Nuevos medicamentos: la ciencia avanza hacia una generación más potente, accesible y fácil de tomar

Los médicos califican a los nuevos medicamentos para bajar de peso como revolucionarios, capaces de cambiar las reglas del juego. Sin precedentes. Pronto, también podrían llamarlos obsoletos.
Las farmacéuticas están compitiendo para desarrollar una nueva generación de medicamentos contra la obesidad y la diabetes que esperan sean aún más potentes que los que ya están en el mercado.
“Creo que lo que vamos a ver muy pronto es que Wegovy ha recibido mucha atención mediática, porque fue el primero”, dijo Simon Cork, profesor en Anglia Ruskin University en Inglaterra. “Pero será rápidamente superado por medicamentos mucho más potentes”.
Cómo se prepara el caldo de huesos que aporta colágeno y es antiinflamatorio
El sábado, investigadores presentaron datos en la reunión anual de la Asociación Americana de Diabetes sobre quizás el más esperado de estos medicamentos: una píldora diaria. Un estudio en fase avanzada mostró que el fármaco, llamado orforglipron, parece ser tan eficaz como una inyección semanal de Ozempic para inducir pérdida de peso y reducir el azúcar en sangre. Es solo uno de más de una docena de medicamentos experimentales cuyos datos se presentarán este fin de semana en el congreso.
Algunos aún están en etapas iniciales, pero otros podrían llegar al mercado el próximo año. Incluyen medicamentos que podrían generar más pérdida de peso que el 15% a 20% del peso corporal que se pierde con los actuales. También podrían ser más fáciles de tomar que las inyecciones semanales y ayudar a perder peso sin tanta pérdida muscular. Más competencia —y, en el caso de la píldora, costos de producción más bajos— podría significar que, eventualmente, los pacientes paguen menos.
“Mucha gente dice: ‘Ya tenemos Ozempic, todo está bien’”, dijo Megan Capozzi, profesora asistente en la Universidad de Washington. “Pero creo que hay mucho por mejorar”.
Más comodidad, menos pérdida muscular
Se estima que uno de cada ocho adultos en EE.UU. ya ha tomado medicamentos como Wegovy o Zepbound. Pero los investigadores creen que muchas más personas usarían —y continuarían usando— estos medicamentos si no requirieran inyecciones semanales.
Simplemente, dijo Capozzi, “la gente prefiere tomar píldoras antes que inyecciones”.
Por eso médicos e inversores están tan entusiasmados con orforglipron. Al igual que Ozempic, imita una hormona que regula el azúcar y suprime el apetito. En los datos presentados, los investigadores que siguieron a más de 500 pacientes con diabetes tipo 2 informaron que aquellos con la dosis más alta perdieron en promedio unos siete kilos en nueve meses. Alrededor de dos tercios también lograron niveles de azúcar dentro del rango objetivo.
Si se usa en personas con obesidad, no solo diabetes, quienes tengan mayor sobrepeso podrían perder aún más kilos, explicó el Dr. Scott Hagan de la Universidad de Washington.
Eli Lilly, la farmacéutica que fabrica la píldora, presentará más datos sobre orforglipron en personas con obesidad este año. Buscará primero aprobación para obesidad y luego para diabetes tipo 2. Podría estar disponible tan pronto como el próximo año.
La empresa no ha dicho cuánto costará, pero producir píldoras en masa suele ser más barato que inyecciones. Si el precio es significativamente más bajo que los actuales -que rondan los cientos o mil dólares por mes- más pacientes podrían acceder al tratamiento. Incluso más aseguradoras podrían cubrirlo.
Próximamente también se presentarán datos sobre otros fármacos que podrían ser más cómodos que las inyecciones semanales, como MariTide, una inyección mensual desarrollada por Amgen.
Algunos nuevos medicamentos buscan evitar una pérdida excesiva de masa muscular, efecto común en los tratamientos actuales. Esto puede ser peligroso para adultos mayores porque los hace más propensos a caídas y osteoporosis.
