Baterías, agua y lejos de las ventanas: el relato de un argentino atrapado en Teherán durante el ataque israelí

“Después que me vine a Teherán bombardearon una base militar cerca del hotel donde estaba -cuenta Sergio Ríos a LA NACION-. Ahora son las 21.35 y comenzaron más ruidos de misiles y metralletas. Ahora Irán está atacando”. Ríos, un empresario mendocino que desde hace años vive en Dinamarca y se dedica a la instalación de tostadores de café, llegó a la capital de Irán el martes en una visita de negocios.
Cuando Israel lanzó un “ataque preventivo” contra el país la madrugada del viernes, en el que murieron altos cargos militares y alcanzaron sitios nucleares y de misiles, Ríos estaba en una ciudad a una hora de Teherán.
Con una conexión a internet intermitente, Ríos se comunica con este medio desde la casa de su colega local, Zahra, ubicada en la zona de acceso al centro de Teherán. Allí se encuentran él, Zahra y el novio de ella. Asegura que se siente “tranquilo”. Para este sábado, el gobierno iraní convocó a una manifestación contra Israel y Estados Unidos.
Han preparado botellas de agua, un sistema de baterías y han comprado alimentos: “Dormiremos en la parte contraria a donde están las ventanas que dan a la calle. Hemos armado mochilas de ropa y, mientras tanto, conversamos y reímos un poco. Me van contando las cosas que se dicen en el país”.
Relata que antes de llegar a Irán —a donde ingresó con pasaporte argentino— estuvo en Emiratos Árabes Unidos y en Omán. “El martes llegué a la noche, me quedé en el hotel y ya después, el miércoles, me pasaron a buscar para ir a la fábrica que tenía que visitar”, cuenta. Su presencia en Irán se debe a las negociaciones para construir una refinería de café en Isfahan, que sería la primera de su tipo en Medio Oriente.
“Anoche estaba en el hotel y, por casualidad, me desperté a las 4.45 y como sabía que no iba a dormir más, me quedé armando mails para el equipo. Después de unos minutos, tenía un mensaje de mi mamá y un tío en WhatsApp, ella llorando, preguntándome si estaba bien”.
Ríos cuenta que se puso a revisar noticias a partir de ahí y vio que entre los muertos por el ataque estaban tres de los principales líderes militares de Irán y que el ejército israelí había explicado que unos 200 aviones participaron en el ataque inicial contra unos 100 objetivos.
Tenía programado viajar a Shiraz (suroeste de Irán) el sábado en la madrugada y decidió cambiar el vuelo para el domingo. “Al poco tiempo de hacer esto, ya estábamos en alerta y habían cerrado aeropuertos. Comenzamos a investigar para moverme rápido a la frontera con Turquía por vía terrestre pero me avisaron que habían muchos cierres y bloqueos terrestres”.
Se puso en contacto con la embajada argentina y, junto a sus compañeros, se instaló en la casa de Zahra en Teherán. “La gente se mueve como si nada, están tomando café, en algunas esquinas hablando, en un shopping. Hoy es el fin de semana de ellos y mañana sábado es el Eid de Irán, una especie de feriado islámico”, relata.
Ríos comenta que están al tanto de que también Irán lanzó cientos de misiles balísticos en represalia, dirigidos hacia territorio israelí. “La gente sigue como si nada, esperaban algo así. Ya es de noche, pero más temprano había movimiento. Están también siguiendo la noticias”.
Ríos abrió en Dinamarca Voltumachine, una compañía que se dedica al mantenimiento, reparación e instalación de tostadores de café e internacionalizó su emprendimiento. La firma está en la Argentina y desde Copenhague atiende Europa y Medio Oriente.
El año pasado desembarcó en Omán, país al que define como “una especie de pre Dubai, tiene potencial; hay oportunidades para un nivel intermedio alto de emprendedores, con inversiones importantes. Están interesados en innovación”.
