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Baja de impuestos: Sturzenegger admitió que podrían perderse empleos en Tierra del Fuego pero destacó “un gran paso”

Después de los anuncios de baja de aranceles para los teléfonos importados (que se hará en dos tramos), como así también de cargas internas para televisores y aires acondicionados que vienen del exterior, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, salió a defender la medida. Esto luego también de la reacción de las autoridades de Tierra del Fuego por la posible afectación en los puestos de trabajo con los incentivos del Gobierno a que lleguen productos desde otros países.

El paquete de medidas que comunicó el martes el vocero-candidato, Manuel Adorni, bajo la atenta mirada del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, involucró: una reducción de 16% a 8% en los aranceles de importación a celulares desde la publicación del decreto el jueves o el viernes, y de 8% a 0% el 15 de enero del año próximo; una baja de los impuestos internos para celulares, televisores y aires acondicionados importados, de 19% a 9,5%; y un recorte para las cargas sobre esos mismos electrodomésticos, pero producidos en Tierra del Fuego, de 9,5% a 0%. Ante eso, el gobernador Gustavo Melella -entre otros representantes fueguinos- dijo que representaba “un golpe muy duro” para su provincia y para la generación de empleo allí.

Por el contrario, Sturzenegger recogió el guante esta mañana y trató de dar la postura oficial para contrarrestar esa versión, a través de “tres reflexiones” en las que se refirió a la economía de Tierra del Fuego -a la que llamó “la isla” y comparó con Nueva Zelanda-.

En primer término, el ministro de Javier Milei admitió que la reducción de impuestos a los productos electrónicos importados implica “implícitamente” una reducción del régimen de protección de Tierra del Fuego. Entonces, ahondó en un análisis sobre el empleo, la convergencia de productividad y el efecto en “la isla”, que desglosó en tres ítems.

“1. Respecto al empleo, hay que analizar el tema desde la óptica del equilibrio general. Es cierto que la menor protección pueda reducir algún empleo en la isla, pero el menor costo de la electrónica para 47 millones de argentinos implica un dinero ‘extra’ en el bolsillo, que gastarán en otras cosas”, contrastó Sturzenegger.

Según sus cálculos, ese “gasto adicional” generará “mucho más” puestos de los que se pierden, “porque el ensamblaje es una actividad de poca mano de obra intensiva”.

“En algunos momentos habíamos hecho una estimación y la pérdida neta de empleos por el régimen de la isla para el total del país era de unos 60.000 empleos”, estimó, para amparar la medida oficial.

En el punto dos recordó palabras de Luis Galli, el CEO de la empresa de electrónica Newsan, quien consideró que con la baja de aranceles implementada por el gobierno de Milei será “muy difícil” mantener la fabricación de celulares en la Argentina.

“Ayer decía el CEO de Newsan que faltaba para converger en productividad. Es un clásico que las industrias protegidas nunca convergen en productividad. Una posible razón la propuse en mi trabajo Endogenous Learning and Trade Policy [Aprendizaje endógeno y política comercial, en inglés]. Ahí postulaba que, como la protección viene motivada por el diferencial de productividad, el empresario internaliza el efecto de la mejora de su productividad en la baja de protección y por ende nunca converge a la productividad internacional. El resultado: por diseño nunca habrá convergencia”, consideró y entonces planteó: “Por eso pienso que abrir la importación de bienes de capital usados va a llevar a nuestra industria de bienes de capital a ser de clase mundial en unos años. Pero si manteníamos la protección, se hubieran quedado donde están”.

Noticia en desarrollo

Después de los anuncios de baja de aranceles para los teléfonos importados (que se hará en dos tramos), como así también de cargas internas para televisores y aires acondicionados que vienen del exterior, el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, salió a defender la medida. Esto luego también de la reacción de las autoridades de Tierra del Fuego por la posible afectación en los puestos de trabajo con los incentivos del Gobierno a que lleguen productos desde otros países.

El paquete de medidas que comunicó el martes el vocero-candidato, Manuel Adorni, bajo la atenta mirada del ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, involucró: una reducción de 16% a 8% en los aranceles de importación a celulares desde la publicación del decreto el jueves o el viernes, y de 8% a 0% el 15 de enero del año próximo; una baja de los impuestos internos para celulares, televisores y aires acondicionados importados, de 19% a 9,5%; y un recorte para las cargas sobre esos mismos electrodomésticos, pero producidos en Tierra del Fuego, de 9,5% a 0%. Ante eso, el gobernador Gustavo Melella -entre otros representantes fueguinos- dijo que representaba “un golpe muy duro” para su provincia y para la generación de empleo allí.

Por el contrario, Sturzenegger recogió el guante esta mañana y trató de dar la postura oficial para contrarrestar esa versión, a través de “tres reflexiones” en las que se refirió a la economía de Tierra del Fuego -a la que llamó “la isla” y comparó con Nueva Zelanda-.

En primer término, el ministro de Javier Milei admitió que la reducción de impuestos a los productos electrónicos importados implica “implícitamente” una reducción del régimen de protección de Tierra del Fuego. Entonces, ahondó en un análisis sobre el empleo, la convergencia de productividad y el efecto en “la isla”, que desglosó en tres ítems.

“1. Respecto al empleo, hay que analizar el tema desde la óptica del equilibrio general. Es cierto que la menor protección pueda reducir algún empleo en la isla, pero el menor costo de la electrónica para 47 millones de argentinos implica un dinero ‘extra’ en el bolsillo, que gastarán en otras cosas”, contrastó Sturzenegger.

Según sus cálculos, ese “gasto adicional” generará “mucho más” puestos de los que se pierden, “porque el ensamblaje es una actividad de poca mano de obra intensiva”.

“En algunos momentos habíamos hecho una estimación y la pérdida neta de empleos por el régimen de la isla para el total del país era de unos 60.000 empleos”, estimó, para amparar la medida oficial.

En el punto dos recordó palabras de Luis Galli, el CEO de la empresa de electrónica Newsan, quien consideró que con la baja de aranceles implementada por el gobierno de Milei será “muy difícil” mantener la fabricación de celulares en la Argentina.

“Ayer decía el CEO de Newsan que faltaba para converger en productividad. Es un clásico que las industrias protegidas nunca convergen en productividad. Una posible razón la propuse en mi trabajo Endogenous Learning and Trade Policy [Aprendizaje endógeno y política comercial, en inglés]. Ahí postulaba que, como la protección viene motivada por el diferencial de productividad, el empresario internaliza el efecto de la mejora de su productividad en la baja de protección y por ende nunca converge a la productividad internacional. El resultado: por diseño nunca habrá convergencia”, consideró y entonces planteó: “Por eso pienso que abrir la importación de bienes de capital usados va a llevar a nuestra industria de bienes de capital a ser de clase mundial en unos años. Pero si manteníamos la protección, se hubieran quedado donde están”.

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 El ministro de Desregulación defendió la baja de tasas para productos importados y comparó a la provincia sureña con Nueva Zelanda  LA NACION

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