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Cómo armar un pícnic de invierno

Cuando pensamos en un pícnic, probablemente imaginamos un día soleado, una manta sobre el pasto y una canasta repleta de frutas frescas.

Pero lo cierto es que no son exclusivos del verano. Un pícnic de invierno puede convertirse en una experiencia mágica si se planifica bien: aire fresco, paisajes diferentes, menos multitudes y una excusa perfecta para reconectar con la naturaleza.

La conexión con la naturaleza es lo primordial en una comida distendida y al aire libre

A continuación, cómo armar un pícnic de invierno para que el frío deje de ser un obstáculo y se convierta en el aliado perfecto:

Elegir el lugar adecuado

En invierno, elegir el lugar correcto es fundamental. Optar por espacios que ofrezcan cierto resguardo del viento es fundamental, como parques con arboledas, plazas con pérgolas o incluso jardines privados. También es ideal que tengan una fuente de calor cercana. Y, sin salir del hogar, se puede transformar el balcón, terraza o patio en un pequeño rincón de pícnic.

Además, es importante priorizar lugares de fácil acceso. En invierno, el clima puede cambiar rápidamente, y tener una vía de escape rápida en caso de lluvia o frío extremo, es clave para no arruinar la experiencia.

En un pícnic de invierno es importante buscar un reguardo del viento y del frío extremo

El abrigo, ante todo

Nada arruina más un pícnic que el frío mal gestionado. Por eso, es importante vestirse en capas: camisetas térmicas, buzos o sweaters y una campera impermeable son esenciales. No olvidarse de los pies ni de las manos. Los guantes, gorros y un par de medias extra, aunque parezcan detalles, hacen una gran diferencia.

También es recomendable llevar mantas o ponchos, que puedan servir para cubrirse si baja la temperatura, pero también para sentarse o envolverse mientras se come.

El pícnic comienza con una buena base

Hay que olvidarse del mantel de tela fino: en invierno, es necesaria una base más resistente.

Usar una lona impermeable para evitar la humedad del suelo y colocar encima mantas o alfombras gruesas para dar mayor calidez y confort.

Si el lugar lo permite, es aconsejable llevar almohadones, bancos plegables o una pequeña mesa de camping para que todo sea más cómodo y ordenado.

El menú perfecto para el frío

El invierno es la excusa ideal para llevar comida reconfortante.

A diferencia del verano, donde buscamos frescura y liviandad, el pícnic invernal invita a disfrutar de platos calientes y sabrosos.

Algunas ideas:

  • Sopas o guisos en frascos térmicos: una sopa de calabaza, un chili vegetariano o un guiso de lentejas son opciones ricas y fáciles de transportar.
  • Empanadas o tartas: se pueden comer tibias o frías, y son prácticas para llevar.

Una opción caliente es ideal para un pícnic de invierno

  • Sándwiches calientes: envolverlos en papel aluminio y guardarlos en una conservadora térmica para que conserven el calor.
  • Snacks dulces: galletas de avena, budines, alfajores o cuadraditos de chocolate son ideales para acompañar el postre o el mate.

En cuanto a las bebidas, se puede llevar café, té, chocolate caliente o incluso una versión sin alcohol de vino caliente especiado.

Y por último, para mantener todo caliente, lo mejor es usar termos de calidad y recipientes térmicos. Si son varias personas, una conservadora térmica grande también puede ser una buena aliada.

La logística importa

Como en toda salida al aire libre, la organización es clave. Armar una lista previa con todo lo necesario: comida, abrigo, mantas, utensilios, bolsas para residuos, servilletas, ayuda a no olvidarse de nada.

También es importante tener a mano una bolsa de residuos para dejar todo limpio al finalizar y considerar llevar papel higiénico o toallitas húmedas.

Sumar actividades

Además de disfrutar de la comida, un pícnic es una oportunidad para compartir.

Es recomendable llevar juegos de mesa portátiles, cartas, libros o incluso parlantes con música suave. Si hay chicos, armar una pequeña búsqueda del tesoro, llevar pelotas o burbujeros, para que se entretengan.

Y si es en pareja, se puede sumar una manta grande, vino caliente y una playlist romántica para transformar el pícnic en una cita diferente.

Un vino especiado caliente es una excelente opción para un pícnic de invierno

Armar un pícnic de invierno no solo es posible, sino que puede ser una experiencia distinta, encantadora y llena de momentos memorables. Con un poco de planificación y atención al detalle, el frío deja de ser un obstáculo y se convierte en el aliado perfecto para disfrutar al aire libre de otra manera.

