Política desde el púlpito | Cómo es la alianza de Milei con el mundo evangélico, clave para el armado territorial de LLA

Donde la política no entra, entra la fe. En asentamientos, cárceles y barrios sin agua ni luz, hay un actor con presencia firme: las iglesias evangélicas. Allí puso la mira La Libertad Avanza (LLA).
Con un aparato territorial endeble, el oficialismo busca apoyarse en las redes de templos, pastores y fieles para ampliar su base y anclarse en el territorio. Y lo hace con herramientas ideológicas -un discurso conservador alineado con los valores cristianos-, pero también con recursos tangibles: donaciones para las iglesias, simplificación de sus trámites legales y presencia directa de dirigentes libertarios en la vida eclesial.
La apuesta no es menor. Según un estudio del Conicet de 2019, el 15,3% de la población argentina profesa la fe evangélica. Son más de siete millones de personas. En 2008, la cifra era del 9%. El crecimiento, del 70% en once años, se dio sobre todo entre jóvenes y sectores populares, dos segmentos que el oficialismo observa con especial interés.
La articulación entre iglesias evangélicas y partidos de derecha no es un fenómeno exclusivo de la Argentina. Un estudio comparativo entre la Argentina, Brasil y Chile, realizado a fines de 2023 por la Fundación Friedrich Ebert –ligada al partido socialdemócrata alemán-, mostró la alta incidencia de evangélicos entre quienes votan por la ultraderecha. En los tres países analizados, su adhesión es clave para las derechas emergentes.
En la Argentina, ese puente se construyó a partir de afinidades ideológicas. La defensa de la familia y el rechazo al aborto, a la “ideología de género” y a la educación sexual: los libertarios adoptaron las banderas del evangelismo más conservador. “Los evangélicos sostienen las posturas más tradicionalistas en cuanto al modelo familiar”, señala el informe del Conicet. Solo el 31,7% apoya la adopción por parte de parejas del mismo sexo y casi siete de cada diez creen que el único matrimonio válido es entre un hombre y una mujer.
Pero la conexión va más allá del plano moral. A diferencia del catolicismo, que puede entender la pobreza como virtud, el evangelismo promueve una ética de la prosperidad: el progreso material es señal de bendición. “El evangélico no trabaja para que el pobre sea feliz, sino para que deje de ser pobre y pone su fe en función de ello”, explica Norberto Saracco, pastor porteño con más de medio siglo de trayectoria. Esa afinidad con la lógica meritocrática del liberalismo económico facilitó la sintonía con el discurso mileísta.
Uno de los símbolos de este cruce es Gabriel Ballerini, expastor evangélico de la Ciudad de Buenos Aires, que ofició como uno de los oradores centrales de La Derecha Fest, en Córdoba, evento que contó con la participación de Milei. Ballerini fue director de bioética de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) y se convirtió en una figura visible durante el debate por el aborto entre 2018 y 2019. Organizó manifestaciones, predicó en las calles y fue uno de los líderes de la oposición al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE).
“Me di cuenta de que la batalla cultural también era una batalla política”, dijo a LA NACION al rememorar su paso a la militancia partidaria. Su primera incursión fue con el partido NOS, que postuló a José Gómez Centurión y Cynthia Hotton -otra figura vinculada al evangelismo-, pero luego migró a LLA.
Durante la última edición de La Derecha Fest compartió escenario con Rigoberto Hidalgo, predicador costarricense y director de Reasonable Faith, un influyente ministerio cristiano. También con Evelin Barroso, pastora de la iglesia Cita con la Vida -una de las más grandes de Córdoba- y dirigente libertaria cercana al diputado Gabriel Bornoroni.
Allí Ballerini insistió en su prédica: “La batalla es espiritual. La batalla es cultural. Pero también es electoral”. Hidalgo arremetió contra la “ideología de género” y sentenció que “solo hay dos sexos y 50 formas de hacer el ridículo”. Barroso cerró el tridente con un llamado a la acción y la defensa de la familia: “La batalla por el futuro empieza en casa”.
Semanas antes, Milei viajó a Resistencia, Chaco, para visitar al pastor Jorge Ledesma, quien dirige el templo Portal del Cielo, el más grande del país. El Presidente fue recibido con honores. Pero el pastor hoy enfrenta una causa judicial tras relatar públicamente que con $100.000 logró “milagrosamente” convertir el dinero en dólares y construir la iglesia.