Uno de los fármacos experimentales combina la sustancia de Ozempic con un compuesto que bloquea receptores relacionados con músculo y grasa. Otros simulan la hormona amilina, que en estudios en roedores preservó tejido muscular magro, aunque se necesitan más datos en humanos. Algunos científicos siguen escépticos de que se pueda perder peso significativamente sin perder algo de músculo.
Potencial para aún más pérdida de peso
Aunque estos nuevos medicamentos podrían ofrecer más comodidad o proteger la masa muscular, todavía no está claro si lograrán una mayor pérdida de peso.
Había grandes expectativas con CagriSema, una inyección semanal que combina la sustancia de Ozempic con un nuevo compuesto. Novo Nordisk esperaba lograr una pérdida de peso del 25%, pero los primeros resultados quedaron cortos: un 23% tras un año. No fue suficiente para superar a Zepbound, actualmente el más efectivo.
Pero otros fármacos más incipientes parecen prometedores, como retatrutide, una inyección semanal que superó los resultados de Zepbound en ensayos tempranos. Aunque aún está lejos de su aprobación.
El mejor jugo para limpiar el hígado y eliminar el mal aliento: así se prepara
Incluso si los próximos fármacos solo igualan la efectividad de los actuales, su impacto podría ser grande. Un medicamento más barato o cómodo podría ayudar a más personas a mantenerse en tratamiento.
Se supone que estos medicamentos se tomen de por vida; si se interrumpen, la mayoría de los pacientes recuperan el peso. Pero se estima que más de la mitad abandona el tratamiento en un año, ya sea por costos, efectos secundarios o falta de stock. Estas interrupciones explican por qué en la vida real se pierde menos peso que en los ensayos clínicos.
Muchos de los nuevos fármacos funcionan de forma ligeramente diferente a los actuales, lo que podría significar que algunas personas respondan mejor, dijo Hagan. Actualmente, un 15% de los pacientes no pierde peso de forma significativa con los fármacos disponibles.
Cuantas más opciones haya, mejor podrán los médicos elegir la más adecuada para cada paciente, agregó Hagan.“Estamos saliendo de la fase inicial de ‘wow, al fin hay medicamentos seguros y efectivos’”, dijo. “Ahora tenemos un menú de opciones”.
Los médicos califican a los nuevos medicamentos para bajar de peso como revolucionarios, capaces de cambiar las reglas del juego. Sin precedentes. Pronto, también podrían llamarlos obsoletos.
Las farmacéuticas están compitiendo para desarrollar una nueva generación de medicamentos contra la obesidad y la diabetes que esperan sean aún más potentes que los que ya están en el mercado.
“Creo que lo que vamos a ver muy pronto es que Wegovy ha recibido mucha atención mediática, porque fue el primero”, dijo Simon Cork, profesor en Anglia Ruskin University en Inglaterra. “Pero será rápidamente superado por medicamentos mucho más potentes”.
Cómo se prepara el caldo de huesos que aporta colágeno y es antiinflamatorio
El sábado, investigadores presentaron datos en la reunión anual de la Asociación Americana de Diabetes sobre quizás el más esperado de estos medicamentos: una píldora diaria. Un estudio en fase avanzada mostró que el fármaco, llamado orforglipron, parece ser tan eficaz como una inyección semanal de Ozempic para inducir pérdida de peso y reducir el azúcar en sangre. Es solo uno de más de una docena de medicamentos experimentales cuyos datos se presentarán este fin de semana en el congreso.
Algunos aún están en etapas iniciales, pero otros podrían llegar al mercado el próximo año. Incluyen medicamentos que podrían generar más pérdida de peso que el 15% a 20% del peso corporal que se pierde con los actuales. También podrían ser más fáciles de tomar que las inyecciones semanales y ayudar a perder peso sin tanta pérdida muscular. Más competencia —y, en el caso de la píldora, costos de producción más bajos— podría significar que, eventualmente, los pacientes paguen menos.
“Mucha gente dice: ‘Ya tenemos Ozempic, todo está bien’”, dijo Megan Capozzi, profesora asistente en la Universidad de Washington. “Pero creo que hay mucho por mejorar”.
Más comodidad, menos pérdida muscular
Se estima que uno de cada ocho adultos en EE.UU. ya ha tomado medicamentos como Wegovy o Zepbound. Pero los investigadores creen que muchas más personas usarían —y continuarían usando— estos medicamentos si no requirieran inyecciones semanales.
