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Lejos de Palermo. La zona de calles arboladas y ritmo tranquilo que atrae cada vez más gente con su polo gourmet

Con perfil bajo y calles arboladas, nace un nuevo polo gourmet. Entre la avenida Honorio Pueyrredón, la avenida Gaona, Avellaneda y la avenida Donato Álvarez, hay propuestas variadas que dan forma a un circuito donde siempre hay lugar para estacionar. Desde almuerzos y cenas en los jardines de la casa que perteneció a Leandro N. Alem o una carta de autor en un conjunto Art Decó, hasta una pizzería con un horno escultórico.

Nacidos y criados en Caballito Norte, muchos emprendedores quieren cautivar a los vecinos de siempre con propuestas atractivas en términos de precios y platos para compartir.

Centro es uno de los últimos desembarcos, en una ochava icónica, donde el chef Fernando Golabek fusiona ingredientes de estación para componer una carta de inspiración europea y marroquí. Cacto reversiona la pizza napolitana con ingredientes generosos y ofrece degustaciones al paso para el público.

Tostadores de granos propios, los dueños de Amelia esgrimen los motivos del auge: “La gente de la zona quiere su propio polo gastronómico sin tener que trasladarse a los barrios clásicos”. Las tortas con flores naturales engrosan los pedidos de Tauro, los tazones de café de especialidad se destacan en Amelia y en Ppang! hay opciones de comida coreana. No hay dudas de que, pospandemia, esta zona residencial sumó alternativas gourmet a las clásicas parrillas y bodegones familiares.

Aquí, algunas coordenadas imperdibles:

Chill Garden (Pujol 935)

Esta casona del siglo XIX perteneció a Leandro N. Alem. El jardín, exuberante, ya va por 120 especies de plantas. Hay tapeos, vermouth y una carta de 10 cócteles y mocktails, además de la cava que atesora 2500 botellas.

Centro (Aranguren 928)

Cocina de estación es el lema del chef Fernando Golabek, que desde una ochava Art Deco de 1940 ofrece platos de autor. Deliciosa la palta quemada con mole mexicano, frutos secos y chocolate amargo: viene con tortillas de maíz y cremoso de cajú.

Café Lo Fi (Arengreen 640)

Amplios ventanales y sol caracterizan el espacio donde hay café en grano de Honduras y sándwiches de todo tipo. También playlists de jazz, muestras de arte y encuentros de vinilos, con vino por copa y empanadas.

Luce Cocina (Felipe Vallese 1599)

Santiago Marasuschi está al frente del restaurante que, a una cuadra de Plaza Irlanda, deleita con pastas italianas, cocina de Medio Oriente y platos con impronta armenia. El dato: Santiago viaja seguido y actualiza con técnicas nuevas la carta.

Amelia Tostadores de Café (Rojas 702)

Los hermanos Melina y Franco Naso homenajean a su abuela materna, Amelia, en una esquina donde se posicionaron como tostadores de café. ¿Un imperdible? El Flat white con alfajor toffee con baño de chocolate y pistacho.

Ppang! (Cucha Cucha 998)

Ppang quiere decir pan en coreano. Aquí, Nicolás González y Eugenia Winogora se lucen con los pinchos de portobello al kamado y los Banh Mi, sándwiches vietamitas de matambrito de cerdo, nabo, pepino, cilantro, zanahoria, mayonesa japonesa y jalapeños.

Cacto (Pujol 935)

Un gran horno escultural organiza la pizzería que ostenta, también, tejuelas de ladrillo. Juan Cruz Gioia está al frente de este restaurante que tiene una fainá redonda y la original Roqueperer, a base de roquefort y láminas de peras caramelizadas.

Tauro (Fragata Presidente Sarmiento 730)

Pastelería artesanal, tortas con flores comestibles y cookies con escamas de sal marina dominan este espacio con mesas en la vereda. El carrot cake se destaca por la humedad del bizcocho, la zanahoria asada con coco y las nueces.

Menenga (Espinosa 480)

De un restaurante de hamburguesas a puertas cerradas al local con toques asiáticos que es de los mismos dueños de Ppang!. Mollejas de corazón se suman al menú que incluye pollo frito estilo coreano y sándwiches de milanesa de gírgolas.

Féca (Fragata Presidente Sarmiento 801)

“Es de las zonas más bellas de la ciudad, por su arquitectura y la arboleda”, dicen Matías y Tomás, hermanos y socios del bar donde los fines de semana hay cola. Buenísima la focaccia con mortadela, pistachos y stracciatela.

