Cuando volvió a su ciudad natal, los números empezaron a jugar a su favor. La renta pasó a costarle menos de la mitad que en Nueva York. “Gastaba mucho menos en alquiler: US$400 al mes por mi propio apartamento de una habitación en lugar de US$850 por un apartamento de tres habitaciones compartido con otras dos personas”, marcó.
El cambio también lo notó en los gastos básicos. “Los US$1200 al mes que solía gastar en comida, facturas y transporte en Nueva York se habían reducido casi a la mitad en Virginia Beach”, señaló.
Nueva vida, nuevas prioridades: ser un nómada digital
Lambert volvió a conectar con viejas amistades de su infancia en Virginia y descubrió que la combinación entre mayor estabilidad económica y un entorno más tranquilo le permitió repensar su vida. “Mi nueva seguridad financiera y mi ritmo de vida relajado, me permitió hacer una profunda introspección”, contó.
Fue así que se dio cuenta qué era lo que “realmente quería”. Además de escribir, recordó que siempre había querido aprender un idioma extranjero y “viajar por el mundo”.
Gracias al dinero que logró ahorrar en Virginia, se lanzó a cumplir sus anhelos. Tomó clases de francés y español, escribió más y emprendió el camino hacia una vida como nómade digital. “Tenía el dinero ahorrado para dar el salto, y ya no tenía excusas”, sostuvo.
Así, partió a Dinamarca, primer destino de su vida sin fronteras. “Virginia Beach fue una gran plataforma de lanzamiento para ayudarme a construir una vida que me ha hecho más feliz que nunca”, describió. Ahora, tiene la posibilidad de cumplir sus sueños, una experiencia que calificó como “impagable”.
Se mudó de Virginia a Nueva York, pero se arrepintió y contó por qué volvió LA NACION