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José Mayans, el senador que reemplazará a Cristina Kirchner como nuevo “conductor” del PJ

“Yo soy el vicepresidente primero a cargo, pero la presidenta siempre va a ser ella”. El que habla es el senador José Mayans (Formosa) y a quien promete guardarle la silla vacía es Cristina Kirchner, a quien la Corte le confirmó su condena por corrupción en la denominada Causa Vialidad y, por lo tanto, ya no podrá ejercer la presidencia del Partido Justicialista (PJ).

La declaración del jefe de los senadores kirchneristas destila lealtad, tal vez la palabra que con más precisión define la extensa carrera política y, sobre todo, la personalidad de Mayans, quien, desde el último jueves, es vicepresidente en ejercicio de la presidencia del principal partido de oposición del país.

Entre Mayans y Corpacci, la silla vacía que le pertenece a Cristina Kirchner

Senador desde hace 24 años, Mayans está cumpliendo su quinto mandato consecutivo desde que ingresó a la Cámara alta en 2001, con la primera camada de senadores electos por el voto popular gracias a la reforma constitucional de1994. Desde entonces, hizo una larga carrera que lo ha llevado al pináculo al que todo legislador aspira llegar, como es la jefatura del bloque de su partido.

El casi cuarto de siglo que lleva en el Senado hace de Mayans un caso único de permanencia en el Poder Legislativo. Un récord que se parece mucho al que protagoniza el gobernador de su provincia, con casi 30 años al frente de Fiormosa.

Es Gildo Insfrán, precisamente, el otro norte que guía la carrera política del reemplazante de Cristina Kirchner al frente de la conducción del PJ. El mandatario provincial es el líder indiscutido al que el senador ha servido de manera leal durante las casi tres décadas que lleva en el poder de la provincia norteña.

Que uno de sus fuertes es la oratoria lo demuestra el hecho de que antes de llegar al Senado había ocupado durante 14 años, entre 1987 y 2001, una banca en la Legislatura de Formosa. Claro que no todas las opiniones coinciden a la hora de evaluarlo como orador. Para algunos es sólido y punzante. Para otros, un diletante que dice cualquier cosa.

El gobernador Gildo Insfrán y el senador José Mayans, durante un acto en mayo de 2019

Más allá de su discutida capacidad para intervenir en los debates legislativos, Mayans puede jactarse de ser especialista en dos cuestiones que, en cierta manera, definen su historia y su personalidad: los discursos de Juan Domingo Perón y las escrituras de la Biblia.

Es que Mayans es un fervoroso católico y casi nunca falta alguna cita a las sagradas escrituras en su intervenciones en el recinto de la Cámara alta. Tan practicante es que su religión fue uno de los pocos motivos que lo llevaron a chocar, al menos de manera pública, con Cristina Kirchner por su decisión de permitir que se sancionara el aborto legal durante el gobierno de Alberto Fernández.

No sólo votó en contra del proyecto impulsado por el Poder Ejecutivo, sino que también militó por su rechazo con el mismo énfasis que lo hizo cuando una iniciativa de similares características terminó rechazada, dos años antes, en el Senado durante el gobierno de Mauricio Macri. Político al fin, Mayans apeló a todo su pragmatismo y votó en contra de la ley que legalizó el aborto en el país, pero no dejó de presidir la bancada del partido de Gobierno que impulsó la iniciativa.

El formoseño conduce los destinos del bloque peronista del Senado desde diciembre de 2019, cuando el kirchnerismo volvió al poder. Fue la propia Cristina Kirchner quien lo bendijo para ocupar ese cargo, en los días previos a asumir la vicepresidencia de la Nación y la conducción de la Cámara alta. Fue en este lugar que Mayans forjó su lealtad a la expresidenta, ahora condenada por corrupción.

José Mayans, en el Senado; a su lado, Anabel Fernández Sagasti

Al menos dos cuestiones pesaron para que la entonces vicepresidenta tomara la decisión de ungir a Mayans como el conductor del oficialismo en el Senado: su estrecha relación con Insfrán, lo que lo convertía en un vocero de los gobernadores peronistas en la Cámara alta; y su decidido enfrentamiento con Miguel Pichetto.

