Diego Capusotto se sube al escenario por primera vez junto a su hija con una “comedia demoníaca”

Se lo extrañaba. Cuando el año pasado se anunció el regreso de Cha Cha Cha en formato teatral, con Alfredo Casero y Fabio Alberti a la cabeza, la pregunta obligada fue: ¿Y Diego Capusotto? Si bien hubo respuestas –algunas evasivas, otras ideológicas- lo que primó fue el vacío (y la extrañeza) que la ausencia del humorista originaba entre sus seguidores. No es que hubiera desaparecido del medio, solo que se encontraba replegado en una gira por el interior del país, bien alejado de las luces de la avenida Corrientes.
Eso, ahora, está por cambiar. En principio, arribará a la sala mayor del Teatro Metropolitan (la misma que hasta hace una semana estuvo ocupada por sus excompañeros televisivos) con El lado C, el espectáculo con el que estuvo girando los últimos cuatro años en compañía de la actriz Nancy Giampaolo, una suerte de stand up en el que “la ficción siempre supera la realidad”, lleno de anécdotas sobre su carrera, en el que combina material audiovisual con una conversación directa con el público; un evento inspirado en una experiencia teatral del cómico John Cleese de los Monty Phyton. Lo hará por dos únicas funciones: la primera hoy mismo y la segunda, el viernes 27, ambas a las 22.
Luego, y esta es la noticia que LA NACION anticipa en exclusiva, protagonizará –también en la sala mayor del Teatro Metropolitan, ubicada en la planta baja de Av. Corrientes 1343- una obra de texto: Tirria, de Lucas Nine y Nancy Giampaolo. Se trata de una comedia negra, sobre una familia patricia venida a menos, los Sobrado Alvear, en la que el actor interpretará a Hilario, el fiel mayordomo de la casa. “Todos los veranos los Sobrado Alvear fingen partir a Europa. Excepto Hilario nadie sabe el secreto: arruinados económicamente, pasarán los siguientes tres meses encerrados en los baúles que se arrumban en la mansión, sobreviviendo a base de recuerdos”, adelanta Carlos Branca, el director de la nueva apuesta teatral (producida por Damián Sequeira), que ya inició el período de ensayos con vistas a estrenar el 7 de agosto (con funciones programadas los jueves y viernes, a las 21:30, y los sábados, a las 22).
Del elenco, además de Capusotto, forman parte Andrea Politti y Rafael Spregelburd –como Edelmira y Clorindo, los jefes de familia-, Eva Capusotto (hija en la vida real de Diego Capusotto) y Juan Arana –como los hijos del matrimonio-, y Daniel Berbedes y Galo Hagel (hijo en la vida real de Andrea Politti), como El coronel y Pocholo, respectivamente. Esta es la primera vez que Capusotto, de 63 años, trabaja junto a su hija y, para Eva, de 22, se trata de su debut en el circuito teatral comercial, tras haber participado en cuatro obras del ámbito independiente (en Golpes a mi puerta, Carta al desamor, El clan de las flores y Palabras urgentes).
“Una comedia demoníaca”
Para conocer un poco más del estreno que se avecina, LA NACION mantuvo un breve diálogo con el hacedor de recordados hitos televisivos, como De la cabeza, Cha Cha Cha, Todo x 2 pesos y Peter Capusotto y sus videos, y actor de los disparatados films Kryptonita, Peter Capusotto y sus tres dimensiones, Pájaros volando y Soy tu aventura.
-Sorprende que abordes una obra de texto. La última vez había sido en 2019, cuando protagonizaste Tadeys en el Teatro Cervantes y la experiencia fue definida por la prensa especializada como una excepción en tu carrera.
-En realidad, en mis comienzos, trabajé en varias obras de autor, lo que pasa es que luego estuve muchos años sin hacerlas, atravesando lo teatral exclusivamente con el elenco de Todo x 2 pesos. Después de mucho tiempo, sí, regresé a ese tipo de teatro con Tadeys y ahora lo volveré a hacer en la obra escrita por Nancy Gianpaolo y Lucas Nine. No tengo pruritos con el teatro de texto, sobre todo si tiene humor.
