Tragedia en Villa Devoto | Carlos Damin, toxicólogo: “Tener un muerto por monóxido de carbono es algo 100% prevenible”

La tragedia en Villa Devoto que dejó cinco muertos por intoxicación con monóxido de carbono puso sobre la mesa un debate que aparece todos los inviernos: el mantenimiento de los sistemas de calefacción.
Para referirse al caso, el toxicólogo Carlos Damin pasó por los estudios de LN+, donde se mostró taxativo: “A esa familia le pasó algo que no puede pasar en 2025. Tener un muerto por monóxido de carbono es algo 100% prevenible”.
“En lo que va del año ya hubo más de 500 intoxicados por monóxido de carbono reportados, es decir que quizás sean muchos más”, graficó Damin. Según el profesional, “si en invierno dentro de nuestras casas tenemos dolores de cabeza o malestar de la nada, es altamente probable que sea por la forma de calefaccionarnos”.
Consultado por LN+ sobre las estufas de tiro balanceado, Damin manifestó: “son ultra seguras en tanto y en cuanto se las mantenga. La gente suele comprarlas y no les hace mantenimiento durante quince años”. “Estas estufas son de chapa y con el tiempo la chapa se corroe, generando orificios por donde se genera la pérdida de gases malignos”.
Sobre la prevención de este tipo de casos, Damin explicó: “Siempre hay que atender a los síntomas cardinales: náuseas, mareos, vómitos y cefaleas. Si sentimos algo de eso, primero abrimos la ventana y después vemos qué hacemos”.
Por último, aconsejó: “Nadie puede irse a dormir con un sistema de calefacción que sea de llama”.
Quiénes son las víctimas del monóxido de carbono fallecidas en la casa de Villa Devoto
“Hace años que los veo acá, todos los días juntos. Ella limpiaba la vereda, él hablaba con los vecinos en la plaza. Hacíamos cosas juntos: cortar ramas, pedir cosas a la comuna. Siempre estaban desde la mañana hasta el mediodía ayudando al barrio”, cuenta Raúl Tolosa, encargado de la Federación Solidaria de Jubilados y Pensionados, a LA NACION. Habla con la vista fija en la casa de ladrillo a la vista de Sanabria 3768, en Villa Devoto. Cada vez que nombra a Demetrio De Nastchokine y a Graciela Just no puede evitar llorar.
Raúl los conocía de todos los días. La sede de jubilados funciona a pocos metros de la casa familiar. Demetrio, de 79 años, y Graciela, de 74, vivieron allí toda la vida. Demetrio fue profesor en Ciencias Económicas, licenciado en Administración, magíster en Educación, docente del Colegio Militar de la Nación, director de la carrera de Administración y coordinador de publicaciones académicas. Pero para Raúl era más simple: “Para mí era Demetrio, el vecino de siempre. El que salía con la escoba. El que me decía jefe de cariño. Charlábamos todos los días”, dice, completamente compungido.
La tragedia en Villa Devoto que dejó cinco muertos por intoxicación con monóxido de carbono puso sobre la mesa un debate que aparece todos los inviernos: el mantenimiento de los sistemas de calefacción.
Para referirse al caso, el toxicólogo Carlos Damin pasó por los estudios de LN+, donde se mostró taxativo: “A esa familia le pasó algo que no puede pasar en 2025. Tener un muerto por monóxido de carbono es algo 100% prevenible”.
“En lo que va del año ya hubo más de 500 intoxicados por monóxido de carbono reportados, es decir que quizás sean muchos más”, graficó Damin. Según el profesional, “si en invierno dentro de nuestras casas tenemos dolores de cabeza o malestar de la nada, es altamente probable que sea por la forma de calefaccionarnos”.
Consultado por LN+ sobre las estufas de tiro balanceado, Damin manifestó: “son ultra seguras en tanto y en cuanto se las mantenga. La gente suele comprarlas y no les hace mantenimiento durante quince años”. “Estas estufas son de chapa y con el tiempo la chapa se corroe, generando orificios por donde se genera la pérdida de gases malignos”.
Sobre la prevención de este tipo de casos, Damin explicó: “Siempre hay que atender a los síntomas cardinales: náuseas, mareos, vómitos y cefaleas. Si sentimos algo de eso, primero abrimos la ventana y después vemos qué hacemos”.
Por último, aconsejó: “Nadie puede irse a dormir con un sistema de calefacción que sea de llama”.
Quiénes son las víctimas del monóxido de carbono fallecidas en la casa de Villa Devoto
“Hace años que los veo acá, todos los días juntos. Ella limpiaba la vereda, él hablaba con los vecinos en la plaza. Hacíamos cosas juntos: cortar ramas, pedir cosas a la comuna. Siempre estaban desde la mañana hasta el mediodía ayudando al barrio”, cuenta Raúl Tolosa, encargado de la Federación Solidaria de Jubilados y Pensionados, a LA NACION. Habla con la vista fija en la casa de ladrillo a la vista de Sanabria 3768, en Villa Devoto. Cada vez que nombra a Demetrio De Nastchokine y a Graciela Just no puede evitar llorar.
Raúl los conocía de todos los días. La sede de jubilados funciona a pocos metros de la casa familiar. Demetrio, de 79 años, y Graciela, de 74, vivieron allí toda la vida. Demetrio fue profesor en Ciencias Económicas, licenciado en Administración, magíster en Educación, docente del Colegio Militar de la Nación, director de la carrera de Administración y coordinador de publicaciones académicas. Pero para Raúl era más simple: “Para mí era Demetrio, el vecino de siempre. El que salía con la escoba. El que me decía jefe de cariño. Charlábamos todos los días”, dice, completamente compungido.
El especialista visitó los estudios de LN+ para analizar el hecho que dejó cinco personas muertas por un escape de gas; “Siempre hay que atender a los síntomas cardinales: náusea, mareos, vómito y cefalea”, aseguró LA NACION