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Ganadería siglo XXI. La genómica anticipa el futuro y permite ganar en productividad

Frente a una técnica nueva siempre hay desconfianza. En teoría, la prueba genómica permite predecir el futuro, algo que estaría vedado a la especie humana. La bibliografía dice que posibilita conocer el comportamiento productivo de los vacunos a pocos días de nacer y descartar los peores rápidamente. Pero los ganaderos argentinos son desconfiados. En la cabaña El Volcán compararon las predicciones genéticas emergentes de las pruebas genómicas con lo que ocurrió en la realidad con reproductores y vacas de razas Angus. El resultado fue excelente: se corroboró una altísima relación entre las predicciones y la realidad, lo que confirma la confiablidad de esta revolucionaria herramienta de selección de bovinos. Disparó un cambio cultural en la empresa.

El establecimiento El Volcán, de la familia Boglione, está ubicado en el partido de Balcarce y tiene una superficie total de 9600 hectáreas, de las cuales 7455 son agrícolas, 455 se dedican a la ganadería general y cabaña, y 1600 corresponden a sierras pastoriles. Tiene planta de silos con capacidad para 37.000 toneladas, 28 pivotes que riegan 2200 hectáreas y da trabajo a 76 empleados.

La cabaña El Volcán se fundó con el objetivo de formar un rodeo superior a partir de genética de Montana, Estados Unidos, desde donde se importaron animales en pie y embriones. “La selección genética se realizó con criterios objetivos, inicialmente con las Diferencias Esperadas entre Progenies (DEP) y posteriormente se sumaron las pruebas genómicas, sin descuidar un buen fenotipo”, afirma Pablo Veiga, responsable del área ganadera de la empresa.

El resultado de ese trabajo, junto a la selección fenotípica, a cargo de Carlos Curone y equipo, fueron muchos premios, como Gran Campeón Hembra de la exposición rural de Palermo en 2013 y 2016, el Gran Campeón Macho en 2019 y varios premios Banderín sobre la base del desempeño en varias exposiciones.

“En los rodeos Puros de Pedigrí y Puros Controlados se busca maximizar la eficiencia reproductiva y se pone énfasis en el correcto desarrollo de los animales sin descuidar su tamaño adulto”, enumera Veiga. Los DEP y los datos genómicos que permiten medir el avance genético.

El manejo reproductivo de la hacienda Pura de Pedigrí incluye servicio estacionado de primavera, inseminación artificial a tiempo fijo a la mayoría de las hembras y repaso con toros. Luego se realiza una ecografía para detectar la preñez los 30 días posteriores a la inseminación. En esta hacienda también se practica la superovulación de donantes con congelación de los embriones y aspiración folicular para disponer de embriones in vitro durante todo el año, con posterior transferencia a vacas receptoras.

“La inseminación artificial a tiempo fijo permitió adelantar y concentrar las pariciones y optimizar las recorridas, a la vez que ordenó el servicio del año siguiente. También disminuyó las asistencias al parto, mejoró los índices productivos del rodeo, incorporó animales genéticamente superiores y logró preñar vacas en anestro induciendo la ciclicidad” destaca el profesional.

Irrumpe una nueva etapa

“En un momento, la cabaña decidió incursionar en la genómica para acelerar los tiempos para la selección de reproductores e identificar los más destacados; de esta forma se ahorraría dinero”, rememora Veiga.

La prueba genómica parte de una muestra de un tejido de un bovino -por ejemplo, pelos- y da la información del ADN de toros y vacas, para predecir sus valores productivos -buenos y malos- y tomar las decisiones de selección.

“Buscamos y potenciar la selección convencional por DEP e incorporar nuevos criterios de mejoramiento, como docilidad, eficiencia de conversión y facilidad de parto, hasta ahora no contemplados en las pruebas nacionales”, resalta el profesional.

“En teoría, la información que nos proveería la genómica nos iba a permitir eliminar tempranamente animales no aptos pero que estaban preseleccionados para reproducción; utilizar toros padres de acuerdo a la categoría del vientre a entorar (vaquillona, vaca de primera parición o vaca adulta) e individualizar servicios potenciando las características destacadas y mejorando las menos destacadas”, agrega.

