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Firmada por Newsom: qué dice la ley de California que protege la información cerebral y por qué es pionera en EE.UU.

En un momento en que los avances en neurotecnología permiten acceder con una precisión sin precedentes a los pensamientos, emociones y estados de salud mental de las personas, California dio un paso decisivo al aprobar la primera ley de Estados Unidos que clasifica los datos cerebrales como “información personal sensible”. La norma, identificada como SB 1223, fue firmada por el gobernador Gavin Newsom.

Una categoría legal inédita en California: qué son los “datos neuronales”

La ley SB 1223 modifica la Sección 1798.140 del Código Civil de California, al incorporar una definición concreta y legal para un nuevo tipo de información: los datos neuronales. Bajo esta nueva categoría, el estado reconoce que la información generada directamente a partir del sistema nervioso central o periférico —sin inferencias a partir de otros datos— merece una protección equiparable a la que ya tienen los datos biométricos, genéticos o financieros.

Este cambio se inscribe dentro de la Ley de Privacidad del Consumidor de California (CCPA, por sus siglas en inglés), ampliada en 2020 por la Ley de Derechos de Privacidad de California (CPRA, por sus siglas en inglés). Hasta ahora, la CCPA contemplaba como sensibles elementos como el número de seguridad social, la ubicación geográfica precisa, el historial de salud, orientación sexual, creencias religiosas y el contenido de comunicaciones personales, como emails o mensajes de texto.

Con la nueva legislación, California añade los “datos neuronales”, definidos como “información que se genera al medir la actividad del sistema nervioso central o periférico de un consumidor, y que no se infiere de información no neuronal”. En otras palabras, se trata de datos recogidos de manera directa por dispositivos capaces de registrar la actividad eléctrica del cerebro o el sistema nervioso.

Qué tipo de información cerebral protege la nueva ley de California

Los datos neuronales no solo incluyen resultados clínicos recogidos en hospitales. La ley también abarca información generada por dispositivos de consumo masivo que ya están en el mercado y que se promocionan como herramientas para mejorar el sueño, la concentración o el rendimiento cognitivo.

El 97% de las 30 empresas analizadas por Neurorights Foundation comparten datos cerebrales de dispositivos para sueño/concentración con terceros

Según un informe de la Neurorights Foundation, 29 de las 30 empresas que venden dispositivos de neurotecnología accesibles por internet tienen entrada a datos cerebrales sin imponer restricciones significativas a su uso o comercialización. Prácticamente, todas pueden compartir estos datos con terceros.

Esto incluye dispositivos como:

  • Auriculares o vinchas que monitorean ondas cerebrales para inducir relajación o concentración.
  • Sensores portátiles que detectan patrones de sueño y los envían a una aplicación.
  • Equipos de uso doméstico para estimular zonas específicas del cerebro.

Estos productos, que operan fuera del ámbito médico tradicional, no están protegidos por leyes como la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (Hipaa, por sus siglas en inglés), lo que encendió alarmas entre especialistas y legisladores.

Protección de datos cerebrales: una tendencia que se extiende a otros estados

California no es el único estado que ha avanzado en este terreno. Según CBS, Colorado y Montana aprobaron leyes similares. En el primero, por ejemplo, se exige un consentimiento expreso inicial para la recopilación de datos neuronales, así como una autorización separada para compartirlos con terceros. En el segundo, la ley forma parte del marco legal sobre privacidad genética.

Tanto en California como en Montana y Colorado, las empresas deben ofrecer mecanismos para que los usuarios puedan borrar su información cerebral cuando lo soliciten.

Mientras California lidera, estos estados implementaron protecciones similares: Colorado exige consentimiento explícito para compartir datos neuronales, mientras Montana los incluye en su marco de privacidad genética

Cristin Welle, profesora de neurocirugía en la Universidad de Colorado, advirtió que aunque actualmente los dispositivos captan información básica como las fases del sueño, “la inteligencia artificial podría, en el futuro, extraer detalles mucho más personales, como pensamientos, emociones o condiciones médicas”.

En línea con esa preocupación, la Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés) se pronunció en junio pasado a favor de una regulación federal de estos datos.

Asimismo, legisladores demócratas del Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado pidieron a la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) que investigue si las empresas explotan esta información sin consentimiento adecuado.

