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Israel se está convirtiendo en un Estado paria

Tras más de 19 meses de guerra brutal, la paciencia de algunos de los aliados de Israel en Occidente parece a punto de agotarse. La renovada ofensiva sobre la Franja de Gaza que lanzó el gobierno israelí del primer ministro Benjamin Netanyahu ha provocado una indignación y revulsión generalizadas, mientras los gobiernos y organizaciones humanitarias denuncian las desesperantes condiciones de vida en ese asolado territorio. En los bombardeos israelíes de los últimos días murieron decenas de gazatíes, y otras decenas de miles se vieron forzados a huir una vez más hacia el interior de un enclave sitiado y carente de refugio e infraestructura básica.

Desde el fracaso de un breve alto el fuego, Israel ha impedido el ingreso de alimentos y ayuda humanitaria al territorio, un bloque implacable que dejó a más de dos millones de personas en grave riesgo de inanición.

Desde Bruselas, la Unión Europea anunció que iniciará una revisión formal de su acuerdo comercial con Israel, una medida respaldada por “una amplia mayoría” de los ministros de Asuntos Exteriores del bloque de 27 miembros, en palabras de Kaja Kallas, máxima diplomática de la UE. Gran Bretaña también dejó en suspenso las negociaciones de libre comercio que tenía en curso con Israel, e impuso sanciones a varias figuras asociadas con la extrema derecha pro-asentamientos de Israel.

Niñas desplazadas son vistas en la zona del puerto marítimo del oeste de la Ciudad de Gaza, el 21 de mayo de 2025.

El lunes, en una nueva declaración conjunta, los líderes de Gran Bretaña, Francia y Canadá afirmaron que “el nivel de sufrimiento humano en Gaza es intolerable” y amenazaron a Israel con medidas punitivas si no frenaba su campaña contra los restos de la agrupación Hamas. La guerra, desencadenada por el ataque terrorista de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, ya se cobró la vida de más de 50.000 gazatíes, según el Ministerio de Salud local, que no distingue entre civiles y combatientes, pero que afirma que la mayoría de los muertos son mujeres y niños.

“No nos quedaremos de brazos cruzados mientras el gobierno de Netanyahu continúa con estas atroces acciones”, apunta el comunicado conjunto. “Si Israel no cesa la renovada ofensiva militar y levanta las restricciones al ingreso de ayuda humanitaria, tomaremos medidas concretas adicionales en respuesta”.

Ante las presiones, el gobierno de Netanyahu señaló que permitiría la entrada de ayuda “mínima” a Gaza, aunque funcionarios de la ONU subrayaron el martes que la urgencia y las necesidades eran exponencialmente mayores de lo que Israel parecía dispuesto a permitir ingresar. Netanyahu, por su parte, parece estar obligado a apaciguar a sus aliados de la extrema derecha israelí, que reclaman abiertamente la destrucción y la limpieza étnica de Gaza y se oponen a permitir la entrada de ayuda humanitaria a la franja. En un video subido el lunes a las redes sociales, Netanyahu explica que su decisión de permitir la entrada de una cantidad ínfima de ayuda a Gaza fue una cuestión de imagen, y agregó que la campaña de Israel en Gaza “no puede llegar al punto de la hambruna, por razones prácticas y diplomáticas”. El primer ministro se enfrenta a una investigación en curso por crímenes de guerra en la Corte Penal Internacional, debido en parte al historial de Israel de negarle a Gaza la ayuda alimentaria vital.

Vehículos de la ONU escoltan camiones de ayuda con alimentos al llegar a un almacén del Programa Mundial de Alimentos en Zawaida, en el centro de la Franja de Gaza, el miércoles 21 de mayo de 2025.

El gobierno de Tel Aviv insiste en que los actuales reclamos de moderación benefician a Hamas. Un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, Oren Marmorstein, dijo que las declaraciones de Kallas reflejaban “un total desconocimiento de la compleja realidad que enfrenta Israel”.

“Ignorar esa realidad y criticar a Israel solo endurece la posición de Hamas y lo anima a mantenerse firme”, escribió en X.

Pero también los israelíes están alzando la voz en contra de la forma en que el Netanyahu está conduciendo la guerra. En una entrevista con la BBC, el exprimer ministro israelí Ehud Olmert aseguró que lo que Israel está haciendo hoy en Gaza se acerca mucho a un crimen de guerra. Hay miles de palestinos inocentes que están siendo asesinados, además de muchos soldados israelíes”.