El cruce entre púlpito y política no es bien visto por todos. Aciera difundió un documento donde advierte sobre el riesgo de “mezclar o confundir las funciones pastorales con la vocación por la cosa pública”. Y Saracco, pastor de la iglesia Buenas Nuevas de Parque Avellaneda, fue aún más duro. Calificó como “lamentable” la visita de Milei al templo de Ledesma. “Se prestó el sagrado lugar del púlpito para que el Presidente, en un claro acto partidario, dirigiera su diatriba plagada de falsos argumentos, distorsiones maliciosas y afirmaciones totalmente contrarias a las enseñanzas del evangelio”, afirmó.
En diálogo con LA NACION, sumó: “Los políticos tuvieron la astucia de levantar las banderas que levantan muchos fieles, como la lucha contra el aborto o contra la ideología de género, y los evangélicos la ingenuidad de ir tras ellos. Hay un mutuo engaño, ninguno saca mucho del otro. Los políticos creen que van a llegar a donde llegan las iglesias evangélicas, pero eso no es así”.
A pesar de las advertencias, los gestos del Gobierno hacia las comunidades religiosas no se detienen. Amparada en la ley de rezagos, que permite donar bienes incautados en aduanas a entidades de bien público, la Secretaría General de la Presidencia -bajo la conducción de Karina Milei– distribuyó miles de artículos a diversas organizaciones. Entre ellas, se destacan fundaciones ligadas a iglesias evangélicas, aunque también fueron beneficiadas ONG vinculadas a dirigentes libertarios y la Asociación Cultural Israelita Scholem Aleijem de Corrientes.
Entre los casos más relevantes figuran tres entidades evangélicas. La Fundación Portal del Norte, de la provincia de Chaco, recibió 7.532 productos, entre ropa blanca, calzado, gorros y bolsos. La Asociación Visión de Campeones, con sede en Corrientes, fue beneficiada con 31.550 artículos, incluyendo indumentaria, elementos de higiene y utensilios de bazar. Pero la donación más significativa fue destinada a la Fundación Cristiana Cielos Abiertos, en Mendoza: un total de 813.000 artículos, entre ellos ropa de bebé, mochilas, pelotas, calculadoras científicas y otros insumos. Esta última organización está vinculada a la iglesia evangélica frecuentada por la exdiputada libertaria Lourdes Arrieta, quien abandonó el bloque oficialista luego de visitar a militares condenados por delitos de lesa humanidad. Las donaciones se concretaron antes de ese episodio.
El cambio legal
El paso institucional más relevante llegó la semana pasada, con el Decreto 486/2025, que resolvió una histórica demanda del mundo religioso no católico: la posibilidad de constituirse jurídicamente como iglesia, sin necesidad de inscribirse como asociación civil o fundación.
Además, permite a las ya registradas reconvertirse bajo su propia normativa religiosa. “No es un registro, es justicia, es libertad y es igualdad religiosa”, celebró la pastora y diputada libertaria Nadia Márquez. El secretario de Culto, Nahuel Sotelo, fue el que le dio el impulso final a la medida.
La diputada Márquez, referente de la iglesia “Jesús es Rey” de Neuquén, proviene de una familia pastoral. Su padre, Hugo Márquez, también predica y promueve un modelo de liderazgo cristiano con vocación política. “Hemos tenido una herencia muy parroquial. Pastoreamos la pequeña grey dentro del templo. Pero no estamos siendo pastores de la calle, del mundo, de la gente”, dijo durante un debate con Ballerini, donde discutieron cómo “ser sal para el mundo” y salir del templo hacia la acción pública.
Márquez sumó a su equipo al pastor neuquino David Schlerth, exdiputado del Pro. En Córdoba, la diputada María Celeste Ponce se bautizó este año en el Río Jordán, acompañada por el cantante y predicador Marcos Brunet. “Hoy morí para renacer en Cristo”, escribió en sus redes tras la ceremonia. En Tierra del Fuego, el diputado Santiago Pauli es hijo del pastor bautista Héctor Pauli, líder de la iglesia “Hay Vida en Jesús”. En Jujuy, la senadora Vilma Bedia -también pastora- se presenta en su cuenta de X como “arquitecta de su propia vida, ambientalista ad honorem, evangélica, madre y abuela”.
