Interés GeneralNacionalesUltimas Noticias

Los videos de los goles de Boca vs. Bayern Munich

Boca estuvo aturdido en el primer tiempo, salió con otro espíritu al segundo y otra vez no alcanzó: Bayern Munich se quedó con el duelo por 2-1 a falta de apenas siete minutos, tiempo restante prácticamente idéntico al que Benfica disfrutó para quitarle el lunes pasado dos puntos muy valiosos. Si bien los alemanes le perdonaron varias vidas desde el gol de Harry Kane en el primer período, en el complemento debieron lidiar contra el corazón argentino, que tuvo en Miguel Merentiel una obra de arte con la que igualó la historia, pero tras una batalla en el área encontró el triunfo agónico en la zurda de Michael Olise. No está eliminado del Mundial de Clubes, pero deberá hacer (mucho) y alentar al verdugo de esta noche en Miami.

Siete minutos marcaba el reloj cuando Lautaro Blanco no escuchó las indicaciones de Agustín Marchesín, que estaba libre para recibir la pelota, y el lateral la mandó al tiro de esquina. Allí fue Olise con su zurda, lanzando un centro bien cerrado que llamativamente el arquero no pudo tomar, por lo que la pelota entró al arco por el segundo palo. Era 1-0 para Bayern, pero el árbitro Alireza Faghani sería convocado al monitor del VAR: una clara carga de Serge Gnabry sobre el ‘1′ impidió intervención del arquero de Boca en el gol, por lo que el juez anuló el tanto teutón.

Con la costumbre argentina, una gran cantidad de jugadores de Boca acompañaron al juez iraní hasta las cercanías de la pantalla, aunque el más insistente fue el propio Marchesín. El hombre surgido en Lanús se mantuvo en la mitad de la cancha, incluso, cuando el juez ya había explicado la acción y avisado la sanción de la jugada. En vez de reponer el juego inmediatamente desde su arco, Marchesín siguió reclamando. Llamativo.

Poco le duró la tranquilidad a Boca. Porque diez minutos más tarde, Luis Advíncula cerraría con zurda, de buena manera, un centro peligroso del lateral-volante Konrad Laimer, pero tuvo la mala fortuna de que la pelota quedara en los pies de Harry Kane en la puerta del área: al inglés le rebotó en el control, pero ese adelantamiento le permitió sacar un rápido zurdazo cruzado que venció al arquero argentino, que se estiró, pero no llegó. Bayern se ponía 1-0.

No estuvo cómodo el equipo de Miguel Ángel Russo en el desarrollo. No logró aquel ímpetu que lo destacó en el primer tiempo contra Benfica y, en cambio, Bayern estuvo cerca más de una vez para aumentar el marcador en el primer capítulo.

Sin embargo, Boca también tendría dos ocasiones, una más clara que otra, pero ambas desprendidas de la zurda de Kevin Zenón. La primera, a la media hora de juego, fue producto de una falta al límite del área que le cometió Raphael Guerreiro al propio correntino: el remate directo lo encontró bien plantado a Manuel Neuer, que respondió extrañamente con los puños hacia el córner.

La siguiente ocurriría dos minutos más tarde. Un centro de Blanco pasado pero peligroso para Carlos Palacios forzó una peinada corta del lateral portugués, que le dejó servida la pelota al exhombre de Unión en la proximidad al área chica. Controló, se orientó mejor y sacó un tiro potente que, ahora sí, encontraría una reacción típica del arquero campeón del mundo en 2014, a puro reflejo y a una mano (la derecha).

Boca se fue en desventaja al entretiempo, pero con el corazón aún latiendo gracias a la vida que le perdonó varias veces Bayern Munich.

Y lo hizo valer en un segundo tiempo bastante más parejo. Muy trabado, con un Boca algo más cerrado para combatir las incursiones por dentro que intentaron los veloces extremos del conjunto que dirige el belga Vincent Kompany. Es que la llave la tenía, cuándo no, Miguel Merentiel.

