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Guía para seguir la misa de asunción de León XIV: los invitados destacados y los símbolos de la ceremonia

ROMA.- Sistemas antidrones, francotiradores y zonas de exclusión aérea recibirán en la Ciudad del Vaticano a las 156 delegaciones procedentes de todo el mundo y a los más de 250.000 fieles para la investidura del papa León XIV en una liturgia cargada de símbolos.

Será un domingo de máxima alerta cuando Robert Francis Prevost suba por primera vez al papamóvil por la Vía della Conciliazione para saludar a los peregrinos y representantes internacionales.

Según las normas del protocolo vaticano, el orden de prioridad para los asientos será el siguiente: en primer lugar, Italia, representada por el jefe de Estado, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni; luego Perú —país donde Prevost fue misionero y obispo, y del que también posee la ciudadanía—, con la presidenta Dina Boluarte; y finalmente Estados Unidos, país de nacimiento del papa, con el vicepresidente J.D. Vance y el secretario de Estado, Marco Antonio Rubio.

La presidenta de Perú, Dina Boluarte,ocupará un lugar de privilegio en la ceremonia, por la doble nacionalidad de León XIV (AP Foto/Martín Mejía, Archivo)

El resto de las delegaciones se ubicarán en orden alfabético según el nombre de cada país en francés. Entre los soberanos confirmados estarán los belgas, el rey Felipe y la reina Matilde; de España, el rey Felipe VI y la reina Letizia; el gran duque de Luxemburgo; el príncipe Alberto de Mónaco junto a la princesa Charlene; y la reina Máxima de Holanda. También se espera la presencia de jefes de Estado como el ucraniano Volodimir Zelensky, el israelí Isaac Herzog, el colombiano Gustavo Petro, el húngaro Tamás Suklyok, el libanés Joseph Aoun, el polaco Andrzej Duda, el portugués Marcelo Rebelo de Sousa y el eslovaco Peter Pellegrini. En representación de la Unión Europea (UE) asistirán la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.

Entre los príncipes herederos y representantes de casas reales que participarán en la ceremonia se encuentran la princesa Victoria de Suecia y el príncipe Eduardo, duque de Edimburgo. Además, estarán presentes el alemán Friedrich Merz, el australiano Anthony Albanese, el austriaco Christian Stocker, el canadiense Mark Carney y el francés François Bayrou.

La Federación Rusa estará representada por la ministra de Cultura, Olga Liubimova; China, por el exvicepresidente Chen Chin-Jen; y el ministro de Asuntos Religiosos Ramzi Khouri también asistirá en representación de la autoridad palestina.

El vicepresidente norteamericano J.D, Vance y su esposa, Usha Vance, llegan al aeropuerto Leonardo da Vinci en Roma. (Photo by Jacquelyn Martin / POOL / AFP)

Los símbolos de la ceremonia

Según explicó la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, la liturgia incluirá varios momentos de gran valor simbólico, entre ellos se destacan las antiguas insignias episcopales “petrinas”: el palio y el anillo del Pescador.

El palio es un ornamento litúrgico elaborado con lana de corderos que simboliza al Buen Pastor, quien carga sobre sus hombros a la oveja perdida, y hace referencia a la triple respuesta de Pedro ante el llamado de Jesús resucitado de apacentar a sus corderos y ovejas. Consiste en una estrecha banda que se coloca sobre los hombros, encima de la casulla, la prenda litúrgica.

El anillo del Pescador es un anillo-sello con un valor especial: autentica de manera definitiva la fe y la misión encomendada a Pedro de confirmar a sus hermanos. Recibe este nombre porque Pedro fue el apóstol que, confiando en la palabra de Jesús, sacó las redes de la pesca milagrosa desde la barca hasta la orilla.

El anillo del pescador que llevaba Benedicto XVI durante su pontificado.

La liturgia comenzará dentro de la Basílica Vaticana. El nuevo papa, acompañado por los patriarcas de las Iglesias Orientales, descenderá hasta la tumba de San Pedro, donde se detendrá en oración y luego lo inciensará. Este acto resalta el estrecho vínculo del Obispo de Roma con el apóstol Pedro y su martirio, precisamente en el lugar donde el primer Vicario de Cristo selló con su sangre su fe, junto a numerosos cristianos que, junto a él, dieron el mismo testimonio.

