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La historia de Trufa, una galga a la que le desviaron el hocico de un golpe y hoy logró recuperar la alegría

La historia de Trufa es una entre miles. En la provincia de Buenos Aires y a lo largo y ancho de la Argentina, son innumerables los perros y perras que, como ella, son víctimas del maltrato y el abandono. Lejos de ser un incidente aislado, esta problemática persiste y exige cada vez más atención. A diferencia de otros galgos, no llegó a correr carreras ilegales, pero, lamentablemente, conoció el dolor más cruel cuando apenas era una cachorra.

Así fue rescatada Trufa: desnutrida, sin pelo y con su hocico desviado a raíz de un duro golpe (Foto: Gentileza Hogar Amor de Galgo)

Flaca, desnutrida y con su hocico desviado, así estaba cuando la recibió la organización sin fines de lucro Hogar Amor de Galgo. Fue a través de un llamado de una vecina a Silvana que decidieron dar inicio al operativo de rescate. “Con Arrecifes tenemos un vínculo especial, llegan muchos desde ahí. Primero porque es muy galguero el lugar, segundo porque no tienen ayuda de otras ONG”, le contó Karina Silvestre a LA NACION, encargada de las adopciones de Hogar Amor de Galgo.

Sin embargo, Karina reconoció que no tenían esperanzas de que fuera adoptada debido a su aspecto físico. “Veíamos complicada la adopción. Pensábamos que por ahí era una perra que iba a quedar toda la vida con nosotros”, comentó y resaltó: “La gente es muy selectiva, muy, muy”. Incluso, contó que “los perros blancos y grises son los que más se adoptan y los atigrados gustan mucho, pero el perro negro en general queda, no se adopta tanto por el color”. Por lo que Trufa contaba no solo con la carga de su hocico desviado, sino también con el tono de su pelaje.

En las casas de tránsitos, los perros rescatados recuperan la confianza en sí mismos y en los humanos, sociabilizan con otros perros, realizan un tratamiento veterinario si lo necesitan y también aprenden las órdenes básicas (Foto: Gentileza Hogar Amor de Galgo)

Aunque antes de la adopción le quedaba mucho camino por recorrer: debía hacer todos los controles veterinarios, recuperar su peso, volver a ganar fuerza y, con el tiempo, recuperar su pelaje. Y así fue. Cuando llegó a Buenos Aires, el 19 de octubre de 2024, Miryan Dussaubat, encargada de coordinar los tránsitos en la ONG, la cuidó en su casa. En ese periodo, la perra tenía sarna, por lo que además de todos los recaudos para su recuperación, tenían que bañarla cada tres días con jabón blanco o un champú.

Miryan, su marido y sus hijas funcionan como un “hogar de tránsito”, también llamadas “familias transitorias”. Son un pilar fundamental en el rescate y la rehabilitación de animales abandonados, maltratados o en situación de vulnerabilidad, y lo hacen de manera voluntaria. A Trufa le abrieron las puertas de su casa para brindarle un espacio seguro, amor y todos los cuidados hasta su adopción.

Con el tiempo, amor y muchos cuidados, la perra fue recuperándose de a poco (Foto: La Nación)

Cuando vi la foto, pensé que era una perrita viejita, nunca me imaginé que era una bebé“, comentó la mujer. Sobre su hocico, al principio pensaron que se trataba de una malformación, pero tras la consulta veterinaria se enteraron de lo peor. “La veterinaria cuando la revisó confirmó que era una fractura de muy bebé y había soldado así. Se podría hacer una cirugía reparadora, pero es muy doloroso porque hay que volver a fracturar y no valía la pena porque a nivel funcional no tiene problemas” relató. Luego de varios meses de amor, cuidados y muchos baños para que recupere su pelaje, ya estaba lista para una nueva vida.

Natalina Hermoso Adoue y su novio Marcos se contactaron con la ONG porque vieron su foto y los conmovió. “Su hocico torcido era tan particular, pensábamos en cuánto había sufrido y quién podía hacerle eso a un perrito tan indefenso“, lamentó. Ellos habían perdido a su mascota por una enfermedad dos años atrás y sintieron que era el momento de adoptar, de sumar un nuevo integrante al hogar: ”Los dos pensamos que esa marca que le hicieron fue un distintivo que la hizo resaltar entre todos y no dudamos un segundo en que queríamos adoptarla y poder darle una vida de felicidad“.

Natalina y Marcos se animaron a adoptar con el corazón (Foto: @soytrufaok)

Cuando fueron a la casa de Miryan para conocerla se sorprendieron: “Apenas le abrieron la puerta, fue la primera que se acercó corriendo y se nos subió encima como si la conociéramos de años, fue una conexión muy fuerte, en ese momento sentimos como si nos hubiera estado esperando”. Luego de ese encuentro, no lo dudaron y decidieron avanzar con la adopción. “Ya la estábamos esperando con su camita, juguetes y toda la casa a disposición para que disfrute”, recordó.

