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Chocó y mató, lo condenaron y le prohibieron manejar, pero lo detuvieron otra vez cuando conducía a toda velocidad

En octubre de 2021, Lucas Guerrero fue condenado a la pena de seis años y medio de cárcel por haber matado, 12 meses antes, a un automovilista al que chocó cuando conducía a 144 kilómetros por hora su Audi A4 en una avenida del barrio de Almagro. Además, fue inhabilitado para conducir vehículos por diez años. Fue beneficiado con la libertad condicional. En las últimas horas, le dictaron la prisión preventiva después de haber sido interceptado cuando manejaba a toda velocidad por las calles de Balvanera. También fue acusado de agredir y de maltratar al personal de la Policía de la Ciudad que logró interceptarlo después de haber pasado un semáforo en rojo.

Así lo informaron a LA NACION fuentes policiales y judiciales. La prisión preventiva fue dictada por la jueza en lo penal, contravencional y de faltas porteña Karina Andrade, tras un pedido del auxiliar fiscal Mariano Camblong de la Unidad de Flagrancia Este del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, a cargo de la acusación. De la audiencia también participó Viviam Perrone, en representación de la asociación Madres del Dolor.

Guerrero, de 27 años, fue detenido por personal de la Comisaría Vecinal 3 A de la Policía de la Ciudad anteayer a la madrugada cuando conducía un Fiat Cronos en el cruce de las avenidas Corrientes y Pueyrredón, en Balvanera, tras una persecución que había comenzado cuando, después una maniobra brusca e imprudente, sobrepasó a un patrullero y continuó su marcha a toda velocidad.

En Viamonte y la avenida Pueyrredón, según la causa judicial, Guerrero cruzó con el semáforo en rojo. Finalmente, fue interceptado en la avenida Pueyrredón, a pocos metros del cruce con la avenida Corrientes.

2024 08 01 Conductor Detenido

“En el trayecto hasta ser detenido, Guerrero desobedeció e hizo caso omiso a la voz de alto emitida en reiteradas oportunidades por los oficiales de la Policía de la Ciudad, la cual fue exteriorizada primero mediante señales sonoras con dos toques de sirena y con balizas encendidas del patrullero, luego de lo cual ante la negativa del imputado de cumplir con la orden de detenerse, se encendió la sirena policial en forma permanente durante la persecución y se realizaron señales con luces altas, sin perjuicio de lo cual el imputado continuó desobedeciendo, hasta que finalmente fue interceptado”, según se desprende del expediente judicial al que tuvo acceso LA NACION.

Pero nada terminó cuando el personal policial quiso identificar a Guerrero. Fuentes judiciales afirmaron que el imputado increpó y empujó a uno de los oficiales. “Vos no sabes con quién te metes, vos a mí no me podés tocar, ya vas a ver lo que les va a pasar a ustedes, voy a llamar a mi abogado, estoy grabando todo”, espetó el acusado, según se dejó constancia en la causa.

Tras maltratar al uniformado, Guerrero sacó algunas pertenencias de la guantera y se las entregó a su pareja, que estaba sentada del lado del acompañante. “Gorda vos ponete todo en el cuerpo, que lo que tengas encima no te lo pueden sacar”, dijo el joven. Después se abalanzó e increpó una vez más a uno de los uniformados. En ese momento fue detenido.

En el interior del auto que conducía Guerrero fue secuestrada una botella de vidrio vacía “que pudo haber contenido una bebida alcohólica”, según fuentes judiciales.

Si bien no se determinó si Guerrero estaba en estado de ebriedad, el imputado tenía “olor etílico”, agregaron los voceros consultados.

“Somos implacables con el delito en todas sus formas. El que roba va preso, el que mata va preso y el que anda a 150 kilómetros por hora en las calles de la Ciudad, también. Fue preso en 2021, condenado por homicidio. Salió con libertad condicional e inhabilitado para conducir. Hizo lo mismo que la vez pasada y lo detuvimos. Ya mató una vez, no podemos permitir que salga de nuevo”, sostuvo el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff,

A 144 kilómetros por hora

Como se dijo, en octubre de 2021, los jueces Fernando Ramírez, Luis Salas y Adrián Pérez Lance, integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 encontraron culpable a Guerrero de los delitos de “homicidio culposo en concurso ideal con lesiones graves culposas, ambos agravados por la conducción imprudente de un vehículo automotor y por haber circulado en exceso de velocidad y violando las señalizaciones lumínicas”. Además, le fijaron una inhabilitación especial por diez años para conducir vehículos automotores. La acusación durante el juicio estuvo a cargo del fiscal Guillermo Morosi.

