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Estas son las 12 frases que demuestran que tenés más inteligencia emocional que la mayoría de las personas

El famoso psicólogo y escritor Daniel Goleman acaba de presentar un nuevo libro llamado Óptimo: cómo mantener la excelencia personal y organizacional todos los días. Allí repasa el significado del concepto de inteligencia emocional, al que resume como una disposición a tener un alto rendimiento, a estar más comprometido con el trabajo, a sentirse más satisfecho con las tareas realizadas y a estar de mejor humor en la oficina.

En la práctica, esto se vincula con los cuatro dominios que el especialista distingue en la inteligencia emocional: la autoconciencia, la autogestión, la conciencia social y la gestión de relaciones. De estas variables surgen un total de doce competencias, que pueden ser innatas o adquiridas, que, en conjunto, son capaces de diagnosticar el estado de la inteligencia emocional de cada persona.

Con la premisa de evaluar tu propia inteligencia emocional, Goleman escribió un artículo para CNBC con doce frases que representan cada una de estas capacidades. Son afirmaciones propias de una persona con una alta inteligencia emocional que puede llegar a ser líder en su trabajo. Si te identificás con la mayoría significa que sos un sujeto sensible que puede adaptarse a los cambios, que no se estresa frente a la dificultad de las actividades laborales y que está preparado para manejar equipos.

Resiliencia emocional: “Esto no me detendrá”. La capacidad de mantener la compostura y eficacia bajo presión es esencial en cualquier entorno profesional.Mentalidad de crecimiento: “Cada desafío es una oportunidad de aprendizaje”. Ver el potencial de mejora en uno mismo y en los demás fomenta un ambiente de desarrollo continuo.Agilidad adaptativa: “El cambio es mi aliado”. La habilidad de ajustarse rápidamente a nuevas circunstancias es crucial en un mundo empresarial en constante evolución.Enfoque estratégico: “Priorizo lo que realmente impulsa resultados”. Mantener la atención en los objetivos clave, a pesar de las distracciones, es fundamental para el éxito.Introspección activa: “Analizo el porqué de mis reacciones”. El autoconocimiento profundo permite una gestión emocional más efectiva.Conexión empática: “Percibo y valoro tu perspectiva”. La capacidad de sintonizar con las emociones y pensamientos de otros fortalece las relaciones laborales.Perspicacia organizacional: “Comprendo las dinámicas subyacentes”. Entender los mecanismos no escritos de una organización permite una navegación más eficaz.Persuasión constructiva: “Consideremos esta alternativa”. La habilidad de influir sutilmente en lugar de imponer ideas fomenta la colaboración.Liderazgo inspirador: “Nuestra misión trasciende lo cotidiano”. Conectar las tareas diarias con un propósito mayor motiva y da sentido al trabajo del equipo.Mediación efectiva: “Busquemos una solución que beneficie a todos”. La capacidad de resolver conflictos de manera que todas las partes se sientan escuchadas y valoradas es invaluable.Sinergia de equipo: “Nuestro éxito es colectivo”. Crear un ambiente de apoyo mutuo y seguridad psicológica potencia la innovación y el rendimiento.Mentoría transformadora: “Te ofrezco esta perspectiva para tu crecimiento”. Guiar y desarrollar el talento de otros fortalece toda la estructura organizacional.

El experto sugiere que cuantas más de estas frases (o equivalentes) utilicemos en nuestra vida diaria, mayor será nuestra inteligencia emocional y, por eso, nuestro desempeño general. Sin embargo, es importante reconocer que cada individuo tiene sus propias fortalezas y áreas de mejora dentro de estas competencias.

Para obtener una evaluación precisa de nuestras habilidades emocionales, se recomienda realizar una evaluación 360 grados. En este proceso, las personas que nos conocen nos evalúan de forma anónima, proporcionando una visión completa y objetiva de nuestro perfil de inteligencia emocional.

El desarrollo de estas competencias no solo mejora nuestro rendimiento profesional, sino que también enriquece nuestras relaciones personales y nuestra calidad de vida en general. Al cultivar estas habilidades, nos preparamos para enfrentar los desafíos del mundo moderno con mayor resiliencia y eficacia.