-Del elenco participa tu hija, Eva. Es la primera vez que trabajan juntos, ¿no? ¿Cuáles son las expectativas?
-Sí, es la primera vez que trabajo con mi hija. Y ambos estamos muy contentos. Fue una sugerencia de uno de los autores, de Nancy Giampaolo; a ella le pareció que, por su imagen, Eva podía dar el perfil de integrante de esta familia, la de Tirria, que yo creo que es la historia de un desborde y que tiene eco en nuestra historia nacional. Eva hace de Elenita, la hija de la familia Sobrado Alvear.
-Me imagino que a lo largo de los años te habrán propuesto trabajar en muchas obras. ¿Qué es lo que te interesó tanto de esta para decir que sí al ofrecimiento?
-Me interesó dónde está contextualizada la obra, la época, lo histórico-social, su lenguaje, el género, que está muy bien escrita y, además, que puede terminar disparando, arriba y debajo del escenario, cosas más intensas que las que propone el texto.
-¿Cómo es Hilario, tu personaje?
-Mi personaje es el criado de esta familia venida a menos. Se ocupa de todo… y no dudará en llegar a cualquier extremo para salvar el honor de la casa. Y no voy a decir mucho más que eso para no dejar entrever posibles lecturas que son mejores que ocurran cuando la obra esté en marcha, ¿no? Pero es muy interesante lo que circula entre esta familia, este espacio y este territorio tan particular…
-Tengo entendido que, entre otras particularidades, la obra encierra una suerte de homenaje a las comedias de teléfono blanco de la época dorada del cine nacional.
-Sí, Tirria es también un homenaje a las comedias de teléfono blanco del viejo cine argentino, aunque se alimente del grotesco. Existe una relación con aquellas películas gloriosas, como Jetattore (de 1938, protagonizada por Tito Lusiardo), incluso en el lenguaje físico y verbal que utilizan los personajes. Tirria es un juego de máscaras, cine dentro del teatro y teatro dentro del cine, una comedia demoníaca que rescata el espíritu de una época en la que lo popular y “la alta cultura” no estaban necesariamente enfrentadas.
Se lo extrañaba. Cuando el año pasado se anunció el regreso de Cha Cha Cha en formato teatral, con Alfredo Casero y Fabio Alberti a la cabeza, la pregunta obligada fue: ¿Y Diego Capusotto? Si bien hubo respuestas –algunas evasivas, otras ideológicas- lo que primó fue el vacío (y la extrañeza) que la ausencia del humorista originaba entre sus seguidores. No es que hubiera desaparecido del medio, solo que se encontraba replegado en una gira por el interior del país, bien alejado de las luces de la avenida Corrientes.
Eso, ahora, está por cambiar. En principio, arribará a la sala mayor del Teatro Metropolitan (la misma que hasta hace una semana estuvo ocupada por sus excompañeros televisivos) con El lado C, el espectáculo con el que estuvo girando los últimos cuatro años en compañía de la actriz Nancy Giampaolo, una suerte de stand up en el que “la ficción siempre supera la realidad”, lleno de anécdotas sobre su carrera, en el que combina material audiovisual con una conversación directa con el público; un evento inspirado en una experiencia teatral del cómico John Cleese de los Monty Phyton. Lo hará por dos únicas funciones: la primera hoy mismo y la segunda, el viernes 27, ambas a las 22.
Luego, y esta es la noticia que LA NACION anticipa en exclusiva, protagonizará –también en la sala mayor del Teatro Metropolitan, ubicada en la planta baja de Av. Corrientes 1343- una obra de texto: Tirria, de Lucas Nine y Nancy Giampaolo. Se trata de una comedia negra, sobre una familia patricia venida a menos, los Sobrado Alvear, en la que el actor interpretará a Hilario, el fiel mayordomo de la casa. “Todos los veranos los Sobrado Alvear fingen partir a Europa. Excepto Hilario nadie sabe el secreto: arruinados económicamente, pasarán los siguientes tres meses encerrados en los baúles que se arrumban en la mansión, sobreviviendo a base de recuerdos”, adelanta Carlos Branca, el director de la nueva apuesta teatral (producida por Damián Sequeira), que ya inició el período de ensayos con vistas a estrenar el 7 de agosto (con funciones programadas los jueves y viernes, a las 21:30, y los sábados, a las 22).
