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Elecciones en EE.UU.: la distancia de Harris con la prensa gana atención en la campaña y le abre una línea de críticas de Trump

WASHINGTON.- La campaña de Kamala Harris informó a principios de esta semana que más de 300 personas brindaron 1500 entrevistas en nombre de la candidata durante la Convención Nacional Demócrata en Chicago, un grupo que incluyó a delegados, figuras partidarias, funcionarios, activistas, líderes locales y “norteamericanos comunes”. Una persona ausente en esa lista: la propia candidata.

Desde que reemplazó al presidente Joe Biden al tope de la fórmula presidencial del Partido Demócrata, Harris no ha dado una sola entrevista formal y tampoco brindó una conferencia de prensa, un cono del silencio a la prensa tradicional que ya se convirtió en uno de los temas de la campaña.

Harris ha respondido esporádica y brevemente preguntas del pool de periodistas acreditados en Casa Blanca que viajan con ella en el Air Force Two, y también ha tenido charlas off the record, pero su campaña relegó, hasta ahora, el formato tradicional de una entrevista uno a uno en televisión, o una conferencia de prensa más amplia.

“Hablé con mi equipo, quiero tener una entrevista agendada antes de fin de mes”, había prometido Harris, a principios de agosto, en la explanada del aeropuerto de Detroit, Michigan, cuando su campaña recién comenzaba a cobrar forma.

JUST ANNOUNCED: VP Kamala Harris & Gov. Tim Walz will exclusively join @DanaBashCNN for their first joint interview since accepting the Democratic nomination. Watch on 8/29 at 9pET/PT on @CNN, @CNNi, @CNNEE, CNN Max, https://t.co/dOLGQHu7eC & CNN apps. https://t.co/UB2Tg12v16 pic.twitter.com/j93uUYcOZl

— CNN Communications (@CNNPR) August 27, 2024

Esa promesa se concretará, finalmente, este jueves, cuando Harris y su candidato a vicepresidente, el gobernador Tim Walz, brinden una entrevista a la cadena CNN, la primera de la campaña. Esa charla abrirá una oportunidad para un escrutinio hasta ahora inexistente, una ausencia que había comenzado a darle más relieve a la relación –o la falta de relación, al menos visible– de Harris con la prensa.

Biden y Harris han tenido un contacto directo mucho menos frecuente con los periodistas que sus predecesores. Y Harris enfrió sus apariciones públicas y bajó su perfil luego de una muy mala entrevista con Lester Holt, de la cadena NBC, al inicio de la gestión demócrata, en su primer viaje a América Central, en la que mostró dificultades para defender su papel en la crisis migratoria en la frontera.

Atentos a las críticas, su campaña había remarcado que la prioridad es el vínculo directo con los votantes (aunque Harris tampoco ha tenido uno de los habituales “cabildo abierto” que suelen hacer los candidatos con gente común). Durante la convención, Harris apenas grabó dos entrevistas livianas con dos influencers en TikTok para hablar de música y de sus raíces indias.

“¿Cuándo hará Kamala Harris una entrevista real?”, se preguntaba un titular en la revista New York Magazine. “Kamala Harris no está dando entrevistas. ¿Alguna pregunta?”, tituló un artículo The New York Times, que intentó, sin éxito, conseguir una entrevista con Biden cuando aún era candidato.

“Preguntas que nos encantaría hacerle a Kamala Harris”, fue el título de un duro editorial de The Washington Post. “Si espera prevalecer, Harris necesita presentar sus ideas. Los medios y el público tienen preguntas legítimas, y ella debería enfrentarlas”, dijo la junta editorial del periódico de Jeff Bezos.

La lupa sobre las interacciones de Harris con la prensa también cobró relevancia porque la campaña de Harris ofreció escasos detalles sobre las políticas que implementará en caso de ganar la presidencia, o cómo una eventual administración suya se diferenciará del gobierno de Biden. Su rival, Donald Trump, y los republicanos han comenzado a explotar la falta de un ida y vuelta más sustancial y directo de Harris con los periodistas.

“¿Cuándo va a empezar a responder preguntas la Camarada Kamala Harris?”, chicaneó Trump en su red social, Truth Social, esta semana. “Es una izquierdista radical, marxista que no apoya el fracking, y el público necesita saber lo que defiende, que es la pobreza y el fracaso para Estados Unidos. Kamala se niega a conceder entrevistas porque no tiene confianza en su propio nivel de ‘inteligencia’”, vapuleó el candidato republicano.

Ya a mediados de agosto, Trump había dicho que Harris “no sabe cómo hacer una conferencia de prensa, no es lo suficientemente inteligente como para hacer una conferencia de prensa” durante un ida y vuelta con los periodistas en su resort de Palm Beach, Mar-a-Lago, que se pareció más a una de las habituales diatribas sin hilo en sus mítines de campaña que una conferencia de prensa.

El compañero de fórmula de Trump, J.D. Vance, también atacó a Harris por su silencio con la prensa. A principios de este mes, el avión de Vance coincidió con el de Harris en la explanada de un aeropuerto en Eau Claire en Wisconsin. Vance intentó aprovechar esa casualidad al acercarse al pool de periodistas que viaja con la vicepresidenta la esperaba.

“Pensé en pasar por acá y, en primer lugar, echarle un buen vistazo al avión porque espero que sea mi avión en unos meses”, le dijo a los periodistas. “También pensé que ustedes podrían sentirse solos porque el vicepresidente no responde las preguntas de los periodistas”, continuó.