Con perfil bajo y calles arboladas, nace un nuevo polo gourmet. Entre la avenida Honorio Pueyrredón, la avenida Gaona, Avellaneda y la avenida Donato Álvarez, hay propuestas variadas que dan forma a un circuito donde siempre hay lugar para estacionar. Desde almuerzos y cenas en los jardines de la casa que perteneció a Leandro N. Alem o una carta de autor en un conjunto Art Decó, hasta una pizzería con un horno escultórico.

Nacidos y criados en Caballito Norte, muchos emprendedores quieren cautivar a los vecinos de siempre con propuestas atractivas en términos de precios y platos para compartir.

Centro es uno de los últimos desembarcos, en una ochava icónica, donde el chef Fernando Golabek fusiona ingredientes de estación para componer una carta de inspiración europea y marroquí. Cacto reversiona la pizza napolitana con ingredientes generosos y ofrece degustaciones al paso para el público.

Tostadores de granos propios, los dueños de Amelia esgrimen los motivos del auge: “La gente de la zona quiere su propio polo gastronómico sin tener que trasladarse a los barrios clásicos”. Las tortas con flores naturales engrosan los pedidos de Tauro, los tazones de café de especialidad se destacan en Amelia y en Ppang! hay opciones de comida coreana. No hay dudas de que, pospandemia, esta zona residencial sumó alternativas gourmet a las clásicas parrillas y bodegones familiares.

Aquí, algunas coordenadas imperdibles:

Chill Garden (Pujol 935)

Esta casona del siglo XIX perteneció a Leandro N. Alem. El jardín, exuberante, ya va por 120 especies de plantas. Hay tapeos, vermouth y una carta de 10 cócteles y mocktails, además de la cava que atesora 2500 botellas.

Centro (Aranguren 928)

Cocina de estación es el lema del chef Fernando Golabek, que desde una ochava Art Deco de 1940 ofrece platos de autor. Deliciosa la palta quemada con mole mexicano, frutos secos y chocolate amargo: viene con tortillas de maíz y cremoso de cajú.

Café Lo Fi (Arengreen 640)

Amplios ventanales y sol caracterizan el espacio donde hay café en grano de Honduras y sándwiches de todo tipo. También playlists de jazz, muestras de arte y encuentros de vinilos, con vino por copa y empanadas.

Luce Cocina (Felipe Vallese 1599)

Santiago Marasuschi está al frente del restaurante que, a una cuadra de Plaza Irlanda, deleita con pastas italianas, cocina de Medio Oriente y platos con impronta armenia. El dato: Santiago viaja seguido y actualiza con técnicas nuevas la carta.

Amelia Tostadores de Café (Rojas 702)

Los hermanos Melina y Franco Naso homenajean a su abuela materna, Amelia, en una esquina donde se posicionaron como tostadores de café. ¿Un imperdible? El Flat white con alfajor toffee con baño de chocolate y pistacho.

Ppang! (Cucha Cucha 998)

Ppang quiere decir pan en coreano. Aquí, Nicolás González y Eugenia Winogora se lucen con los pinchos de portobello al kamado y los Banh Mi, sándwiches vietamitas de matambrito de cerdo, nabo, pepino, cilantro, zanahoria, mayonesa japonesa y jalapeños.

Cacto (Pujol 935)

Un gran horno escultural organiza la pizzería que ostenta, también, tejuelas de ladrillo. Juan Cruz Gioia está al frente de este restaurante que tiene una fainá redonda y la original Roqueperer, a base de roquefort y láminas de peras caramelizadas.

Tauro (Fragata Presidente Sarmiento 730)

Pastelería artesanal, tortas con flores comestibles y cookies con escamas de sal marina dominan este espacio con mesas en la vereda. El carrot cake se destaca por la humedad del bizcocho, la zanahoria asada con coco y las nueces.

Menenga (Espinosa 480)

De un restaurante de hamburguesas a puertas cerradas al local con toques asiáticos que es de los mismos dueños de Ppang!. Mollejas de corazón se suman al menú que incluye pollo frito estilo coreano y sándwiches de milanesa de gírgolas.

Féca (Fragata Presidente Sarmiento 801)

“Es de las zonas más bellas de la ciudad, por su arquitectura y la arboleda”, dicen Matías y Tomás, hermanos y socios del bar donde los fines de semana hay cola. Buenísima la focaccia con mortadela, pistachos y stracciatela.

 Luego de la pandemia, este barrio residencial sumó numerosas propuestas gastronómicas  LA NACION

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