Compañeros de ruta durante casi dos décadas en el Senado, Mayans fue uno de los más decepcionados con el salto de Pichetto, por entonces jefe del bloque peronista, a la fórmula presidencial con Mauricio Macri en junio de 2019. La frustración del formoseño se pude entender un poco mejor si se toma en cuenta que ambos habían entrado al Senado en el 2001.

“Nos traicionó a todos, es un infiltrado de Cambiemos”, le dijo una vez Mayans a LA NACION, con Pichetto ya del otro lado del cerco. Pero hubo señales previas que dejaron al descubierto la tensión entre el conductor del bloque y un senador que empezaba a asomar la cabeza como su principal contradictor. Eran los tiempos en que los legisladores kirchneristas, incluida la propia Cristina Kirchner que en ese momento era senadora, fueron obligados a hacer rancho aparte y a formar un bloque propio empujados por el rionegrino.

La ruptura de Pichetto fue clave para que Mayans ingrese al círculo de confianza de Cristina Kirchner

El primer estallido público ocurrió en noviembre de 2018, cuando en plena discusión en comisiones del Presupuesto Nacional 2019 el formoseño le recriminó a los gritos a Pichetto haber adelantado el apoyo del PJ al proyecto de la gestión macrista y facilitarle al Gobierno sostener la vigencia del DNU que había derogado el fondo sojero, fondos que reclamaban los gobernadores peronsitas.

Aquella pelea pública con el salón Illia del Senado como escenario marcó el principio del fin de la relación con Pichetto. A partir de entonces, Mayans comenzó a volcarse cada vez con mayor decisión a favor de Cristina Kirchner. La expresidenta no iba a tardar mucho en reconocer el apoyo del formoseño, convirtiéndole en jefe de la bancada kirchnerista de la Cámara alta, cargo que sigue ocupando, y en uno de los pocos dirigentes con acceso directo a su entorno político.

“Yo soy el vicepresidente primero a cargo, pero la presidenta siempre va a ser ella”. El que habla es el senador José Mayans (Formosa) y a quien promete guardarle la silla vacía es Cristina Kirchner, a quien la Corte le confirmó su condena por corrupción en la denominada Causa Vialidad y, por lo tanto, ya no podrá ejercer la presidencia del Partido Justicialista (PJ).

La declaración del jefe de los senadores kirchneristas destila lealtad, tal vez la palabra que con más precisión define la extensa carrera política y, sobre todo, la personalidad de Mayans, quien, desde el último jueves, es vicepresidente en ejercicio de la presidencia del principal partido de oposición del país.

Entre Mayans y Corpacci, la silla vacía que le pertenece a Cristina Kirchner

Senador desde hace 24 años, Mayans está cumpliendo su quinto mandato consecutivo desde que ingresó a la Cámara alta en 2001, con la primera camada de senadores electos por el voto popular gracias a la reforma constitucional de1994. Desde entonces, hizo una larga carrera que lo ha llevado al pináculo al que todo legislador aspira llegar, como es la jefatura del bloque de su partido.

El casi cuarto de siglo que lleva en el Senado hace de Mayans un caso único de permanencia en el Poder Legislativo. Un récord que se parece mucho al que protagoniza el gobernador de su provincia, con casi 30 años al frente de Fiormosa.

Es Gildo Insfrán, precisamente, el otro norte que guía la carrera política del reemplazante de Cristina Kirchner al frente de la conducción del PJ. El mandatario provincial es el líder indiscutido al que el senador ha servido de manera leal durante las casi tres décadas que lleva en el poder de la provincia norteña.

Que uno de sus fuertes es la oratoria lo demuestra el hecho de que antes de llegar al Senado había ocupado durante 14 años, entre 1987 y 2001, una banca en la Legislatura de Formosa. Claro que no todas las opiniones coinciden a la hora de evaluarlo como orador. Para algunos es sólido y punzante. Para otros, un diletante que dice cualquier cosa.