En un momento en que los avances en neurotecnología permiten acceder con una precisión sin precedentes a los pensamientos, emociones y estados de salud mental de las personas, California dio un paso decisivo al aprobar la primera ley de Estados Unidos que clasifica los datos cerebrales como “información personal sensible”. La norma, identificada como SB 1223, fue firmada por el gobernador Gavin Newsom.

Una categoría legal inédita en California: qué son los “datos neuronales”

La ley SB 1223 modifica la Sección 1798.140 del Código Civil de California, al incorporar una definición concreta y legal para un nuevo tipo de información: los datos neuronales. Bajo esta nueva categoría, el estado reconoce que la información generada directamente a partir del sistema nervioso central o periférico —sin inferencias a partir de otros datos— merece una protección equiparable a la que ya tienen los datos biométricos, genéticos o financieros.

Este cambio se inscribe dentro de la Ley de Privacidad del Consumidor de California (CCPA, por sus siglas en inglés), ampliada en 2020 por la Ley de Derechos de Privacidad de California (CPRA, por sus siglas en inglés). Hasta ahora, la CCPA contemplaba como sensibles elementos como el número de seguridad social, la ubicación geográfica precisa, el historial de salud, orientación sexual, creencias religiosas y el contenido de comunicaciones personales, como emails o mensajes de texto.

Con la nueva legislación, California añade los “datos neuronales”, definidos como “información que se genera al medir la actividad del sistema nervioso central o periférico de un consumidor, y que no se infiere de información no neuronal”. En otras palabras, se trata de datos recogidos de manera directa por dispositivos capaces de registrar la actividad eléctrica del cerebro o el sistema nervioso.

Qué tipo de información cerebral protege la nueva ley de California

Los datos neuronales no solo incluyen resultados clínicos recogidos en hospitales. La ley también abarca información generada por dispositivos de consumo masivo que ya están en el mercado y que se promocionan como herramientas para mejorar el sueño, la concentración o el rendimiento cognitivo.

El 97% de las 30 empresas analizadas por Neurorights Foundation comparten datos cerebrales de dispositivos para sueño/concentración con terceros

Según un informe de la Neurorights Foundation, 29 de las 30 empresas que venden dispositivos de neurotecnología accesibles por internet tienen entrada a datos cerebrales sin imponer restricciones significativas a su uso o comercialización. Prácticamente, todas pueden compartir estos datos con terceros.

Esto incluye dispositivos como:

  • Auriculares o vinchas que monitorean ondas cerebrales para inducir relajación o concentración.
  • Sensores portátiles que detectan patrones de sueño y los envían a una aplicación.
  • Equipos de uso doméstico para estimular zonas específicas del cerebro.

Estos productos, que operan fuera del ámbito médico tradicional, no están protegidos por leyes como la Ley de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (Hipaa, por sus siglas en inglés), lo que encendió alarmas entre especialistas y legisladores.

Protección de datos cerebrales: una tendencia que se extiende a otros estados

California no es el único estado que ha avanzado en este terreno. Según CBS, Colorado y Montana aprobaron leyes similares. En el primero, por ejemplo, se exige un consentimiento expreso inicial para la recopilación de datos neuronales, así como una autorización separada para compartirlos con terceros. En el segundo, la ley forma parte del marco legal sobre privacidad genética.

Tanto en California como en Montana y Colorado, las empresas deben ofrecer mecanismos para que los usuarios puedan borrar su información cerebral cuando lo soliciten.

Mientras California lidera, estos estados implementaron protecciones similares: Colorado exige consentimiento explícito para compartir datos neuronales, mientras Montana los incluye en su marco de privacidad genética

Cristin Welle, profesora de neurocirugía en la Universidad de Colorado, advirtió que aunque actualmente los dispositivos captan información básica como las fases del sueño, “la inteligencia artificial podría, en el futuro, extraer detalles mucho más personales, como pensamientos, emociones o condiciones médicas”.

En línea con esa preocupación, la Asociación Médica Estadounidense (AMA, por sus siglas en inglés) se pronunció en junio pasado a favor de una regulación federal de estos datos.

Asimismo, legisladores demócratas del Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado pidieron a la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés) que investigue si las empresas explotan esta información sin consentimiento adecuado.

 California aprobó la pionera ley SB 1223, que protege la información cerebral al considerarla “personal sensible”, equiparándola legalmente a datos genéticos y biométricos.  LA NACION

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