Bedia y Márquez encabezaron la ofensiva contra Marisa Graham en la Defensoría de los Derechos del Niño, un área clave donde buscan tener incidencia directa. Graham se había autoprorrogado en el cargo y fue desplazada con apoyo libertario. Sin embargo, ambas legisladoras arrastran cuestionamientos. Márquez cerró con una probation una causa penal por estafa, acusada de haber emitido títulos falsos en dos institutos terciarios de Neuquén. Bedia, por su parte, fue muy cuestionada porque nombró a seis familiares como asesores en el Senado.
En la provincia de Buenos Aires, el articulador clave es Sebastián Pareja. Su aliada, Graciela Chamula, exdirectora de Culto en Lanús, tejió vínculos con cientos de pastores del conurbano. “Los evangélicos nos ayudan a tener cercanía con la gente y repartir boletas sin necesidad de recurrir al puntero. Están en lugares inhóspitos. Te convocan gente que te escucha gratis, sin necesidad de gastar guita en un acto”, explicó un dirigente libertario bonaerense.
También se sumó al armado Ramón “el Nene” Vera, evangelista y dirigente de raíces peronistas con fuerte presencia en Moreno. Se define como “hombre de Dios y de familia” y fue electo diputado provincial por LLA. Antes había pasado por el kirchnerismo, el massismo y Cambiemos.
Pareja incorporó además al partido Una Nueva Oportunidad (UNO), espacio evangélico con trayectoria territorial, liderado por Diego Villamayor, exfuncionario de Néstor Grindetti. Villamayor figuró en el lugar 15 de la lista libertaria de la tercera sección. Otro actor del mundo evangélico es Daniel Di Paolo, platense, referente del partido Más Valores en la provincia.
¿Y el judaísmo?
La sintonía con las iglesias evangélicas se da en paralelo a la profundización del vínculo personal y político de Milei con el judaísmo. El Presidente se comprometió a trasladar la embajada argentina en Israel a Jerusalén, y nombró a su rabino personal, Shimon Axel Wahnish, como embajador en ese país. En el ecosistema libertario reconocen que las religiones cumplen funciones distintas pero complementarias: mientras los evangélicos aportan capilaridad territorial, la comunidad judía traza puentes internacionales y ejerce lobby económico.
“La victoria en la guerra no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del Cielo”, repite Milei, que hace de la alquimia entre política y espiritualidad una estrategia para convertir redes en poder y rezos en votos.
Donde la política no entra, entra la fe. En asentamientos, cárceles y barrios sin agua ni luz, hay un actor con presencia firme: las iglesias evangélicas. Allí puso la mira La Libertad Avanza (LLA).
Con un aparato territorial endeble, el oficialismo busca apoyarse en las redes de templos, pastores y fieles para ampliar su base y anclarse en el territorio. Y lo hace con herramientas ideológicas -un discurso conservador alineado con los valores cristianos-, pero también con recursos tangibles: donaciones para las iglesias, simplificación de sus trámites legales y presencia directa de dirigentes libertarios en la vida eclesial.
La apuesta no es menor. Según un estudio del Conicet de 2019, el 15,3% de la población argentina profesa la fe evangélica. Son más de siete millones de personas. En 2008, la cifra era del 9%. El crecimiento, del 70% en once años, se dio sobre todo entre jóvenes y sectores populares, dos segmentos que el oficialismo observa con especial interés.
La articulación entre iglesias evangélicas y partidos de derecha no es un fenómeno exclusivo de la Argentina. Un estudio comparativo entre la Argentina, Brasil y Chile, realizado a fines de 2023 por la Fundación Friedrich Ebert –ligada al partido socialdemócrata alemán-, mostró la alta incidencia de evangélicos entre quienes votan por la ultraderecha. En los tres países analizados, su adhesión es clave para las derechas emergentes.
En la Argentina, ese puente se construyó a partir de afinidades ideológicas. La defensa de la familia y el rechazo al aborto, a la “ideología de género” y a la educación sexual: los libertarios adoptaron las banderas del evangelismo más conservador. “Los evangélicos sostienen las posturas más tradicionalistas en cuanto al modelo familiar”, señala el informe del Conicet. Solo el 31,7% apoya la adopción por parte de parejas del mismo sexo y casi siete de cada diez creen que el único matrimonio válido es entre un hombre y una mujer.
Pero la conexión va más allá del plano moral. A diferencia del catolicismo, que puede entender la pobreza como virtud, el evangelismo promueve una ética de la prosperidad: el progreso material es señal de bendición. “El evangélico no trabaja para que el pobre sea feliz, sino para que deje de ser pobre y pone su fe en función de ello”, explica Norberto Saracco, pastor porteño con más de medio siglo de trayectoria. Esa afinidad con la lógica meritocrática del liberalismo económico facilitó la sintonía con el discurso mileísta.