Luego, dos diáconos tomarán el palio, el anillo del pescador y el Libro de los Evangelios, y se dirigirán en procesión hacia el altar de la celebración, ubicado en el atrio de la plaza de San Pedro. León XIV volverá a subir y se unirá a la procesión mientras se entonan las Laudes Regiæ —un canto letánico— invocando la intercesión de los papas santos, los mártires y los santos y santas de la Iglesia Romana.

Desde el portón central de la Basílica Vaticana colgará el tapiz de la pesca milagrosa, en el que se representa el diálogo de Jesús con Pedro, al que se hace explícita referencia en la liturgia de la Palabra y en los textos de la celebración.

En el altar se colocará la imagen de la Virgen del Buen Consejo, proveniente del santuario mariano de Genazzano.

A continuación, se realizará el rito de bendición y aspersión del agua, acorde a un domingo de Pascua. Luego, se entonará el Gloria, seguido de la oración colecta, que hace referencia al designio del Padre de edificar su Iglesia sobre Pedro.

Así comienza la Liturgia de la Palabra. La Primera Lectura, proclamada en español, es un pasaje de los Hechos de los Apóstoles (Hch 4, 8-12) donde Pedro anuncia que Cristo es “la piedra rechazada por los constructores”.

El Papa entrega el palio a 24 arzobispos metropolitanos, entre ellos Marlo Peralta, de Nueva Segovia, Filipinas

El Salmo responsorial, recitado en italiano (Salmo 117-118), retoma el símbolo de la “piedra”, mientras que la Segunda Lectura, leída en inglés y tomada de la Primera Carta de Pedro (1 Pe 5, 1-5. 10-11), subraya el vínculo entre Pedro, la Iglesia de Roma y el ministerio de su Sucesor.

El Evangelio, un pasaje de Juan proclamado en latín y griego (Jn 21, 15-19), presenta la triple pregunta de Jesús a Pedro sobre apacentar sus “corderos” y “ovejas”. Este texto es tradicionalmente fundamental para la misión especial y personal confiada a Pedro dentro del grupo de los doce apóstoles.

Al concluir la proclamación del Evangelio, tres cardenales de los tres órdenes (diáconos, presbíteros y obispos) y de diferentes continentes se acercarán a León XIV. El primero le impondrá el palio; el segundo, con una oración especial, pedirá la presencia y asistencia del Espíritu Santo sobre el Papa; y el tercero pronunciará otra oración invocando a Cristo para que Él entregue al nuevo Pontífice el Anillo-sello del Pescador, el cual le será entregado acto seguido.

Este momento culmina con una oración al Espíritu Santo, solicitando que fortalezca al nuevo pontífice con mansedumbre para mantener a los discípulos de Cristo en la unidad y comunión. A continuación, el Papa bendice a la asamblea con el Libro de los Evangelios, mientras se aclama en griego: “¡Ad multos annos!”.

Luego se lleva a cabo el rito simbólico de la “obediencia”, en el que 12 representantes de diversos grupos del pueblo de Dios, provenientes de distintas partes del mundo, expresan su fidelidad al Papa. La celebración continúa con la homilía del Pontífice.

A continuación, se canta el Credo, seguido por la oración de los fieles con cinco invocaciones en portugués, francés, árabe, polaco y chino. Se ora por la Iglesia universal, por el Romano Pontífice que inicia su ministerio, por quienes tienen responsabilidades de gobierno, por los que sufren y enfrentan dificultades, y por la asamblea presente.

Mientras se entona el canto de ofrenda Tu es pastor ovium, se recita la oración sobre las ofrendas del pan y el vino, pidiendo que, a través del ministerio misionero de la Iglesia, los frutos de la redención se extiendan por todo el mundo. Después, León XIV pronuncia la “Plegaria Eucarística I” o “Canon Romano”.

Posteriormente, se celebra el rito de la comunión, al finalizar el cual el Pontífice pide a Dios que confirme a la Iglesia en la unidad y la caridad, y que lo salve y proteja junto al rebaño que le ha sido confiado.

Antes de concluir, el Papa pronuncia una breve alocución y, tras el canto del Regina caeli, imparte la bendición solemne. Esta bendición recurre a la imagen bíblica de la vid y el sarmiento, aplicada a la Iglesia, invocando que el Señor “mire” y “proteja” la vid que Él mismo plantó, y que haga “resplandecer” sobre todos su rostro de salvación.