Según informó en su momento el sitio de noticias de la Procuración General de la Nación, www.fiscales.gob.ar, “pasada la medianoche del 5 de octubre de 2020, Guerrero conducía por la avenida Independencia un Audi modelo A4 y, de acuerdo a las filmaciones, desde la calle Colombres lo hacía a alta velocidad y sin respetar los semáforos. En la intersección con la Muñiz, el vehículo alcanzó los 144 kilómetros por hora. Con esa velocidad, cruzó el semáforo que le impedía el avance a la altura de la avenida La Plata y embistió un auto, en el que circulaba David Maldonado y un acompañante. Como consecuencia del choque, Maldonado falleció y la otra víctima sufrió lesiones graves: traumatismo en el cráneo y fracturas en la cara, en uno de sus brazos y en la pierna”.

En los fundamentos de la sentencia, los jueces Ramírez, Salas y Pérez Lance tuvieron en cuenta que Guerrero superaba en más del 140% la velocidad permitida para una avenida -que es de 60 kilómetros por hora-.

En su defensa, Guerrero había dicho que se había equivocado en la autopista y que había bajado en una zona que no conocía.

“Mencionó entonces que, mientras buscaba cómo retomar, fue amenazado por unas personas y que esto lo obligó a circular a mucha velocidad ‘para salvar su integridad personal’”, según el citado sitio del Ministerio Público.

Para los jueces, la explicación de Guerrero no tenía sustento, de acuerdo con las pruebas del expediente, y recordaron que en ninguna de las cámaras se registró algún auto que circulara a la par de Guerrero.

“No solo no se ve ningún rodado que lo persiga, que se le acerque o que aparente competir, sino que existe una considerable distancia entre él y los vehículos que le siguen, ello en parte porque los demás conductores deben detenerse ante la luz roja de los semáforos que Guerrero no respeta. Es así que dos segundos antes del impacto, se lo ve cruzar a gran velocidad la calle Muñiz en franca infracción, y el primer auto que le sigue lo hace casi un minuto y medio después”, explicaron los magistrados en el fallo condenatorio.

En octubre de 2021, Lucas Guerrero fue condenado a la pena de seis años y medio de cárcel por haber matado, 12 meses antes, a un automovilista al que chocó cuando conducía a 144 kilómetros por hora su Audi A4 en una avenida del barrio de Almagro. Además, fue inhabilitado para conducir vehículos por diez años. Fue beneficiado con la libertad condicional. En las últimas horas, le dictaron la prisión preventiva después de haber sido interceptado cuando manejaba a toda velocidad por las calles de Balvanera. También fue acusado de agredir y de maltratar al personal de la Policía de la Ciudad que logró interceptarlo después de haber pasado un semáforo en rojo.

Así lo informaron a LA NACION fuentes policiales y judiciales. La prisión preventiva fue dictada por la jueza en lo penal, contravencional y de faltas porteña Karina Andrade, tras un pedido del auxiliar fiscal Mariano Camblong de la Unidad de Flagrancia Este del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, a cargo de la acusación. De la audiencia también participó Viviam Perrone, en representación de la asociación Madres del Dolor.

Guerrero, de 27 años, fue detenido por personal de la Comisaría Vecinal 3 A de la Policía de la Ciudad anteayer a la madrugada cuando conducía un Fiat Cronos en el cruce de las avenidas Corrientes y Pueyrredón, en Balvanera, tras una persecución que había comenzado cuando, después una maniobra brusca e imprudente, sobrepasó a un patrullero y continuó su marcha a toda velocidad.

En Viamonte y la avenida Pueyrredón, según la causa judicial, Guerrero cruzó con el semáforo en rojo. Finalmente, fue interceptado en la avenida Pueyrredón, a pocos metros del cruce con la avenida Corrientes.

2024 08 01 Conductor Detenido

“En el trayecto hasta ser detenido, Guerrero desobedeció e hizo caso omiso a la voz de alto emitida en reiteradas oportunidades por los oficiales de la Policía de la Ciudad, la cual fue exteriorizada primero mediante señales sonoras con dos toques de sirena y con balizas encendidas del patrullero, luego de lo cual ante la negativa del imputado de cumplir con la orden de detenerse, se encendió la sirena policial en forma permanente durante la persecución y se realizaron señales con luces altas, sin perjuicio de lo cual el imputado continuó desobedeciendo, hasta que finalmente fue interceptado”, según se desprende del expediente judicial al que tuvo acceso LA NACION.

