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Este es la forma más fácil para desinfectar las frutillas y que aguanten frescas más días

Las frutillas son una de las frutas que más consumen las personas en la Argentina. Su precio accesible y su gusto inconfundible las ubican entre las más consumidas, además de las naranjas y pomelos, entre otros.

Sin embargo, las frutillas necesitan de un proceso de desinfección para eliminar algunas partículas o gérmenes que quedan sobre la superficie. A su vez, esto genera que perduren más días dentro de la heladera y no se echen a perder a las horas.

El truco para higienizar a las frutillas

Uno de los métodos más reconocidos para higienizar las frutillas es el agua fría. En muchas oportunidades, las personas, por apuro o desconocimiento, las sumergen en este líquido y a los segundos las secan para su consumo.

El error está en la temperatura que se utiliza y también la manipulación de la fruta, que requiere de un cuidado especial si uno no quiere intoxicarse por la presencia de bacterias y, a su vez, alargar la vida útil.

El método eficiente para lavar las frutillas

Según expertos, el agua caliente es lo ideal para “sanar” a las frutillas y que estas perduren, al menos, una semana en la heladera. Para ello, en primer lugar, se debe llenar un recipiente con este líquido, preferentemente a una temperatura de 110°C.

Una vez pasado los 30 segundos bajo agua, se deben sacar las frutillas del contenedor, escurrirlas y retirar las que estén amarillentas, machucadas o dañadas.

Superada esta instancia, las frutillas deben ser colocadas en una centrifugadora de verduras en un proceso similar al de las hojas de lechuga– forrada con servilletas de papel. Al activar el mecanismo giratorio, la fruta irá desprendiendo el agua que quedó sobre su superficie.

Por último, las frutillas deben ser guardadas en un recipiente que contenga agujeros o una vía para que respiren y no se pudran rápido. Llevalas a la heladera y por varios días tendrás una fruta completamente limpia y comestible.

Los cuatro beneficios impensados de comer frutillas

Ingerir frutas es uno de los hábitos más saludables que puede perseguir un ser humano. Las frutillas son uno de esos ejemplares que se consumen en determinada época y tienen cuatro beneficios que muy pocas personas conocen.

1) Más vitamina C que los cítricos: su aporte es de 88,5 mg cada 100 g de fruta, es altamente superior al de un limón (62mg) y una naranja (66mg). Es por eso que las frutillas dan un gran aporte de esta vitamina ideal para subir el autoestima, mejorar las energías y tener vitalidad.

2) Previene el deterioro cognitivo: la Universidad de Harvard intervino en esta cuestión e indicó que la frutilla tiene agentes reparadores en su composición, que benefician al cerebro y lo estimulan.

3) Ácido elágico que funciona como antimutagénico: los antioxidantes presentes en la frutilla estimulan al organismo y lo liberan de toxinas y gérmenes que entorpecen su funcionamiento.

4) Hidratante y digestivo: la frutilla es rica en fibra dietética, un compuesto que no está presente en otros cítricos y verduras, lo que realza aún más el valor de ingerir esta fruta que tiene una gran presencia en temporadas veraniegas.

Las frutillas son una de las frutas que más consumen las personas en la Argentina. Su precio accesible y su gusto inconfundible las ubican entre las más consumidas, además de las naranjas y pomelos, entre otros.

Sin embargo, las frutillas necesitan de un proceso de desinfección para eliminar algunas partículas o gérmenes que quedan sobre la superficie. A su vez, esto genera que perduren más días dentro de la heladera y no se echen a perder a las horas.

El truco para higienizar a las frutillas

Uno de los métodos más reconocidos para higienizar las frutillas es el agua fría. En muchas oportunidades, las personas, por apuro o desconocimiento, las sumergen en este líquido y a los segundos las secan para su consumo.

El error está en la temperatura que se utiliza y también la manipulación de la fruta, que requiere de un cuidado especial si uno no quiere intoxicarse por la presencia de bacterias y, a su vez, alargar la vida útil.

El método eficiente para lavar las frutillas

Según expertos, el agua caliente es lo ideal para “sanar” a las frutillas y que estas perduren, al menos, una semana en la heladera. Para ello, en primer lugar, se debe llenar un recipiente con este líquido, preferentemente a una temperatura de 110°C.

Una vez pasado los 30 segundos bajo agua, se deben sacar las frutillas del contenedor, escurrirlas y retirar las que estén amarillentas, machucadas o dañadas.

Superada esta instancia, las frutillas deben ser colocadas en una centrifugadora de verduras en un proceso similar al de las hojas de lechuga– forrada con servilletas de papel. Al activar el mecanismo giratorio, la fruta irá desprendiendo el agua que quedó sobre su superficie.

Por último, las frutillas deben ser guardadas en un recipiente que contenga agujeros o una vía para que respiren y no se pudran rápido. Llevalas a la heladera y por varios días tendrás una fruta completamente limpia y comestible.

Los cuatro beneficios impensados de comer frutillas

Ingerir frutas es uno de los hábitos más saludables que puede perseguir un ser humano. Las frutillas son uno de esos ejemplares que se consumen en determinada época y tienen cuatro beneficios que muy pocas personas conocen.

1) Más vitamina C que los cítricos: su aporte es de 88,5 mg cada 100 g de fruta, es altamente superior al de un limón (62mg) y una naranja (66mg). Es por eso que las frutillas dan un gran aporte de esta vitamina ideal para subir el autoestima, mejorar las energías y tener vitalidad.

2) Previene el deterioro cognitivo: la Universidad de Harvard intervino en esta cuestión e indicó que la frutilla tiene agentes reparadores en su composición, que benefician al cerebro y lo estimulan.

3) Ácido elágico que funciona como antimutagénico: los antioxidantes presentes en la frutilla estimulan al organismo y lo liberan de toxinas y gérmenes que entorpecen su funcionamiento.

4) Hidratante y digestivo: la frutilla es rica en fibra dietética, un compuesto que no está presente en otros cítricos y verduras, lo que realza aún más el valor de ingerir esta fruta que tiene una gran presencia en temporadas veraniegas.

 Según expertos, el agua caliente es el antídoto ideal para “sanar” a la fruta y liberarla de cualquier germen que esté en su superficie  LA NACION

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