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El drama de Julieta Prandi: del abuso sexual a la causa paralela por las “cosas terribles” que vivió su hijo mayor

Este miércoles, a seis años de la denuncia de Julieta Prandi contra su exmarido, Claudio Contardi, comienza el juicio por abuso sexual con acceso carnal agravado. La primera en sentarse frente al tribunal como testigo será la misma actriz, que deberá relatar los hechos vividos con el padre de sus hijos.

El caso está a cargo del TOC N°2 de Zárate Campana a cargo de Daniel Rópolo, Lucía Leiro y Mariano Aguilar, y aunque no se sabe cuál será la estrategia legal de la modelo asistida por Fernando Burlando ni qué declarará con exactitud ante los jueces y el fiscal Christian Fabio, desde 2019, cuando se hizo pública su denuncia, Prandi fue relatando en diferentes medios cómo fue su relación con su exmarido.

“No nos elegimos más como pareja”, confirmaba a principios de 2019 la exmodelo su ruptura con Claudio Contardi, padre de sus hijos Mateo y Rocco, de 8 y 3 años, respectivamente, en ese entonces. Cuatro meses después y de manera muy paulatina, ella comenzaba a dar detalles de cómo y por qué había tomado la decisión de divorciarse. “Él se quedó en la casa porque no quería irse y yo me alquilé un departamento. Me tuve que ir con mis nenes. Si él no se iba, me iba yo. Y ahora tenemos el tiempo dividido para que los vea”, decía en mayo de ese año en el ciclo PH, Podemos Hablar y de alguna manera empezaba a dejar entrever parte de la historia que después compartiría con el público.

Animarse a hablar

Julieta Prandi en la presentación de su libro, Yo tendría que estar muerta

“La última parte no estuvo buena. Fueron muchos años y le tengo un cariño enorme. Estuvimos diez años juntos y nos casamos en 2011, por eso es una relación que merece todo mi respeto, pero se terminó en un punto el amor de pareja”, decía en ese entonces y ante la pregunta del conductor sobre si había habido violencia, aseguraba que no.

Sin embargo, en noviembre, un mes después de divorciarse legalmente, Julieta se animó a dar más detalles. Todo era un problema. Al principio creía que lo hacía para cuidarme pero después me di cuenta de que era ‘te cuido y te controlo’, ‘te cuido y te llevo’ y un día estás presa adentro de tu casa”, reflexionó y agregó: “Cada vez estaba más asfixiada y perdida conmigo misma. Cada día más triste. Hasta que un día dije: ‘Tengo que tomar una decisión por más que sea doloroso para mí y los chicos. No fue tan sencillo. El último año de convivencia fue con mucho maltrato psicológico”, comentó en el ciclo Hay que ver.

En ese momento expuso varias situaciones y recordó, por ejemplo, la vez que ella tenía que ir dos días a trabajar a Uruguay y no pudo hacerlo porque Contardi le había escondido su billetera y su celular en el freezer: “Era una persona que me degradaba, me insultaba y me amenazaba todo el tiempo, así que podía lastimarme”. Sin embargo, no fueron esas actitudes las que la hicieron hacer el clic, sino ver a su hijo mayor: “Cuando vi a Mateo convertirse en Julieta, ya que tenía el mismo dolor que yo, ahí me saqué la última venda que me quedaba. Uno puede ser débil con uno mismo, pero cuando te tocan un hijo…“.

Fue en ese momento que ella decidió además de contar su historia en los medios, recurrir a la Justicia y denunciar a Contardi por violencia familiar. A su vez, Prandi pidió una perimetral. En 2021 sumó otro pedido a la Justicia: que sus hijos no pudieran quedarse con él.

Julieta Prandi describió en varias oportunidades el calvario vivido con su exmarido

“Empecé a ver, a escuchar la voz de mis hijos, que me contaban la misma violencia que sufría yo, pero en carne propia. El miedo de mis hijos, las amenazas que sufrieron, la imposibilidad de poder llamarme por teléfono cuando estaban con su papá”, relató en Intratables. Aquella noche al aire de América contó que el dominio que él ejercía sobre ella no era nuevo, sino que siempre estuvo, solo que ella no se daba cuenta: “Me casé cuando Mateo tenía seis meses y ahí sufrí la primera estafa. Me robó mi primer departamento. Este tipo de gente se convierte en tu familia, tu protector, tu administrador, porque logró que yo le firme un poder administrativo y cobraba mi sueldo, manejaba mis cuentas”.

