Interés GeneralNacionalesUltimas Noticias

Roland Garros bajo alarma por los “courtsiders”, los apostadores que se benefician por una grieta del sistema

PARÍS (Enviado especial).- Las apuestas en el mundo del tenis -para muchos- se convirtieron en una adicción y, desde hace años, representan un severo problema que fue mutando -y descontrolándose- con el avance de las plataformas. El sistema, aún hoy, tiene zonas grises de las que se aprovechan los que buscan la manera de ganar dinero fácil, cruzando los límites éticos, sin importarles el riesgo ni que sean expulsados del tour.

Durante mucho tiempo, el gran peligro estuvo puesto en los Futures o en los Challengers, la tercera y segunda división del tenis profesional, escenarios en los que hay limitaciones y menos controles. Sin embargo, con las oportunidades actuales que otorgan las casas de apuestas online, también están expuestos al engaño los torneos grandes y masivos, como los Masters 1000 (pasó en Madrid y Roma, por ejemplo) y los Grand Slams (Roland Garros está en alerta).

Imagen de un partido de este año en Roland Garros, un torneo que pese a ser tan masivo no está exento de los

En muchos de los certámenes del circuito se vieron situaciones que llamaron la atención y que se repitieron. Generalmente, jóvenes con evidente alteración y teléfono celular pegado a la mano, siguiendo con extrema atención lo que ven -en vivo- en los courts, muchas veces animando a jugadores que claramente no son de su misma nacionalidad o amedrentando a otros. Arrebatados e involucrados desde las tribunas, más de lo que haría un mero espectador.

Son personas que están allí para usufructuar una hendija del sistema de apuestas. Ubicados, muchas veces, en sectores altos desde donde pueden observar varias canchas al mismo momento o ir y venir con rapidez, se benefician del delay o la demora de unos segundos (de tres a ocho) entre lo que sucede en directo y lo que se emite por Internet, en imágenes y en resultados, de donde se toman las casas de apuestas para anotar la jugada. El acto se califica como “courtsiding”. Esos pocos segundos pueden resultar ínfimos, pero son una eternidad para adelantarse al sistema y hacer la apuesta en las amplias variantes que ofrece el tenis (a diferencia de otros deportes), como los quiebres de saque, las dobles faltas y otras opciones que quedan descartadas en una clásica apuesta al triunfo o a la derrota en el partido. Los “courtsiders”, a veces, también transmiten la información inmediata del partido a terceros ubicados afuera del torneo, que luego estos aprovechan para apostar a distancia.

El umpire está obligado a marcar rápidamente el punto en su tablet, pero a veces demoran unos segundos que son ganancia para los apostadores (o “courtsiders”). El organismo anticorrupción en el tenis, la International Tennis Integrity Agency (ITIA), ya castigó a numerosos árbitros o funcionarios de los partidos que entraron en una rueda oscura, esperando voluntariamente unos segundos antes de actualizar el score para beneficiar a personajes externos.

En el predio de 14 hectáreas de Roland Garros hay personas de seguridad sin uniforme, vestidas de civil, vigilando y buscando “courtsiders”. Además, el Grand Slam francés posee un sistema de seguridad de cámaras en cada rincón. Uno de los sectores del predio en el que más ponen la lupa es en el oeste, detrás del estadio Suzanne-Lenglen, donde hay varias canchas juntas (de la 10 a la 14): desde los pasillos y la pasarela se pueden divisar más de un partido a la vez.

En Francia, la Autorité nationale des jeux (Autoridad Nacional del Juego; ANJ), un organismo independiente encargado de regular las apuestas deportivas y los juegos de azar, antes de Roland Garros lanzó una campaña advirtiendo los riesgos de adicción que generan las apuestas deportivas. Se basaron en un informe del Observatoire français des drogues et des tendances addictives (Observatorio Francés de Drogas y Tendencias Adictivas), estimando que en 2024 se registraron 1.170.000 “jugadores problemáticos” (así los calificaron). “Las apuestas deportivas representan el mayor riesgo de ludopatía a nivel individual”, afirmaron en la campaña.