Yair Golan, dirigente del partido izquierdista Demócratas y exgeneral de alto rango de las Fuerzas de Defensa de Israel, fue más mordaz en su denuncia de la guerra. “Si el país no recupera la cordura, Israel va camino a convertirse en un Estado paria entre las naciones, la Sudáfrica de antaño”, disparó Golan el martes a una emisora ​​pública. “Un país sensato no hace la guerra contra civiles, no mata bebés como pasatiempo ni se pone como objetivo la erradicación de todo un pueblo”, agregó. Las palabras de Golan fueron repudiadas por Netanyahu y muchos de sus aliados políticos, incluyendo a los líderes de extrema derecha y ministros del gabinete Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, quienes reclaman desde hace tiempo la conquista y despoblación de Gaza.

Imagen del 20 de mayo de 2025 de palestinos lamentándose tras un ataque aéreo israelí contra una escuela que alberga a personas desplazadas, en la Ciudad de Gaza.

Con informes que sugieren que el presidente Donald Trump, antes un aliado acérrimo de Netanyahu, también está cada vez más irritado con el ritmo de la guerra, el temor al aislamiento ya sacude al establishment israelí. “Esta situación no beneficia en nada ni la situación de los rehenes ni la seguridad de nuestros soldados que luchan en la Franja de Gaza”, escribió Nadav Eyal, un destacado comentarista israelí en el diario Yedioth Ahronoth. “Es triste y doloroso que este gobierno nos haya dejado acorralados de este modo”.

En Europa y Estados Unidos, los políticos también están reaccionando a la creciente indignación pública por el sufrimiento humano en Gaza. El fin de semana, decenas de miles de personas marcharon por La Haya en contra de Israel, y hacía años que en los Países Bajos no se registraba una protesta tan multitudinaria.

El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, quien ha sido criticado por sus correligionarios de izquierda por no adoptar una postura más dura con Israel, el martes le lanzó una dura advertencia al gobierno israelí. “La historia los juzgará”, declaró Lammy. “Bloquear la ayuda humanitaria. Propagar la guerra. Ignorar las preocupaciones de sus amigos y socios. Todo ese es indefendible. Y debe parar”.

(Traducción de Jaime Arrambide)

Tras más de 19 meses de guerra brutal, la paciencia de algunos de los aliados de Israel en Occidente parece a punto de agotarse. La renovada ofensiva sobre la Franja de Gaza que lanzó el gobierno israelí del primer ministro Benjamin Netanyahu ha provocado una indignación y revulsión generalizadas, mientras los gobiernos y organizaciones humanitarias denuncian las desesperantes condiciones de vida en ese asolado territorio. En los bombardeos israelíes de los últimos días murieron decenas de gazatíes, y otras decenas de miles se vieron forzados a huir una vez más hacia el interior de un enclave sitiado y carente de refugio e infraestructura básica.

Desde el fracaso de un breve alto el fuego, Israel ha impedido el ingreso de alimentos y ayuda humanitaria al territorio, un bloque implacable que dejó a más de dos millones de personas en grave riesgo de inanición.

Desde Bruselas, la Unión Europea anunció que iniciará una revisión formal de su acuerdo comercial con Israel, una medida respaldada por “una amplia mayoría” de los ministros de Asuntos Exteriores del bloque de 27 miembros, en palabras de Kaja Kallas, máxima diplomática de la UE. Gran Bretaña también dejó en suspenso las negociaciones de libre comercio que tenía en curso con Israel, e impuso sanciones a varias figuras asociadas con la extrema derecha pro-asentamientos de Israel.

Niñas desplazadas son vistas en la zona del puerto marítimo del oeste de la Ciudad de Gaza, el 21 de mayo de 2025.

El lunes, en una nueva declaración conjunta, los líderes de Gran Bretaña, Francia y Canadá afirmaron que “el nivel de sufrimiento humano en Gaza es intolerable” y amenazaron a Israel con medidas punitivas si no frenaba su campaña contra los restos de la agrupación Hamas. La guerra, desencadenada por el ataque terrorista de Hamas contra Israel el 7 de octubre de 2023, ya se cobró la vida de más de 50.000 gazatíes, según el Ministerio de Salud local, que no distingue entre civiles y combatientes, pero que afirma que la mayoría de los muertos son mujeres y niños.

“No nos quedaremos de brazos cruzados mientras el gobierno de Netanyahu continúa con estas atroces acciones”, apunta el comunicado conjunto. “Si Israel no cesa la renovada ofensiva militar y levanta las restricciones al ingreso de ayuda humanitaria, tomaremos medidas concretas adicionales en respuesta”.