El famoso psicólogo y escritor Daniel Goleman acaba de presentar un nuevo libro llamado Óptimo: cómo mantener la excelencia personal y organizacional todos los días. Allí repasa el significado del concepto de inteligencia emocional, al que resume como una disposición a tener un alto rendimiento, a estar más comprometido con el trabajo, a sentirse más satisfecho con las tareas realizadas y a estar de mejor humor en la oficina.

En la práctica, esto se vincula con los cuatro dominios que el especialista distingue en la inteligencia emocional: la autoconciencia, la autogestión, la conciencia social y la gestión de relaciones. De estas variables surgen un total de doce competencias, que pueden ser innatas o adquiridas, que, en conjunto, son capaces de diagnosticar el estado de la inteligencia emocional de cada persona.

Con la premisa de evaluar tu propia inteligencia emocional, Goleman escribió un artículo para CNBC con doce frases que representan cada una de estas capacidades. Son afirmaciones propias de una persona con una alta inteligencia emocional que puede llegar a ser líder en su trabajo. Si te identificás con la mayoría significa que sos un sujeto sensible que puede adaptarse a los cambios, que no se estresa frente a la dificultad de las actividades laborales y que está preparado para manejar equipos.

Resiliencia emocional: “Esto no me detendrá”. La capacidad de mantener la compostura y eficacia bajo presión es esencial en cualquier entorno profesional.Mentalidad de crecimiento: “Cada desafío es una oportunidad de aprendizaje”. Ver el potencial de mejora en uno mismo y en los demás fomenta un ambiente de desarrollo continuo.Agilidad adaptativa: “El cambio es mi aliado”. La habilidad de ajustarse rápidamente a nuevas circunstancias es crucial en un mundo empresarial en constante evolución.Enfoque estratégico: “Priorizo lo que realmente impulsa resultados”. Mantener la atención en los objetivos clave, a pesar de las distracciones, es fundamental para el éxito.Introspección activa: “Analizo el porqué de mis reacciones”. El autoconocimiento profundo permite una gestión emocional más efectiva.Conexión empática: “Percibo y valoro tu perspectiva”. La capacidad de sintonizar con las emociones y pensamientos de otros fortalece las relaciones laborales.Perspicacia organizacional: “Comprendo las dinámicas subyacentes”. Entender los mecanismos no escritos de una organización permite una navegación más eficaz.Persuasión constructiva: “Consideremos esta alternativa”. La habilidad de influir sutilmente en lugar de imponer ideas fomenta la colaboración.Liderazgo inspirador: “Nuestra misión trasciende lo cotidiano”. Conectar las tareas diarias con un propósito mayor motiva y da sentido al trabajo del equipo.Mediación efectiva: “Busquemos una solución que beneficie a todos”. La capacidad de resolver conflictos de manera que todas las partes se sientan escuchadas y valoradas es invaluable.Sinergia de equipo: “Nuestro éxito es colectivo”. Crear un ambiente de apoyo mutuo y seguridad psicológica potencia la innovación y el rendimiento.Mentoría transformadora: “Te ofrezco esta perspectiva para tu crecimiento”. Guiar y desarrollar el talento de otros fortalece toda la estructura organizacional.

El experto sugiere que cuantas más de estas frases (o equivalentes) utilicemos en nuestra vida diaria, mayor será nuestra inteligencia emocional y, por eso, nuestro desempeño general. Sin embargo, es importante reconocer que cada individuo tiene sus propias fortalezas y áreas de mejora dentro de estas competencias.

Para obtener una evaluación precisa de nuestras habilidades emocionales, se recomienda realizar una evaluación 360 grados. En este proceso, las personas que nos conocen nos evalúan de forma anónima, proporcionando una visión completa y objetiva de nuestro perfil de inteligencia emocional.

El desarrollo de estas competencias no solo mejora nuestro rendimiento profesional, sino que también enriquece nuestras relaciones personales y nuestra calidad de vida en general. Al cultivar estas habilidades, nos preparamos para enfrentar los desafíos del mundo moderno con mayor resiliencia y eficacia.

 En un artículo nuevo, Daniel Goleman repasa los conceptos relacionados con la inteligencia emocional y asegura que hay ciertas frases que son clave para ser emocionalmente inteligentes  LA NACION

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