En la primera consulta que hicieron al veterinario, les sugirió que para poder educarla y tener una mejor comunicación, era mejor ponerle un nombre de dos sílabas. Es por ese motivo que decidieron llamarla Trufa y dejar atrás el Bebecita con el que la habían llamado durante su rehabilitación. “Hoy Trufa es una perrita profundamente feliz. Vive rodeada de amor y de gente que la adora. También vamos muy seguidos a visitar a mi mamá y a mi hermana, y en cada casa la reciben con los brazos abiertos y muchas caricias”, contó.

La vida de la galga cambió completamente; hoy vive llena de amor y hasta tiene diferentes abrigos para usar cuando hace mucho frío (Foto: @soytrufaok)

En relación con el carácter de la gaga, señaló: “Ella es una perrita súper dulce, juguetona y muy inteligente. Nos abraza, nos busca, nos llena de amor… y nosotros a ella. Le encanta salir a pasear, correr, saltar, jugar con otros perros y descubrir todo lo que el mundo tiene para ofrecerle”.

Por último, Karina Silvestre reflexionó sobre la adopción: “La verdad es que ella tuvo mucha suerte porque es una familia amorosa que la adoptó por su condición. Entonces, eso te da una mayor satisfacción y sabés que no te vas a equivocar”.

A pesar de todo el dolor y el matrato que sufrió, hoy vive una vida rodeada del amor de Nina y Marcos (Foto: @soytrufaok)

Galgos que están en adopción

La ONG Hogar Amor de Galgo (Instagram @hogaramordegalgo) está conformada por personas que dedican su tiempo, dinero y energía en rescatar y rehabilitar perros de raza galgo que fueron utilizados para correr carreras de manera ilegal en las provincias y luego, cuando ya no les sirven, descartados. Si bien hace muchos años vienen realizando esta noble tarea, en 2017 se conformaron como una organización donde se incorporaron más voluntarias y pudieron crear una red más grande para poder ayudar en cantidad.

Aproximadamente, rescata entre 300 y 350 perros por año y se dan en adopción entre 250 y 330, por lo que siempre se quedan con canes en tránsito. Por eso, el rol de las casas de tránsito es fundamental para poder continuar con esta tarea, ya que permiten brindar un espacio temporal donde los animales pueden recuperarse y prepararse para una nueva vida.

Flora y Mila son dos perras rescatadas que están en adopción (Foto: Gentileza Hogar Amor de Galgo)

Flora y Mila son dos galgas que fueron rescatadas y hoy están en adopción, esperando una familia que les dé el amor y cuidado que merecen. Quienes estén interesados en adoptar o colaborar pueden comunicarse con la ONG para conocer más sobre ellas y otros perros que buscan un hogar.

La historia de Trufa es una entre miles. En la provincia de Buenos Aires y a lo largo y ancho de la Argentina, son innumerables los perros y perras que, como ella, son víctimas del maltrato y el abandono. Lejos de ser un incidente aislado, esta problemática persiste y exige cada vez más atención. A diferencia de otros galgos, no llegó a correr carreras ilegales, pero, lamentablemente, conoció el dolor más cruel cuando apenas era una cachorra.

Así fue rescatada Trufa: desnutrida, sin pelo y con su hocico desviado a raíz de un duro golpe (Foto: Gentileza Hogar Amor de Galgo)

Flaca, desnutrida y con su hocico desviado, así estaba cuando la recibió la organización sin fines de lucro Hogar Amor de Galgo. Fue a través de un llamado de una vecina a Silvana que decidieron dar inicio al operativo de rescate. “Con Arrecifes tenemos un vínculo especial, llegan muchos desde ahí. Primero porque es muy galguero el lugar, segundo porque no tienen ayuda de otras ONG”, le contó Karina Silvestre a LA NACION, encargada de las adopciones de Hogar Amor de Galgo.

Sin embargo, Karina reconoció que no tenían esperanzas de que fuera adoptada debido a su aspecto físico. “Veíamos complicada la adopción. Pensábamos que por ahí era una perra que iba a quedar toda la vida con nosotros”, comentó y resaltó: “La gente es muy selectiva, muy, muy”. Incluso, contó que “los perros blancos y grises son los que más se adoptan y los atigrados gustan mucho, pero el perro negro en general queda, no se adopta tanto por el color”. Por lo que Trufa contaba no solo con la carga de su hocico desviado, sino también con el tono de su pelaje.

En las casas de tránsitos, los perros rescatados recuperan la confianza en sí mismos y en los humanos, sociabilizan con otros perros, realizan un tratamiento veterinario si lo necesitan y también aprenden las órdenes básicas (Foto: Gentileza Hogar Amor de Galgo)

Aunque antes de la adopción le quedaba mucho camino por recorrer: debía hacer todos los controles veterinarios, recuperar su peso, volver a ganar fuerza y, con el tiempo, recuperar su pelaje. Y así fue. Cuando llegó a Buenos Aires, el 19 de octubre de 2024, Miryan Dussaubat, encargada de coordinar los tránsitos en la ONG, la cuidó en su casa. En ese periodo, la perra tenía sarna, por lo que además de todos los recaudos para su recuperación, tenían que bañarla cada tres días con jabón blanco o un champú.