Simplemente, dijo Capozzi, “la gente prefiere tomar píldoras antes que inyecciones”.
Por eso médicos e inversores están tan entusiasmados con orforglipron. Al igual que Ozempic, imita una hormona que regula el azúcar y suprime el apetito. En los datos presentados, los investigadores que siguieron a más de 500 pacientes con diabetes tipo 2 informaron que aquellos con la dosis más alta perdieron en promedio unos siete kilos en nueve meses. Alrededor de dos tercios también lograron niveles de azúcar dentro del rango objetivo.
Si se usa en personas con obesidad, no solo diabetes, quienes tengan mayor sobrepeso podrían perder aún más kilos, explicó el Dr. Scott Hagan de la Universidad de Washington.
Eli Lilly, la farmacéutica que fabrica la píldora, presentará más datos sobre orforglipron en personas con obesidad este año. Buscará primero aprobación para obesidad y luego para diabetes tipo 2. Podría estar disponible tan pronto como el próximo año.
La empresa no ha dicho cuánto costará, pero producir píldoras en masa suele ser más barato que inyecciones. Si el precio es significativamente más bajo que los actuales -que rondan los cientos o mil dólares por mes- más pacientes podrían acceder al tratamiento. Incluso más aseguradoras podrían cubrirlo.
Próximamente también se presentarán datos sobre otros fármacos que podrían ser más cómodos que las inyecciones semanales, como MariTide, una inyección mensual desarrollada por Amgen.
Algunos nuevos medicamentos buscan evitar una pérdida excesiva de masa muscular, efecto común en los tratamientos actuales. Esto puede ser peligroso para adultos mayores porque los hace más propensos a caídas y osteoporosis.
Uno de los fármacos experimentales combina la sustancia de Ozempic con un compuesto que bloquea receptores relacionados con músculo y grasa. Otros simulan la hormona amilina, que en estudios en roedores preservó tejido muscular magro, aunque se necesitan más datos en humanos. Algunos científicos siguen escépticos de que se pueda perder peso significativamente sin perder algo de músculo.
Potencial para aún más pérdida de peso
Aunque estos nuevos medicamentos podrían ofrecer más comodidad o proteger la masa muscular, todavía no está claro si lograrán una mayor pérdida de peso.
Había grandes expectativas con CagriSema, una inyección semanal que combina la sustancia de Ozempic con un nuevo compuesto. Novo Nordisk esperaba lograr una pérdida de peso del 25%, pero los primeros resultados quedaron cortos: un 23% tras un año. No fue suficiente para superar a Zepbound, actualmente el más efectivo.
Pero otros fármacos más incipientes parecen prometedores, como retatrutide, una inyección semanal que superó los resultados de Zepbound en ensayos tempranos. Aunque aún está lejos de su aprobación.
El mejor jugo para limpiar el hígado y eliminar el mal aliento: así se prepara
Incluso si los próximos fármacos solo igualan la efectividad de los actuales, su impacto podría ser grande. Un medicamento más barato o cómodo podría ayudar a más personas a mantenerse en tratamiento.
Se supone que estos medicamentos se tomen de por vida; si se interrumpen, la mayoría de los pacientes recuperan el peso. Pero se estima que más de la mitad abandona el tratamiento en un año, ya sea por costos, efectos secundarios o falta de stock. Estas interrupciones explican por qué en la vida real se pierde menos peso que en los ensayos clínicos.
Muchos de los nuevos fármacos funcionan de forma ligeramente diferente a los actuales, lo que podría significar que algunas personas respondan mejor, dijo Hagan. Actualmente, un 15% de los pacientes no pierde peso de forma significativa con los fármacos disponibles.
Cuantas más opciones haya, mejor podrán los médicos elegir la más adecuada para cada paciente, agregó Hagan.“Estamos saliendo de la fase inicial de ‘wow, al fin hay medicamentos seguros y efectivos’”, dijo. “Ahora tenemos un menú de opciones”.
Nuevos datos muestran cuán poderosos podrían ser estos remedios contra la obesidad y la diabetes LA NACION