No obstante, frente a una nueva herramienta siempre surge una desconfianza inicial. “Necesitábamos una corroboración de su eficacia, para lo cual se testearon 1500 animales. Para ello, partimos de la base de los percentiles en que se encontraban de acuerdo a las pruebas genómicas y los comparamos con el desempeño productivo real para varios parámetros. Cuando cotejamos el desempeño de los grupos de menor potencial (dentro del 20% inferior) de acuerdo a la genómica, con los de mayor potencial (20 % superior), encontramos diferencias estadísticamente significativas”, cuantifica.

La predicción de la genómica se convalidó en la práctica: el primer grupo de terneros de menor potencial pesó 261,3 kilos como promedio y el de mayor potencial llegó a 278,7, con una diferencia de 17,3 kilos . Es decir, la prueba genómica permitió identificar los animales con mayor potencial de peso al destete y lo mismo pasó con el peso al nacer y con el peso adulto. También resultaron certeras las predicciones de circunferencia escrotal, área de ojo del bife y marmoreo, entre otras.

De acuerdo con estos resultados, “la herramienta genómica permite quedarse anticipadamente con los animales de mayor potencial productivo”, asevera Pablo. “Los resultados de este chequeo confirman que el programa genómico HD 50 K Global Angus MVP de Zoetis se asocia significativamente con el desempeño fenotípico de la población para todos los rasgos que se evaluaron”, afirma Veiga.

Así, estas predicciones genómicas en toros y vaquillonas podrían utilizarse para facilitar las decisiones sobre la selección, como retener o descartar animales para mejorar la productividad del rodeo.

Un cambio cultural

“Nosotros comenzamos con la genómica a partir del tambo. En esta actividad las pruebas estaban muy desarrolladas porque se veían los resultados cada 12 horas con el ordeño. Como alcanzamos muy buenos resultados con la leche, empezamos a investigar qué había para producción de carne” rememora Federico Boglione,

“Al principio cosechamos las clásicas advertencias de ‘esto no va a andar’, ‘es un gasto inútil’, etc. por la clásica resistencia al cambio que tiene el hombre”, se ataja. “Hoy tenemos un camino recorrido desde hace 14 años y vemos que la prueba genómica es una herramienta formidable, que ha provocado un cambio de cultura en la organización y que permite acelerar los tiempos de la selección con datos objetivos para decidir y ganar dinero”, se entusiasma.

“Esta prueba, junto con los DEP y otras herramientas de selección, reducen el protagonismo del glamour del animal lindo; ahora importa su productividad y la rentabilidad que se consigue con él”, diferencia.

“Quien la pruebe y compruebe los resultados de las pruebas genómicas va a ver a que es un camino sin retorno; algo que se va a incorporar cada vez más en el mejoramiento genético de vacunos”, proyecta.

Claves para el manejo de la información

El manejo de los voluminosos datos que entrega la genómica no es problema. Federico Boglione explica que, además de las salidas de computadora, Zoetis tiene un programa que permite procesarlas con facilidad. Estas son las claves.

Primer paso: establecer prioridades. “Se pueden analizar muchísimos datos con las pruebas genómicas, pero el cabañero o el criador tienen que elegir los que más le interesan. Por ejemplo, las predicciones de fertilidad, peso al nacer, circunferencia escrotal, etcétera Segundo paso: dar respuesta a las debilidades. Elegidos los rasgos de mayor interés, pueden trabajar con esos datos para ir mejorando los aspectos débiles de su rodeo con genética proveniente de otros orígenes Combinación ideal. Es decir, la herramienta genómica comienza con una prueba -por ejemplo con una muestra de pelos- pero una vez generados los resultados hay programas que permiten utilizarlos para direccionar la selección genética en el sentido más conveniente Rodeos comerciales. Por ahora la herramienta genómica está usándose principalmente en las cabañas, pero Boglione no descarta que productores con rodeo general o Puro Controlado puedan utilizarla Ubicación. “Pueden tomar muestras de, por ejemplo el 10% del rodeo, para saber dónde están parados en algunos rasgos claves como fertilidad, peso al nacer, docilidad, etc. y establecer un plan para mejorar”, aconseja