“Me hacía seguimiento”

Según su relato, antes del nacimiento de su segundo hijo en común, Contardi comenzó a controlarla aún más: “No me permitía manejar un auto por miedo a que me pasara algo. Me decía que era peligroso, qué hacía si me pasaba algo, qué le podía pasar a mis hijos. Era su manera de saber a qué hora salía, a qué hora entraba, con quién estaba o no. Me hacía seguimiento. Después empezó con los descalificativos, con qué iba a hacer sin él, con que estaba vieja. Un montón de cosas de un misógino, un violento. Después me empezó a amenazar con que iban a pasar cosas malas con mis familiares y mis amigas si yo no me alejaba. Entonces me empecé a alejar hasta quedarme completamente sola con él y mis hijos”.

“Empezó a controlar mis cuentas, a comprar y vender; me sacó 22 años de trabajo, todo lo que estaba en mi caja de seguridad. Me tuve que ir de mi propia casa pidiendo un préstamo al banco”, dijo Prandi sobre la violencia económica que él ejercía sobre ella.

Una de las cosas más duras que contó en diálogo con Alejandro Fantino fue sobre una situación de la cual no brindó detalles, que involucra a uno de sus hijos: “Hay una causa penal abierta en la que está involucrado mi hijo mayor, porque se lo entregaba a una persona y le pasaron cosas terribles que no voy a exponer. Cuando mi hijo tuvo la valentía de hablar y decir lo que había pasado, su padre optó por no creerle porque, claro, pasó bajo su tutela, con una persona que trabaja en la casa. Mateo tuvo que padecer un montón de cosas. Se quiere sacar el apellido”.

Prandi también se refirió a hechos de violencia física: “Me agarraba del cuello, me ponía el puño en la cara y me decía que si era un hombre no me dejaba un hueso sano. Me tiraba de los pelos. Esas cosas me hacía. No me dejaba marcada porque no era tan imbécil, pero el miedo me lo imponía siempre”.

En 2021, además, Prandi radicó una nueva denuncia, en este caso por abuso. El texto señalaba que “Contardi accedió carnalmente a la víctima en reiteradas oportunidades contra su voluntad” y refiere al período que va desde julio de 2015 hasta marzo de 2018. “Para lograr su cometido, el imputado ejerció todo tipo de violencia física, psicológica y simbólica, refiriéndole a la víctima que ‘como era su mujer tenía la obligación de tener relaciones sexuales’. Lo hacía mediante amenazas y el empleo de violencia física, tomándola del cuello y del cabello por detrás, repitiendo dicho accionar en el tiempo -cuanto menos dos veces por semana-, reiterándose los abusos sexuales como mínimo en 144 oportunidades”, detallaba en ese momento.

“Soy una persona como cualquier otra. Muchos creen que porque te va bien o sos conocida o trabajás en la moda o en la televisión no puede sucederte algo así. ‘¡¿Pero cómo?! ¡¿Si ella tiene acceso a todo?!’, dicen. Y sí, puede pasarle a cualquiera. Cuesta que la gente lo entienda y creo que es por eso por lo que impactó tanto mi caso. Pero te aseguro que toparte con un psicópata le puede pasar a cualquiera a lo largo de la vida. Y, lo más complejo, no es tan fácil de descubrir al psicópata en el primer momento”, reflexionaba el año pasado Julieta Prandi al presentar su libro, ya con otra mirada sobre sí misma, la mirada de una mujer cuyas heridas lentamente -gracias a sus hijos, la escritura y su nuevo amor, Emanuel Ortega- empiezan a sanar.

Yo tendría que estar muerta es el título de la primera novela de Julieta Prandi que cuenta la historia de Lucía, una conductora de televisión que sufre violencia por parte de su pareja. “Mi libro no es la historia ficcionada de Julieta, es una historia basada en hechos reales que la pude escribir por todo lo que me tocó vivir y creo que le puede servir a muchas mujeres”, explicó la modelo el año pasado, en diálogo con LA NACION, al presentar su trabajo.