“Después que me vine a Teherán bombardearon una base militar cerca del hotel donde estaba -cuenta Sergio Ríos a LA NACION-. Ahora son las 21.35 y comenzaron más ruidos de misiles y metralletas. Ahora Irán está atacando”. Ríos, un empresario mendocino que desde hace años vive en Dinamarca y se dedica a la instalación de tostadores de café, llegó a la capital de Irán el martes en una visita de negocios.
Cuando Israel lanzó un “ataque preventivo” contra el país la madrugada del viernes, en el que murieron altos cargos militares y alcanzaron sitios nucleares y de misiles, Ríos estaba en una ciudad a una hora de Teherán.
Con una conexión a internet intermitente, Ríos se comunica con este medio desde la casa de su colega local, Zahra, ubicada en la zona de acceso al centro de Teherán. Allí se encuentran él, Zahra y el novio de ella. Asegura que se siente “tranquilo”. Para este sábado, el gobierno iraní convocó a una manifestación contra Israel y Estados Unidos.
Han preparado botellas de agua, un sistema de baterías y han comprado alimentos: “Dormiremos en la parte contraria a donde están las ventanas que dan a la calle. Hemos armado mochilas de ropa y, mientras tanto, conversamos y reímos un poco. Me van contando las cosas que se dicen en el país”.
Relata que antes de llegar a Irán —a donde ingresó con pasaporte argentino— estuvo en Emiratos Árabes Unidos y en Omán. “El martes llegué a la noche, me quedé en el hotel y ya después, el miércoles, me pasaron a buscar para ir a la fábrica que tenía que visitar”, cuenta. Su presencia en Irán se debe a las negociaciones para construir una refinería de café en Isfahan, que sería la primera de su tipo en Medio Oriente.
“Anoche estaba en el hotel y, por casualidad, me desperté a las 4.45 y como sabía que no iba a dormir más, me quedé armando mails para el equipo. Después de unos minutos, tenía un mensaje de mi mamá y un tío en WhatsApp, ella llorando, preguntándome si estaba bien”.
Ríos cuenta que se puso a revisar noticias a partir de ahí y vio que entre los muertos por el ataque estaban tres de los principales líderes militares de Irán y que el ejército israelí había explicado que unos 200 aviones participaron en el ataque inicial contra unos 100 objetivos.
Tenía programado viajar a Shiraz (suroeste de Irán) el sábado en la madrugada y decidió cambiar el vuelo para el domingo. “Al poco tiempo de hacer esto, ya estábamos en alerta y habían cerrado aeropuertos. Comenzamos a investigar para moverme rápido a la frontera con Turquía por vía terrestre pero me avisaron que habían muchos cierres y bloqueos terrestres”.
Se puso en contacto con la embajada argentina y, junto a sus compañeros, se instaló en la casa de Zahra en Teherán. “La gente se mueve como si nada, están tomando café, en algunas esquinas hablando, en un shopping. Hoy es el fin de semana de ellos y mañana sábado es el Eid de Irán, una especie de feriado islámico”, relata.
Ríos comenta que están al tanto de que también Irán lanzó cientos de misiles balísticos en represalia, dirigidos hacia territorio israelí. “La gente sigue como si nada, esperaban algo así. Ya es de noche, pero más temprano había movimiento. Están también siguiendo la noticias”.
Ríos abrió en Dinamarca Voltumachine, una compañía que se dedica al mantenimiento, reparación e instalación de tostadores de café e internacionalizó su emprendimiento. La firma está en la Argentina y desde Copenhague atiende Europa y Medio Oriente.
El año pasado desembarcó en Omán, país al que define como “una especie de pre Dubai, tiene potencial; hay oportunidades para un nivel intermedio alto de emprendedores, con inversiones importantes. Están interesados en innovación”.
Sergio Ríos llegó a la capital iraní el martes por trabajo y, con los aeropuertos cerrados, permanece alojado en la casa de una familia local LA NACION