Pero nada terminó cuando el personal policial quiso identificar a Guerrero. Fuentes judiciales afirmaron que el imputado increpó y empujó a uno de los oficiales. “Vos no sabes con quién te metes, vos a mí no me podés tocar, ya vas a ver lo que les va a pasar a ustedes, voy a llamar a mi abogado, estoy grabando todo”, espetó el acusado, según se dejó constancia en la causa.

Tras maltratar al uniformado, Guerrero sacó algunas pertenencias de la guantera y se las entregó a su pareja, que estaba sentada del lado del acompañante. “Gorda vos ponete todo en el cuerpo, que lo que tengas encima no te lo pueden sacar”, dijo el joven. Después se abalanzó e increpó una vez más a uno de los uniformados. En ese momento fue detenido.

En el interior del auto que conducía Guerrero fue secuestrada una botella de vidrio vacía “que pudo haber contenido una bebida alcohólica”, según fuentes judiciales.

Si bien no se determinó si Guerrero estaba en estado de ebriedad, el imputado tenía “olor etílico”, agregaron los voceros consultados.

“Somos implacables con el delito en todas sus formas. El que roba va preso, el que mata va preso y el que anda a 150 kilómetros por hora en las calles de la Ciudad, también. Fue preso en 2021, condenado por homicidio. Salió con libertad condicional e inhabilitado para conducir. Hizo lo mismo que la vez pasada y lo detuvimos. Ya mató una vez, no podemos permitir que salga de nuevo”, sostuvo el ministro de Seguridad porteño, Waldo Wolff,

A 144 kilómetros por hora

Como se dijo, en octubre de 2021, los jueces Fernando Ramírez, Luis Salas y Adrián Pérez Lance, integrantes del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 encontraron culpable a Guerrero de los delitos de “homicidio culposo en concurso ideal con lesiones graves culposas, ambos agravados por la conducción imprudente de un vehículo automotor y por haber circulado en exceso de velocidad y violando las señalizaciones lumínicas”. Además, le fijaron una inhabilitación especial por diez años para conducir vehículos automotores. La acusación durante el juicio estuvo a cargo del fiscal Guillermo Morosi.

Según informó en su momento el sitio de noticias de la Procuración General de la Nación, www.fiscales.gob.ar, “pasada la medianoche del 5 de octubre de 2020, Guerrero conducía por la avenida Independencia un Audi modelo A4 y, de acuerdo a las filmaciones, desde la calle Colombres lo hacía a alta velocidad y sin respetar los semáforos. En la intersección con la Muñiz, el vehículo alcanzó los 144 kilómetros por hora. Con esa velocidad, cruzó el semáforo que le impedía el avance a la altura de la avenida La Plata y embistió un auto, en el que circulaba David Maldonado y un acompañante. Como consecuencia del choque, Maldonado falleció y la otra víctima sufrió lesiones graves: traumatismo en el cráneo y fracturas en la cara, en uno de sus brazos y en la pierna”.

En los fundamentos de la sentencia, los jueces Ramírez, Salas y Pérez Lance tuvieron en cuenta que Guerrero superaba en más del 140% la velocidad permitida para una avenida -que es de 60 kilómetros por hora-.

En su defensa, Guerrero había dicho que se había equivocado en la autopista y que había bajado en una zona que no conocía.

“Mencionó entonces que, mientras buscaba cómo retomar, fue amenazado por unas personas y que esto lo obligó a circular a mucha velocidad ‘para salvar su integridad personal’”, según el citado sitio del Ministerio Público.

Para los jueces, la explicación de Guerrero no tenía sustento, de acuerdo con las pruebas del expediente, y recordaron que en ninguna de las cámaras se registró algún auto que circulara a la par de Guerrero.

“No solo no se ve ningún rodado que lo persiga, que se le acerque o que aparente competir, sino que existe una considerable distancia entre él y los vehículos que le siguen, ello en parte porque los demás conductores deben detenerse ante la luz roja de los semáforos que Guerrero no respeta. Es así que dos segundos antes del impacto, se lo ve cruzar a gran velocidad la calle Muñiz en franca infracción, y el primer auto que le sigue lo hace casi un minuto y medio después”, explicaron los magistrados en el fallo condenatorio.

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