Transcurrían 20 minutos cuando le quitaron la pelota a Olise en la puerta del área azul y oro y comenzó el ataque. Lautaro Di Lollo trasladó unos metros, abrió para Alan Velasco y el entendimiento funcionó perfecto. El atacante vio desde atrás de mitad de la cancha el pique del uruguayo a la espalda del grandote Jonathan Tah, lanzó el pase punzante y el goleador comenzó una maniobra memorable: eludió el cierre del croata Josip Stanisic tocando por un lado y yendo a buscar por el otro y le sobró frialdad para definir por encima del achique de Neuer. Explotó el Hard Rock Stadium. Golazo inolvidable.

Boca estaba dejando el corazón, las piernas ya estaban desgastándose, pero la lucha por aguantar el punto seguía. Sin embargo, cuando poco faltaba para el final (otra vez, como en el cabezazo de Nicolás Otamendi) de una manera insólita, a los golpes, los alemanes se pondrían en ventaja nuevamente.

A los 38 minutos, Boca empezó a zapatear para rechazar una pelota que estaba en su área, pero entre pifias e impedimentos, Laimer se encontró con la pelota, se la cedió a Kane y el goleador fue lo suficientemente inteligente para descargar simple a la posición frontal del francés Olise: abrió su zurda y un Marchesín algo tapado no llegó a desviar un remate que no terminó siendo del todo esquinado.

Otra vez a luchar desde (muy) atrás para Boca, aunque ahora con un margen pequeñísimo. Porque aunque fueron ocho los minutos adicionados por el iraní, ya Boca no tuvo aire para arrimarse siquiera al área custodiada por el alemán.

La historia de Boca y el novedoso Mundial de Clubes no se terminó, pero sí quedó en el límite: tiene la obligación golear por mucho al débil Auckland City (sufrió 16 tantos entre los partidos ante Bayern -10- y Benfica -6-), aunque aun lográndolo depende del triunfo de los teutones -que ya están clasificados- sobre los portugueses. Quizás, la gran esperanza radique en la búsqueda de Bayern por luchar con uñas, dientes y mucho fútbol el cuidado de la primera plaza del grupo C que goza por ganarle al equipo de Russo.

Boca estuvo aturdido en el primer tiempo, salió con otro espíritu al segundo y otra vez no alcanzó: Bayern Munich se quedó con el duelo por 2-1 a falta de apenas siete minutos, tiempo restante prácticamente idéntico al que Benfica disfrutó para quitarle el lunes pasado dos puntos muy valiosos. Si bien los alemanes le perdonaron varias vidas desde el gol de Harry Kane en el primer período, en el complemento debieron lidiar contra el corazón argentino, que tuvo en Miguel Merentiel una obra de arte con la que igualó la historia, pero tras una batalla en el área encontró el triunfo agónico en la zurda de Michael Olise. No está eliminado del Mundial de Clubes, pero deberá hacer (mucho) y alentar al verdugo de esta noche en Miami.

Siete minutos marcaba el reloj cuando Lautaro Blanco no escuchó las indicaciones de Agustín Marchesín, que estaba libre para recibir la pelota, y el lateral la mandó al tiro de esquina. Allí fue Olise con su zurda, lanzando un centro bien cerrado que llamativamente el arquero no pudo tomar, por lo que la pelota entró al arco por el segundo palo. Era 1-0 para Bayern, pero el árbitro Alireza Faghani sería convocado al monitor del VAR: una clara carga de Serge Gnabry sobre el ‘1′ impidió intervención del arquero de Boca en el gol, por lo que el juez anuló el tanto teutón.

Con la costumbre argentina, una gran cantidad de jugadores de Boca acompañaron al juez iraní hasta las cercanías de la pantalla, aunque el más insistente fue el propio Marchesín. El hombre surgido en Lanús se mantuvo en la mitad de la cancha, incluso, cuando el juez ya había explicado la acción y avisado la sanción de la jugada. En vez de reponer el juego inmediatamente desde su arco, Marchesín siguió reclamando. Llamativo.

Poco le duró la tranquilidad a Boca. Porque diez minutos más tarde, Luis Advíncula cerraría con zurda, de buena manera, un centro peligroso del lateral-volante Konrad Laimer, pero tuvo la mala fortuna de que la pelota quedara en los pies de Harry Kane en la puerta del área: al inglés le rebotó en el control, pero ese adelantamiento le permitió sacar un rápido zurdazo cruzado que venció al arquero argentino, que se estiró, pero no llegó. Bayern se ponía 1-0.