Hay sectores altos en Roland Garros desde donde se pueden seguir varios partidos al mismo momento

“La federación francesa está trabajando en el tema del courtsiding en la cancha. Actualmente, es un tema que los organizadores de los torneos suelen revisar, a menos que haya jugadores, entrenadores u otras personas acreditadas involucradas, en cuyo caso nos involucramos nosotros”, le explicó a LA NACION el director de comunicaciones de la International Tennis Integrity Agency, Adrian Bassett. Y añadió: “Trabajamos con los árbitros durante todo el año. Miembros de nuestros equipos de formación e investigación viajan a escuelas de árbitros en todo el mundo para hablar con quienes ingresan al sistema sobre los riesgos que implican la corrupción y las apuestas. En Roland Garros nos han invitado a sus reuniones, donde hemos hablado sobre quiénes somos y qué hacemos. También hubo una mesa redonda más informal con algunos árbitros para ofrecer la oportunidad de hacer preguntas y conocer su opinión sobre cuestiones de integridad”.

Las empresas de apuestas también tienen sus cortafuegos y cuando el servidor detecta que la jugada online fue realizada en forma llamativa, más rápida de lo normal, encienden la alarma y puede cancelar la misma. En Roland Garros, puntualmente, cada año detectan “espectadores falsos”, a los que se excluye y se les prohíbe la permanencia en el predio.

Durante la gira europea sobre polvo de ladrillo, muchos jugadores denunciaron el comportamiento de espectadores, sobre todo en los courts secundarios, perturbando con gritos o insultos el desarrollo del partido. Esas personas son, por lo general, los apostadores que tratan de influir en el resultado.

Mariano Navone, el último singlista argentino en marcharse de Roland Garros este año, uno de los jugadores que padecen los insultos de los apostadores por redes sociales

Mariano Navone, el singlista argentino que más lejos llegó en esta edición de Roland Garros (a la tercera ronda), sentenció antes de marcharse de París: “En los últimos tiempos salí de las redes porque está todo bastante revolucionado. Las apuestas llevaron todo para un exitismo exuberante, está todo desmedido y no es bueno. Al que me insulta le digo que es un problema más grande de él que mío si pone en juego su vida o su dinero en base a lo que hago en la cancha. El que está mal es él. Es una cagada que muchas veces recibamos mensajes amenazantes. Hoy se volvió como una parte de nuestras vidas, el picante en las redes, pero no está bueno. Igual, habla más de la gente que pone en juego su casa dependiendo de si yo meto una derecha o no. Estamos todos locos”.

PARÍS (Enviado especial).- Las apuestas en el mundo del tenis -para muchos- se convirtieron en una adicción y, desde hace años, representan un severo problema que fue mutando -y descontrolándose- con el avance de las plataformas. El sistema, aún hoy, tiene zonas grises de las que se aprovechan los que buscan la manera de ganar dinero fácil, cruzando los límites éticos, sin importarles el riesgo ni que sean expulsados del tour.

Durante mucho tiempo, el gran peligro estuvo puesto en los Futures o en los Challengers, la tercera y segunda división del tenis profesional, escenarios en los que hay limitaciones y menos controles. Sin embargo, con las oportunidades actuales que otorgan las casas de apuestas online, también están expuestos al engaño los torneos grandes y masivos, como los Masters 1000 (pasó en Madrid y Roma, por ejemplo) y los Grand Slams (Roland Garros está en alerta).

Imagen de un partido de este año en Roland Garros, un torneo que pese a ser tan masivo no está exento de los

En muchos de los certámenes del circuito se vieron situaciones que llamaron la atención y que se repitieron. Generalmente, jóvenes con evidente alteración y teléfono celular pegado a la mano, siguiendo con extrema atención lo que ven -en vivo- en los courts, muchas veces animando a jugadores que claramente no son de su misma nacionalidad o amedrentando a otros. Arrebatados e involucrados desde las tribunas, más de lo que haría un mero espectador.

Son personas que están allí para usufructuar una hendija del sistema de apuestas. Ubicados, muchas veces, en sectores altos desde donde pueden observar varias canchas al mismo momento o ir y venir con rapidez, se benefician del delay o la demora de unos segundos (de tres a ocho) entre lo que sucede en directo y lo que se emite por Internet, en imágenes y en resultados, de donde se toman las casas de apuestas para anotar la jugada. El acto se califica como “courtsiding”. Esos pocos segundos pueden resultar ínfimos, pero son una eternidad para adelantarse al sistema y hacer la apuesta en las amplias variantes que ofrece el tenis (a diferencia de otros deportes), como los quiebres de saque, las dobles faltas y otras opciones que quedan descartadas en una clásica apuesta al triunfo o a la derrota en el partido. Los “courtsiders”, a veces, también transmiten la información inmediata del partido a terceros ubicados afuera del torneo, que luego estos aprovechan para apostar a distancia.