Uno de los símbolos de este cruce es Gabriel Ballerini, expastor evangélico de la Ciudad de Buenos Aires, que ofició como uno de los oradores centrales de La Derecha Fest, en Córdoba, evento que contó con la participación de Milei. Ballerini fue director de bioética de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (Aciera) y se convirtió en una figura visible durante el debate por el aborto entre 2018 y 2019. Organizó manifestaciones, predicó en las calles y fue uno de los líderes de la oposición al proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (ILE).
“Me di cuenta de que la batalla cultural también era una batalla política”, dijo a LA NACION al rememorar su paso a la militancia partidaria. Su primera incursión fue con el partido NOS, que postuló a José Gómez Centurión y Cynthia Hotton -otra figura vinculada al evangelismo-, pero luego migró a LLA.
Durante la última edición de La Derecha Fest compartió escenario con Rigoberto Hidalgo, predicador costarricense y director de Reasonable Faith, un influyente ministerio cristiano. También con Evelin Barroso, pastora de la iglesia Cita con la Vida -una de las más grandes de Córdoba- y dirigente libertaria cercana al diputado Gabriel Bornoroni.
Allí Ballerini insistió en su prédica: “La batalla es espiritual. La batalla es cultural. Pero también es electoral”. Hidalgo arremetió contra la “ideología de género” y sentenció que “solo hay dos sexos y 50 formas de hacer el ridículo”. Barroso cerró el tridente con un llamado a la acción y la defensa de la familia: “La batalla por el futuro empieza en casa”.
Semanas antes, Milei viajó a Resistencia, Chaco, para visitar al pastor Jorge Ledesma, quien dirige el templo Portal del Cielo, el más grande del país. El Presidente fue recibido con honores. Pero el pastor hoy enfrenta una causa judicial tras relatar públicamente que con $100.000 logró “milagrosamente” convertir el dinero en dólares y construir la iglesia.
El cruce entre púlpito y política no es bien visto por todos. Aciera difundió un documento donde advierte sobre el riesgo de “mezclar o confundir las funciones pastorales con la vocación por la cosa pública”. Y Saracco, pastor de la iglesia Buenas Nuevas de Parque Avellaneda, fue aún más duro. Calificó como “lamentable” la visita de Milei al templo de Ledesma. “Se prestó el sagrado lugar del púlpito para que el Presidente, en un claro acto partidario, dirigiera su diatriba plagada de falsos argumentos, distorsiones maliciosas y afirmaciones totalmente contrarias a las enseñanzas del evangelio”, afirmó.
En diálogo con LA NACION, sumó: “Los políticos tuvieron la astucia de levantar las banderas que levantan muchos fieles, como la lucha contra el aborto o contra la ideología de género, y los evangélicos la ingenuidad de ir tras ellos. Hay un mutuo engaño, ninguno saca mucho del otro. Los políticos creen que van a llegar a donde llegan las iglesias evangélicas, pero eso no es así”.
A pesar de las advertencias, los gestos del Gobierno hacia las comunidades religiosas no se detienen. Amparada en la ley de rezagos, que permite donar bienes incautados en aduanas a entidades de bien público, la Secretaría General de la Presidencia -bajo la conducción de Karina Milei– distribuyó miles de artículos a diversas organizaciones. Entre ellas, se destacan fundaciones ligadas a iglesias evangélicas, aunque también fueron beneficiadas ONG vinculadas a dirigentes libertarios y la Asociación Cultural Israelita Scholem Aleijem de Corrientes.
Entre los casos más relevantes figuran tres entidades evangélicas. La Fundación Portal del Norte, de la provincia de Chaco, recibió 7.532 productos, entre ropa blanca, calzado, gorros y bolsos. La Asociación Visión de Campeones, con sede en Corrientes, fue beneficiada con 31.550 artículos, incluyendo indumentaria, elementos de higiene y utensilios de bazar. Pero la donación más significativa fue destinada a la Fundación Cristiana Cielos Abiertos, en Mendoza: un total de 813.000 artículos, entre ellos ropa de bebé, mochilas, pelotas, calculadoras científicas y otros insumos. Esta última organización está vinculada a la iglesia evangélica frecuentada por la exdiputada libertaria Lourdes Arrieta, quien abandonó el bloque oficialista luego de visitar a militares condenados por delitos de lesa humanidad. Las donaciones se concretaron antes de ese episodio.