Del elenco, además de Capusotto, forman parte Andrea Politti y Rafael Spregelburd –como Edelmira y Clorindo, los jefes de familia-, Eva Capusotto (hija en la vida real de Diego Capusotto) y Juan Arana –como los hijos del matrimonio-, y Daniel Berbedes y Galo Hagel (hijo en la vida real de Andrea Politti), como El coronel y Pocholo, respectivamente. Esta es la primera vez que Capusotto, de 63 años, trabaja junto a su hija y, para Eva, de 22, se trata de su debut en el circuito teatral comercial, tras haber participado en cuatro obras del ámbito independiente (en Golpes a mi puerta, Carta al desamor, El clan de las flores y Palabras urgentes).
“Una comedia demoníaca”
Para conocer un poco más del estreno que se avecina, LA NACION mantuvo un breve diálogo con el hacedor de recordados hitos televisivos, como De la cabeza, Cha Cha Cha, Todo x 2 pesos y Peter Capusotto y sus videos, y actor de los disparatados films Kryptonita, Peter Capusotto y sus tres dimensiones, Pájaros volando y Soy tu aventura.
-Sorprende que abordes una obra de texto. La última vez había sido en 2019, cuando protagonizaste Tadeys en el Teatro Cervantes y la experiencia fue definida por la prensa especializada como una excepción en tu carrera.
-En realidad, en mis comienzos, trabajé en varias obras de autor, lo que pasa es que luego estuve muchos años sin hacerlas, atravesando lo teatral exclusivamente con el elenco de Todo x 2 pesos. Después de mucho tiempo, sí, regresé a ese tipo de teatro con Tadeys y ahora lo volveré a hacer en la obra escrita por Nancy Gianpaolo y Lucas Nine. No tengo pruritos con el teatro de texto, sobre todo si tiene humor.
-Del elenco participa tu hija, Eva. Es la primera vez que trabajan juntos, ¿no? ¿Cuáles son las expectativas?
-Sí, es la primera vez que trabajo con mi hija. Y ambos estamos muy contentos. Fue una sugerencia de uno de los autores, de Nancy Giampaolo; a ella le pareció que, por su imagen, Eva podía dar el perfil de integrante de esta familia, la de Tirria, que yo creo que es la historia de un desborde y que tiene eco en nuestra historia nacional. Eva hace de Elenita, la hija de la familia Sobrado Alvear.
-Me imagino que a lo largo de los años te habrán propuesto trabajar en muchas obras. ¿Qué es lo que te interesó tanto de esta para decir que sí al ofrecimiento?
-Me interesó dónde está contextualizada la obra, la época, lo histórico-social, su lenguaje, el género, que está muy bien escrita y, además, que puede terminar disparando, arriba y debajo del escenario, cosas más intensas que las que propone el texto.
-¿Cómo es Hilario, tu personaje?
-Mi personaje es el criado de esta familia venida a menos. Se ocupa de todo… y no dudará en llegar a cualquier extremo para salvar el honor de la casa. Y no voy a decir mucho más que eso para no dejar entrever posibles lecturas que son mejores que ocurran cuando la obra esté en marcha, ¿no? Pero es muy interesante lo que circula entre esta familia, este espacio y este territorio tan particular…
-Tengo entendido que, entre otras particularidades, la obra encierra una suerte de homenaje a las comedias de teléfono blanco de la época dorada del cine nacional.
-Sí, Tirria es también un homenaje a las comedias de teléfono blanco del viejo cine argentino, aunque se alimente del grotesco. Existe una relación con aquellas películas gloriosas, como Jetattore (de 1938, protagonizada por Tito Lusiardo), incluso en el lenguaje físico y verbal que utilizan los personajes. Tirria es un juego de máscaras, cine dentro del teatro y teatro dentro del cine, una comedia demoníaca que rescata el espíritu de una época en la que lo popular y “la alta cultura” no estaban necesariamente enfrentadas.
Luego de años de espectáculos de stand up, el actor volverá al teatro de texto y se presentará en calle Corrientes LA NACION