El gobernador Gildo Insfrán y el senador José Mayans, durante un acto en mayo de 2019

Más allá de su discutida capacidad para intervenir en los debates legislativos, Mayans puede jactarse de ser especialista en dos cuestiones que, en cierta manera, definen su historia y su personalidad: los discursos de Juan Domingo Perón y las escrituras de la Biblia.

Es que Mayans es un fervoroso católico y casi nunca falta alguna cita a las sagradas escrituras en su intervenciones en el recinto de la Cámara alta. Tan practicante es que su religión fue uno de los pocos motivos que lo llevaron a chocar, al menos de manera pública, con Cristina Kirchner por su decisión de permitir que se sancionara el aborto legal durante el gobierno de Alberto Fernández.

No sólo votó en contra del proyecto impulsado por el Poder Ejecutivo, sino que también militó por su rechazo con el mismo énfasis que lo hizo cuando una iniciativa de similares características terminó rechazada, dos años antes, en el Senado durante el gobierno de Mauricio Macri. Político al fin, Mayans apeló a todo su pragmatismo y votó en contra de la ley que legalizó el aborto en el país, pero no dejó de presidir la bancada del partido de Gobierno que impulsó la iniciativa.

El formoseño conduce los destinos del bloque peronista del Senado desde diciembre de 2019, cuando el kirchnerismo volvió al poder. Fue la propia Cristina Kirchner quien lo bendijo para ocupar ese cargo, en los días previos a asumir la vicepresidencia de la Nación y la conducción de la Cámara alta. Fue en este lugar que Mayans forjó su lealtad a la expresidenta, ahora condenada por corrupción.

José Mayans, en el Senado; a su lado, Anabel Fernández Sagasti

Al menos dos cuestiones pesaron para que la entonces vicepresidenta tomara la decisión de ungir a Mayans como el conductor del oficialismo en el Senado: su estrecha relación con Insfrán, lo que lo convertía en un vocero de los gobernadores peronistas en la Cámara alta; y su decidido enfrentamiento con Miguel Pichetto.

Compañeros de ruta durante casi dos décadas en el Senado, Mayans fue uno de los más decepcionados con el salto de Pichetto, por entonces jefe del bloque peronista, a la fórmula presidencial con Mauricio Macri en junio de 2019. La frustración del formoseño se pude entender un poco mejor si se toma en cuenta que ambos habían entrado al Senado en el 2001.

“Nos traicionó a todos, es un infiltrado de Cambiemos”, le dijo una vez Mayans a LA NACION, con Pichetto ya del otro lado del cerco. Pero hubo señales previas que dejaron al descubierto la tensión entre el conductor del bloque y un senador que empezaba a asomar la cabeza como su principal contradictor. Eran los tiempos en que los legisladores kirchneristas, incluida la propia Cristina Kirchner que en ese momento era senadora, fueron obligados a hacer rancho aparte y a formar un bloque propio empujados por el rionegrino.

La ruptura de Pichetto fue clave para que Mayans ingrese al círculo de confianza de Cristina Kirchner

El primer estallido público ocurrió en noviembre de 2018, cuando en plena discusión en comisiones del Presupuesto Nacional 2019 el formoseño le recriminó a los gritos a Pichetto haber adelantado el apoyo del PJ al proyecto de la gestión macrista y facilitarle al Gobierno sostener la vigencia del DNU que había derogado el fondo sojero, fondos que reclamaban los gobernadores peronsitas.

Aquella pelea pública con el salón Illia del Senado como escenario marcó el principio del fin de la relación con Pichetto. A partir de entonces, Mayans comenzó a volcarse cada vez con mayor decisión a favor de Cristina Kirchner. La expresidenta no iba a tardar mucho en reconocer el apoyo del formoseño, convirtiéndole en jefe de la bancada kirchnerista de la Cámara alta, cargo que sigue ocupando, y en uno de los pocos dirigentes con acceso directo a su entorno político.

 Con casi un cuarto de siglo en la Cámara alta, el formoseño es un leal seguidor de Gildo Insfrán; su pelea con Pichetto lo acercó al entorno de la expresidenta  LA NACION

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