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Putin recibió al matrimonio de espías con pasaporte argentino y los saludó en español: sus hijos no sabían que eran rusos

MOSCÚ.- El matrimonio de espías rusos con pasaporte argentino que vivió durante años en un departamento en el barrio porteño de Belgrano junto a sus dos hijos y luego fue detenido en Eslovenia volvió a Rusia gracias al histórico intercambio de prisioneros entre Moscú y Occidente y fue recibido por el presidente, Vladimir Putin, quien recibió a los niños con un “buenas noches”, en español, ya que los chicos no hablan ruso porque desconocían sus verdaderos orígenes.

Anna Valerievna Dultseva y Artem Viktorovic Dultseva, quienes durante años vivieron en Buenos Aires bajo los nombres de María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch, eran “ilegales”, es decir, agentes secretos entrenados para hacerse pasar por extranjeros y que viven en el extranjero bajo identidades encubiertas durante años, confirmó este viernes el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.

Los Dultseva estaban presos en Eslovenia, condenados por hacerse pasar por argentinos para espiar al estado miembro de la Unión Europea y la OTAN, y fueron dos de los ochos rusos devueltos a Moscú por el intercambio de prisiones concretado este jueves después de meses de negociación.

Estos dos agentes fueron condenados esta semana a un año y medio de prisión por “espionaje y falsificación de documentos” en Eslovenia.

La pareja, que se presentó en el juicio como Ludwig Gisch y Maria Rosa Mayer Muñoz y se declararon culpables, llegaron a Eslovenia en 2017 con pasaportes argentinos y vivían en la capital Liubliana con sus hijos, utilizando una galería de arte como tapadera.

Cuando la pareja fue arrestada, en diciembre de 2022, sus hijos –una niña de 10 años y su hermano de 8, ambos nacidos en la Argentina- fueron llevados por los servicios sociales a una familia de acogida.

Peskov contó que los dos hijos de la pareja “no supieron que eran rusos hasta que el avión despegó [hacia Moscú] desde Ankara”, Turquía, donde tuvo lugar el intercambio.

“Antes de eso, no sabían que eran rusos ni que tenían algo que ver con nuestro país. Y probablemente vieron que cuando los niños bajaron por la escalerilla del avión no hablaban ruso y que Putin los saludó en español. Les dijo ‘buenas noches’”, dijo el vocero. Ese saludo quedó registrado ante cámaras.

En ese sentido, Peskov reconoció los “sacrificios” que hacen los espías que trabajan en el extranjero como “ilegales”, una profesión que quedó retratada en la serie estadounidense The Americans.

“Los niños preguntaron ayer a sus padres quién era el que los esperaba [en Moscú]. Ni siquiera sabían quién era Putin”, dijo Peskov.

Peskov, quien dijo que las agencias del gobierno ruso estaban trabajando para liberar a otros rusos en el extranjero, dijo que el intercambio de prisioneros, que los analistas pro-Kremlin han presentado como una victoria para Moscú, había sido negociado por el FSB y la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.

Según los documentos oficiales, Gisch ingresó a la Argentina como turista desde Uruguay y su pareja, poco después desde México.

Casi de inmediato, la pareja comenzó a reunir documentos, muchos de ellos fraudulentos, para obtener la ciudadanía. Gisch afirmó que era un ciudadano austríaco nacido en Namibia de madre argentina, lo que facilitó sus trámites para obtener la ciudadanía. Mayer Muños dijo que era mexicana y presentó un certificado de nacimiento en el que se consignaba que habría nacido en Grecia. Tras obtener la ciudadanía argentina en 2014, Mayer Muños se casaron con Gisch por civil en Buenos Aires, en septiembre del año siguiente.

En 2017, el matrimonio vació sus cuentas bancarias argentinas y viajó a Eslovenia, adonde entraron con visa de turista. En 2019 recibieron permisos de residencia eslovenos, paso previo a obtener también su ciudadanía.

El 24 de febrero de 2022, el día en que el presidente ruso Vladimir Putin lanzó su invasión de Ucrania, la pareja estaba en la Argentina, tramitando un pasaporte exprés antes de regresar a Eslovenia. A fines de ese año, fueron detenidos en su casa en Ljubljana, capital del país europeo.

Polémica en Alemania

El Kremlin señaló además que Vadim Krasikov, un sicario que fue devuelto por Alemania en el mayor intercambio de prisioneros Este-Oeste desde la Guerra Fría, era un empleado del servicio de seguridad rusos (FSB).

“Krasikov es un miembro del FSB”, dijo a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, precisando que este hombre, condenado en Alemania a cadena perpetua por el asesinato en Berlín de un exlíder separatista checheno, había servido en la unidad de élite Alfa.

Peskov también dijo que Krasikov “servía con varios empleados [actuales] del servicio de seguridad del presidente”.

