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Lanús dejó en el camino a Huracán, que no tuvo nada de lo que mostró contra Boca, y sigue en la Copa Argentina

Aplausos para Lanús. Vale ese gesto, lanzado por los hinchas que concurrieron a la cancha de Quilmes y hasta por el espectador imparcial. Jugó muy bien. Dejó a Huracán en el camino, un candidato. Y marcó dos golazos: un tiro libre de salón y un bombazo en un contraataque letal.

El equipo granate se impuso por 2 a 0 sobre el Globo y se medirá con Argentinos en los cuartos de final de la Copa Argentina. “Fue mi primer gol en Lanús, así que se disfruta el doble. Y también pude participar de la jugada del segundo. Se puede decir que me voy más que conforme por lo hecho. Y el equipo jugó muy bien, fue un triunfo merecido”, dijo Sasha Marcich luego del partido, autor del gran tiro libre para abrir el marcador en el Sur.

Celebra Lanús, decepción de Huracán

Huracán no mostró nada de lo que exhibió en el triunfo por 1 a 0 sobre Boca, en el torneo Clausura. Fue una sombra, principalmente en el segundo tiempo. Y debió quedar con 10, por una agresión de Matko Miljevic sobre Agustín Cardozo, que el árbitro Zunino advirtió erróneamente como amarilla. No pudo jugar Leonardo Gil, uno de los referentes, por el desgaste físico acumulado ante el Xeneize.

En Lanús, por una lesión en la entrada en calor, Dylan Aquino ocupó el lugar de Marcelino Moreno. Y en la primera ocasión seria de riesgo, el juvenil sacó un remate fortísimo, que neutralizó Meza, el pequeño gran arquero del Globo.

La propuesta era interesante: dos equipos que matizan la audacia con el equilibrio, casi en el punto justo. Huracán, supuestamente motivado luego de superar a Boca, en el Palacio, por el torneo Apertura. Lanús, convencido después de derrotar a Sarmiento en Junín, en el doble estreno goleador de Rodrigo Castillo.

Con ese entusiasmo, jugaron buena parte del espectáculo. Los dos equipos, con formaciones parecidas, una suerte de 4-2-3-1 elásticos. Entre los creadores, se destacaron los nombres de Watson y Salvio, en el conjunto granate, y Miljevic y Cabral, en el equipo quemero.

Las buenas intenciones tenían un punto en común: las áreas. Circulación del balón, destrezas colectivas, ensayos de laboratorio: todo era parte del desarrollo, pero le faltaba ese toque de distinción, esa jugada maestra que lo cambia todo.

A los 28 minutos de la primera mitad, Felipe Peña Biafore sufrió la luxación del hombro derecho, una dificultad que ya sufrió en vivo, en otros partidos. No lo podía creer el volante surgido en River; se tomó la cabeza, al borde de las lágrimas, cuando fue reemplazado por Agustín Medina.

Antes del partido, con Marcelino y durante el primer tramo, con Peña: Lanús jugaba envuelto en los contratiempos. De todos modos, el partido era parejo, solo avivado por un zurdazo desviado de Castillo y un cabezazo de Tissera.

A los cinco minutos de la etapa final, cambió todo. Carrizo le cometió una falta al límite del área a Salvio. Tomó el balón Marcich y, literalmente, la clavó en el ángulo más cercano del arquero Meza. A lo Franco Mastantuono, si se permite la comparación, recientemente transferido de River a Real Madrid. O, si se sigue la línea millonaria: a lo Juanfer Quintero.

Sequeira no puede avanzar

Al rato, la misma fórmula, Carrizo le cometió penal a Salvio, rápido, escurridizo, ágil. Tomó la pelota el propio Salvio rápidamente y el arquero se adelantó (no hay VAR en la Copa Argentina) y contuvo el remate.

Huracán estaba mareado, Lanús se sentía más cómodo. Hasta que apareció Dylan, la joya de Lanús que no iba a jugar, pero debió reemplazar a Marcelino minutos antes del pitazo inicial y marcó un golazo. Gambeta, enganche y definición violenta, cierre de un contraataque fenomenal.

Marcich, el autor del 1-0, domina la pelota ante la presencia de Miljevic

El Globo se pinchó, literalmente. Y Lanús redondeó una muy buena victoria, que lo mantiene con vida en la Copa Argentina y le da un impulso mayúsculo, para el torneo Clausura y la Copa Sudamericana.

Un llamado de atención para Huracán: si no mantiene el colmillo afilado en todos los desafíos, hasta puede peligrar lo que más le interesa, la Sudamericana.