Agencias ANSA y AP

ROMA.- Sistemas antidrones, francotiradores y zonas de exclusión aérea recibirán en la Ciudad del Vaticano a las 156 delegaciones procedentes de todo el mundo y a los más de 250.000 fieles para la investidura del papa León XIV en una liturgia cargada de símbolos.

Será un domingo de máxima alerta cuando Robert Francis Prevost suba por primera vez al papamóvil por la Vía della Conciliazione para saludar a los peregrinos y representantes internacionales.

Según las normas del protocolo vaticano, el orden de prioridad para los asientos será el siguiente: en primer lugar, Italia, representada por el jefe de Estado, Sergio Mattarella, y la primera ministra, Giorgia Meloni; luego Perú —país donde Prevost fue misionero y obispo, y del que también posee la ciudadanía—, con la presidenta Dina Boluarte; y finalmente Estados Unidos, país de nacimiento del papa, con el vicepresidente J.D. Vance y el secretario de Estado, Marco Antonio Rubio.

La presidenta de Perú, Dina Boluarte,ocupará un lugar de privilegio en la ceremonia, por la doble nacionalidad de León XIV (AP Foto/Martín Mejía, Archivo)

El resto de las delegaciones se ubicarán en orden alfabético según el nombre de cada país en francés. Entre los soberanos confirmados estarán los belgas, el rey Felipe y la reina Matilde; de España, el rey Felipe VI y la reina Letizia; el gran duque de Luxemburgo; el príncipe Alberto de Mónaco junto a la princesa Charlene; y la reina Máxima de Holanda. También se espera la presencia de jefes de Estado como el ucraniano Volodimir Zelensky, el israelí Isaac Herzog, el colombiano Gustavo Petro, el húngaro Tamás Suklyok, el libanés Joseph Aoun, el polaco Andrzej Duda, el portugués Marcelo Rebelo de Sousa y el eslovaco Peter Pellegrini. En representación de la Unión Europea (UE) asistirán la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola.

Entre los príncipes herederos y representantes de casas reales que participarán en la ceremonia se encuentran la princesa Victoria de Suecia y el príncipe Eduardo, duque de Edimburgo. Además, estarán presentes el alemán Friedrich Merz, el australiano Anthony Albanese, el austriaco Christian Stocker, el canadiense Mark Carney y el francés François Bayrou.

La Federación Rusa estará representada por la ministra de Cultura, Olga Liubimova; China, por el exvicepresidente Chen Chin-Jen; y el ministro de Asuntos Religiosos Ramzi Khouri también asistirá en representación de la autoridad palestina.

El vicepresidente norteamericano J.D, Vance y su esposa, Usha Vance, llegan al aeropuerto Leonardo da Vinci en Roma. (Photo by Jacquelyn Martin / POOL / AFP)

Los símbolos de la ceremonia

Según explicó la Oficina de Celebraciones Litúrgicas del Sumo Pontífice, la liturgia incluirá varios momentos de gran valor simbólico, entre ellos se destacan las antiguas insignias episcopales “petrinas”: el palio y el anillo del Pescador.

El palio es un ornamento litúrgico elaborado con lana de corderos que simboliza al Buen Pastor, quien carga sobre sus hombros a la oveja perdida, y hace referencia a la triple respuesta de Pedro ante el llamado de Jesús resucitado de apacentar a sus corderos y ovejas. Consiste en una estrecha banda que se coloca sobre los hombros, encima de la casulla, la prenda litúrgica.

El anillo del Pescador es un anillo-sello con un valor especial: autentica de manera definitiva la fe y la misión encomendada a Pedro de confirmar a sus hermanos. Recibe este nombre porque Pedro fue el apóstol que, confiando en la palabra de Jesús, sacó las redes de la pesca milagrosa desde la barca hasta la orilla.

El anillo del pescador que llevaba Benedicto XVI durante su pontificado.

La liturgia comenzará dentro de la Basílica Vaticana. El nuevo papa, acompañado por los patriarcas de las Iglesias Orientales, descenderá hasta la tumba de San Pedro, donde se detendrá en oración y luego lo inciensará. Este acto resalta el estrecho vínculo del Obispo de Roma con el apóstol Pedro y su martirio, precisamente en el lugar donde el primer Vicario de Cristo selló con su sangre su fe, junto a numerosos cristianos que, junto a él, dieron el mismo testimonio.