Miryan, su marido y sus hijas funcionan como un “hogar de tránsito”, también llamadas “familias transitorias”. Son un pilar fundamental en el rescate y la rehabilitación de animales abandonados, maltratados o en situación de vulnerabilidad, y lo hacen de manera voluntaria. A Trufa le abrieron las puertas de su casa para brindarle un espacio seguro, amor y todos los cuidados hasta su adopción.

Con el tiempo, amor y muchos cuidados, la perra fue recuperándose de a poco (Foto: La Nación)

Cuando vi la foto, pensé que era una perrita viejita, nunca me imaginé que era una bebé“, comentó la mujer. Sobre su hocico, al principio pensaron que se trataba de una malformación, pero tras la consulta veterinaria se enteraron de lo peor. “La veterinaria cuando la revisó confirmó que era una fractura de muy bebé y había soldado así. Se podría hacer una cirugía reparadora, pero es muy doloroso porque hay que volver a fracturar y no valía la pena porque a nivel funcional no tiene problemas” relató. Luego de varios meses de amor, cuidados y muchos baños para que recupere su pelaje, ya estaba lista para una nueva vida.

Natalina Hermoso Adoue y su novio Marcos se contactaron con la ONG porque vieron su foto y los conmovió. “Su hocico torcido era tan particular, pensábamos en cuánto había sufrido y quién podía hacerle eso a un perrito tan indefenso“, lamentó. Ellos habían perdido a su mascota por una enfermedad dos años atrás y sintieron que era el momento de adoptar, de sumar un nuevo integrante al hogar: ”Los dos pensamos que esa marca que le hicieron fue un distintivo que la hizo resaltar entre todos y no dudamos un segundo en que queríamos adoptarla y poder darle una vida de felicidad“.

Natalina y Marcos se animaron a adoptar con el corazón (Foto: @soytrufaok)

Cuando fueron a la casa de Miryan para conocerla se sorprendieron: “Apenas le abrieron la puerta, fue la primera que se acercó corriendo y se nos subió encima como si la conociéramos de años, fue una conexión muy fuerte, en ese momento sentimos como si nos hubiera estado esperando”. Luego de ese encuentro, no lo dudaron y decidieron avanzar con la adopción. “Ya la estábamos esperando con su camita, juguetes y toda la casa a disposición para que disfrute”, recordó.

En la primera consulta que hicieron al veterinario, les sugirió que para poder educarla y tener una mejor comunicación, era mejor ponerle un nombre de dos sílabas. Es por ese motivo que decidieron llamarla Trufa y dejar atrás el Bebecita con el que la habían llamado durante su rehabilitación. “Hoy Trufa es una perrita profundamente feliz. Vive rodeada de amor y de gente que la adora. También vamos muy seguidos a visitar a mi mamá y a mi hermana, y en cada casa la reciben con los brazos abiertos y muchas caricias”, contó.

La vida de la galga cambió completamente; hoy vive llena de amor y hasta tiene diferentes abrigos para usar cuando hace mucho frío (Foto: @soytrufaok)

En relación con el carácter de la gaga, señaló: “Ella es una perrita súper dulce, juguetona y muy inteligente. Nos abraza, nos busca, nos llena de amor… y nosotros a ella. Le encanta salir a pasear, correr, saltar, jugar con otros perros y descubrir todo lo que el mundo tiene para ofrecerle”.

Por último, Karina Silvestre reflexionó sobre la adopción: “La verdad es que ella tuvo mucha suerte porque es una familia amorosa que la adoptó por su condición. Entonces, eso te da una mayor satisfacción y sabés que no te vas a equivocar”.

A pesar de todo el dolor y el matrato que sufrió, hoy vive una vida rodeada del amor de Nina y Marcos (Foto: @soytrufaok)

Galgos que están en adopción

La ONG Hogar Amor de Galgo (Instagram @hogaramordegalgo) está conformada por personas que dedican su tiempo, dinero y energía en rescatar y rehabilitar perros de raza galgo que fueron utilizados para correr carreras de manera ilegal en las provincias y luego, cuando ya no les sirven, descartados. Si bien hace muchos años vienen realizando esta noble tarea, en 2017 se conformaron como una organización donde se incorporaron más voluntarias y pudieron crear una red más grande para poder ayudar en cantidad.

Aproximadamente, rescata entre 300 y 350 perros por año y se dan en adopción entre 250 y 330, por lo que siempre se quedan con canes en tránsito. Por eso, el rol de las casas de tránsito es fundamental para poder continuar con esta tarea, ya que permiten brindar un espacio temporal donde los animales pueden recuperarse y prepararse para una nueva vida.

Flora y Mila son dos perras rescatadas que están en adopción (Foto: Gentileza Hogar Amor de Galgo)

Flora y Mila son dos galgas que fueron rescatadas y hoy están en adopción, esperando una familia que les dé el amor y cuidado que merecen. Quienes estén interesados en adoptar o colaborar pueden comunicarse con la ONG para conocer más sobre ellas y otros perros que buscan un hogar.

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