Cuando pensamos en un pícnic, probablemente imaginamos un día soleado, una manta sobre el pasto y una canasta repleta de frutas frescas.

Pero lo cierto es que no son exclusivos del verano. Un pícnic de invierno puede convertirse en una experiencia mágica si se planifica bien: aire fresco, paisajes diferentes, menos multitudes y una excusa perfecta para reconectar con la naturaleza.

La conexión con la naturaleza es lo primordial en una comida distendida y al aire libre

A continuación, cómo armar un pícnic de invierno para que el frío deje de ser un obstáculo y se convierta en el aliado perfecto:

Elegir el lugar adecuado

En invierno, elegir el lugar correcto es fundamental. Optar por espacios que ofrezcan cierto resguardo del viento es fundamental, como parques con arboledas, plazas con pérgolas o incluso jardines privados. También es ideal que tengan una fuente de calor cercana. Y, sin salir del hogar, se puede transformar el balcón, terraza o patio en un pequeño rincón de pícnic.

Además, es importante priorizar lugares de fácil acceso. En invierno, el clima puede cambiar rápidamente, y tener una vía de escape rápida en caso de lluvia o frío extremo, es clave para no arruinar la experiencia.

En un pícnic de invierno es importante buscar un reguardo del viento y del frío extremo

El abrigo, ante todo

Nada arruina más un pícnic que el frío mal gestionado. Por eso, es importante vestirse en capas: camisetas térmicas, buzos o sweaters y una campera impermeable son esenciales. No olvidarse de los pies ni de las manos. Los guantes, gorros y un par de medias extra, aunque parezcan detalles, hacen una gran diferencia.

También es recomendable llevar mantas o ponchos, que puedan servir para cubrirse si baja la temperatura, pero también para sentarse o envolverse mientras se come.

El pícnic comienza con una buena base

Hay que olvidarse del mantel de tela fino: en invierno, es necesaria una base más resistente.

Usar una lona impermeable para evitar la humedad del suelo y colocar encima mantas o alfombras gruesas para dar mayor calidez y confort.

Si el lugar lo permite, es aconsejable llevar almohadones, bancos plegables o una pequeña mesa de camping para que todo sea más cómodo y ordenado.

El menú perfecto para el frío

El invierno es la excusa ideal para llevar comida reconfortante.

A diferencia del verano, donde buscamos frescura y liviandad, el pícnic invernal invita a disfrutar de platos calientes y sabrosos.

Algunas ideas:

  • Sopas o guisos en frascos térmicos: una sopa de calabaza, un chili vegetariano o un guiso de lentejas son opciones ricas y fáciles de transportar.
  • Empanadas o tartas: se pueden comer tibias o frías, y son prácticas para llevar.

Una opción caliente es ideal para un pícnic de invierno

  • Sándwiches calientes: envolverlos en papel aluminio y guardarlos en una conservadora térmica para que conserven el calor.
  • Snacks dulces: galletas de avena, budines, alfajores o cuadraditos de chocolate son ideales para acompañar el postre o el mate.

En cuanto a las bebidas, se puede llevar café, té, chocolate caliente o incluso una versión sin alcohol de vino caliente especiado.

Y por último, para mantener todo caliente, lo mejor es usar termos de calidad y recipientes térmicos. Si son varias personas, una conservadora térmica grande también puede ser una buena aliada.

La logística importa

Como en toda salida al aire libre, la organización es clave. Armar una lista previa con todo lo necesario: comida, abrigo, mantas, utensilios, bolsas para residuos, servilletas, ayuda a no olvidarse de nada.

También es importante tener a mano una bolsa de residuos para dejar todo limpio al finalizar y considerar llevar papel higiénico o toallitas húmedas.

Sumar actividades

Además de disfrutar de la comida, un pícnic es una oportunidad para compartir.

Es recomendable llevar juegos de mesa portátiles, cartas, libros o incluso parlantes con música suave. Si hay chicos, armar una pequeña búsqueda del tesoro, llevar pelotas o burbujeros, para que se entretengan.

Y si es en pareja, se puede sumar una manta grande, vino caliente y una playlist romántica para transformar el pícnic en una cita diferente.

Un vino especiado caliente es una excelente opción para un pícnic de invierno

Armar un pícnic de invierno no solo es posible, sino que puede ser una experiencia distinta, encantadora y llena de momentos memorables. Con un poco de planificación y atención al detalle, el frío deja de ser un obstáculo y se convierte en el aliado perfecto para disfrutar al aire libre de otra manera.

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