Este miércoles, a seis años de la denuncia de Julieta Prandi contra su exmarido, Claudio Contardi, comienza el juicio por abuso sexual con acceso carnal agravado. La primera en sentarse frente al tribunal como testigo será la misma actriz, que deberá relatar los hechos vividos con el padre de sus hijos.

El caso está a cargo del TOC N°2 de Zárate Campana a cargo de Daniel Rópolo, Lucía Leiro y Mariano Aguilar, y aunque no se sabe cuál será la estrategia legal de la modelo asistida por Fernando Burlando ni qué declarará con exactitud ante los jueces y el fiscal Christian Fabio, desde 2019, cuando se hizo pública su denuncia, Prandi fue relatando en diferentes medios cómo fue su relación con su exmarido.

“No nos elegimos más como pareja”, confirmaba a principios de 2019 la exmodelo su ruptura con Claudio Contardi, padre de sus hijos Mateo y Rocco, de 8 y 3 años, respectivamente, en ese entonces. Cuatro meses después y de manera muy paulatina, ella comenzaba a dar detalles de cómo y por qué había tomado la decisión de divorciarse. “Él se quedó en la casa porque no quería irse y yo me alquilé un departamento. Me tuve que ir con mis nenes. Si él no se iba, me iba yo. Y ahora tenemos el tiempo dividido para que los vea”, decía en mayo de ese año en el ciclo PH, Podemos Hablar y de alguna manera empezaba a dejar entrever parte de la historia que después compartiría con el público.

Animarse a hablar

Julieta Prandi en la presentación de su libro, Yo tendría que estar muerta

“La última parte no estuvo buena. Fueron muchos años y le tengo un cariño enorme. Estuvimos diez años juntos y nos casamos en 2011, por eso es una relación que merece todo mi respeto, pero se terminó en un punto el amor de pareja”, decía en ese entonces y ante la pregunta del conductor sobre si había habido violencia, aseguraba que no.

Sin embargo, en noviembre, un mes después de divorciarse legalmente, Julieta se animó a dar más detalles. Todo era un problema. Al principio creía que lo hacía para cuidarme pero después me di cuenta de que era ‘te cuido y te controlo’, ‘te cuido y te llevo’ y un día estás presa adentro de tu casa”, reflexionó y agregó: “Cada vez estaba más asfixiada y perdida conmigo misma. Cada día más triste. Hasta que un día dije: ‘Tengo que tomar una decisión por más que sea doloroso para mí y los chicos. No fue tan sencillo. El último año de convivencia fue con mucho maltrato psicológico”, comentó en el ciclo Hay que ver.

En ese momento expuso varias situaciones y recordó, por ejemplo, la vez que ella tenía que ir dos días a trabajar a Uruguay y no pudo hacerlo porque Contardi le había escondido su billetera y su celular en el freezer: “Era una persona que me degradaba, me insultaba y me amenazaba todo el tiempo, así que podía lastimarme”. Sin embargo, no fueron esas actitudes las que la hicieron hacer el clic, sino ver a su hijo mayor: “Cuando vi a Mateo convertirse en Julieta, ya que tenía el mismo dolor que yo, ahí me saqué la última venda que me quedaba. Uno puede ser débil con uno mismo, pero cuando te tocan un hijo…“.

Fue en ese momento que ella decidió además de contar su historia en los medios, recurrir a la Justicia y denunciar a Contardi por violencia familiar. A su vez, Prandi pidió una perimetral. En 2021 sumó otro pedido a la Justicia: que sus hijos no pudieran quedarse con él.

Julieta Prandi describió en varias oportunidades el calvario vivido con su exmarido

“Empecé a ver, a escuchar la voz de mis hijos, que me contaban la misma violencia que sufría yo, pero en carne propia. El miedo de mis hijos, las amenazas que sufrieron, la imposibilidad de poder llamarme por teléfono cuando estaban con su papá”, relató en Intratables. Aquella noche al aire de América contó que el dominio que él ejercía sobre ella no era nuevo, sino que siempre estuvo, solo que ella no se daba cuenta: “Me casé cuando Mateo tenía seis meses y ahí sufrí la primera estafa. Me robó mi primer departamento. Este tipo de gente se convierte en tu familia, tu protector, tu administrador, porque logró que yo le firme un poder administrativo y cobraba mi sueldo, manejaba mis cuentas”.