El umpire está obligado a marcar rápidamente el punto en su tablet, pero a veces demoran unos segundos que son ganancia para los apostadores (o “courtsiders”). El organismo anticorrupción en el tenis, la International Tennis Integrity Agency (ITIA), ya castigó a numerosos árbitros o funcionarios de los partidos que entraron en una rueda oscura, esperando voluntariamente unos segundos antes de actualizar el score para beneficiar a personajes externos.

En el predio de 14 hectáreas de Roland Garros hay personas de seguridad sin uniforme, vestidas de civil, vigilando y buscando “courtsiders”. Además, el Grand Slam francés posee un sistema de seguridad de cámaras en cada rincón. Uno de los sectores del predio en el que más ponen la lupa es en el oeste, detrás del estadio Suzanne-Lenglen, donde hay varias canchas juntas (de la 10 a la 14): desde los pasillos y la pasarela se pueden divisar más de un partido a la vez.

En Francia, la Autorité nationale des jeux (Autoridad Nacional del Juego; ANJ), un organismo independiente encargado de regular las apuestas deportivas y los juegos de azar, antes de Roland Garros lanzó una campaña advirtiendo los riesgos de adicción que generan las apuestas deportivas. Se basaron en un informe del Observatoire français des drogues et des tendances addictives (Observatorio Francés de Drogas y Tendencias Adictivas), estimando que en 2024 se registraron 1.170.000 “jugadores problemáticos” (así los calificaron). “Las apuestas deportivas representan el mayor riesgo de ludopatía a nivel individual”, afirmaron en la campaña.

Hay sectores altos en Roland Garros desde donde se pueden seguir varios partidos al mismo momento

“La federación francesa está trabajando en el tema del courtsiding en la cancha. Actualmente, es un tema que los organizadores de los torneos suelen revisar, a menos que haya jugadores, entrenadores u otras personas acreditadas involucradas, en cuyo caso nos involucramos nosotros”, le explicó a LA NACION el director de comunicaciones de la International Tennis Integrity Agency, Adrian Bassett. Y añadió: “Trabajamos con los árbitros durante todo el año. Miembros de nuestros equipos de formación e investigación viajan a escuelas de árbitros en todo el mundo para hablar con quienes ingresan al sistema sobre los riesgos que implican la corrupción y las apuestas. En Roland Garros nos han invitado a sus reuniones, donde hemos hablado sobre quiénes somos y qué hacemos. También hubo una mesa redonda más informal con algunos árbitros para ofrecer la oportunidad de hacer preguntas y conocer su opinión sobre cuestiones de integridad”.

Las empresas de apuestas también tienen sus cortafuegos y cuando el servidor detecta que la jugada online fue realizada en forma llamativa, más rápida de lo normal, encienden la alarma y puede cancelar la misma. En Roland Garros, puntualmente, cada año detectan “espectadores falsos”, a los que se excluye y se les prohíbe la permanencia en el predio.

Durante la gira europea sobre polvo de ladrillo, muchos jugadores denunciaron el comportamiento de espectadores, sobre todo en los courts secundarios, perturbando con gritos o insultos el desarrollo del partido. Esas personas son, por lo general, los apostadores que tratan de influir en el resultado.

Mariano Navone, el último singlista argentino en marcharse de Roland Garros este año, uno de los jugadores que padecen los insultos de los apostadores por redes sociales

Mariano Navone, el singlista argentino que más lejos llegó en esta edición de Roland Garros (a la tercera ronda), sentenció antes de marcharse de París: “En los últimos tiempos salí de las redes porque está todo bastante revolucionado. Las apuestas llevaron todo para un exitismo exuberante, está todo desmedido y no es bueno. Al que me insulta le digo que es un problema más grande de él que mío si pone en juego su vida o su dinero en base a lo que hago en la cancha. El que está mal es él. Es una cagada que muchas veces recibamos mensajes amenazantes. Hoy se volvió como una parte de nuestras vidas, el picante en las redes, pero no está bueno. Igual, habla más de la gente que pone en juego su casa dependiendo de si yo meto una derecha o no. Estamos todos locos”.

 Los usuarios de las apuestas aprovechan la demora de unos segundos entre lo que sucede en directo y lo que se emite en forma online; cuando se los identifica a los espectadores “falsos” se los excluye del torneo  LA NACION

Read More

Related Articles

Back to top button
Close
Close