La fiscalía alemana se opuso a la liberación de Krasikov, informó este viernes a AFP una portavoz del Ministerio de Justicia.

Sin embargo, finalmente el ministerio se decantó por los argumentos “en contra de la continuación de la ejecución de la sentencia”.

“Esto se debe a que la continuación de la ejecución hubiera implicado un riesgo de grave perjuicio para Alemania y sus intereses en materia de política exterior y de seguridad”, declaró la vocera del ministerio alemán.

Krasikov, que llevaba una gorra de béisbol y una camiseta deportiva, fue el primero de los repatriados en desembarcar del avión y reunirse con Putin –quien lo recibió con un abrazo-, lo que demuestra su importancia para Moscú, que se enorgullece de devolver a los agentes de inteligencia arrestados en el extranjero.

Peskov dijo que Putin consideró vital recibir a los repatriados en persona en el aeropuerto, al bajar del avión.

“Fue un homenaje a las personas que sirven a su país y que, después de pruebas muy difíciles y gracias al trabajo duro de muchas personas, han podido regresar a la Madre Patria”, dijo.

Putin ha prometido a los repatriados premios estatales y una conversación sobre su futuro.

Cuando se le preguntó si el intercambio de prisioneros era una señal de que Rusia podría estar lista para alcanzar un acuerdo de compromiso sobre Ucrania, Peskov dijo que eran situaciones diferentes y que el trabajo sobre una posible solución diplomática a lo que Rusia llama su “operación militar especial” en Ucrania se estaba llevando a cabo sobre “principios diferentes”.

Estados Unidos y Rusia completaron el jueves su mayor canje de reos en la era postsoviética, en el que Moscú liberó a los estadounidenses Evan Gershkovich y Paul Whelan, junto con disidentes como Vladimir Kara-Murza, en un acuerdo multinacional que involucró a dos docenas de personas.

El intercambio se produjo a pesar de que las relaciones entre Washington y Moscú se encuentran en su peor momento desde la Guerra Fría a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania iniciada en febrero de 2022. En un momento dado, en las negociaciones realizadas en secreto, se exploró un intercambio en el que participaría el líder opositor ruso Alexei Navalny, pero tras su muerte en febrero, se terminó logrando un acuerdo para 24 personas que requirió importantes concesiones de aliados europeos, entre ellas, la liberación de un asesino ruso, y garantizar la libertad de varios periodistas, presuntos espías, presos políticos y otros.

Agencias Reuters y AFP

MOSCÚ.- El matrimonio de espías rusos con pasaporte argentino que vivió durante años en un departamento en el barrio porteño de Belgrano junto a sus dos hijos y luego fue detenido en Eslovenia volvió a Rusia gracias al histórico intercambio de prisioneros entre Moscú y Occidente y fue recibido por el presidente, Vladimir Putin, quien recibió a los niños con un “buenas noches”, en español, ya que los chicos no hablan ruso porque desconocían sus verdaderos orígenes.

Anna Valerievna Dultseva y Artem Viktorovic Dultseva, quienes durante años vivieron en Buenos Aires bajo los nombres de María Rosa Mayer Muños y Ludwig Gisch, eran “ilegales”, es decir, agentes secretos entrenados para hacerse pasar por extranjeros y que viven en el extranjero bajo identidades encubiertas durante años, confirmó este viernes el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov.

Los Dultseva estaban presos en Eslovenia, condenados por hacerse pasar por argentinos para espiar al estado miembro de la Unión Europea y la OTAN, y fueron dos de los ochos rusos devueltos a Moscú por el intercambio de prisiones concretado este jueves después de meses de negociación.

Estos dos agentes fueron condenados esta semana a un año y medio de prisión por “espionaje y falsificación de documentos” en Eslovenia.

La pareja, que se presentó en el juicio como Ludwig Gisch y Maria Rosa Mayer Muñoz y se declararon culpables, llegaron a Eslovenia en 2017 con pasaportes argentinos y vivían en la capital Liubliana con sus hijos, utilizando una galería de arte como tapadera.

Cuando la pareja fue arrestada, en diciembre de 2022, sus hijos –una niña de 10 años y su hermano de 8, ambos nacidos en la Argentina- fueron llevados por los servicios sociales a una familia de acogida.

Peskov contó que los dos hijos de la pareja “no supieron que eran rusos hasta que el avión despegó [hacia Moscú] desde Ankara”, Turquía, donde tuvo lugar el intercambio.

“Antes de eso, no sabían que eran rusos ni que tenían algo que ver con nuestro país. Y probablemente vieron que cuando los niños bajaron por la escalerilla del avión no hablaban ruso y que Putin los saludó en español. Les dijo ‘buenas noches’”, dijo el vocero. Ese saludo quedó registrado ante cámaras.

En ese sentido, Peskov reconoció los “sacrificios” que hacen los espías que trabajan en el extranjero como “ilegales”, una profesión que quedó retratada en la serie estadounidense The Americans.

