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Iba a la escuela en Los Ángeles y llevaba más de 10 años en EE.UU., pero el ICE la deportó a un país que no recuerda

La vida de Nory Sontay Ramos, una destacada atleta y alumna de un colegio secundario de Los Ángeles, cambió por completo en menos de una semana. Tras presentarse junto a su madre a una cita migratoria de rutina, fueron detenidas por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y deportadas a Guatemala, un país del cual la joven había emigrado hace más de una década y que no recuerda. “Estoy muy triste por todo”, afirmó.

La cita migratoria de rutina que terminó en deportación

El 30 de junio, Nory, de 17 años, y su madre, Estela Ramos, acudieron como tantas otras veces a una cita con las autoridades de inmigración. No esperaban problemas. Su madre explicó que un abogado les había dicho que todo estaría en orden. Sin embargo, lo que parecía un procedimiento de rutina se transformó en una detención inmediata. “El ICE nos llevó a una habitación y terminaron diciéndole a mi mamá: ‘Su caso está cerrado, así que tenemos que llevarlos con nosotros’”, relató la chica a The 19th.

Nory y su madre fueron deportadas a Guatemala, tras más de una década en EEUU

A la mañana siguiente, fueron trasladadas a un centro de detención Texas y cinco días más tarde, el 4 de julio, fueron deportadas a Guatemala, su país de origen. Todo fue tan rápido que no tuvieron tiempo de avisar a sus familiares para que las recibieran.

Con ayuda de internet, lograron contactar a una hermana mayor de Nory y ahora viven con ella en un paraje rural y desconocido. “Dormir y comer ha sido difícil”, contó la adolescente, quien dijo que si bien se reencontró con sus hermanos mayores después de 11 años “esperaba verlos de otra manera, no así”.

Ni Nory ni su madre comprenden cómo fue cerrado el caso ni por qué ocurrió tan rápido. Su abogado presentó una moción ante la Junta de Apelaciones de Inmigración, pero no recibió respuesta.

En solo cinco días, Nory y su madre fueron expulsadas de EEUU

Una estudiante destacada, con más de 10 años en EE.UU.

Nory llegó a Estados Unidos en 2014 cuando tenía solo seis años. Su madre había emigrado con ella, tras haber sido agredida por un familiar vinculado a una pandilla. Huyeron de su país con la esperanza de reconstruir su vida en Los Ángeles, donde ya residían otros parientes.

El padre de Nory, que se quedó en Guatemala junto a sus tres hijos mayores, murió poco después de que su esposa y su hija menor emigraran.

Cuando arribaron a EE.UU., a la joven le costó integrarse en la escuela. Hablaba quiché (una lengua aborigen guatemalteca), no dominaba el español ni tampoco el inglés. Una prima que vivía en Los Ángeles la ayudó. “Cuando llegó a Estados Unidos, mi hermana menor era prácticamente su única amiga en la escuela porque no conocía a nadie y por la barrera del idioma”, explicó Jennifer Ramos.

Nory y su prima, en el colegio de Los Ángeles

Con el tiempo, Nory se adaptó. Se destacó en atletismo y se convirtió en una estudiante aplicada. Recibió varios reconocimientos escolares por su desempeño. Este iba a ser su último año en el colegio secundario y lo esperaba ansiosa.

Jennifer, su prima, expresó su tristeza por lo ocurrido: “Es injusto que una joven estudiante como ella haya sido detenida. Es la persona más merecedora. Esto debería ser la menor de sus preocupaciones”.

Sus familiares y amigos iniciaron una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe para pagar sus gastos de representación legal y luchar por su regreso a Estados Unidos.

La vida de Nory Sontay Ramos, una destacada atleta y alumna de un colegio secundario de Los Ángeles, cambió por completo en menos de una semana. Tras presentarse junto a su madre a una cita migratoria de rutina, fueron detenidas por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) y deportadas a Guatemala, un país del cual la joven había emigrado hace más de una década y que no recuerda. “Estoy muy triste por todo”, afirmó.

La cita migratoria de rutina que terminó en deportación

El 30 de junio, Nory, de 17 años, y su madre, Estela Ramos, acudieron como tantas otras veces a una cita con las autoridades de inmigración. No esperaban problemas. Su madre explicó que un abogado les había dicho que todo estaría en orden. Sin embargo, lo que parecía un procedimiento de rutina se transformó en una detención inmediata. “El ICE nos llevó a una habitación y terminaron diciéndole a mi mamá: ‘Su caso está cerrado, así que tenemos que llevarlos con nosotros’”, relató la chica a The 19th.

Nory y su madre fueron deportadas a Guatemala, tras más de una década en EEUU

A la mañana siguiente, fueron trasladadas a un centro de detención Texas y cinco días más tarde, el 4 de julio, fueron deportadas a Guatemala, su país de origen. Todo fue tan rápido que no tuvieron tiempo de avisar a sus familiares para que las recibieran.

Con ayuda de internet, lograron contactar a una hermana mayor de Nory y ahora viven con ella en un paraje rural y desconocido. “Dormir y comer ha sido difícil”, contó la adolescente, quien dijo que si bien se reencontró con sus hermanos mayores después de 11 años “esperaba verlos de otra manera, no así”.

Ni Nory ni su madre comprenden cómo fue cerrado el caso ni por qué ocurrió tan rápido. Su abogado presentó una moción ante la Junta de Apelaciones de Inmigración, pero no recibió respuesta.

En solo cinco días, Nory y su madre fueron expulsadas de EEUU

Una estudiante destacada, con más de 10 años en EE.UU.

Nory llegó a Estados Unidos en 2014 cuando tenía solo seis años. Su madre había emigrado con ella, tras haber sido agredida por un familiar vinculado a una pandilla. Huyeron de su país con la esperanza de reconstruir su vida en Los Ángeles, donde ya residían otros parientes.

El padre de Nory, que se quedó en Guatemala junto a sus tres hijos mayores, murió poco después de que su esposa y su hija menor emigraran.

Cuando arribaron a EE.UU., a la joven le costó integrarse en la escuela. Hablaba quiché (una lengua aborigen guatemalteca), no dominaba el español ni tampoco el inglés. Una prima que vivía en Los Ángeles la ayudó. “Cuando llegó a Estados Unidos, mi hermana menor era prácticamente su única amiga en la escuela porque no conocía a nadie y por la barrera del idioma”, explicó Jennifer Ramos.

Nory y su prima, en el colegio de Los Ángeles

Con el tiempo, Nory se adaptó. Se destacó en atletismo y se convirtió en una estudiante aplicada. Recibió varios reconocimientos escolares por su desempeño. Este iba a ser su último año en el colegio secundario y lo esperaba ansiosa.

Jennifer, su prima, expresó su tristeza por lo ocurrido: “Es injusto que una joven estudiante como ella haya sido detenida. Es la persona más merecedora. Esto debería ser la menor de sus preocupaciones”.

Sus familiares y amigos iniciaron una campaña de recaudación de fondos en GoFundMe para pagar sus gastos de representación legal y luchar por su regreso a Estados Unidos.

 Una joven estudiante y su madre, tras más de una década en EE.UU., fueron deportadas por ICE a un país que no recuerdan. Un registro rutinario desencadenó su expulsión.  LA NACION

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