“Me hacía seguimiento”

Según su relato, antes del nacimiento de su segundo hijo en común, Contardi comenzó a controlarla aún más: “No me permitía manejar un auto por miedo a que me pasara algo. Me decía que era peligroso, qué hacía si me pasaba algo, qué le podía pasar a mis hijos. Era su manera de saber a qué hora salía, a qué hora entraba, con quién estaba o no. Me hacía seguimiento. Después empezó con los descalificativos, con qué iba a hacer sin él, con que estaba vieja. Un montón de cosas de un misógino, un violento. Después me empezó a amenazar con que iban a pasar cosas malas con mis familiares y mis amigas si yo no me alejaba. Entonces me empecé a alejar hasta quedarme completamente sola con él y mis hijos”.

“Empezó a controlar mis cuentas, a comprar y vender; me sacó 22 años de trabajo, todo lo que estaba en mi caja de seguridad. Me tuve que ir de mi propia casa pidiendo un préstamo al banco”, dijo Prandi sobre la violencia económica que él ejercía sobre ella.

Una de las cosas más duras que contó en diálogo con Alejandro Fantino fue sobre una situación de la cual no brindó detalles, que involucra a uno de sus hijos: “Hay una causa penal abierta en la que está involucrado mi hijo mayor, porque se lo entregaba a una persona y le pasaron cosas terribles que no voy a exponer. Cuando mi hijo tuvo la valentía de hablar y decir lo que había pasado, su padre optó por no creerle porque, claro, pasó bajo su tutela, con una persona que trabaja en la casa. Mateo tuvo que padecer un montón de cosas. Se quiere sacar el apellido”.

Prandi también se refirió a hechos de violencia física: “Me agarraba del cuello, me ponía el puño en la cara y me decía que si era un hombre no me dejaba un hueso sano. Me tiraba de los pelos. Esas cosas me hacía. No me dejaba marcada porque no era tan imbécil, pero el miedo me lo imponía siempre”.

En 2021, además, Prandi radicó una nueva denuncia, en este caso por abuso. El texto señalaba que “Contardi accedió carnalmente a la víctima en reiteradas oportunidades contra su voluntad” y refiere al período que va desde julio de 2015 hasta marzo de 2018. “Para lograr su cometido, el imputado ejerció todo tipo de violencia física, psicológica y simbólica, refiriéndole a la víctima que ‘como era su mujer tenía la obligación de tener relaciones sexuales’. Lo hacía mediante amenazas y el empleo de violencia física, tomándola del cuello y del cabello por detrás, repitiendo dicho accionar en el tiempo -cuanto menos dos veces por semana-, reiterándose los abusos sexuales como mínimo en 144 oportunidades”, detallaba en ese momento.

“Soy una persona como cualquier otra. Muchos creen que porque te va bien o sos conocida o trabajás en la moda o en la televisión no puede sucederte algo así. ‘¡¿Pero cómo?! ¡¿Si ella tiene acceso a todo?!’, dicen. Y sí, puede pasarle a cualquiera. Cuesta que la gente lo entienda y creo que es por eso por lo que impactó tanto mi caso. Pero te aseguro que toparte con un psicópata le puede pasar a cualquiera a lo largo de la vida. Y, lo más complejo, no es tan fácil de descubrir al psicópata en el primer momento”, reflexionaba el año pasado Julieta Prandi al presentar su libro, ya con otra mirada sobre sí misma, la mirada de una mujer cuyas heridas lentamente -gracias a sus hijos, la escritura y su nuevo amor, Emanuel Ortega- empiezan a sanar.

Yo tendría que estar muerta es el título de la primera novela de Julieta Prandi que cuenta la historia de Lucía, una conductora de televisión que sufre violencia por parte de su pareja. “Mi libro no es la historia ficcionada de Julieta, es una historia basada en hechos reales que la pude escribir por todo lo que me tocó vivir y creo que le puede servir a muchas mujeres”, explicó la modelo el año pasado, en diálogo con LA NACION, al presentar su trabajo.

 Este miércoles comenzó el juicio oral contra su exmarido, Claudio Contardi, denunciado por la actriz, modelo y conductora por abuso sexual con acceso carnal agravado  LA NACION

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