Interés GeneralNacionalesUltimas Noticias

Es estadounidense y se dejó comer por una anaconda en vivo: una inesperada situación lo salvó

El ecologista estadounidense Paul Rosolie protagonizó uno de los hechos más insólitos de la televisión norteamericana durante la grabación del documental Eaten alive (Comido en vida, en español), hace más de diez años. El hombre se dejó envolver por una anaconda de más de seis metros, pero algo inesperado hizo que el animal decidiera no devorarlo.

Se iba a dejar comer por una anaconda en vivo y se salvó por algo inesperado

El 7 de diciembre de 2014, Rosolie decidió arriesgarse a que una anaconda verde lo comiera parcialmente para concientizar sobre la actividad humana y la pérdida de hábitat en el Amazonas. El documental fue emitido en Discovery Channel y lo vieron millones de personas.

El ecologista se puso un traje protector de fibra de carbono para evitar que los dientes del animal y de sus potentes jugos gástricos lo lastimaran. Además, tenía oxígeno para poder respirar y estaba sujetado a un arnés para poder tirar de él ante cualquier inconveniente.

Peter Rosalie capturó una anaconda del Amazonas para que participara del documental

Rosolie se untó con sangre de cerdo, la idea era que la serpiente lo devorara y luego lo regurgitara. Todo el traje contenía un sistema de cámaras y micrófonos para después mostrarlo al público.

El ecologista utilizó un traje especial para la insólita prueba

El ecologista se acostó en el barro y esperó a que la anaconda se acercara a comerlo. Antes del estreno del documental, Rosolie hizo la ronda de prensa para promocionarlo y contó a Today: “Fue como estar atrapado en una ola. Estaba simplemente envuelto, y sientes esa presión. Durante más de una hora, me sentí oprimido”.

Pero la anaconda no quiso comerlo vivo, sino que intentó asfixiarlo. “Sentí que sus mandíbulas se aferraban a mi casco. La sentí gorgotear y jadear, pero luego la sentí soltarse. Me colocó el brazo en una posición donde su fuerza recaía completamente sobre el brazo expuesto. Empecé a sentir que la sangre se me escapaba de la mano y que el hueso se flexionaba y cuando llegué al punto en que sentí que se iba a romper, tuve que rendirme”, explicó después Rosolie, según informó The Hollywood Reporter. En ese momento, se cortó la grabación y Rosolie fue liberado.

“Eeaten alive”: las críticas a la llamativa forma de reclamo

En aquel momento, diferentes ambientalistas salieron a repudiar la decisión de exponer al animal, lo que llamaron “un acto de crueldad”. Según informó The Washington post, la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) criticó el programa al considerarlo “un flagrante truco publicitario”.

La serpiente elegida fue engañada para que usara sus valiosas reservas de energía para constreñir a un ser humano que fingía ser un cerdo, todo con fines publicitarios”, repudió la organización.

Y remarcó: “En condiciones naturales, las anacondas pasan semanas e incluso meses sin comer, comiendo solo cuando es necesario para sobrevivir y gastando la enorme cantidad de energía necesaria para atacar, constreñir y consumir presas grandes solo cuando la recompensa supera el riesgo”.

A pesar de las críticas, Rosalie continúa su trabajo en defensa del Amazonas

“Paul Rosolie y su equipo sometieron a esta serpiente a un estrés innegable y la privaron de recursos corporales esenciales”, criticó la institución. Sin embargo, los cuestionamientos no dañaron la carrera de Rosolie, quien hoy continúa su trabajo por proteger el Amazonas desde su fundación ecologista Junglekeepers.

El ecologista estadounidense Paul Rosolie protagonizó uno de los hechos más insólitos de la televisión norteamericana durante la grabación del documental Eaten alive (Comido en vida, en español), hace más de diez años. El hombre se dejó envolver por una anaconda de más de seis metros, pero algo inesperado hizo que el animal decidiera no devorarlo.

Se iba a dejar comer por una anaconda en vivo y se salvó por algo inesperado

El 7 de diciembre de 2014, Rosolie decidió arriesgarse a que una anaconda verde lo comiera parcialmente para concientizar sobre la actividad humana y la pérdida de hábitat en el Amazonas. El documental fue emitido en Discovery Channel y lo vieron millones de personas.

El ecologista se puso un traje protector de fibra de carbono para evitar que los dientes del animal y de sus potentes jugos gástricos lo lastimaran. Además, tenía oxígeno para poder respirar y estaba sujetado a un arnés para poder tirar de él ante cualquier inconveniente.

Peter Rosalie capturó una anaconda del Amazonas para que participara del documental

Rosolie se untó con sangre de cerdo, la idea era que la serpiente lo devorara y luego lo regurgitara. Todo el traje contenía un sistema de cámaras y micrófonos para después mostrarlo al público.

El ecologista utilizó un traje especial para la insólita prueba

El ecologista se acostó en el barro y esperó a que la anaconda se acercara a comerlo. Antes del estreno del documental, Rosolie hizo la ronda de prensa para promocionarlo y contó a Today: “Fue como estar atrapado en una ola. Estaba simplemente envuelto, y sientes esa presión. Durante más de una hora, me sentí oprimido”.

Pero la anaconda no quiso comerlo vivo, sino que intentó asfixiarlo. “Sentí que sus mandíbulas se aferraban a mi casco. La sentí gorgotear y jadear, pero luego la sentí soltarse. Me colocó el brazo en una posición donde su fuerza recaía completamente sobre el brazo expuesto. Empecé a sentir que la sangre se me escapaba de la mano y que el hueso se flexionaba y cuando llegué al punto en que sentí que se iba a romper, tuve que rendirme”, explicó después Rosolie, según informó The Hollywood Reporter. En ese momento, se cortó la grabación y Rosolie fue liberado.

“Eeaten alive”: las críticas a la llamativa forma de reclamo

En aquel momento, diferentes ambientalistas salieron a repudiar la decisión de exponer al animal, lo que llamaron “un acto de crueldad”. Según informó The Washington post, la organización Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA, por sus siglas en inglés) criticó el programa al considerarlo “un flagrante truco publicitario”.

La serpiente elegida fue engañada para que usara sus valiosas reservas de energía para constreñir a un ser humano que fingía ser un cerdo, todo con fines publicitarios”, repudió la organización.

Y remarcó: “En condiciones naturales, las anacondas pasan semanas e incluso meses sin comer, comiendo solo cuando es necesario para sobrevivir y gastando la enorme cantidad de energía necesaria para atacar, constreñir y consumir presas grandes solo cuando la recompensa supera el riesgo”.

A pesar de las críticas, Rosalie continúa su trabajo en defensa del Amazonas

“Paul Rosolie y su equipo sometieron a esta serpiente a un estrés innegable y la privaron de recursos corporales esenciales”, criticó la institución. Sin embargo, los cuestionamientos no dañaron la carrera de Rosolie, quien hoy continúa su trabajo por proteger el Amazonas desde su fundación ecologista Junglekeepers.

 El objetivo era exponer las consecuencias de la actividad humana en el Amazonas, pero el ecologista fue criticado por diferentes organizaciones  LA NACION

Read More

Related Articles

Back to top button
Close
Close