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Independiente regaló un tiempo, se complicó, pero rescató un empate y… en el final casi lo gana

Regalar un tiempo cuando no se está sobrado de herramientas para solucionarlo es en nuestro modesto fútbol patrio un pecado que garantiza múltiples complicaciones. Las sufrió Independiente ante Sarmiento. Quizás estimulado por el sol casi primaveral de la tarde de Junín, el equipo de Julio Vaccari se durmió una larga siesta de 45 minutos, cuya consecuencia fue padecer para rescatar cerca del final un laborioso, aunque también merecido, 2 a 2. Incluso hasta tuvo una última chance clara para llevarse los tres puntos.

Más conversadas que concretas en salidas y llegadas, las vacaciones y la pretemporada sacaron de foco a Independiente. El invierno enfrió más de la cuenta el espíritu positivo que gobernó al equipo en el semestre que inauguró la temporada, con la marcha del colombiano Álvaro Angulo como factor más desequilibrante.

Sarmiento de Junin vs Independiente

Sin la Pantera, acusado de “mercenario” por muchos hinchas que tampoco ahorran críticas para la dirigencia por su manejo de la situación, el lateral izquierdo quedó huérfano hasta el arribo de un reemplazo. Tal es así que el técnico debió evaluar parches de emergencia para arrancar el torneo. Decidió en principio dejar en el banco a Jonathan De Irastorza, el único 3 “natural” que quedó en el plantel, para cambiar de perfil a Federico Vera. El fracaso del experimento motivó el retraso de Santiago Montiel durante un rato del segundo tiempo y directamente jugar sin marcador de punta cuando el reloj acechaba y el Rojo buscaba la igualdad.

Pero además, Kevin Lomónaco y Felipe Loyola se sienten en un limbo, ambos a la espera de ofertas firmes para hacer las valijas rumbo al exterior, e Ignacio Pussetto llegó a última hora (se incorporó el sábado y se espera su estreno la semana que viene). ¿Pudieron ser estas las razones para explicar la paupérrima primera mitad del Rojo en el estadio Eva Perón? Será posiblemente una de las materias de análisis para el cuerpo técnico y los jugadores. Fue, sin duda, una actuación que recordó un pasado no tan lejano del equipo.

Lo mejor del partido

Lento, impreciso, suficientemente desconcentrado como para no captar que el rival le proponía presión física y futbolística para cerrarle los caminos y como inicio para los contraataques, Independiente se entregó mansamente al planteo de su rival, y la desventaja con la que acabó el entretiempo fue el precio a pagar.

Hay futbolistas que, en estos casos, sirven de termómetro para medir la realidad. Por ejemplo, Luciano Cabral. Es en este tipo de partidos donde el Rojo necesita más que nunca al 10 mendocino-chileno. Para crear juego, para descubrir espacios donde en principio no los hay o para abrirlos a base de pisada y gambeta.

En esa etapa inicial, Cabral no volcó en la cancha ninguna de esas facetas. Peor aún, fue el punto de partida del primer gol local, con un pase de dos metros que comprometió a Iván Marcone, quien tampoco reaccionó bien a la presión de Elián Giménez que lanzó la contra bien definida por Joaquín Ardaiz. Incluso pudo ser expulsado si Daniel Zamora (árbitro debutante, que demostró tanta inseguridad y poca coherencia que casi todos sus colegas) no hubiese compensado la exagerada tarjeta amarilla que le enseñó por un leve agarrón de camiseta por la vista gorda que hizo ante un posterior pisotón a Joel Godoy.

El enganche visitante aparecería 30 segundos después del descanso para filtrar una gran cortada a Leonel Godoy, cuyo centro corto empujó Gabriel Ávalos para el 1-1. Y aunque con altibajos, sus prestaciones en la parte final se parecieron más a las que despertaron ilusiones y elogios meses atrás. Con Cabral más enchufado y el empuje general le alcanzaron al Rojo para mejorar la imagen y hasta para sobreponerse a la volea imprevista de Giménez (el de rendimiento más parejo dentro de un encuentro de tono menor) que había puesto el 2-1 para el Verde a los 10 de la etapa de cierre.

Sarmiento de Junin vs Independiente

La presentación de Independiente en el torneo dejó pocas cosas más para el apunte. Fue promisorio el estreno de Leonardo Godoy en ataque, llegando con ambición y profundidad, ya sea por dentro o por fuera, para hacer tándem con Walter Mazzantti; aunque al mismo tiempo dio ventajas en las tareas defensivas. Dejó escasas marcas en el juego y aún menos en las cercanías del área rival el ex extremo derecho de Huracán. No cometió errores atrás Nicolás Freire, titular por la baja de Sebastián Valdez.

Tuvo sí Independiente carácter para remontar la situación en la que se metió por deméritos propios. Sarmiento, que expuso sin ningún pudor toda su modestia y quedó más que satisfecho con el punto conseguido, se fue retrasando en el campo a medida que empezaron a faltarle piernas para sostener la presión en mitad de cancha, y el encierro alrededor de Lucas Acosta le costó el empate (centro pasado de Montiel y tres cabezazos consecutivos de Ávalos, Federico Mancuello y Felipe Loyola a los 37). Hasta pudo ser peor en el descuento. Iban 50 cuando el arquero le tapó el disparo a Mancuello y 52 cuando a Santiago Hidalgo le faltó un centímetro para empujar en la boca del arco un zurdazo cruzado de Diego Tarzia.

Regaló un tiempo Independiente y sufrió para rescatar un empate. Las 15 fechas restantes dirán si en el muy discreto debut sumó un punto o restó dos.