“Los niños preguntaron ayer a sus padres quién era el que los esperaba [en Moscú]. Ni siquiera sabían quién era Putin”, dijo Peskov.

Peskov, quien dijo que las agencias del gobierno ruso estaban trabajando para liberar a otros rusos en el extranjero, dijo que el intercambio de prisioneros, que los analistas pro-Kremlin han presentado como una victoria para Moscú, había sido negociado por el FSB y la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos.

Según los documentos oficiales, Gisch ingresó a la Argentina como turista desde Uruguay y su pareja, poco después desde México.

Casi de inmediato, la pareja comenzó a reunir documentos, muchos de ellos fraudulentos, para obtener la ciudadanía. Gisch afirmó que era un ciudadano austríaco nacido en Namibia de madre argentina, lo que facilitó sus trámites para obtener la ciudadanía. Mayer Muños dijo que era mexicana y presentó un certificado de nacimiento en el que se consignaba que habría nacido en Grecia. Tras obtener la ciudadanía argentina en 2014, Mayer Muños se casaron con Gisch por civil en Buenos Aires, en septiembre del año siguiente.

En 2017, el matrimonio vació sus cuentas bancarias argentinas y viajó a Eslovenia, adonde entraron con visa de turista. En 2019 recibieron permisos de residencia eslovenos, paso previo a obtener también su ciudadanía.

El 24 de febrero de 2022, el día en que el presidente ruso Vladimir Putin lanzó su invasión de Ucrania, la pareja estaba en la Argentina, tramitando un pasaporte exprés antes de regresar a Eslovenia. A fines de ese año, fueron detenidos en su casa en Ljubljana, capital del país europeo.

Polémica en Alemania

El Kremlin señaló además que Vadim Krasikov, un sicario que fue devuelto por Alemania en el mayor intercambio de prisioneros Este-Oeste desde la Guerra Fría, era un empleado del servicio de seguridad rusos (FSB).

“Krasikov es un miembro del FSB”, dijo a la prensa el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, precisando que este hombre, condenado en Alemania a cadena perpetua por el asesinato en Berlín de un exlíder separatista checheno, había servido en la unidad de élite Alfa.

Peskov también dijo que Krasikov “servía con varios empleados [actuales] del servicio de seguridad del presidente”.

La fiscalía alemana se opuso a la liberación de Krasikov, informó este viernes a AFP una portavoz del Ministerio de Justicia.

Sin embargo, finalmente el ministerio se decantó por los argumentos “en contra de la continuación de la ejecución de la sentencia”.

“Esto se debe a que la continuación de la ejecución hubiera implicado un riesgo de grave perjuicio para Alemania y sus intereses en materia de política exterior y de seguridad”, declaró la vocera del ministerio alemán.

Krasikov, que llevaba una gorra de béisbol y una camiseta deportiva, fue el primero de los repatriados en desembarcar del avión y reunirse con Putin –quien lo recibió con un abrazo-, lo que demuestra su importancia para Moscú, que se enorgullece de devolver a los agentes de inteligencia arrestados en el extranjero.

Peskov dijo que Putin consideró vital recibir a los repatriados en persona en el aeropuerto, al bajar del avión.

“Fue un homenaje a las personas que sirven a su país y que, después de pruebas muy difíciles y gracias al trabajo duro de muchas personas, han podido regresar a la Madre Patria”, dijo.

Putin ha prometido a los repatriados premios estatales y una conversación sobre su futuro.

Cuando se le preguntó si el intercambio de prisioneros era una señal de que Rusia podría estar lista para alcanzar un acuerdo de compromiso sobre Ucrania, Peskov dijo que eran situaciones diferentes y que el trabajo sobre una posible solución diplomática a lo que Rusia llama su “operación militar especial” en Ucrania se estaba llevando a cabo sobre “principios diferentes”.

Estados Unidos y Rusia completaron el jueves su mayor canje de reos en la era postsoviética, en el que Moscú liberó a los estadounidenses Evan Gershkovich y Paul Whelan, junto con disidentes como Vladimir Kara-Murza, en un acuerdo multinacional que involucró a dos docenas de personas.

El intercambio se produjo a pesar de que las relaciones entre Washington y Moscú se encuentran en su peor momento desde la Guerra Fría a raíz de la invasión de Rusia a Ucrania iniciada en febrero de 2022. En un momento dado, en las negociaciones realizadas en secreto, se exploró un intercambio en el que participaría el líder opositor ruso Alexei Navalny, pero tras su muerte en febrero, se terminó logrando un acuerdo para 24 personas que requirió importantes concesiones de aliados europeos, entre ellas, la liberación de un asesino ruso, y garantizar la libertad de varios periodistas, presuntos espías, presos políticos y otros.

Agencias Reuters y AFP

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