Ante las presiones, el gobierno de Netanyahu señaló que permitiría la entrada de ayuda “mínima” a Gaza, aunque funcionarios de la ONU subrayaron el martes que la urgencia y las necesidades eran exponencialmente mayores de lo que Israel parecía dispuesto a permitir ingresar. Netanyahu, por su parte, parece estar obligado a apaciguar a sus aliados de la extrema derecha israelí, que reclaman abiertamente la destrucción y la limpieza étnica de Gaza y se oponen a permitir la entrada de ayuda humanitaria a la franja. En un video subido el lunes a las redes sociales, Netanyahu explica que su decisión de permitir la entrada de una cantidad ínfima de ayuda a Gaza fue una cuestión de imagen, y agregó que la campaña de Israel en Gaza “no puede llegar al punto de la hambruna, por razones prácticas y diplomáticas”. El primer ministro se enfrenta a una investigación en curso por crímenes de guerra en la Corte Penal Internacional, debido en parte al historial de Israel de negarle a Gaza la ayuda alimentaria vital.

Vehículos de la ONU escoltan camiones de ayuda con alimentos al llegar a un almacén del Programa Mundial de Alimentos en Zawaida, en el centro de la Franja de Gaza, el miércoles 21 de mayo de 2025.

El gobierno de Tel Aviv insiste en que los actuales reclamos de moderación benefician a Hamas. Un vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores israelí, Oren Marmorstein, dijo que las declaraciones de Kallas reflejaban “un total desconocimiento de la compleja realidad que enfrenta Israel”.

“Ignorar esa realidad y criticar a Israel solo endurece la posición de Hamas y lo anima a mantenerse firme”, escribió en X.

Pero también los israelíes están alzando la voz en contra de la forma en que el Netanyahu está conduciendo la guerra. En una entrevista con la BBC, el exprimer ministro israelí Ehud Olmert aseguró que lo que Israel está haciendo hoy en Gaza se acerca mucho a un crimen de guerra. Hay miles de palestinos inocentes que están siendo asesinados, además de muchos soldados israelíes”.

Yair Golan, dirigente del partido izquierdista Demócratas y exgeneral de alto rango de las Fuerzas de Defensa de Israel, fue más mordaz en su denuncia de la guerra. “Si el país no recupera la cordura, Israel va camino a convertirse en un Estado paria entre las naciones, la Sudáfrica de antaño”, disparó Golan el martes a una emisora ​​pública. “Un país sensato no hace la guerra contra civiles, no mata bebés como pasatiempo ni se pone como objetivo la erradicación de todo un pueblo”, agregó. Las palabras de Golan fueron repudiadas por Netanyahu y muchos de sus aliados políticos, incluyendo a los líderes de extrema derecha y ministros del gabinete Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, quienes reclaman desde hace tiempo la conquista y despoblación de Gaza.

Imagen del 20 de mayo de 2025 de palestinos lamentándose tras un ataque aéreo israelí contra una escuela que alberga a personas desplazadas, en la Ciudad de Gaza.

Con informes que sugieren que el presidente Donald Trump, antes un aliado acérrimo de Netanyahu, también está cada vez más irritado con el ritmo de la guerra, el temor al aislamiento ya sacude al establishment israelí. “Esta situación no beneficia en nada ni la situación de los rehenes ni la seguridad de nuestros soldados que luchan en la Franja de Gaza”, escribió Nadav Eyal, un destacado comentarista israelí en el diario Yedioth Ahronoth. “Es triste y doloroso que este gobierno nos haya dejado acorralados de este modo”.

En Europa y Estados Unidos, los políticos también están reaccionando a la creciente indignación pública por el sufrimiento humano en Gaza. El fin de semana, decenas de miles de personas marcharon por La Haya en contra de Israel, y hacía años que en los Países Bajos no se registraba una protesta tan multitudinaria.

El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, quien ha sido criticado por sus correligionarios de izquierda por no adoptar una postura más dura con Israel, el martes le lanzó una dura advertencia al gobierno israelí. “La historia los juzgará”, declaró Lammy. “Bloquear la ayuda humanitaria. Propagar la guerra. Ignorar las preocupaciones de sus amigos y socios. Todo ese es indefendible. Y debe parar”.

(Traducción de Jaime Arrambide)

 Los políticos europeos y estadounidenses están reaccionando a la creciente indignación pública por el sufrimiento humano en Gaza  LA NACION

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