El cambio legal
El paso institucional más relevante llegó la semana pasada, con el Decreto 486/2025, que resolvió una histórica demanda del mundo religioso no católico: la posibilidad de constituirse jurídicamente como iglesia, sin necesidad de inscribirse como asociación civil o fundación.
Además, permite a las ya registradas reconvertirse bajo su propia normativa religiosa. “No es un registro, es justicia, es libertad y es igualdad religiosa”, celebró la pastora y diputada libertaria Nadia Márquez. El secretario de Culto, Nahuel Sotelo, fue el que le dio el impulso final a la medida.
La diputada Márquez, referente de la iglesia “Jesús es Rey” de Neuquén, proviene de una familia pastoral. Su padre, Hugo Márquez, también predica y promueve un modelo de liderazgo cristiano con vocación política. “Hemos tenido una herencia muy parroquial. Pastoreamos la pequeña grey dentro del templo. Pero no estamos siendo pastores de la calle, del mundo, de la gente”, dijo durante un debate con Ballerini, donde discutieron cómo “ser sal para el mundo” y salir del templo hacia la acción pública.
Márquez sumó a su equipo al pastor neuquino David Schlerth, exdiputado del Pro. En Córdoba, la diputada María Celeste Ponce se bautizó este año en el Río Jordán, acompañada por el cantante y predicador Marcos Brunet. “Hoy morí para renacer en Cristo”, escribió en sus redes tras la ceremonia. En Tierra del Fuego, el diputado Santiago Pauli es hijo del pastor bautista Héctor Pauli, líder de la iglesia “Hay Vida en Jesús”. En Jujuy, la senadora Vilma Bedia -también pastora- se presenta en su cuenta de X como “arquitecta de su propia vida, ambientalista ad honorem, evangélica, madre y abuela”.
Bedia y Márquez encabezaron la ofensiva contra Marisa Graham en la Defensoría de los Derechos del Niño, un área clave donde buscan tener incidencia directa. Graham se había autoprorrogado en el cargo y fue desplazada con apoyo libertario. Sin embargo, ambas legisladoras arrastran cuestionamientos. Márquez cerró con una probation una causa penal por estafa, acusada de haber emitido títulos falsos en dos institutos terciarios de Neuquén. Bedia, por su parte, fue muy cuestionada porque nombró a seis familiares como asesores en el Senado.
En la provincia de Buenos Aires, el articulador clave es Sebastián Pareja. Su aliada, Graciela Chamula, exdirectora de Culto en Lanús, tejió vínculos con cientos de pastores del conurbano. “Los evangélicos nos ayudan a tener cercanía con la gente y repartir boletas sin necesidad de recurrir al puntero. Están en lugares inhóspitos. Te convocan gente que te escucha gratis, sin necesidad de gastar guita en un acto”, explicó un dirigente libertario bonaerense.
También se sumó al armado Ramón “el Nene” Vera, evangelista y dirigente de raíces peronistas con fuerte presencia en Moreno. Se define como “hombre de Dios y de familia” y fue electo diputado provincial por LLA. Antes había pasado por el kirchnerismo, el massismo y Cambiemos.
Pareja incorporó además al partido Una Nueva Oportunidad (UNO), espacio evangélico con trayectoria territorial, liderado por Diego Villamayor, exfuncionario de Néstor Grindetti. Villamayor figuró en el lugar 15 de la lista libertaria de la tercera sección. Otro actor del mundo evangélico es Daniel Di Paolo, platense, referente del partido Más Valores en la provincia.
¿Y el judaísmo?
La sintonía con las iglesias evangélicas se da en paralelo a la profundización del vínculo personal y político de Milei con el judaísmo. El Presidente se comprometió a trasladar la embajada argentina en Israel a Jerusalén, y nombró a su rabino personal, Shimon Axel Wahnish, como embajador en ese país. En el ecosistema libertario reconocen que las religiones cumplen funciones distintas pero complementarias: mientras los evangélicos aportan capilaridad territorial, la comunidad judía traza puentes internacionales y ejerce lobby económico.
“La victoria en la guerra no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del Cielo”, repite Milei, que hace de la alquimia entre política y espiritualidad una estrategia para convertir redes en poder y rezos en votos.
El 15,3% de la población está ligada a estas iglesias, que llegan adonde la política no entra; el Gobierno afianzó vínculos con pastores, los eximió de trámites legales y les hizo donaciones de rezagos aduaneros LA NACION