Luego, dos diáconos tomarán el palio, el anillo del pescador y el Libro de los Evangelios, y se dirigirán en procesión hacia el altar de la celebración, ubicado en el atrio de la plaza de San Pedro. León XIV volverá a subir y se unirá a la procesión mientras se entonan las Laudes Regiæ —un canto letánico— invocando la intercesión de los papas santos, los mártires y los santos y santas de la Iglesia Romana.

Desde el portón central de la Basílica Vaticana colgará el tapiz de la pesca milagrosa, en el que se representa el diálogo de Jesús con Pedro, al que se hace explícita referencia en la liturgia de la Palabra y en los textos de la celebración.

En el altar se colocará la imagen de la Virgen del Buen Consejo, proveniente del santuario mariano de Genazzano.

A continuación, se realizará el rito de bendición y aspersión del agua, acorde a un domingo de Pascua. Luego, se entonará el Gloria, seguido de la oración colecta, que hace referencia al designio del Padre de edificar su Iglesia sobre Pedro.

Así comienza la Liturgia de la Palabra. La Primera Lectura, proclamada en español, es un pasaje de los Hechos de los Apóstoles (Hch 4, 8-12) donde Pedro anuncia que Cristo es “la piedra rechazada por los constructores”.

El Papa entrega el palio a 24 arzobispos metropolitanos, entre ellos Marlo Peralta, de Nueva Segovia, Filipinas

El Salmo responsorial, recitado en italiano (Salmo 117-118), retoma el símbolo de la “piedra”, mientras que la Segunda Lectura, leída en inglés y tomada de la Primera Carta de Pedro (1 Pe 5, 1-5. 10-11), subraya el vínculo entre Pedro, la Iglesia de Roma y el ministerio de su Sucesor.

El Evangelio, un pasaje de Juan proclamado en latín y griego (Jn 21, 15-19), presenta la triple pregunta de Jesús a Pedro sobre apacentar sus “corderos” y “ovejas”. Este texto es tradicionalmente fundamental para la misión especial y personal confiada a Pedro dentro del grupo de los doce apóstoles.

Al concluir la proclamación del Evangelio, tres cardenales de los tres órdenes (diáconos, presbíteros y obispos) y de diferentes continentes se acercarán a León XIV. El primero le impondrá el palio; el segundo, con una oración especial, pedirá la presencia y asistencia del Espíritu Santo sobre el Papa; y el tercero pronunciará otra oración invocando a Cristo para que Él entregue al nuevo Pontífice el Anillo-sello del Pescador, el cual le será entregado acto seguido.

Este momento culmina con una oración al Espíritu Santo, solicitando que fortalezca al nuevo pontífice con mansedumbre para mantener a los discípulos de Cristo en la unidad y comunión. A continuación, el Papa bendice a la asamblea con el Libro de los Evangelios, mientras se aclama en griego: “¡Ad multos annos!”.

Luego se lleva a cabo el rito simbólico de la “obediencia”, en el que 12 representantes de diversos grupos del pueblo de Dios, provenientes de distintas partes del mundo, expresan su fidelidad al Papa. La celebración continúa con la homilía del Pontífice.

A continuación, se canta el Credo, seguido por la oración de los fieles con cinco invocaciones en portugués, francés, árabe, polaco y chino. Se ora por la Iglesia universal, por el Romano Pontífice que inicia su ministerio, por quienes tienen responsabilidades de gobierno, por los que sufren y enfrentan dificultades, y por la asamblea presente.

Mientras se entona el canto de ofrenda Tu es pastor ovium, se recita la oración sobre las ofrendas del pan y el vino, pidiendo que, a través del ministerio misionero de la Iglesia, los frutos de la redención se extiendan por todo el mundo. Después, León XIV pronuncia la “Plegaria Eucarística I” o “Canon Romano”.

Posteriormente, se celebra el rito de la comunión, al finalizar el cual el Pontífice pide a Dios que confirme a la Iglesia en la unidad y la caridad, y que lo salve y proteja junto al rebaño que le ha sido confiado.

Antes de concluir, el Papa pronuncia una breve alocución y, tras el canto del Regina caeli, imparte la bendición solemne. Esta bendición recurre a la imagen bíblica de la vid y el sarmiento, aplicada a la Iglesia, invocando que el Señor “mire” y “proteja” la vid que Él mismo plantó, y que haga “resplandecer” sobre todos su rostro de salvación.

Agencias ANSA y AP

 Más de 150 delegaciones procedentes de todo el mundo y alrededor de 250.000 fieles asistirán a la investidura del Papa  LA NACION

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