Murió Stanley Fischer, el “número dos” del FMI que negoció el blindaje con la Argentina, a los 81 años

Stanley Fischer, uno de los economistas más influyentes de las últimas décadas y protagonista central en las negociaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) con la Argentina durante la antesala de la crisis de 2001, murió este sábado a los 81 años, según informó el Banco de Israel, sin dar a conocer las causas.
Fischer ocupó el cargo de primer subdirector gerente del FMI entre 1994 y 2001. Fue un interlocutor clave durante los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, y desempeñó un papel activo en la aprobación del “blindaje” financiero de fines del año 2000, un paquete de ayuda por casi US$40.000 millones.
La carrera de Fischer combinó un destacado recorrido académico con altos cargos en organismos multilaterales y bancos centrales. Fue economista jefe del Banco Mundial, vicepresidente de Citigroup y vicepresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (2014–2017), además de haber dirigido el Banco de Israel entre 2005 y 2013, donde se lo reconoce por haber guiado al país durante la crisis financiera de 2008.
Nacido en Lusaka, Zambia, en 1943, Fischer se formó en la London School of Economics y se doctoró en Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde más tarde fue profesor durante más de dos décadas. En ese ámbito académico dirigió la tesis doctoral de Ben Bernanke (presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos entre 2006 y 2014) y formó a figuras como Mario Draghi, Lawrence Summers, Greg Mankiw y los execonomistas jefe del FMI Olivier Blanchard y Maurice Obstfeld.
Según El País, su manual de macroeconomía publicado en 1978 junto a Rudi Dornbusch marcó a generaciones de economistas y consolidó su influencia en la teoría y práctica de la política económica mundial. “Es difícil pensar en otro macroeconomista que haya tenido tanta influencia directa e indirecta”, escribió Blanchard en 2023.
Este domingo, al conocerse la noticia de su muerte, lo despidió con un sentido mensaje en redes sociales: “Stan fue mi mentor y mi amigo… ciencia y humildad al servicio de la humanidad”.
En Israel, Fischer fue una figura clave del plan de estabilización de 1985 que ayudó a contener una hiperinflación de tres dígitos. En 2005 fue convocado por Benjamin Netanyahu para liderar el Banco Central israelí. Durante su mandato, implementó un enfoque técnico que fortaleció la reputación económica del país.
En 2011 intentó postularse como director gerente del Fondo Monetario Internacional tras la renuncia de Dominique Strauss-Kahn, pero fue descartado por exceder el límite de edad y no provenir de Europa, región tradicionalmente reservada para ese puesto. Finalmente, la elegida fue Christine Lagarde.
En sus últimos años, Fischer se mantuvo activo en el análisis económico global: fue asesor de BlackRock y representó a la Reserva Federal en foros como el G20, el G7, el FMI y el Banco de Pagos Internacionales de Basilea, Suiza. Renunció a la Fed en 2017. Al anunciar su salida, la entonces presidenta del organismo, Janet Yellen, destacó su legado: “Sus agudas percepciones y su vida de servicio público contribuyeron de manera inestimable a nuestra labor”.
Con información de Reuters
Stanley Fischer, uno de los economistas más influyentes de las últimas décadas y protagonista central en las negociaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) con la Argentina durante la antesala de la crisis de 2001, murió este sábado a los 81 años, según informó el Banco de Israel, sin dar a conocer las causas.
Fischer ocupó el cargo de primer subdirector gerente del FMI entre 1994 y 2001. Fue un interlocutor clave durante los gobiernos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa, y desempeñó un papel activo en la aprobación del “blindaje” financiero de fines del año 2000, un paquete de ayuda por casi US$40.000 millones.
La carrera de Fischer combinó un destacado recorrido académico con altos cargos en organismos multilaterales y bancos centrales. Fue economista jefe del Banco Mundial, vicepresidente de Citigroup y vicepresidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (2014–2017), además de haber dirigido el Banco de Israel entre 2005 y 2013, donde se lo reconoce por haber guiado al país durante la crisis financiera de 2008.
Nacido en Lusaka, Zambia, en 1943, Fischer se formó en la London School of Economics y se doctoró en Economía en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), donde más tarde fue profesor durante más de dos décadas. En ese ámbito académico dirigió la tesis doctoral de Ben Bernanke (presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos entre 2006 y 2014) y formó a figuras como Mario Draghi, Lawrence Summers, Greg Mankiw y los execonomistas jefe del FMI Olivier Blanchard y Maurice Obstfeld.
Según El País, su manual de macroeconomía publicado en 1978 junto a Rudi Dornbusch marcó a generaciones de economistas y consolidó su influencia en la teoría y práctica de la política económica mundial. “Es difícil pensar en otro macroeconomista que haya tenido tanta influencia directa e indirecta”, escribió Blanchard en 2023.
Este domingo, al conocerse la noticia de su muerte, lo despidió con un sentido mensaje en redes sociales: “Stan fue mi mentor y mi amigo… ciencia y humildad al servicio de la humanidad”.
En Israel, Fischer fue una figura clave del plan de estabilización de 1985 que ayudó a contener una hiperinflación de tres dígitos. En 2005 fue convocado por Benjamin Netanyahu para liderar el Banco Central israelí. Durante su mandato, implementó un enfoque técnico que fortaleció la reputación económica del país.
En 2011 intentó postularse como director gerente del Fondo Monetario Internacional tras la renuncia de Dominique Strauss-Kahn, pero fue descartado por exceder el límite de edad y no provenir de Europa, región tradicionalmente reservada para ese puesto. Finalmente, la elegida fue Christine Lagarde.
En sus últimos años, Fischer se mantuvo activo en el análisis económico global: fue asesor de BlackRock y representó a la Reserva Federal en foros como el G20, el G7, el FMI y el Banco de Pagos Internacionales de Basilea, Suiza. Renunció a la Fed en 2017. Al anunciar su salida, la entonces presidenta del organismo, Janet Yellen, destacó su legado: “Sus agudas percepciones y su vida de servicio público contribuyeron de manera inestimable a nuestra labor”.
Con información de Reuters
Formado en el MIT y con una extensa trayectoria global, dejó su huella en las relaciones entre Washington y Buenos Aires en la previa de la crisis de 2001 LA NACION