Frente a una técnica nueva siempre hay desconfianza. En teoría, la prueba genómica permite predecir el futuro, algo que estaría vedado a la especie humana. La bibliografía dice que posibilita conocer el comportamiento productivo de los vacunos a pocos días de nacer y descartar los peores rápidamente. Pero los ganaderos argentinos son desconfiados. En la cabaña El Volcán compararon las predicciones genéticas emergentes de las pruebas genómicas con lo que ocurrió en la realidad con reproductores y vacas de razas Angus. El resultado fue excelente: se corroboró una altísima relación entre las predicciones y la realidad, lo que confirma la confiablidad de esta revolucionaria herramienta de selección de bovinos. Disparó un cambio cultural en la empresa.

El establecimiento El Volcán, de la familia Boglione, está ubicado en el partido de Balcarce y tiene una superficie total de 9600 hectáreas, de las cuales 7455 son agrícolas, 455 se dedican a la ganadería general y cabaña, y 1600 corresponden a sierras pastoriles. Tiene planta de silos con capacidad para 37.000 toneladas, 28 pivotes que riegan 2200 hectáreas y da trabajo a 76 empleados.

La cabaña El Volcán se fundó con el objetivo de formar un rodeo superior a partir de genética de Montana, Estados Unidos, desde donde se importaron animales en pie y embriones. “La selección genética se realizó con criterios objetivos, inicialmente con las Diferencias Esperadas entre Progenies (DEP) y posteriormente se sumaron las pruebas genómicas, sin descuidar un buen fenotipo”, afirma Pablo Veiga, responsable del área ganadera de la empresa.

El resultado de ese trabajo, junto a la selección fenotípica, a cargo de Carlos Curone y equipo, fueron muchos premios, como Gran Campeón Hembra de la exposición rural de Palermo en 2013 y 2016, el Gran Campeón Macho en 2019 y varios premios Banderín sobre la base del desempeño en varias exposiciones.

“En los rodeos Puros de Pedigrí y Puros Controlados se busca maximizar la eficiencia reproductiva y se pone énfasis en el correcto desarrollo de los animales sin descuidar su tamaño adulto”, enumera Veiga. Los DEP y los datos genómicos que permiten medir el avance genético.

El manejo reproductivo de la hacienda Pura de Pedigrí incluye servicio estacionado de primavera, inseminación artificial a tiempo fijo a la mayoría de las hembras y repaso con toros. Luego se realiza una ecografía para detectar la preñez los 30 días posteriores a la inseminación. En esta hacienda también se practica la superovulación de donantes con congelación de los embriones y aspiración folicular para disponer de embriones in vitro durante todo el año, con posterior transferencia a vacas receptoras.

“La inseminación artificial a tiempo fijo permitió adelantar y concentrar las pariciones y optimizar las recorridas, a la vez que ordenó el servicio del año siguiente. También disminuyó las asistencias al parto, mejoró los índices productivos del rodeo, incorporó animales genéticamente superiores y logró preñar vacas en anestro induciendo la ciclicidad” destaca el profesional.

Irrumpe una nueva etapa

“En un momento, la cabaña decidió incursionar en la genómica para acelerar los tiempos para la selección de reproductores e identificar los más destacados; de esta forma se ahorraría dinero”, rememora Veiga.

La prueba genómica parte de una muestra de un tejido de un bovino -por ejemplo, pelos- y da la información del ADN de toros y vacas, para predecir sus valores productivos -buenos y malos- y tomar las decisiones de selección.

“Buscamos y potenciar la selección convencional por DEP e incorporar nuevos criterios de mejoramiento, como docilidad, eficiencia de conversión y facilidad de parto, hasta ahora no contemplados en las pruebas nacionales”, resalta el profesional.

“En teoría, la información que nos proveería la genómica nos iba a permitir eliminar tempranamente animales no aptos pero que estaban preseleccionados para reproducción; utilizar toros padres de acuerdo a la categoría del vientre a entorar (vaquillona, vaca de primera parición o vaca adulta) e individualizar servicios potenciando las características destacadas y mejorando las menos destacadas”, agrega.