WASHINGTON.- La campaña de Kamala Harris informó a principios de esta semana que más de 300 personas brindaron 1500 entrevistas en nombre de la candidata durante la Convención Nacional Demócrata en Chicago, un grupo que incluyó a delegados, figuras partidarias, funcionarios, activistas, líderes locales y “norteamericanos comunes”. Una persona ausente en esa lista: la propia candidata.

Desde que reemplazó al presidente Joe Biden al tope de la fórmula presidencial del Partido Demócrata, Harris no ha dado una sola entrevista formal y tampoco brindó una conferencia de prensa, un cono del silencio a la prensa tradicional que ya se convirtió en uno de los temas de la campaña.

Harris ha respondido esporádica y brevemente preguntas del pool de periodistas acreditados en Casa Blanca que viajan con ella en el Air Force Two, y también ha tenido charlas off the record, pero su campaña relegó, hasta ahora, el formato tradicional de una entrevista uno a uno en televisión, o una conferencia de prensa más amplia.

“Hablé con mi equipo, quiero tener una entrevista agendada antes de fin de mes”, había prometido Harris, a principios de agosto, en la explanada del aeropuerto de Detroit, Michigan, cuando su campaña recién comenzaba a cobrar forma.

JUST ANNOUNCED: VP Kamala Harris & Gov. Tim Walz will exclusively join @DanaBashCNN for their first joint interview since accepting the Democratic nomination. Watch on 8/29 at 9pET/PT on @CNN, @CNNi, @CNNEE, CNN Max, https://t.co/dOLGQHu7eC & CNN apps. https://t.co/UB2Tg12v16 pic.twitter.com/j93uUYcOZl

— CNN Communications (@CNNPR) August 27, 2024

Esa promesa se concretará, finalmente, este jueves, cuando Harris y su candidato a vicepresidente, el gobernador Tim Walz, brinden una entrevista a la cadena CNN, la primera de la campaña. Esa charla abrirá una oportunidad para un escrutinio hasta ahora inexistente, una ausencia que había comenzado a darle más relieve a la relación –o la falta de relación, al menos visible– de Harris con la prensa.

Biden y Harris han tenido un contacto directo mucho menos frecuente con los periodistas que sus predecesores. Y Harris enfrió sus apariciones públicas y bajó su perfil luego de una muy mala entrevista con Lester Holt, de la cadena NBC, al inicio de la gestión demócrata, en su primer viaje a América Central, en la que mostró dificultades para defender su papel en la crisis migratoria en la frontera.

Atentos a las críticas, su campaña había remarcado que la prioridad es el vínculo directo con los votantes (aunque Harris tampoco ha tenido uno de los habituales “cabildo abierto” que suelen hacer los candidatos con gente común). Durante la convención, Harris apenas grabó dos entrevistas livianas con dos influencers en TikTok para hablar de música y de sus raíces indias.

“¿Cuándo hará Kamala Harris una entrevista real?”, se preguntaba un titular en la revista New York Magazine. “Kamala Harris no está dando entrevistas. ¿Alguna pregunta?”, tituló un artículo The New York Times, que intentó, sin éxito, conseguir una entrevista con Biden cuando aún era candidato.

“Preguntas que nos encantaría hacerle a Kamala Harris”, fue el título de un duro editorial de The Washington Post. “Si espera prevalecer, Harris necesita presentar sus ideas. Los medios y el público tienen preguntas legítimas, y ella debería enfrentarlas”, dijo la junta editorial del periódico de Jeff Bezos.

La lupa sobre las interacciones de Harris con la prensa también cobró relevancia porque la campaña de Harris ofreció escasos detalles sobre las políticas que implementará en caso de ganar la presidencia, o cómo una eventual administración suya se diferenciará del gobierno de Biden. Su rival, Donald Trump, y los republicanos han comenzado a explotar la falta de un ida y vuelta más sustancial y directo de Harris con los periodistas.

“¿Cuándo va a empezar a responder preguntas la Camarada Kamala Harris?”, chicaneó Trump en su red social, Truth Social, esta semana. “Es una izquierdista radical, marxista que no apoya el fracking, y el público necesita saber lo que defiende, que es la pobreza y el fracaso para Estados Unidos. Kamala se niega a conceder entrevistas porque no tiene confianza en su propio nivel de ‘inteligencia’”, vapuleó el candidato republicano.

Ya a mediados de agosto, Trump había dicho que Harris “no sabe cómo hacer una conferencia de prensa, no es lo suficientemente inteligente como para hacer una conferencia de prensa” durante un ida y vuelta con los periodistas en su resort de Palm Beach, Mar-a-Lago, que se pareció más a una de las habituales diatribas sin hilo en sus mítines de campaña que una conferencia de prensa.

El compañero de fórmula de Trump, J.D. Vance, también atacó a Harris por su silencio con la prensa. A principios de este mes, el avión de Vance coincidió con el de Harris en la explanada de un aeropuerto en Eau Claire en Wisconsin. Vance intentó aprovechar esa casualidad al acercarse al pool de periodistas que viaja con la vicepresidenta la esperaba.

“Pensé en pasar por acá y, en primer lugar, echarle un buen vistazo al avión porque espero que sea mi avión en unos meses”, le dijo a los periodistas. “También pensé que ustedes podrían sentirse solos porque el vicepresidente no responde las preguntas de los periodistas”, continuó.

 Tras varios cuestionamientos, la vicepresidenta dará esta semana su primera entrevista desde que aceptó la candidatura presidencial demócrata junto con su compañero de fórmula, Tim Walz  LA NACION

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