No estuvo cómodo el equipo de Miguel Ángel Russo en el desarrollo. No logró aquel ímpetu que lo destacó en el primer tiempo contra Benfica y, en cambio, Bayern estuvo cerca más de una vez para aumentar el marcador en el primer capítulo.

Sin embargo, Boca también tendría dos ocasiones, una más clara que otra, pero ambas desprendidas de la zurda de Kevin Zenón. La primera, a la media hora de juego, fue producto de una falta al límite del área que le cometió Raphael Guerreiro al propio correntino: el remate directo lo encontró bien plantado a Manuel Neuer, que respondió extrañamente con los puños hacia el córner.

La siguiente ocurriría dos minutos más tarde. Un centro de Blanco pasado pero peligroso para Carlos Palacios forzó una peinada corta del lateral portugués, que le dejó servida la pelota al exhombre de Unión en la proximidad al área chica. Controló, se orientó mejor y sacó un tiro potente que, ahora sí, encontraría una reacción típica del arquero campeón del mundo en 2014, a puro reflejo y a una mano (la derecha).

Boca se fue en desventaja al entretiempo, pero con el corazón aún latiendo gracias a la vida que le perdonó varias veces Bayern Munich.

Y lo hizo valer en un segundo tiempo bastante más parejo. Muy trabado, con un Boca algo más cerrado para combatir las incursiones por dentro que intentaron los veloces extremos del conjunto que dirige el belga Vincent Kompany. Es que la llave la tenía, cuándo no, Miguel Merentiel.

Transcurrían 20 minutos cuando le quitaron la pelota a Olise en la puerta del área azul y oro y comenzó el ataque. Lautaro Di Lollo trasladó unos metros, abrió para Alan Velasco y el entendimiento funcionó perfecto. El atacante vio desde atrás de mitad de la cancha el pique del uruguayo a la espalda del grandote Jonathan Tah, lanzó el pase punzante y el goleador comenzó una maniobra memorable: eludió el cierre del croata Josip Stanisic tocando por un lado y yendo a buscar por el otro y le sobró frialdad para definir por encima del achique de Neuer. Explotó el Hard Rock Stadium. Golazo inolvidable.

Boca estaba dejando el corazón, las piernas ya estaban desgastándose, pero la lucha por aguantar el punto seguía. Sin embargo, cuando poco faltaba para el final (otra vez, como en el cabezazo de Nicolás Otamendi) de una manera insólita, a los golpes, los alemanes se pondrían en ventaja nuevamente.

A los 38 minutos, Boca empezó a zapatear para rechazar una pelota que estaba en su área, pero entre pifias e impedimentos, Laimer se encontró con la pelota, se la cedió a Kane y el goleador fue lo suficientemente inteligente para descargar simple a la posición frontal del francés Olise: abrió su zurda y un Marchesín algo tapado no llegó a desviar un remate que no terminó siendo del todo esquinado.

Otra vez a luchar desde (muy) atrás para Boca, aunque ahora con un margen pequeñísimo. Porque aunque fueron ocho los minutos adicionados por el iraní, ya Boca no tuvo aire para arrimarse siquiera al área custodiada por el alemán.

La historia de Boca y el novedoso Mundial de Clubes no se terminó, pero sí quedó en el límite: tiene la obligación golear por mucho al débil Auckland City (sufrió 16 tantos entre los partidos ante Bayern -10- y Benfica -6-), aunque aun lográndolo depende del triunfo de los teutones -que ya están clasificados- sobre los portugueses. Quizás, la gran esperanza radique en la búsqueda de Bayern por luchar con uñas, dientes y mucho fútbol el cuidado de la primera plaza del grupo C que goza por ganarle al equipo de Russo.

 Kane anotó el primer tanto del partido, lo igualó Merentiel y Olise puso el 2-1 en el epílogo  LA NACION

Read More

Related Articles

Back to top button
Close
Close