No obstante, frente a una nueva herramienta siempre surge una desconfianza inicial. “Necesitábamos una corroboración de su eficacia, para lo cual se testearon 1500 animales. Para ello, partimos de la base de los percentiles en que se encontraban de acuerdo a las pruebas genómicas y los comparamos con el desempeño productivo real para varios parámetros. Cuando cotejamos el desempeño de los grupos de menor potencial (dentro del 20% inferior) de acuerdo a la genómica, con los de mayor potencial (20 % superior), encontramos diferencias estadísticamente significativas”, cuantifica.

La predicción de la genómica se convalidó en la práctica: el primer grupo de terneros de menor potencial pesó 261,3 kilos como promedio y el de mayor potencial llegó a 278,7, con una diferencia de 17,3 kilos . Es decir, la prueba genómica permitió identificar los animales con mayor potencial de peso al destete y lo mismo pasó con el peso al nacer y con el peso adulto. También resultaron certeras las predicciones de circunferencia escrotal, área de ojo del bife y marmoreo, entre otras.

De acuerdo con estos resultados, “la herramienta genómica permite quedarse anticipadamente con los animales de mayor potencial productivo”, asevera Pablo. “Los resultados de este chequeo confirman que el programa genómico HD 50 K Global Angus MVP de Zoetis se asocia significativamente con el desempeño fenotípico de la población para todos los rasgos que se evaluaron”, afirma Veiga.

Así, estas predicciones genómicas en toros y vaquillonas podrían utilizarse para facilitar las decisiones sobre la selección, como retener o descartar animales para mejorar la productividad del rodeo.

Un cambio cultural

“Nosotros comenzamos con la genómica a partir del tambo. En esta actividad las pruebas estaban muy desarrolladas porque se veían los resultados cada 12 horas con el ordeño. Como alcanzamos muy buenos resultados con la leche, empezamos a investigar qué había para producción de carne” rememora Federico Boglione,

“Al principio cosechamos las clásicas advertencias de ‘esto no va a andar’, ‘es un gasto inútil’, etc. por la clásica resistencia al cambio que tiene el hombre”, se ataja. “Hoy tenemos un camino recorrido desde hace 14 años y vemos que la prueba genómica es una herramienta formidable, que ha provocado un cambio de cultura en la organización y que permite acelerar los tiempos de la selección con datos objetivos para decidir y ganar dinero”, se entusiasma.

“Esta prueba, junto con los DEP y otras herramientas de selección, reducen el protagonismo del glamour del animal lindo; ahora importa su productividad y la rentabilidad que se consigue con él”, diferencia.

“Quien la pruebe y compruebe los resultados de las pruebas genómicas va a ver a que es un camino sin retorno; algo que se va a incorporar cada vez más en el mejoramiento genético de vacunos”, proyecta.

Claves para el manejo de la información

El manejo de los voluminosos datos que entrega la genómica no es problema. Federico Boglione explica que, además de las salidas de computadora, Zoetis tiene un programa que permite procesarlas con facilidad. Estas son las claves.

Primer paso: establecer prioridades. “Se pueden analizar muchísimos datos con las pruebas genómicas, pero el cabañero o el criador tienen que elegir los que más le interesan. Por ejemplo, las predicciones de fertilidad, peso al nacer, circunferencia escrotal, etcétera Segundo paso: dar respuesta a las debilidades. Elegidos los rasgos de mayor interés, pueden trabajar con esos datos para ir mejorando los aspectos débiles de su rodeo con genética proveniente de otros orígenes Combinación ideal. Es decir, la herramienta genómica comienza con una prueba -por ejemplo con una muestra de pelos- pero una vez generados los resultados hay programas que permiten utilizarlos para direccionar la selección genética en el sentido más conveniente Rodeos comerciales. Por ahora la herramienta genómica está usándose principalmente en las cabañas, pero Boglione no descarta que productores con rodeo general o Puro Controlado puedan utilizarla Ubicación. “Pueden tomar muestras de, por ejemplo el 10% del rodeo, para saber dónde están parados en algunos rasgos claves como fertilidad, peso al nacer, docilidad, etc. y establecer un plan para mejorar”, aconseja  A las herramientas tradicionales de selección, la cabaña El Volcán, de Balcarce, le sumó las pruebas de ADN (muestras de pelo) que le permitieron, entre otras cosas, identificar los animales con mayor potencial de peso al destete  LA NACION

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