Aplausos para Lanús. Vale ese gesto, lanzado por los hinchas que concurrieron a la cancha de Quilmes y hasta por el espectador imparcial. Jugó muy bien. Dejó a Huracán en el camino, un candidato. Y marcó dos golazos: un tiro libre de salón y un bombazo en un contraataque letal.

El equipo granate se impuso por 2 a 0 sobre el Globo y se medirá con Argentinos en los cuartos de final de la Copa Argentina. “Fue mi primer gol en Lanús, así que se disfruta el doble. Y también pude participar de la jugada del segundo. Se puede decir que me voy más que conforme por lo hecho. Y el equipo jugó muy bien, fue un triunfo merecido”, dijo Sasha Marcich luego del partido, autor del gran tiro libre para abrir el marcador en el Sur.

Celebra Lanús, decepción de Huracán

Huracán no mostró nada de lo que exhibió en el triunfo por 1 a 0 sobre Boca, en el torneo Clausura. Fue una sombra, principalmente en el segundo tiempo. Y debió quedar con 10, por una agresión de Matko Miljevic sobre Agustín Cardozo, que el árbitro Zunino advirtió erróneamente como amarilla. No pudo jugar Leonardo Gil, uno de los referentes, por el desgaste físico acumulado ante el Xeneize.

En Lanús, por una lesión en la entrada en calor, Dylan Aquino ocupó el lugar de Marcelino Moreno. Y en la primera ocasión seria de riesgo, el juvenil sacó un remate fortísimo, que neutralizó Meza, el pequeño gran arquero del Globo.

La propuesta era interesante: dos equipos que matizan la audacia con el equilibrio, casi en el punto justo. Huracán, supuestamente motivado luego de superar a Boca, en el Palacio, por el torneo Apertura. Lanús, convencido después de derrotar a Sarmiento en Junín, en el doble estreno goleador de Rodrigo Castillo.

Con ese entusiasmo, jugaron buena parte del espectáculo. Los dos equipos, con formaciones parecidas, una suerte de 4-2-3-1 elásticos. Entre los creadores, se destacaron los nombres de Watson y Salvio, en el conjunto granate, y Miljevic y Cabral, en el equipo quemero.

Las buenas intenciones tenían un punto en común: las áreas. Circulación del balón, destrezas colectivas, ensayos de laboratorio: todo era parte del desarrollo, pero le faltaba ese toque de distinción, esa jugada maestra que lo cambia todo.

A los 28 minutos de la primera mitad, Felipe Peña Biafore sufrió la luxación del hombro derecho, una dificultad que ya sufrió en vivo, en otros partidos. No lo podía creer el volante surgido en River; se tomó la cabeza, al borde de las lágrimas, cuando fue reemplazado por Agustín Medina.

Antes del partido, con Marcelino y durante el primer tramo, con Peña: Lanús jugaba envuelto en los contratiempos. De todos modos, el partido era parejo, solo avivado por un zurdazo desviado de Castillo y un cabezazo de Tissera.

A los cinco minutos de la etapa final, cambió todo. Carrizo le cometió una falta al límite del área a Salvio. Tomó el balón Marcich y, literalmente, la clavó en el ángulo más cercano del arquero Meza. A lo Franco Mastantuono, si se permite la comparación, recientemente transferido de River a Real Madrid. O, si se sigue la línea millonaria: a lo Juanfer Quintero.

Sequeira no puede avanzar

Al rato, la misma fórmula, Carrizo le cometió penal a Salvio, rápido, escurridizo, ágil. Tomó la pelota el propio Salvio rápidamente y el arquero se adelantó (no hay VAR en la Copa Argentina) y contuvo el remate.

Huracán estaba mareado, Lanús se sentía más cómodo. Hasta que apareció Dylan, la joya de Lanús que no iba a jugar, pero debió reemplazar a Marcelino minutos antes del pitazo inicial y marcó un golazo. Gambeta, enganche y definición violenta, cierre de un contraataque fenomenal.

Marcich, el autor del 1-0, domina la pelota ante la presencia de Miljevic

El Globo se pinchó, literalmente. Y Lanús redondeó una muy buena victoria, que lo mantiene con vida en la Copa Argentina y le da un impulso mayúsculo, para el torneo Clausura y la Copa Sudamericana.

Un llamado de atención para Huracán: si no mantiene el colmillo afilado en todos los desafíos, hasta puede peligrar lo que más le interesa, la Sudamericana.

 En la cancha de Quilmes, el granate se impuso con goles de Marcich y Aquino e incluso le desviaron un penal a Salvio  LA NACION

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