Regalar un tiempo cuando no se está sobrado de herramientas para solucionarlo es en nuestro modesto fútbol patrio un pecado que garantiza múltiples complicaciones. Las sufrió Independiente ante Sarmiento. Quizás estimulado por el sol casi primaveral de la tarde de Junín, el equipo de Julio Vaccari se durmió una larga siesta de 45 minutos, cuya consecuencia fue padecer para rescatar cerca del final un laborioso, aunque también merecido, 2 a 2. Incluso hasta tuvo una última chance clara para llevarse los tres puntos.

Más conversadas que concretas en salidas y llegadas, las vacaciones y la pretemporada sacaron de foco a Independiente. El invierno enfrió más de la cuenta el espíritu positivo que gobernó al equipo en el semestre que inauguró la temporada, con la marcha del colombiano Álvaro Angulo como factor más desequilibrante.

Sarmiento de Junin vs Independiente

Sin la Pantera, acusado de “mercenario” por muchos hinchas que tampoco ahorran críticas para la dirigencia por su manejo de la situación, el lateral izquierdo quedó huérfano hasta el arribo de un reemplazo. Tal es así que el técnico debió evaluar parches de emergencia para arrancar el torneo. Decidió en principio dejar en el banco a Jonathan De Irastorza, el único 3 “natural” que quedó en el plantel, para cambiar de perfil a Federico Vera. El fracaso del experimento motivó el retraso de Santiago Montiel durante un rato del segundo tiempo y directamente jugar sin marcador de punta cuando el reloj acechaba y el Rojo buscaba la igualdad.

Pero además, Kevin Lomónaco y Felipe Loyola se sienten en un limbo, ambos a la espera de ofertas firmes para hacer las valijas rumbo al exterior, e Ignacio Pussetto llegó a última hora (se incorporó el sábado y se espera su estreno la semana que viene). ¿Pudieron ser estas las razones para explicar la paupérrima primera mitad del Rojo en el estadio Eva Perón? Será posiblemente una de las materias de análisis para el cuerpo técnico y los jugadores. Fue, sin duda, una actuación que recordó un pasado no tan lejano del equipo.

Lo mejor del partido

Lento, impreciso, suficientemente desconcentrado como para no captar que el rival le proponía presión física y futbolística para cerrarle los caminos y como inicio para los contraataques, Independiente se entregó mansamente al planteo de su rival, y la desventaja con la que acabó el entretiempo fue el precio a pagar.

Hay futbolistas que, en estos casos, sirven de termómetro para medir la realidad. Por ejemplo, Luciano Cabral. Es en este tipo de partidos donde el Rojo necesita más que nunca al 10 mendocino-chileno. Para crear juego, para descubrir espacios donde en principio no los hay o para abrirlos a base de pisada y gambeta.

En esa etapa inicial, Cabral no volcó en la cancha ninguna de esas facetas. Peor aún, fue el punto de partida del primer gol local, con un pase de dos metros que comprometió a Iván Marcone, quien tampoco reaccionó bien a la presión de Elián Giménez que lanzó la contra bien definida por Joaquín Ardaiz. Incluso pudo ser expulsado si Daniel Zamora (árbitro debutante, que demostró tanta inseguridad y poca coherencia que casi todos sus colegas) no hubiese compensado la exagerada tarjeta amarilla que le enseñó por un leve agarrón de camiseta por la vista gorda que hizo ante un posterior pisotón a Joel Godoy.

El enganche visitante aparecería 30 segundos después del descanso para filtrar una gran cortada a Leonel Godoy, cuyo centro corto empujó Gabriel Ávalos para el 1-1. Y aunque con altibajos, sus prestaciones en la parte final se parecieron más a las que despertaron ilusiones y elogios meses atrás. Con Cabral más enchufado y el empuje general le alcanzaron al Rojo para mejorar la imagen y hasta para sobreponerse a la volea imprevista de Giménez (el de rendimiento más parejo dentro de un encuentro de tono menor) que había puesto el 2-1 para el Verde a los 10 de la etapa de cierre.

Sarmiento de Junin vs Independiente

La presentación de Independiente en el torneo dejó pocas cosas más para el apunte. Fue promisorio el estreno de Leonardo Godoy en ataque, llegando con ambición y profundidad, ya sea por dentro o por fuera, para hacer tándem con Walter Mazzantti; aunque al mismo tiempo dio ventajas en las tareas defensivas. Dejó escasas marcas en el juego y aún menos en las cercanías del área rival el ex extremo derecho de Huracán. No cometió errores atrás Nicolás Freire, titular por la baja de Sebastián Valdez.

Tuvo sí Independiente carácter para remontar la situación en la que se metió por deméritos propios. Sarmiento, que expuso sin ningún pudor toda su modestia y quedó más que satisfecho con el punto conseguido, se fue retrasando en el campo a medida que empezaron a faltarle piernas para sostener la presión en mitad de cancha, y el encierro alrededor de Lucas Acosta le costó el empate (centro pasado de Montiel y tres cabezazos consecutivos de Ávalos, Federico Mancuello y Felipe Loyola a los 37). Hasta pudo ser peor en el descuento. Iban 50 cuando el arquero le tapó el disparo a Mancuello y 52 cuando a Santiago Hidalgo le faltó un centímetro para empujar en la boca del arco un zurdazo cruzado de Diego Tarzia.

Regaló un tiempo Independiente y sufrió para rescatar un empate. Las 15 fechas restantes dirán si en el muy discreto debut sumó un punto o restó dos.

 Protagonizó un emotivo 2-2 en Junín, aunque el equipo aparece algo más apagado del que había finalizado el primer semestre  LA NACION

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